Estamos hablando mucho estos días sobre los posibles efectos económicos de la crisis provocada por el coronavirus (por ejemplo aquí, aquí y aquí). Los efectos a corto plazo sobre el empleo ya son evidentes, y de ellos hablábamos ayer (aquí). En la entrada de hoy, quería contarles los resultados de un trabajo muy reciente en el que los autores, macroeconomistas interesados en género, estudian los efectos potenciales de la covid-19 sobre el mercado de trabajo, tanto a corto como a largo plazo, centrándose en posibles efectos diferenciales por género. El trabajo, reseñado también por el New York Times este martes (aquí), se centra en efectos indirectos, es decir, más allá del impacto directo de la enfermedad sobre la salud y productividad de las personas contagiadas (sobre las diferencias en letalidad por género ya hablé aquí). Usan datos para EEUU, pero la mayoría de los efectos que destacan se pueden aplicar también a España.
Las conclusiones se pueden resumir en dos frases. En el corto plazo, la crisis golpeará más a las mujeres. A largo plazo, es posible que se produzcan cambios en la organización del trabajo y en las normas sociales que resulten más beneficiosas para las mujeres que para los hombres. Veamos por qué.
El corto plazo
En primer lugar, el corto plazo (ahora). Como es bien sabido, las crisis económicas recientes han tenido impactos más negativos sobre el empleo masculino que sobre el femenino. Por ejemplo, en la última recesión (a veces denominada “mancession”), los sectores más afectados fueron la construcción y la industria, sectores predominantemente masculinos. En España, con datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) de 2019, el 92% de los trabajadores en el sector de la construcción eran hombres (el 72% en el sector de manufacturas). El sector servicios, más feminizado, se vio afectado en menor medida. Sin embargo, en la situación actual, todo parece indicar que será diferente, y el sector servicios (y en particular la hostelería) puede ser precisamente el más golpeado. Según la EPA, el 53% de los trabajadores de la hostelería en España eran mujeres en 2019.
El trabajo también considera la “exposición” de hombres y mujeres a la crisis en base a las posibilidades de teletrabajar, que varían mucho entre ocupaciones. De nuevo, este factor indica que el empleo femenino sufrirá al menos tanto como el masculino.
Pero hay otro factor, quizá aún más importante: el cuidado de los hijos. Con el cierre de los centros educativos, el cuidado de los niños ha de realizarse en casa, y sin la ayuda de abuelos o cuidadoras. ¿Quién está cuidando de nuestros niños? Principalmente, las madres. Para empezar, porque hay muchas más madres solas que padres solos. En España, el 15% de los menores de 16 años viven con su madre, mientras que menos del 3% viven sólo con su padre (EPA 2019). Muchas de estas madres solas no tienen la posibilidad de teletrabajar, o simplemente no pueden trabajar en absoluto en esta situación.
Desde luego, las familias biparentales también tienen problemas para ajustarse a los cambios en las necesidades de cuidado de los hijos. Incluso en parejas en las que ambos progenitores trabajan a tiempo completo, las madres se encargaban del cuidado de los hijos en mayor medida que los padres. Seguramente ahora ellas también se responsabilizarán de gran parte de la carga adicional.
Es decir, en el corto plazo, el empleo de las mujeres sufrirá seguramente bastante más que el de los hombres. Para muchas, esto dará lugar a pérdidas de renta persistentes, así como peores oportunidades laborales en el futuro.
El largo plazo
¿Qué hay del largo plazo? De cara al futuro, la visión es algo más positiva desde la perspectiva de género.
1. Mayor flexibilidad laboral: Muchas empresas están haciendo un esfuerzo para adaptarse al teletrabajo. Una combinación de aprendizaje y cambios en las “normas sociales” puede hacer que las posibilidades de conciliar familia y trabajo mejoren en un futuro próximo. Dado que las mujeres se encargan del cuidado de los hijos en mayor medida que los hombres, este tipo de evolución las beneficiaría más a ellas.
2. Cambios en normas sociales: Basándose en la distribución del empleo en los sectores esenciales y en la variabilidad en capacidad de teletrabajar, los autores estiman que durante la crisis, el padre se convertirá en el cuidador principal de sus hijos en aproximadamente el 10% de los hogares en los que ambos progenitores trabajan a tiempo completo (en EEUU). Muchos hombres tendrán responsabilidades de cuidado mucho mayores que antes, algunos por primera vez. La experiencia y estudios previos sugieren que esto puede cambiar de manera permanente la distribución de tareas en el hogar, a través de cambios en las actitudes sobre roles de género.
Recomendaciones de política
A pesar de los posibles efectos positivos a largo plazo, el reto a corto plazo es apoyar a los miles de mujeres que se encuentran sin opciones para combinar trabajo y cuidado de los hijos. Los autores también presentan otras sugerencias que ya están siendo implementadas en algunos países:
1. Cubrir el 80% de los ingresos para personas que no pueden trabajar por tener que cuidar de sus hijos, condicionado a que la relación laboral se mantenga (es decir, que la persona se pueda reincorporar a su trabajo cuando los niños vuelvan al colegio).
2. Eliminar el requisito de estar empleado de todas las ayudas gubernamentales, y no contar las interrupciones laborales de estos meses de cara a ayudas futuras (en EEUU hay muchos programas sociales a los que sólo se puede acceder si se está trabajando).
3. Extender el seguro por desempleo a personas que dejen de trabajar voluntariamente debido a sus necesidades de cuidado de menores.
4. Para las universidades, extender la duración del contrato SÓLO para profesores y profesoras con hijos menores de 14 años. Medidas similares en otros trabajos con sistemas de promoción parecidos (en los que de cara a la renovación del contrato se evalúa la productividad del trabajador durante un periodo de tiempo predeterminado).
El artículo explica todos estos puntos con mucho más detalle, para el caso de EEUU. Próximamente intentaremos presentar datos y pronósticos más detallados también para el mercado de trabajo español.