¿Las eco-innovaciones generan empleo? Evidencia del sector manufacturero español

Por Sara Fernández, Celia Torrecillas y Guillermo Arenas-Diaz.

En las últimas décadas ha crecido la preocupación por cómo la llamada transición verde afectará al empleo. Esta transición hacia una economía más sostenible requiere transformaciones profundas en la forma de producir y consumir, en línea con los Objetivos de Desarrollos Sostenible de la Agenda 2030. En este proceso, que abarca desde la descarbonización hasta la economía circular, la capacidad de las empresas para innovar en productos y procesos más sostenibles resulta determinante. Las innovaciones que reducen el impacto ambiental o disminuyen el uso de recursos -energéticos o materiales- se conocen como eco-innovaciones. Estas no solo impulsan la sostenibilidad, sino que también transforman la estructura productiva y las dinámicas del mercado laboral, creando nuevas conexiones entre innovación verde y empleo.

El debate del efecto de la innovación sobre el empleo no es nuevo. Esta relación se ha analizado, junto con el crecimiento económico, como pusieron de manifiesto los premios nobel de economía de este año, Phillip Aghion y Peter Howitt, ya en 1994, o más recientemente por Daron Acemoglu y Pascual Restrepo, entre muchos otros. Dicho debate identifica dos posibles canales directos, y múltiples mecanismos de compensación: el efecto ahorro de mano de obra de la innovación de proceso y el efecto creador de mano de obra de la innovación de producto (por ejemplo, aquí a partir de los trabajos de Marco Vivarelli).

En el primer caso, si una empresa introduce una innovación de proceso, se espera que aumente su eficiencia y productividad, requiriendo menos trabajadores por unidad producida. Sin embargo, este efecto directo puede compensarse si la mayor eficiencia reduce los costes y los precios, lo que a su vez estimula la demanda, la producción y, finalmente, el empleo.

En el segundo caso, el efecto directo y positivo de la innovación de producto sobre el empleo se explica mediante la introducción de nuevos productos que pueden generar la creación de nuevos mercados, estimulando así, la creación de nuevos puestos de trabajo. Sin embargo, dicho resultado podría verse mitigado debido a dos posibles efectos indirectos: la canibalización (los nuevos productos sustituyen perfectamente a los viejos productos, disminuyendo la demanda de estos últimos), y las mejoras de calidad de los nuevos productos respecto a los viejos cuando eran nuevos.

Aplicado a la innovación verde (eco-innovación de producto y eco-innovación de proceso) cabría esperar resultados similares: que la eco-innovación de producto tenga un efecto directo positivo a corto plazo sobre el empleo (considerando los posibles mecanismos que podrían mitigarlo) y que la eco-innovación de proceso tenga un efecto de ahorro de mano de obra a corto plazo. No obstante, el impacto final depende no solo del tipo de innovación, sino que puede depender también del propósito ambiental que la impulsa, del perfil de los trabajadores y del sector en el que se aplica. Factores como si la innovación tiene por objetivo mejorar la eficiencia material o energética, o reducir emisiones contaminantes, podrían condicionar la magnitud y dirección del efecto sobre el empleo.

La literatura existente sobre esta relación ofrece resultados mixtos. Algunos trabajos encuentran un efecto positivo de las eco-innovaciones de producto sobre el empleo (por ejemplo, Horbach, 2010 o Licht y Peters, 2014), mientras que otros identifican impactos neutros o incluso negativos, especialmente en el caso de las eco-innovaciones de proceso (Rennings et al. 2004 y Triguero et al. 2017). Además, pocos estudios han considerado simultáneamente las tres dimensiones clave que nosotros contemplamos: los objetivos ambientales de la innovación (eficiencia material, eficiencia energética o reducción de impacto ambiental), el nivel de cualificación del empleo afectado (muy o poco cualificado) y el tipo de industria (limpias y contaminantes).

Nuestro trabajo publicado en Structural Change and Economic Dynamics contribuye a la literatura analizando hasta qué punto las eco-innovaciones de producto y proceso afectan al empleo en la industria manufacturera española, diferenciando por objetivo ambiental, cualificación del empleo y tipo de industria (limpias o contaminantes). Por tanto, la pregunta central es: ¿Las eco-innovaciones de producto y proceso estimulan el empleo manufacturero español?

Para estudiar esta cuestión, adaptamos el conocido modelo de Harrison et al. (2014), ampliamente utilizado para analizar el impacto de la innovación de producto y proceso sobre el empleo, proponiendo una versión “verde”: el “Green Harrison Model.” Esta versión incorpora variables específicas de eco-innovación. En esencia, el modelo relaciona el crecimiento del empleo con el crecimiento de las ventas de productos nuevos (proxy de innovación de producto), y con la adopción de innovaciones de proceso (variable dicotómica). En el Green Harrison Model implementamos un modelo de datos de panel siguiendo el trabajo de Rupert Harrison, Jordi Jaumandreu y Jacques Mairesse (2014). Para estimar los efectos, utilizamos los microdatos del Panel de Innovación Tecnológica (PITEC), que cubre el periodo 2008–2016 para el sector manufacturero español. Esta base de datos contiene información detallada sobre las estrategias de innovación, los objetivos ambientales y las características laborales de las empresas.

