Por Alonso Rodríguez (Universidad Politécnica de Madrid)

La proliferación de universidades privadas en España, que pronto serán más que las públicas, es una anomalía y un indicador del deterioro de nuestro sistema universitario. Tenemos un sistema defectuoso, con poca investigación y escaso éxito colectivo, especialmente en áreas tecnológicas de vital importancia, cuya evolución a peor parece imparable. Este es el resultado de una política de universidades equivocada y también del error de transferir las universidades a las comunidades autónomas.
Mejorar la investigación es un objetivo vital para la UE. Frente a EEUU y China, la UE no compite en investigación disruptiva en la frontera del conocimiento. El Informe Draghi define este problema diciendo que la investigación está “insuficientemente dirigida a las innovaciones disruptivas”. En este nivel disruptivo, la responsabilidad de las universidades es muy alta porque es el nivel típico de su investigación, como se demuestra porque la inmensa mayoría de los premiados Nobel en ciencias naturales son profesores de universidad.
Lamentablemente, solo los Países Bajos tienen un conjunto de universidades con investigación disruptiva competitiva en una UE ensimismada en una imaginaria excelencia científica y obsesionada con la Paradoja Europea. El error se origina porque la investigación disruptiva es una parte insignificante de la investigación que conocemos como “normal”. En comparación con el Reino Unido o Suiza, la UE no ha sabido mirar en la dirección adecuada.
Para evaluar la investigación disruptiva en las universidades, el uso del Leiden Ranking es una excelente opción, ya que es una fuente rigurosa de datos estadísticos desde el cuatrienio 2006–2009. Con el requerimiento de 800 publicaciones en un cuatrienio, la edición de 2024 incluye 1506 universidades en el mundo; 47 en España de un total de 91, todas públicas, ninguna privada.
El Leiden Ranking utiliza listados de publicaciones ordenados por el número de citas en miles de micro-áreas. Los resultados se integran en cinco campos, ofreciendo también conteo fraccionario para los artículos en colaboración. En cada universidad figura el número total de publicaciones y las que están en los percentiles superiores de la lista. Todo este análisis bibliométrico es complejo, empezando por el uso de las citas, pero es el mismo que usa la Comisión Europea, el National Science Board de EEUU, y un sin fin de países e instituciones.
Para analizar la investigación disruptiva, utilizaré la notación del Leiden Ranking: Ptop x% significa el número de publicaciones en el percentil x% superior. El “volumen” total de publicaciones lo identifico con Ptop 50%, y la “eficiencia” con la ratio Ptop 5%/Ptop 50%, que es independiente del tamaño: 0,1 para el conjunto del mundo. Este procedimiento prescinde del 50% de las publicaciones, las menos citadas, pero no hacerlo conduciría a los errores que se explican aquí y aquí.
Ya está dicho que la investigación disruptiva es muy infrecuente, y para cuantificarla es necesario multiplicar Ptop 50% por la ratio Ptop 5%/Ptop 50% elevada a la tercera o cuarta potencia. Por ello, esta ratio es la que mejor define la eficiencia de la investigación. Una ratio de 0.12 significa casi duplicar los resultados disruptivos con referencia a una ratio de 0,1, y multiplicarlos por cinco si la ratio es 0.075, que es la más frecuente en las universidades españolas.
En lo que sigue me centro exclusivamente en el campo de Physical sciences and engineering, que es el que agrupa la investigación en las áreas tecnológicas. La Tabla 1 recoge ocho países, considerando los resultados de todas sus universidades. Los dos primeros, Australia y Reino Unido, son ejemplos de países externos a la UE con una investigación excelente y de dimensiones no muy diferentes a España; el tercero, Países Bajos, es el único país en la UE con éxito amplio en investigación disruptiva. Los otros cuatro países: Portugal, Alemania, Francia, Italia y España son la muestra de la UE. Para completar la información, la Tabla 2 muestra las tres primeras universidades de cada país en la Tabla 1 cuando se ordenan por Ptop 5%, para combinar tamaño y eficiencia, ya que en algunas universidades pequeñas Ptop 5%/Ptop 50% es alto, pero por su tamaño representan muy poco para el país. Estas tablas también incluyen un cálculo de la investigación disruptiva en el último cuatrienio.
Tabla 1. Características de la investigación de las universidades en algunos países. En cada país se considera el conjunto de sus universidades incluidas en el Leiden Ranking
Como se ve en las dos tablas, la situación de las universidades de los países más grandes de la UE es más que preocupante, llegar a 0,1 ya es un triunfo, y España está a la cola. Si se calcula la investigación disruptiva, Australia supera a España nueve veces y el Reino Unido lo hace 11 veces, y Alemania, Francia, Italia y España juntas equivalen al 65% del Reino Unido.
