El texto de economía de la educación: Brechas de Género en Educación

Por Claudia Hupkau y Jenifer Ruiz-Valenzuela

Los datos internacionales muestran obstinadamente que los chicos tienen un menor desempeño educativo y que las chicas siguen estando infrarrepresentadas en las carreras universitarias y profesionales relacionadas con las disciplinas STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, por sus siglas en inglés).

En el capítulo que Antonio Cabrales e Ismael Sanz nos invitaron a escribir para el libro de texto de Economía de la Educación, editado para la Fundación Ramón Areces, presentamos diferentes motivos por los que dichas brechas deberían preocuparnos y tratamos de entender las razones que se esconden detrás de estas dos principales brechas de género. Antes de indagar en las causas de estas brechas, recordemos algunos datos para entender la magnitud de estas:

Menor rendimiento educativo de los chicos: En muchas economías avanzadas, los chicos presentan niveles más bajos de rendimiento educativo en comparación con las chicas. En España, por ejemplo, los datos de 2023 indican que la tasa de abandono escolar temprano entre los chicos fue de un 16%, superando en casi cinco puntos porcentuales a la de las chicas. Además, los chicos tienen tasas de repetición de curso más altas y una menor probabilidad de completar los estudios secundarios.

Infrarrepresentación de las mujeres en STEM: Con datos del curso académico 2021-2022, podemos ver que, aunque las mujeres representan el 56% de los matriculados en universidades españolas, solo el 15% de los inscritos en informática y el 26,6% en ingenierías son mujeres. Esta tendencia también se observa en la formación profesional, donde las mujeres están significativamente infrarrepresentadas en áreas técnicas como electricidad e informática.

¿Por qué nos deberían preocupar estas brechas?

Las brechas de género en educación tienen un impacto considerable a nivel individual y colectivo, con implicaciones económicas, sociales y culturales. En el manual analizamos algunos de los motivos por los cuáles nos deberían preocupar estas brechas. Aquí apuntamos sólo un par:

· Impacto Económico: El bajo rendimiento educativo de los chicos está vinculado a mayores tasas de desempleo, ingresos más bajos y mayor dependencia de programas sociales. En Estados Unidos, Enrico Moretti ha documentado que los hombres que no completan la educación secundaria tienen el doble de probabilidad de acabar en prisión que aquellos con un título de educación secundaria postobligatoria. Por otro lado, las brechas también afectan al crecimiento económico. Menores niveles educativos reducen la productividad laboral, los ingresos fiscales y aumentan la presión sobre los sistemas de bienestar.

· Falta de Innovación: La baja representación de mujeres en disciplinas STEM limita el potencial de innovación de las economías. Trabajadores altamente cualificados en estas áreas son esenciales para impulsar la productividad y el desarrollo tecnológico. Por ejemplo, se ha estimado que, en Estados Unidos, el crecimiento de la productividad total entre 1990 y 2010 estuvo impulsado en un 30-50% por la incorporación de trabajadores STEM extranjeros (Peri et al, 2015).

Factores que explican el menor rendimiento educativo de los chicos

La mayor parte del capítulo se dedica a resaltar las potenciales razones que podrían estar explicando estas dos brechas de género. El capítulo no pretende hacer una revisión exhaustiva de la literatura, sino ofrecer algunas referencias destacadas. En la mayoría de los casos, el objetivo es entender no sólo los factores, sino también hacer uso de lo visto en el capítulo metodológico del texto para ver cómo los distintos autores han intentado abordar problemas de endogeneidad. Estos problemas, en muchas ocasiones, están relacionados con el hecho de que existen variables no observadas por el investigador que determinan tanto el fracaso escolar (o la elección de carrera); y estarían también relacionadas con las potenciales causas que se esgrimen para explicar estas brechas.

Habilidades no cognitivas: El rendimiento académico no depende únicamente de las habilidades cognitivas, sino también de las no cognitivas, como el autocontrol, la perseverancia y la capacidad de gestionar el tiempo. Estudios en psicología, como el meta-análisis de Else-Quest et al. (2006), muestran que los chicos tienen niveles más bajos de control inhibitorio y mayor incidencia de problemas de conducta en comparación con las chicas. Estas diferencias están asociadas con un menor compromiso académico. En el ámbito de la economía, Becker et al. (2010) señalan que las habilidades no cognitivas medias son más altas en las mujeres y presentan menos variabilidad, lo que reduce los costes no monetarios asociados a la educación universitaria para las chicas y pueden explicar por qué ellas superan a los chicos en matriculación universitaria.

