De Claudia Hupkau (@claudiahupkau)
¿Afecta la crisis provocada por el COVID-19 de manera desigual a hombres y mujeres? En esta entrada resumo los resultados de dos recientes estudios (aquí y aquí), realizados para el Reino Unido y España, que intentan responder a esa pregunta, de la que ya se habló aquí. Analizamos tanto los efectos directos sobre el mercado laboral, como los posibles efectos indirectos causados por el aumento significativo de la necesidad de cuidado de hogar y de niños, y posibles cambios en la distribución de las tareas de hogar entre hombres y mujeres.
Trabajo de mercado
En la figura 1 mostramos la distribución de empleos en España y Reino Unido en el segundo trimestre de 2019, desde la perspectiva de la crisis de la COVID-19. Dividimos los empleos en “bajo cuarentena” (e.g. hostelería, restaurantes, comercio de bienes no esenciales) y “esenciales” (sanidad, administración pública esencial y seguridad). El resto de empleos se divide entre los que no y sí se pueden realizar desde casa, utilizando el índice de “teletrabajabilidad” desarrollado aquí.
Figura 1: Composición de la fuerza laboral según la incidencia de COVID
Lo primero que destaca en esta figura es que las mujeres tienen mayor riesgo de haber perdido su empleo desde el inicio de la crisis, porque están sobrerrepresentadas en los sectores bajo cuarentena. La diferencia entre géneros en España es de 8 puntos porcentuales, en el Reino Unido de 6 puntos.
Lo segundo que destaca es que los hombres tienen mucha mayor probabilidad de trabajar en ocupaciones que no se pueden realizar desde casa. Eso afecta a un total de 28% de los hombres trabajadores en España y el 29% en el Reino Unido. Para las mujeres, los porcentajes son 14% y 11%, con una brecha de género (a favor de las mujeres) de 14 y 18 puntos porcentuales en España y Reino Unido, respectivamente. Si sumamos los trabajos bajo cuarentena y los que no se pueden realizar desde casa, casi el 50% de los hombres trabajadores en España, y el 42% en Reino Unido, se ve afectado, mientras que para las mujeres estos porcentajes son del 43% y el 30%, respectivamente.
¿Significa esto que, como en recesiones anteriores, los hombres se verán más afectados que las mujeres? Probablemente no. Primero, los trabajos bajo cuarentena tienen mayor riesgo de estar destruidos, mientras que las actividades que no se pueden realizar desde casa pero que no implican interacciones sociales frecuentes (por ejemplo la construcción o la industria manufacturera) muy probablemente se reanudarán a corto plazo. Las mujeres también tienen mayor probabilidad de tener un contrato temporal, con mayor riesgo de extinguirse durante la crisis. Segundo, datos recientes sobre el Reino Unido (aquí) demuestran que desde el inicio de la crisis de la COVID-19, las mujeres tienen más probabilidades de haber perdido su empleo que los hombres, aun trabajando en empleos y sectores similares y teniendo los mismos niveles de formación.
Trabajo no de mercado
Una característica única de la pandemia de la COVID-19 es el cierre de todas las guarderías y escuelas. Ello ha supuesto añadir, a las necesidades ya existentes de la producción doméstica, todos los servicios de educación y de cuidado de niños (aunque también muy importante, no analizamos el cierre de los centros de día para los mayores en este post).
El impacto de la COVID-19 en la distribución de estas tareas adicionales depende de varios factores. En primer lugar, depende de la situación del hogar. En España, el 12 % de los padres con hijos a su cargo son madres solteras, mientras que los padres solteros representan tan solo el 2 % (estas cifras son el 20% y el 3%, respectivamente, en Reino Unido). Por tanto, las mujeres tienen más probabilidades de ser las proveedoras únicas del cuidado de los niños durante este periodo.