En las universidades la situación es igual. La Universidad de Delft tiene ligeramente menos estudiantes que la Universidad Politécnica de Cataluña pero aporta ocho veces más al conocimiento disruptivo, y las tres universidades españolas aportan cinco veces menos que la Universidad de Cambridge.
En cualquiera de los países grandes de la UE hay universidades pequeñas con ratios Ptop 5%/Ptop 50% altas, ente 0,15 y 0,18, pero por su tamaño la aportación es pequeña. En España, la Universidad de Gerona tiene ratios Ptop 5%/Ptop 50% de 0,13– 0,15, muchos cuatrienios. En eficiencia podría comparase con la Universidad Tecnológica de Delft, pero con una aportación disruptiva diez veces inferior. Bienvenida sea la Universidad de Gerona y alguna otra similar, pero en esto de las universidades pequeñas no nos llevemos a engaño, en Australia la Universidad de Southern Queensland tiene un Ptop 50% similar a la Universidad de Gerona pero Ptop 5%/Ptop 50% es 0.24.
Conocida la situación, la pregunta es si España podría desarrollar un sistema de universidades investigadoras equivalente a los del Reino Unido, Países Bajos o Australia. Y en la contestación a esta pregunta es donde intervienen las universidades privadas, por lo que revelan de la política universitaria. En principio, para llegar a ser como el Reino Unido o Australia, España tiene muchas opciones: cinco universidades como la de Cambridge, 12 universidades como la de Southern Queensland, 94 universidades como la de Gerona o mezclas de muchos tipos de universidades con ratios Ptop 5%/Ptop 50% muy diversos, con la condición de que algunos sean muy altos.
Pero conseguir ratios altos (por ejemplo, 0,14) partiendo de universidades con ratios de 0,075 requiere inversiones notables y aumentar mucho los gastos de funcionamiento; entre ellos, contratar investigadores, como se hace en las universidades más competitivas. Aunque una parte de estos gastos se obtengan de la propia investigación, otra parte importante son gastos públicos dirigidos a fines que superan el nivel autonómico, ya que los procesos de transformación de los avances científicos en innovaciones disruptivas son complejos. Por eso, muchas comunidades no tienen ese proyecto, al menos en las áreas con un componente experimental alto, que son las más necesarias.
Frente a una universidad solo docente, una universidad investigadora en áreas fuertemente experimentales necesita invertir, al menos, cinco veces más en profesores y diez veces más en personal no docente, y en instalaciones e infraestructuras, las diferencias son incalculables. Esto lo han captado muy bien algunas comunidades autónomas, y las universidades privadas han sido un procedimiento de aumentar la actividad docente incluso disminuyendo las inversiones. No es casual que la Comunidad de Madrid sea la que menos invierte en universidades y en la que las universidades privadas duplican a las públicas. Realmente, España no necesita universidades privadas. En el Reino Unido las universidades privadas son anecdóticas y en Australia son solo la sexta parte de las públicas, pero sus universidades públicas son muy fuertes. En gran medida, la proliferación de universidades privadas es solo un síntoma de desinterés, bastantes comunidades autónomas prefieren disminuir los impuestos a invertirlos en universidades investigadoras.
La investigación en las universidades es una actividad estratégica que la UE tiene que mejorar para competir en innovaciones disruptivas con EEUU y China. En estos momentos eso es vital; pero para colaborar, España ha perdido el control de las universidades. Para que el éxito de la investigación en las universidades sea alto se requiere un sistema de universidades mucho más coordinado, exigente y comprometido, y mejor financiado que el que tenemos ahora en España. Obviamente, el problema en la UE no es solo España, y puede que cada país fracase a su manera. Probablemente, la causa más general es que en la UE los políticos están desconectados del trabajo de los académicos, aquí, aquí y aquí.
Hay 17 comentarios
Está muy bien, pero no se entiende cómo la culpa es de las autonomías. La coordinación no es ni mucho menos algo que exista en otros países como el Reino Unido, donde hay universidades de élites privadas (casi todas las buenas son fundaciones privadas) y muchas de públicas y privadas que no las conoce nadie, pero viven de cuatro títulos (e.g., Buckingham). Por cierto, Universidad de Gerona no existe; es "Girona".