En la versión verde del modelo, distinguimos si las innovaciones de producto y proceso tienen diferentes objetivos considerando tres tipos: eficiencia material (reducción del uso de materias primas por unidad producida), eficiencia energética (menor consumo de energía), y reducción de impacto medioambiental (tecnologías que reducen emisiones o contaminación). Finalmente, desagregamos los efectos de las variables considerando trabajadores altamente cualificados (con estudios universitarios) y menos cualificados (sin estudios superiores), y por tipo de industria según su nivel de contaminación (contaminantes o limpias).

¿Qué nos dicen los datos y los modelos?

Durante el periodo analizado, los datos descriptivos muestran que el número medio de empleados es mayor en las empresas que introducen eco-innovación de producto. Concretamente (ver Figura 1), el crecimiento del empleo para la eco-innovación de producto con objetivos de eficiencia energética es de 11.24%, con eficiencia de material es de 10.41% y con reducción en el impacto ambiental es de 9.89%. Por otro lado, el crecimiento del empleo para empresas que introducen eco-innovación de proceso es menor, independientemente del objetivo perseguido (reducción en el impacto ambiental 4.92%, eficiencia energética 4.72% y eficiencia material 4.56%).

Figura 1. Crecimiento del empleo según el tipo de Eco-Innovación

Fuente: elaboración propia en base al PITEC

Los resultados del Green Harrison Model muestran efectos diversos dependiendo del tipo de eco-innovación considerada, del grado de cualificación y del tipo de industria (ver Figura 2). En general, todas las eco-innovaciones de producto (ya sea con objetivos de eficiencia material, energética o ambiental) tienen un efecto positivo y significativo sobre el empleo. En otras palabras, las empresas que lanzan nuevos productos “verdes” tienden a crear puestos de trabajo en España. Estos resultados muestran el efecto directo creador de la innovación de producto sobre el empleo, incluso considerando los objetivos verdes, distintos niveles de cualificación de los trabajadores y el tipo de industria.

En cambio, los efectos de las eco-innovaciones de proceso son más diversos. En nuestro análisis, solo las eco-innovaciones de proceso en industrias contaminantes muestran un efecto positivo y significativo sobre el empleo total. Por otro lado, cuando consideramos a las industrias limpias, las eco-innovaciones de proceso tienden a reducir el empleo, reflejando un claro efecto ahorro de trabajo. Este efecto es más claro para los trabajadores de baja cualificación cuando los objetivos de la eco-innovación están relacionados con la eficiencia de materiales y reducción de impacto medioambiental.

Figura 2. Resultados encontrados de la relación eco-innovación y empleo

Fuente: elaboración propia

Conclusiones e implicaciones de política

Nuestros resultados sugieren que las eco-innovaciones no tienen un efecto uniforme sobre el empleo. En términos generales, las eco-innovaciones de producto tienden a generar empleo, mientras que las de proceso pueden ser ahorradoras o generadoras de empleo según el resto de los factores como el objetivo medioambiental, la cualificación del trabajo y el tipo de industria.

De hecho, el papel del tipo de industria es crucial. En los sectores más contaminantes, la presión regulatoria y la reputación puede incentivar inversiones adicionales en tecnologías verdes y favorecer la creación de empleo asociado a su implementación. En cambio, en los sectores ya relativamente limpios, la introducción de mejoras tecnológicas puede centrarse más en eficiencia y automatización, reduciendo la necesidad de mano de obra, especialmente en los trabajadores de baja cualificación.

Estos resultados tienen diversas implicaciones políticas y de gestión. Por un lado, los gobiernos deberían diseñar y coordinar las políticas de innovación, medioambiente, y laborales, para fortalecer el efecto positivo de la eco-innovación en el empleo. En sectores más contaminantes, las políticas que fomenten la eco-innovación pueden combinar objetivos medioambientales con generación de empleo, especialmente en cuanto a la formación de los trabajadores menos cualificados. Estos temas ya han sido tratados en el blog previamente, por ejemplo, aquí. En sectores ya limpios, las políticas deberían acompañar la adopción de procesos eficientes con formación y recualificación para mitigar pérdidas de empleo por la automatización, como ya se ha discutido en el blog, por ejemplo, aquí.

En resumen, promover la transición verde es compatible con la creación de empleo, pero los resultados dependen del tipo de innovación y del contexto sectorial. Por eso las políticas deben ser selectivas y coherentes en el ámbito de la innovación y en el medioambiental, y venir acompañadas de medidas de formación laboral y en el puesto de trabajo.

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