¿Cómo responden los hombres y las mujeres ante el fracaso?

Por Julia Engel.

El fracaso es una parte normal de cualquier carrera profesional. Las personas que solicitan empleo a menudo son rechazadas, los ascensos se conceden a otros. Avanzar profesionalmente implica seguir esforzándote a pesar de los retrocesos. Esto es especialmente relevante para las mujeres, que siguen estando infrarrepresentadas en los puestos de alta dirección. La investigación existente demuestra que, en general, las mujeres están menos dispuestas que los hombres a entrar en entornos competitivos. Pero ¿qué ocurre una vez que ya están compitiendo? ¿Responden los hombres y las mujeres de forma diferente al fracaso?

Lo que el ajedrez enseña a los economistas

Estudiar esta cuestión en el mundo real es complicado. El rendimiento se mide de forma diferente en cada trabajo y los reveses no siempre tienen un resultado claro. El ajedrez ofrece una alternativa: el fracaso es obvio, una derrota es una derrota, y el rendimiento se mide con precisión.

El ajedrez tambien ofrece un escenario sorprendentemente adecuado para estudiar las diferencias de género en la competición. El ajedrez de alto nivel es muy exigente a nivel cognitivo. Al igual que los altos cargos y ciertas profesiones cuenta con pocas mujeres expertas (De Sousa y Niederle, 2022). Los jugadores se enfrentan a resultados claros y medibles, y las partidas proporcionan información completa sobre el rendimiento, los movimientos y los oponentes. Es importante destacar que la habilidad se puede cuantificar utilizando las clasificaciones Elo, lo que nos permite separar las diferencias debidas a la capacidad de las diferencias debidas a otros factores. Los hombres y las mujeres también difieren en cuanto a estilo y asunción de riesgos (Backus et al., 2023). Todo esto convierte al ajedrez en un entorno ideal para observar cómo el género influye en el comportamiento en un entorno de alto riesgo y donde el rendimiento se basa en la habilidad.

Competición, fracaso y feedback: lo que ya sabemos

Sabemos que los entornos competitivos mejoran el rendimiento tanto de hombres como de mujeres (Gneezy et al., 2003; Gneezy & Rustichini, 2004), aunque ellas son más reacias a participar, especialmente cuando las tareas parecen favorecer a los hombres (Markowsky y Beblo, 2022). Los experimentos de laboratorio muestran que los entornos familiares (Buser, 2016; Cotton et al., 2013), las cuotas (Niederle et al., 2013) y el feedback sobre el rendimiento (Berlin y Dargnies, 2016; Ertac y Szetes, 2011), pueden motivar a las mujeres a entrar y permanecer en la competición.

Más allá de la decisión de participar, los experimentos y estudios de campo revelan que los reveses tienden a reducir el esfuerzo y el rendimiento posterior tanto en hombres como en mujeres. Se observan patrones similares en el deporte, la educación y los mercados laborales: las mujeres que no superan por poco el umbral de selección o son rechazadas por las empresas suelen ser menos propensas a volver a intentarlo que los hombres (Wozniak, 2012; Brands y Fernandez-Mateo, 2017; Wasserman, 2023). Dado que el ajedrez proporciona a los jugadores feedback inmediato y objetivo sobre su rendimiento, puedo observar tanto los cambios en la calidad del juego como la forma en que los resultados en el torneo influyen en la vuelta a la competición.

Métodos

En un reciente articulo, hago un seguimiento de más de 3.500 jugadores de élite en más de 280.000 partidas jugadas durante dos años en los torneos semanales del "Titled Tuesday" de Chess.com. observando tanto las reacciones dentro de un torneo como las decisiones de volver a competir en el siguiente.

Hago una distinción entre las reacciones inmediatas al fracaso y las a más largo plazo, centrándome en las diferencias de género en la respuesta a ambas. Las reacciones inmediatas se miden dentro de un torneo siguiendo cómo cambia el rendimiento de un jugador en la siguiente ronda después de una derrota. Aquí, analizo la calidad del juego, definida como la proximidad de cada movimiento al movimiento óptimo. En el artículo, también considero otras dimensiones del comportamiento, como las elecciones de apertura y si un jugador decide abandonar la partida. Las respuestas a más largo plazo se miden entre torneos, basándome en el tiempo que los jugadores tardan en volver a competir.

En el ajedrez, cada movimiento requiere una reflexión cuidadosa. Para medir el rendimiento cognitivo, comparo los movimientos de cada jugador con los sugeridos por Stockfish 14.1 un software de ajedrez de primer nivel, muy superior a cualquier jugador humano. Este programa calcula el movimiento óptimo y la ventaja resultante para el jugador. Luego lo comparo con la ventaja realmente obtenida. La diferencia se denomina pérdida de "centipeón". Valores más grandes indican decisiones de menor calidad. Dado que las clasificaciones Elo de los jugadores proporcionan una medida independiente de su habilidad, esta medida me permite separar las fluctuaciones de rendimiento debidas a la capacidad de las que reflejan factores conductuales o psicológicos.

Resultados

 

Como puede verse en la figura, los resultados del juego previo influyen claramente en el rendimiento de los jugadores en la siguiente ronda. Tras una derrota, los movimientos de los hombres tienden a ser ligeramente menos precisos (mayor perdida de centipeón), mientras que los de las mujeres mejoran. En promedio, la calidad de juego de los hombres disminuye en aproximadamente medio centipawn por movimiento, mientras que las mujeres mejoran en aproximadamente un centipeón. Aunque pequeños, estos cambios son importantes: un aumento de un centipeón en la ventaja corresponde a un cambio de aproximadamente 0.1 puntos porcentuales en las posibilidades de un jugador de ganar la partida. Estos resultados sugieren que, ante los fracasos, las mujeres en este entorno competitivo parecen agudizar su juego, mientras que los hombres muestran un declive pequeño, pero medible.

Como su nombre indica, la serie "Titled Tuesday" se celebra semanalmente. Los jugadores pueden elegir cuándo volver a competir. Un tiempo de espera de una semana corresponde a reincorporarse a la competición en la primera oportunidad disponible. Los datos muestran un patrón claro: los jugadores con mejores resultados regresan más rápido, mientras que los que obtienen peores resultados esperan más tiempo, lo que concuerda con una actualización racional de las creencias. Es importante destacar que hombres y mujeres responden de manera similar y vuelven a participar en el torneo en proporciones comparables. La conclusión es que, en este entorno transparente y rico en feedback, los reveses no amplían la brecha de género en la voluntad de competir.

Mientras que el ajedrez proporciona un feedback transparente, la mayoría de los entornos competitivos del mundo real son mucho más complejos. En el trabajo, la universidad y otros ámbitos, los hombres y las mujeres suelen recibir diferentes tipos de feedback por el mismo rendimiento, ya sea a través de evaluaciones formales, cartas de recomendación o señales informales de reconocimiento. Incluso si, en principio, hombres y mujeres reaccionan de la misma manera a ese feedback, las diferencias en la calidad de las señales pueden llevar a las mujeres a evaluar sus posibilidades de éxito de manera diferente, lo que las desalienta sutilmente a competir o avanzar. El ajedrez demuestra las virtudes del feedback justo y transparente.  Proporcionar comentarios claros e inequívocos y oportunidades repetidas para competir ayuda a asegurar la igualdad de oportunidades y a que los resultados reflejen más el talento que el género.

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