Gracias por el comentario. Nadie puede cuestionar la calidad de algunas universidades privadas en otros países. Lo que planteo en la entrada es que las mejores universidades españolas de tamaño medio o grande tienen nivel de universidades de países en vías de desarrollo. Las mejores, en la Tabla 2, no llegan a la eficiencia media de 0,1, el valor más frecuente es 0,075 y muchas están alrededor de 0,05. Esto es un desastre que a la mayor parte de las comunidades autónomas no les preocupa, como demuestra el hecho de que frente a ese desastre bajan los impuestos e impulsan la creación de universidades privadas para que haya plazas para poder estudiar.
Con referencia al nombre de las universidades en Cataluña, Valencia y País Vasco, he usado los nombres recomendados por el Diccionario panhispánico de dudas para textos escritos en castellano.
El descenso de la universidad privada (aunque no he recogido datos de su sector cultural) no debe suceder solo en las Comunidades Autonomas. Si el Estado tuviese esas competencias, ¿desde cuando las ha traspasado? , tambien seguiria su privatizacion de la enseñanza por la via de no dotar de recursos a la publica y promover la privada. Es la fase economica regresiva de un ciclo economico de caracter mundial.¿ Se acuerda de la Marea Blanca?¿ Y de la privatizacion de todas economia y empresas estatales, españolas punteras en rentabilidad, por tanto en investigacion, comparadas con las empresas privadas de sus sectores. Lo mismo sucedio en Europa desde los 80. Más de 600 empresas lideres privatizadas. Es seguro que en Europa se sigue hoy privatizando la la enseñanza en Universidad publica aunque, como usted demuestra, sea lider en invesitigacion cientifica disruptiva. Al reves, un Estado creciente en todos los sectores economicos, sucedio en los 80, en toda Europa. La causa, de fondo, de la diferencia de rentabilidad y eficiencia entre empresa publica y privada es una: TAMAÑO, y sus economias de escala asociadas . Eso y, mucho más, saldra´en un Libro de aparición en Octubre de este año sobre los C.E.R. (ciclos economicos revolucionarios). Si tiene interés, tendré eel gusto de enviarselo.
Saludos cordiales,
Muchas gracias por el comentario, con el que estoy de acuerdo. Sin embargo, creo que las universidades, igual que el CSIC, tienen una situación algo diferente. La posibilidad de que las universidades privadas versión española sean una fuente de investigación es casi nula, y eso cambia la situación. La UE tiene un serio problema de competitividad en relación a EEUU, China y Japón, y varios países en Asia ya están o vienen apretando. Antes o después, la UE se dará cuenta de que tiene que mejorar la investigación y presionará a los países. Y ¿qué va a hacer España con las universidades transferidas y sin competencia sobre ellas? En España, para tener un buen nivel de investigación, bastaría con tres buenas universidades y media docena de un segundo nivel, ahora mismo desconocido. Si ese fuera el objetivo, ¿en qué comunidad autónoma se sitúan?, ¿cómo se coordina todo el sistema universitario? Ese es el problema que yo veo. Si es que llega el día en el que queramos tener una investigación fuerte.
Gracias por la oferta del libro, en la UPM encontrará mi dirección de correo.
Saludos,
Me gustaría añadir una pata más al acertado análisis que haces: la procedencia del alumnado que accede a dichas universidades privadas ( salvo honrosas y escasas excepciones):
- Obviamente tienen los suficientes recursos económicos para accede a ellas. Aquí ya tenemos un primer filtro de entrada.
- Su nivel en conocimientos en materias básicas es paupérrimo, matemáticas sobre todo.
- Ello provoca a su vez que muchos profesores acaben dando infinidad de ayudas, opciones alternativas, etc. para que acaben aprobando determinadas asignaturas. Hay incluso asignaturas de métodos cuantitativos en las que la parte meramente descriptiva es sorprendentemente mayoritaria.
- Les interesa la obtención del título, no les hables de investigación, y mucho menos en áreas hard.
- El grado de absentismo es sorprendente. No entiendo cómo puede ser que en algunas asignaturas llegue hasta el 50%.
En fin, podría perfectamente contar cientos de disfuncionalidades, que conozco de primera mano, por desgracia. Es un sistema que se retroalimenta: tú pagas, yo te doy por lo que quieres y pagas.
Gracias por un artículo tan clarificador.
Gracias por el comentario. Estoy de acuerdo con esa otra "pata".
