Por Ferran Elias
En las últimas décadas, las empresas han fragmentado su estructura productiva: tareas antes realizadas internamente se delegan ahora a contratas, agencias o plataformas. Este fenómeno, que David Weil denominó el lugar de trabajo fisurado, implica que muchos trabajadores realizan funciones para una empresa sin ser sus empleados directos y, por tanto, quedan fuera de su convenio colectivo. Numerosos estudios muestran que esta externalización se asocia con salarios más bajos y menor protección laboral.
Pero ¿qué pasaría si esos trabajadores fueran incluidos bajo la misma cobertura de negociación colectiva que los empleados internos? ¿Subirían sus salarios? ¿Y cómo afectaría esto al empleo, a los salarios de los trabajadores internos y a la distribución de rentas entre empresas y contratas?
En un nuevo trabajo, coescrito con José Ignacio Silva y Pedro Trivin, analizamos estas cuestiones aprovechando una reforma en la España de 1999 que obligó a las empresas de trabajo temporal (ETT) a aplicar a sus empleados los convenios vigentes en las empresas donde los enviaban a trabajar. Este cambio proporciona una oportunidad única para estimar los efectos causales de extender la cobertura de la negociación colectiva a un segmento hasta entonces regulado por un convenio propio más débil.
Un experimento natural
Las ETT fueron legalizadas en 1994 y, al ser un sector de reciente creación y con elevada rotación laboral, la organización sindical de sus trabajadores era aún limitada y difícil. Antes de la reforma, los trabajadores de ETT estaban cubiertos por un convenio nacional específico, con suelos salariales un 15% inferiores a los convenios de los sectores donde se les destinaba. Por tanto, las ETT podían ser usadas por empresas que querían evitar pagar salarios según su convenio colectivo.
La reforma de 1999 obligó a las ETT a pagar salarios según el convenio del sector o empresa al que mandaban a sus trabajadores. En el artículo, aprovechamos el cambio que genera la reforma para medir su impacto sobre los salarios, el empleo y el reparto de la plusvalía entre la ETT, su empresa usuaria y el trabajador.
Efectos salariales
En términos salariales, cuantificamos tanto el efecto directo que tuvo la reforma sobre los trabajadores de ETT, como el impacto que tuvo sobre los trabajadores internos, cuyos salarios ya estaban determinados en convenios colectivos donde los sindicatos disponían de una mayor capacidad de negociación.
La figura 1 muestra la evolución del salario medio de los trabajadores de ETT y el de otros trabajadores. Puede verse un salto claro y sostenido en los salarios de los trabajadores de ETT justo después del cambio legal. Para medir el efecto causal usamos una regresión de diferencias en diferencias, y comparamos cómo evolucionaron los salarios de los trabajadores de ETT en comparación con los de otros asalariados antes y después de la reforma. Los resultados de la regresión reflejan un aumento de alrededor de un 15% para el primer año post-reforma, antes que aparezcan los spillovers sobre los trabajadores internos.
Figura 1: Evolución del salario medio
Para medir el efecto sobre los trabajadores internos -los contratados directamente por las empresas usuarias-, explotamos la variación geográfica a nivel provincial en la proporción de trabajadores de ETT registrada en 1998, el año anterior a la reforma. Las provincias con mayor incidencia de ETT antes de 1999 registraron un crecimiento salarial más rápido entre los trabajadores internos: cada punto porcentual más de empleo en ETT para el año anterior a la reforma se asocia con un 0,7% adicional de aumento salarial tras el cambio legal.
Este último resultado sugiere que, antes de la igualación, la posibilidad de sustituir personal interno por trabajadores de ETT limitaba el poder de negociación de los empleados propios. Por tanto, al eliminar esa amenaza, su posición mejoró. Dicho de otro modo, las extensiones de la negociación colectiva no sólo afectan positivamente a los trabajadores directamente beneficiados por ellas, sino también a los que ya disponían de esa cobertura.
Efectos sobre el empleo
El siguiente paso es analizar qué pasó con el empleo. La Figura 2 muestra la evolución del empleo en las propias ETT. Éste estaba subiendo en el período pre-reforma y empieza a descender después del cambio de ley.
Figura 2: Evolución del número de trabajadores de ETT
Para medir el impacto causal sobre el empleo, usamos la misma estrategia de diferencias en diferencias que explota la variación provincial en la incidencia de las ETT. En el artículo mostramos que en aquellas provincias donde el trabajo ETT era más frecuente antes de la reforma, el empleo en ETT cayó de manera clara tras la entrada en vigor de la norma. Sin embargo, esta caída fue más que compensada por un aumento del empleo directo en las empresas. En esas mismas provincias, las empresas empezaron a contratar directamente a los trabajadores en lugar de hacerlo a través de agencias. En términos agregados, la conversión de empleados cedidos en empleados directos aumentó el número total de puestos de trabajo.
La razón por la que, a pesar del aumento de costes laborales, la reforma aumentó el empleo, es que las ETT ayudaban a sus empresas usuarias a ejercer su poder de monopsonio. En el artículo documentamos que las ETT se habían expandido más en sectores más monopsonísticos. Sin embargo, no encontramos evidencia de que estos sectores pagaran salarios más bajos, porque la negociación colectiva compensaba su poder de monopsonio. Por tanto, las ETT, al ofrecer la posibilidad de evitar el cumplimiento de los convenios colectivos, ayudaban a las empresas a ejercer su poder monopsonístico y rebajar salarios.
Implicaciones de política económica
Os invitamos a leer el artículo para conocer todos los detalles y otros resultados que no hemos podido comentar aquí, como los efectos sobre el reparto de la plusvalía o sobre las cuotas que cobraban las ETT por trabajador cedido. Pero para terminar esta entrada, queremos reflexionar sobre cómo nuestro análisis sigue siendo relevante para la España de hoy y ofrece pistas sobre cómo la política económica puede aumentar los salarios más allá de las subidas del SMI.
A pesar de la reforma del sector de las ETT que hemos estudiado, la externalización sigue siendo una vía para reducir costes laborales al aplicar convenios distintos —y generalmente más bajos— que los de la empresa donde realmente se trabaja. Esta brecha aparece en el artículo 42.6 del Estatuto de los Trabajadores, que obliga a aplicar el convenio del sector de la actividad desempeñada por la contrata, no el del centro donde se presta el servicio, lo que permite que trabajadores que realizan sus tareas en empresas con mejores condiciones sigan cobrando según convenios de sectores menos remunerados.
La evidencia de la reforma de las ETT muestra, sin embargo, que, si se modificara el artículo 42.6 para que los trabajadores externalizados cobraran según el convenio del lugar donde realmente trabajan, los salarios podrían aumentar sin efectos negativos sobre el empleo, ayudando a recomponer el poder de negociación y reducir la desigualdad.