En segundo lugar, la distribución de la producción doméstica depende de la situación laboral de la pareja (en su caso). Si el trabajo de la madre es en un sector esencial y su pareja está en un sector bajo cuarentena, está forzado a trabajar desde casa, o no trabaja, el padre se convertirá en el principal encargado del cuidado de los niños. En cambio, si la madre trabaja en un sector no esencial o bajo cuarentena – y por tanto se ve forzado a permanecer en casa–, ella se convertirá en la proveedora única de las necesidades adicionales de cuidado. La figura 2 muestra la distribución estimada de la carga adicional de cuidado de hijos para España y Reino Unido para parejas con hijos a cargo.
Figura 2: Distribución de la carga adicional de cuidado de hogar e hijos – parejas con hijos a cargo
Fuente: EPA y UK Labour Force Survey (Abril-Junio 2019). Muestra: Hogares de parejas con hijos menores de 16 años.Tanto en España como en Reino Unido, las madres tienen más probabilidades de soportar la mayoría (o toda) la carga adicional causada por el cierre de los colegios y guarderías. Eso es porque ellas tienen más probabilidades de (1) trabajar en un sector bajo cuarentena y (2) de no trabajar. La brecha en Reino Unido es más pequeña, principalmente porque allí las mujeres están sobrerrepresentadas en los sectores esenciales, que no cesan su actividad durante las medidas de distanciamiento social. Pero, en aproximadamente el 15% (19% en Reino Unido) de las parejas, el padre se convertirá en el principal proveedor del cuidado de hijos. Este cambio “obligado” en los roles de género puede tener consecuencias permanentes para las familias afectadas, más allá de las circunstancias a corto plazo, acelerando así la evolución de las normas al reducir las ventajas comparativas de género.
En aproximadamente el 60% de las parejas con niños a cargo, se comparten de alguna manera estas tareas adicionales. Los datos de la Gran Recesión que aporta este estudio revelan que las mujeres asignaban una mayor parte de la reducción de la jornada al cuidado de los hijos y al hogar, y este patrón probablemente va a repetirse en la crisis actual. Datos sobre el uso del tiempo recogidos por Lídia Farré y Libertad González, de los que se ya se habló aquí, muestran que desde el comienzo del confinamiento en España, las mujeres tienen mayor probabilidad de ser las responsables principales de las tareas del hogar, incluyendo el tiempo dedicado a la educación de los niños, y eso es así aun cuando ambos progenitores trabajan.
Es posible que los patrones de teletrabajo que se adopten durante el confinamiento pueden acelerar una tendencia preexistente hacia modalidades de trabajo flexibles. Debido a unas mayores responsabilidades en el hogar, las mujeres tienden a valorar más que los hombres los horarios de trabajo flexibles y los desplazamientos más cortos (ver aquí y aquí), con lo cual pueden verse más beneficiadas por las oportunidades que ofrece un aumento en la posibilidad de trabajo a distancia. Pero también puede llevarlas a asumir mayores cuotas de producción doméstica y reducir su progresión profesional.
En conclusión, sí, parece que esta crisis afecta de manera desigual a hombres y mujeres en cuanto al trabajo de mercado y no de mercado. Las mujeres tienen más probabilidad de haber perdido (o perder) su empleo mientras duren las medidas de distanciamiento social, y son en la mayoría ellas quienes se encargan de la educación y del cuidado de los niños mientras siguen cerrados los colegios. Sin embargo, la crisis puede tener consecuencias positivas en la evolución de las normas de género y en la adaptación más extendida de modalidades de teletrabajo. Eso puede llevar a una mayor igualdad de género en la distribución de las tareas domésticas a medio y largo plazo.
Hay 1 comentarios
Una duda sobre la figura 2: si se refiere a quien se encarga de las “tareas del hogar” durante esta época de confinamiento, muestra unos resultados muy diferentes a los que se presentaron en un artículo anterior: https://nadaesgratis.es/admin/quien-se-encarga-de-las-tareas-domesticas
Allí las autoras encontraban para España diferencias mucho más marcadas entre hombres y mujeres, creo yo. ¿Alguna idea de por qué puede haber tanta diferencia?
Muchas gracias y gracias por el trabajo
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