Suena extraño citar los Estados Unidos como ejemplo de "investigacion disruptiva" para luego señalar como causas de que España no se encuentre a ese nivel la proliferación de universidades privadas o su descentralizacion en las Comunidades Autónomas.
En Estados Unidos existen unas 2,400 universidades privadas (degree granting title IV post secundary education private institutions) osea, aproximadamente, 1 por cada 7 millones de habitantes. En España hay 41 universidades privadas, osea unas 7 veces menos en términos de universidades privadas per capita.
A lo mejor las universidades españolas son pésimas en "investigacion disruptiva", pero no parece que sea porque muchas de ellas son privadas.
Muchas gracias por el comentario, pero creo que no responde al mensaje de mi entrada. Yo no abro ningún debate sobre las universidades privadas, ese es un asunto totalmente diferente al que yo planteo. Tampoco incluyo en las tablas a EEUU o China, la mención a ambos países es en relación con la UE.
El mensaje de mi entrada es que España no tendrá buena investigación disruptiva sin mejorar las universidades y eso tiene que hacerse con una política estatal. En primer lugar, es imposible pensar que cada comunidad autónoma pueda tener una universidad como las de Cambridge, Oxford o el ETH de Zúrich. En segundo lugar, lo que vemos es que, de forma general, las comunidades autónomas no se platean ni algo más modesto: universidades con una “eficiencia” algo mayor de 0,1. Ninguna comunidad autónoma se ha planteado tener una universidad como la de Oporto en Portugal, y no es un problema económico, porque muchas comunidades rebajan los impuestos a la vez que desmantelan las universidades. Como alternativa, se han lanzado a fomentar universidades privadas de las que nadie espera que vayan a resolver el problema de la investigación en España.
En este contexto, y en el de que la UE no compite con EEUU y China en innovación, es en el que yo analizo la aparición de las universidades privadas en España.
Mi error, debí interpretar mal esta parte:
"La proliferación de universidades privadas en España, que pronto serán más que las públicas, es una anomalía y un indicador del deterioro de nuestro sistema universitario."
Aunque ciertamente parece en contradicción con esta parte de su respuesta: "Yo no abro ningún debate sobre las universidades privadas
Gran artículo, con datos muy útiles. No entiendo muy bien, sin embargo, qué responsabilidad tienen las universidades privadas de que las públicas no investiguen a un alto nivel.
De hecho si proliferan las privadas, muchas efectivamente especializadas en docencia (a coste cero para el erario público), eso debería liberar los recursos dedicados a docencia en las universidades públicas, una parte de los cuales se pueden dedicar a la investigación.
Por ejemplo, manteniendo el gasto en universidades públicas, sus profesores-investigadores deberían poder dedicar más tiempo a la investigación, dado que tienen menos alumnos.
Simplemente no entiendo cómo el que muchos alumnos se vayan a la privada eso afecte a los recursos dedicados a investigación en la pública. No creo que sea razonable esperar que si no hubiera universidades privadas las universidades públicas recibirían más recursos para investigación, además de los recursos que necesitarían para dar clases a más alumnos.
Muchas gracias por su aclaración.
Gracias por el comentario y disculpas por tardar en contestar, debido a tener que ausentarme. El problema no está en la docencia, está en la investigación. Yo no abordo el modelo de enseñanza universitaria, aunque me declaro defensor del modelo público. Lo que denuncio es la razón por la que se llega a la proliferación de universidades privadas. En el caso de España es por no querer invertir en universidades públicas. El resultado son universidades que tienen un parámetro de eficiencia que se agrupa alrededor de 0,075 y esas universidades pueden tener una docencia razonable y quizás buena, pero producen poca ciencia y transfieren poca tecnología al sector productivo.
Saludos
Sinceramente, diría que los argumentos no están conectados y tampoco hay base empírica. En una situación contrafactual de universidades estatales estaríamos en mejor situación? Después de leer el artículo realmente no encuentro argumentos para pensar que sí ni que no.
Mi sensación es que el título del artículo no responde al texto del mismo y que la evidencia empírica ni apoya ni desmiente la hipótesis planteada
Continuación:
sea estatal o autonómica. Ninguna duda al respecto. El argumento es que España tendría que tener dos o tres universidades 0,15, cuatro o cinco 0,12 y el resto mejor que ahora, pero no mucho mejor. Como ocurre en los países más avanzados, muchos profesores empiezan en las universidades menos competitivas en investigación y los que logran mayor éxito terminan en las universidades más competitivas. Con este modelo tendríamos Premios Nobel, transferencia de tecnología al sector productivo y seríamos un país tecnológicamente avanzado. En el modelo autonómico hay que resolver quién paga y en qué comunidad se localizan las universidades 0,15. De momento, muchas comunidades autónomas prefieren bajar los impuestos y tener universidades infrafinanciadas con una eficiencia de 0,075 e incluso bastante menos. Siempre nos quedará el turismo.