Factores socioeconómicos: El entorno socioeconómico afecta de manera diferenciada a chicos y chicas. Por ejemplo, Autor et al. (2019) utilizaron datos de hermanos y hermanas de Florida para demostrar que los chicos de familias desfavorecidas presentan peores resultados académicos y mayores tasas de abandono escolar temprano en comparación con sus hermanas. Este efecto diferencial se explica, en parte, porque los chicos son más susceptibles a las desventajas asociadas con entornos familiares y vecinales pobres.

Ausencia de profesores masculinos: En España, el profesorado masculino está casi ausente en la educación infantil (97,7% mujeres en el curso 2019-20) y poco representado en primaria y secundaria. Estudios como el de Dee (2007) indican que los alumnos se benefician cuando tienen profesores del mismo género, lo que sugiere que la baja presencia de hombres en la docencia inicial podría influir negativamente en el rendimiento de los chicos.

Condiciones del mercado laboral: Las oportunidades laborales también afectan las decisiones educativas. Durante la crisis económica de 2008, la reducción de empleos en el sector de la construcción en España, predominantemente masculino, disminuyó el coste de oportunidad de seguir estudiando para los chicos, lo que llevó a una reducción de la brecha de género en abandono escolar temprano (Aparicio-Fenoll, 2016).

Factores que explican la infrarrepresentación de mujeres en STEM

Normas culturales y estereotipos: Las normas culturales influyen en las decisiones educativas y profesionales de las mujeres. Guiso et al. (2008) analizaron datos de PISA de 40 países y encontraron que, en sociedades más igualitarias, la brecha de género en matemáticas es menor o incluso desaparece. Sin embargo, en países con roles de género más tradicionales, las chicas obtienen peores resultados en matemáticas. Estudios adicionales, como el de Nollenberger et al. (2016), indican que los valores culturales transmitidos por las familias a los inmigrantes de segunda generación también influyen en la brecha de género en matemáticas, subrayando el impacto de los estereotipos culturales.

Ventaja comparativa en lengua: Aunque las chicas han alcanzado niveles similares a los chicos en matemáticas en muchos países, suelen mostrar un rendimiento mucho mayor en lectura. Breda et al. (2018) encontraron que esta ventaja comparativa en lengua explica hasta un 65% de la brecha de género en intenciones de elegir carreras STEM en España.

Sesgos de género del profesorado: El sesgo de los profesores puede influir en las decisiones de los alumnos. Carlana (2019) demostró que los profesores con estereotipos implícitos, (i.e. aquellos que implícitamente asocian las matemáticas, o conceptos científicos, con los hombres) afectan negativamente al rendimiento de las chicas en esta asignatura y a sus decisiones académicas.

Falta de Referentes Femeninos: La escasez de mujeres en roles profesionales y académicos STEM limita la percepción de las chicas sobre sus propias capacidades en estas áreas. Por ejemplo, Carrel et al (2010) utilizan datos de una universidad estadounidense, cuya asignación de estudiantes y asignaturas facilita una interpretación causal de sus resultados (i.e la asignación de estudiantes a profesores de matemáticas y ciencias es aleatoria, y todos los alumnos tienen que tomar ciertos cursos obligatorios de introducción y seguimiento de matemáticas, física, química, ingeniería, historia e inglés). Los autores muestran que estar expuesto a un profesor de género femenino tiene un efecto importante en el rendimiento de las alumnas en las clases de matemáticas y ciencias, y en la probabilidad de que las alumnas con mejores resultados sigan cursos de matemáticas y ciencias en el futuro, y se gradúen con un título STEM. Breda et al (2023) encuentran resultados similares cuando se expone a alumnos de educación secundaria, mediante un experimento de control aleatorio, a charlas impartidas en horario escolar por jóvenes científicas o profesionales de la división de Investigación de una famosa empresa.

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Como ya apuntaba Antonio Cabrales en su post sobre su capítulo del libro, hay más cosas también en este capítulo sobre brechas de género en educación. El lector interesado puede descargar el libro aquí.

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