No haga caso, los científicos (económicos) estamos sesgados, lo dice la ciencia (económica)

"Liar Paradox Buttons" by Covingtonfan56

El título de esta entrada, sugerido por el artículo que les voy a comentar hoy, es un homenaje a la “paradoja del mentiroso.” Su origen se retrotrae al menos a la civilización griega, en la que circula como la paradoja de Epiménides, un cretense que dice que todos los cretenses mienten siempre. Lo que les voy a contar va en esa línea. Un artículo escrito por economistas (Jelveh, Kogut y Naidu), que sugiere que la investigación de los economistas tiende a estar sesgada por sus preferencias políticas.

Aparte de esta relación la cuestión es seria. En este blog intentamos dar información no partidaria sobre economía e intentamos que sea lo más objetiva posible. Y no somos los únicos. Los ministerios, consejerías, bancos centrales, ONGs, y organismos internaciones de todo tipo consultan a economistas para obtener información técnica que les ayude en sus decisiones. En general, a los economistas nos gustaría pensar que nuestro trabajo consiste en desplegar para el decisor un abanico de posibles opciones, lo que llamaríamos “la frontera factible” y el decisor agrega las preferencias de sus electores para adoptar la alternativa que mejor responde a esas preferencias. Pero, ¿y si esa descripción tan nítida que contamos en nuestras clases de introducción no se corresponde con la realidad? ¿Y si nuestra descripción de los tradeoffs que presentamos a los decisores está sesgada para acomodarse a nuestras propias preferencias políticas? Eso es precisamente lo que investigan Jelveh, Kogut y Naidu en un artículo recién aparecido en el Economic Journal. Vamos a ver cómo se desarrolla la investigación para ver si nos creemos al cretense mentiroso.

Primero, los autores obtienen información sobre los posibles autores de los censos de miembros de la Asociación Americana de Economía (AEA) en 1993, 1997, 2002, y 2009. Los miembros no son sólo estadounidenses, todos los que nos suscribimos a sus revistas somos miembros de la AEA. Para conocer la ideología de los economistas utilizan el registro de la Comisión Electoral de Elecciones que obliga a hacer pública la identidad de todas las personas que donan al menos 200 dólares en las elecciones. También utilizan la firma de peticiones públicas. Si alguien firma más peticiones de izquierdas que de derechas y/o contribuye más a la izquierda que a la derecha, es considerado de izquierdas. Si contribuye y/o firma más para la derecha, es catalogado de derechas. Si ni firma ni contribuye, o firma de un lado y contribuye de otro, se le cataloga como indeterminado. La inmensa mayoría son claramente de un lado o de otro, por suerte.

Para conocer la ideología en las publicaciones se seleccionaron 62,888 artículos de 93 revistas publicados en JSTOR (un repositorio de publicaciones) entre 1991 to 2008. También se descargaron 17,503 documentos de trabajo del National Bureau of Economic Research de junio de 1973 a octubre de 2011, eliminando duplicados. Para analizar la ideología se utiliza un método de procesamiento de lenguaje natural, tomado del artículo del Gentzkow y Shapiro que le explicó aquí Manuel Bagüés. Esencialmente buscan las palabras y frases más comúnmenete usadas por economistas de un y otro lado del espectro.

Los autores tienen cuidado de observar que no toda la asignación ideológica venga de la prevalencia del campo de estudio, es decir de que no todo lo que esté en economía laboral sea “de izquierdas” y lo de finanzas “de derechas”. Esto lo hacen utilizando la clasificación de temas del Journal of Economic Literature, y también vía un algoritmo de Asignación Latente de Dirichlet (LDA) un procedimiento estándar de aprendizaje automático.

Una vez hecho este refinamiento se tienen 2471 autores cuya ideología se conoce, y 20029 artículos de los que se extraen unas 10000 frases. Entonces se pasa a analizar la probabilidad de predecir la ideología del autor por sus escritos. Se separan los autores en cinco grupos y se utilizan las expresiones de los cuatro de ellos para crear un modelo predictivo de ideología que después se comprueba en el grupo que se excluye (eliminando los autores que tienen coautores en el grupo de comprobación). Una vez seleccionadas las frases que predicen ideología de esta manera, se busca predecir la ideología de los autores usando árboles de decisión, un algoritmo de aprendizaje automático no paramétrico que divide recursivamente el espacio de entrada en regiones que buscan maximizar la homogeneidad de la variable de resultado en cada región.