Gracias por el interés. Una evidencia empírica muy sencilla se puede basar en los Premios Nobel, aunque eso es solo la punta del iceberg.
1. Utilizando la lista de universidades con Premios Nobel de la publicación del enlace “profesores de universidad”, en el segundo párrafo de la entrada, y cruzándola con los datos del Leiden Ranking se llega a una conclusión muy sencilla, para tener Premios Nobel la universidad tiene que tener una “eficiencia” (Tabla 2) de 0,15, por lo menos (0,15 es una referencia aproximada y Japón es una excepción que tiene explicación). Ni la eficiencia ni la “investigación disruptiva” son acumulables. En el Leiden Ranking se puede comprobar que mil universidades 0,075 jamás han tenido un profesor que haya recibido un Premio Nobel y que una universidad 0,15 puede tener un Premio Nobel cada cinco años.
2. Decía que los Premios Nobel son la punta del iceberg porque lo que es más difícil de ver es que las universidades 0,15 generan mucha ciencia, transfieren mucha tecnología al sector productivo y son polo de desarrollo de empresas innovadoras. En las universidad 0,075 (lo más frecuente en España) todo lo anterior o es muy escaso o no ocurre.
3. Las universidades 0,15 requieren inversiones muy altas, aunque a largo plazo se recuperen. Es económicamente imposible tener una de esas universidades en cada comunidad autónoma. Es un hecho incuestionable que si se invierte poco en universidades el resultado es el que tenemos ahora, es igual que la universidad
Muchas gracias, Alonso, por la muy interesante entrada. Un comentario a alguno de los comentarios, sin ánimo de alimentar polémicas que me parece que no son centrales al contenido de la entrada.
Mi impresión es que el argumento en cuanto al modelo de universidad (privada vs pública; estatal vs autonómica,…) está claro, y es perfectamente consistente con el título y con alguna afirmación posterior de Alonso al efecto, y que él mismo ha clarificado en las respuestas posteriores.
Lo interpreto de la siguiente manera. En un mundo (el de muchas si no todas las comunidades autónomas, quizá con honrosas y a menudo puntuales excepciones) en el que cualquier cosa es una universidad (ojalá no fuera así; cabe pensar en una política universitaria mejor integrada en el marco de la política científica estatal que ya tenemos: AEI, CDTI,... --marco muy mejorable, seguramente):
¿Quién se va a ocupar de las inversiones necesarias en capital físico y humano para alcanzar un número adecuado de universidades al nivel de excelencia investigadora que se indica en la entrada?
¿Qué votante va a apoyar políticas encaminadas a lograr esos objetivos?
¿Qué estudiantes van a exigir precisamente los niveles de excelencia universitaria que cabría esperar de instituciones capaces de alcanzar los estándares de investigación a los que apunta la entrada?
Esa es la preocupación, y la palabra clave en lo que a esa preocupación se refiere creo que es “proliferación”.
Gracias Luis por los comentarios y puntualizaciones.
La investigación disruptiva no ocurre por azar. Requiere de una inversión consistente y sostenida en el tiempo que capte los recursos humanos ('atraer talento' lo llaman ahora) y los dote de los recursos materiales necesarios en forma de libertad académica e infraestructuras de calidad. Eso se puede conseguir más fácilmente en una universidad pública que en una privada porque la segunda, como cualquier otra empresa, necesita que el gasto corriente y las inversiones sean menores que el retorno; que generen beneficios económicos y no pérdidas. En el mejor de los casos las universidades privadas pueden seleccionar a los mejores profesores y así atraer estudiantes dispuestos a pagar una matrícula superior por el prestigio de ser egresado de esa universidad y no de otra. Pero eso sólo mejora la formación, no la investigación.
¿Es la proliferación de las universidades privadas la causa de la escasa calidad y relevancia científico-técnica de las públicas? Seguramente no porque hay un histórico de falta de competitividad antes y después de la transferencia a las autonomías. Pero creo que sí se podría argumentar que un elevado número de universidades privadas de mala calidad no ayuda en absoluto a incrementar la calidad de las públicas, por la merma de recursos humanos y financieros que son capaces de detraer hacia un modelo que sólo prima la educación de adultos, no la investigación.
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