Las mujeres rinden más sin hombres

Por Marcela Gomez-Ruiz, María Cervini-Plá y Xavier Ramos

A pesar de que la brecha educativa entre hombres y mujeres se ha reducido considerablemente en los últimos años, las mujeres siguen infrarrepresentadas en las áreas de STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), tanto en el sistema educativo como en el ámbito laboral. Este hecho es relevante porque estas profesiones tienden a ser mejor remuneradas.

Una de las posibles explicaciones de esta brecha de género en STEM son los mecanismos de entrada. En general, los programas educativos focalizados en STEM son altamente competitivos y sabemos gracias a diversos estudios que las mujeres desempeñan peor que los hombres en estos entornos.   Asimismo, otros estudios también muestran que este peor desempeño puede estar relacionado con la percepción de género de la tarea usada para evaluar ese desempeño y también con la composición de género del grupo competidor.

En un estudio que hemos realizado recientemente, aprovechamos un cambio exógeno en la composición de género en un examen de acceso a un programa de STEM en Uruguay para estudiar cómo varía el desempeño de las mujeres cuando compiten o no con hombres.

En concreto, analizamos los resultados de la prueba de ingreso a un programa educativo de un año cuyo objetivo es proveer habilidades de programación a jóvenes. Este programa es ofrecido por un organismo público de Uruguay que promueve la innovación educativa mediante el uso de tecnologías digitales. Para poder participar de dicho programa es necesario aprobar una prueba de ingreso. Se trata de una examen de elección múltiple que consta de cuatro secciones: comprensión verbal, matemáticas, concentración (que incluye tareas de esfuerzo real) y razonamiento lógico.

En el año 2019, por primera vez desde su creación, el programa admitió exclusivamente a mujeres, mientras que en los años anteriores (2017-2018) y posteriores (2020 a 2022), tanto hombres como mujeres eran elegibles. Este cambio exógeno en la composición del grupo de participantes nos permite evaluar el impacto de la composición de género en el desempeño de las mujeres, comparando sus resultados cuando compiten únicamente con mujeres (es decir, en 2019) versus cuando compiten con hombres (los otros años).

El año en el cual participaron solamente mujeres tuvo efecto sobre la composición y el rendimiento de las candidatas. En primer lugar, encontramos que cambió el perfil socioeconómico de las mujeres postulantes. En comparación con aquellas que participaron en ediciones mixtas, las mujeres que hicieron la prueba de ingreso en 2019 muestran características individuales típicamente asociadas con un desempeño académico inferior, como niveles educativos más bajos o un menor acceso a la tecnología. Esto implica que la ausencia de hombres en el programa tuvo un efecto atracción y pudo haber alentado a participar a mujeres que, de otra manera, podrían haberse sentido desanimadas o intimidadas a participar en el programa si el entorno hubiera sido mixto.

En segundo lugar, y a pesar de esta selección negativa, las mujeres tuvieron un 5% más de probabilidades de aprobar la prueba de ingreso en 2019 y, por lo tanto, de participar en el programa, que en años posteriores.  El mejor rendimiento de las mujeres en la edición donde solo se admitieron mujeres se debe no sólo a que intentaron responder una mayor cantidad de preguntas, sino a que también aumentó su proporción de respuestas correctas; es decir, las mujeres respondieron a las preguntas con mayor exactitud.

En tercer lugar, como se puede ver en la Tabla 1, encontramos que el desempeño en las tareas tradicionalmente consideradas masculinas (matemáticas y lógica) es mayor en las mujeres que realizaron la prueba en un entorno solamente femenino que las que lo realizaron en un entorno mixto. Sin embargo, no encontramos un cambio en el desempeño de las mujeres en la tarea donde los hombres típicamente suelen tener un desempeño inferior, la de comprensión verbal. Más precisamente, la ausencia de participantes masculinos produjo a un aumento de 0,1 desviaciones estándar en las puntuaciones de las mujeres en matemáticas y razonamiento lógico en comparación con las mujeres que participaron en ediciones mixtas.

Tabla 1: Resultados en desempeño

Este resultado es consistente con la teoría de la amenaza del estereotipo que sostiene que las personas rinden peor cuando se enfrentan a expectativas negativas sobre su grupo social. En este caso, la ausencia de hombres parece haber liberado a las mujeres de la presión implícita de confirmar estereotipos sobre sus capacidades en matemáticas, permitiéndoles desempeñarse mejor.

Cuando exploramos los mecanismos detrás de esta mejora en el rendimiento, encontramos que las mujeres se esfuerzan más cuando toman la prueba de ingreso únicamente con otras mujeres. Para medir el esfuerzo, utilizamos tres preguntas del bloque de concentración que no requieren conocimientos previos, lo que permite evaluarlo de manera directa. Los resultados muestran que las mujeres ejercieron más esfuerzo en 2019 que en otros años, y al controlar por esta variable, el efecto positivo del examen en la edición que solo hay mujeres desaparece. Esto sugiere que el mejor desempeño está totalmente relacionado con el mayor esfuerzo.

Nuestro estudio revela la importancia de dedicar esfuerzos en crear entornos que minimicen los estereotipos de género y promuevan un sentido de pertenencia entre los grupos subrepresentados. Esto se podría realizar a través de intervenciones en el sistema educativo desde etapas tempranas, de la promoción de modelos femeninos en áreas STEM y la creación de espacios donde las mujeres puedan rendir en su máximo potencial en ausencia o presencia de hombres.

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