Los autores evalúan el modelo de predicción calculando el área bajo la curva operativa del receptor o AUC, que puede interpretarse como la probabilidad de que el clasificador coloque a un autor que saben que es derecha elegido al azar más alto en la escala partidista que a un autor que saben que es de izquierda elegido al azar. La probabilidad de hacer la asignación correcta es de alrededor del 70%

Para verificar que este modelo captura la idea del autor, y no la de la revista donde publican, vuelven a estudiar el modelo para producir ideologías predichas para cada artículo en lugar de para cada autor. Luego hacen una regresión estas ideologías a nivel de artículo sobre en un efecto fijo de autor, un efecto fijo de revista y un efecto fijo de tiempo. El 10-q5% de la variación lo predice la revista, el 20-25% y el resto hasta el 50% de la variación explicada, la correlación entre revista y autor. Utilizando esta misma metodología se puede también observar la contribución de las revistas a la ideología del artículo. No sé cuán relevante es esto, pero de los top5  el JPE, QJE y REStud son “de derechas”, el AER es “centrista” y Econometrica “de izquierdas.”

Probablemente más importante es que esto tiene que ver con que las áreas tienen diferentes inclinaciones políticas y la mezcla de áreas en cada revista generalista son diferentes, como se puede ver en el gráfico adjunto.

Pero quizá lo más importante del artículo es que la ideología permite predecir el tamaño de los coeficientes de las regresiones de efectos de políticas en los artículos, que se puede ver más abajo. Claramente la correlación es positiva.

Pero para entender las magnitudes los autores dan un ejemplo de política fiscal. Considerando la elasticidad de la renta imponible sobre la elasticidad de la oferta laboral y extrapolando de la ideología más liberal de a la ideología más conservadora, terminan con tasas impositivas óptimas del 95% al ​​46%.

Claramente esto es un problema para los decisores y para los ciudadanos. Si no podemos fiarnos de las recomendaciones de los economistas, ¿qué hacemos? Me temo que no hay soluciones sencillas. Habrá que insistir en pedir segundas, terceras y cuartas opiniones. No fiarnos de un solo artículo que nos dice que hay que subir (o bajar) el salario mínimo, el impuesto marginal máximo, o la ratio en las escuelas. Y aplicar el sentido crítico, para lo cual es muy importante que la calidad de la educación mejore. Créanme, se lo dice un cretense, quiero decir alguien muy interesado en economía de la educación

Hay 4 comentarios
  • Cualquier parecido a la realidad seguramente sea pura coincidencia. Dicho eso:
    esta charla tiene algo que ver con cierta conferencia dada el jueves en cierto foro de Madrid?
    Gracias.
    Saludos.

  • Esto es algo que mucha gente percibe de forma intuitiva. Encima, como parece haber distintas inclinaciones políticas en distintas áreas (unas son claramente más de derechas, y otras claramente de izquierdas), los hinchas de ambos lados encuentran justificación para desacreditar a los científicos económicos. Una pena.

  • Estimado Antonio,

    El problema de aplicar criterios epistemológicos como verdadero o falso en contextos interpretativos introduce un grado de complejidad adicional.

    Habría dos tipos de hechos a priori, los derivados de causas físicas (naturales) (sin finalidad), y los derivados de causas teleológicas (no-naturales) (telos = finalidad).
    Esta distinción no es baladí, ya que de no aplicarla surgen innumerables conflictos y contradicciones con la confusión subsiguiente.

    Así, la diferencia entre un Tsunami y una Crisis Financiera Global, es que obedecen a causas de “naturaleza” muy distinta. Y que, los procesos que se dan en ambas puedan formalizarse mediante el uso del instrumento técnico-matemático no debe apartarnos de dicha distinción.

    Por ejemplo, la desregulación del mercado financiero es un hecho cuantificable y verificable, que podría tener una causa subyacente como la voluntad de unos determinados individuos que copan puestos estratégicos. Que bajo el pretexto de la liberalización, censuran a los críticos acusándolos de contaminar la economía con ideología, mientras ellos sacan tajada de forma natural.

    Un saludo

  • Se me ocurre una alternativa lúdico-económica:

    ¿Se podrían establecer controles anti-doping a los economistas?

    Para detectar cualquier substancia ideológica en su cuerpo doctrinario.

    Esto se podría complementar con la prueba del polígrafo, que se realizaría de forma periódica. Con un un cuestionario a superar para demostrar su grado de asepsis o pureza científica.

    Una máquina infalible para detectar la verdad u objetividad anti-ideológica que acompañara a cada artículo, paper o recomendación de política económica.

    Con los menos reincidentes se podría establecer un consejo asesor que diseñaría las políticas públicas junto a los organismos decisores.

    Y los que no pasaran el corte los madaríamos a la reconversión como periodistas deportivos.

    Visca Barça

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