El populismo, ¿causas económicas o culturales?

trumpTodavía cada día que me levanto me pregunto cómo pudo ganar Brexit en el referéndum del pasado Junio. Y cada vez que oigo a Trump, me pregunto cómo una persona que dice semejantes disparates puede ser candidato a presidente de los Estados Unidos. Cada día que pasa me da la impresión que lo entiendo menos… En busca de alguna pista que me ayude, decidí leer un documento de trabajo reciente de la Harvard Kennedy School titulado “Trump, Brexit, and the Rise of Populism: Economic Have-Nots and Cultural Backlash.” En esta entrada intentaré resumirlo para aquellos que no lleguen a leerlo, pero no soy experto en el tema así que pido perdón de antemano porque seguro que me equivoco en algo. También les advierto que tendrán que leer varios párrafos antes de llegar a los resultados empíricos.

Según los autores del trabajo, el profesor Ronald Inglehart de University of Michigan y la profesora Pippa Norris de la Harvard Kennedy School, el porcentaje de votos a partidos populistas en Europa ronda el 13%, y tan solo era del 5% en 1960. En el mismo periodo el porcentaje de parlamentarios populistas se ha triplicado del 4% al 13%. Y claro está, su influencia no acaba en los parlamentos. Para evitar que hagan mella en su electorado, los partidos tradicionales reaccionan adoptando políticas similares a las que defienden los partidos populistas. Por ejemplo, en el Reino Unido, los partidos tradicionales endurecieron su postura ante la inmigración cuando quedo claro que UKIP, el partido de Nigel Farage, estaba ganando simpatizantes.

Seguramente cada uno de nosotros entiende algo distinto por populismo. Para los autores del documento, tiene tres elementos: anti sistema, autoritarismo, y nativismo. El populismo es anti sistema: considera que las “clases dirigentes” (políticos, personajes de los medios de comunicación, grandes empresarios, intelectuales, expertos, científicos) son corruptas, y tienen una conspiración contra la “gente normal y corriente”. El populismo es autoritario en el sentido que prefiere un líder fuerte y carismático frente a las instituciones de la democracia representativa. Además, el populismo está en contra de lo que sea multicultural, y favorece excluir lo que venga de fuera. Está en contra de la cooperación internacional, y siempre pone primero el interés de la “gente normal y corriente.” Seguro que al lector le cuesta bien poco hacer una correspondencia entre estos tres conceptos de anti sistema, autoritarismo, y nativismo y lo que Trump ha estado diciendo en sus discursos.

El objetivo del documento de trabajo es determinar si el reciente aumento del populismo es fundamentalmente a causas económicas o culturales. Como casi siempre, se plantea como un tema de blanco o negro, pero los autores son los primeros en decir que seguramente los dos factores son importantes, pero que intentan determinar cual lleva más peso. ¿Pero que quieren decir con causas económicas o culturales?

Según la hipótesis de las causas económicas, el incremento del populismo se debe al aumento del la desigualdad de renta y riqueza, posiblemente debido a la globalización, automatización de tareas, economía del conocimiento, y las políticas de austeridad. El incremento de la inseguridad económica ha llevado al resentimiento en contra del sistema. Por supuesto, esto afectaría a los desempleados, trabajadores poco cualificados, y personas que reciben beneficios sociales. Dentro de esta visión, los inmigrantes son malos porque “quitan” los trabajos y se benefician de los servicios públicos.

Por el contrario, según la hipótesis de reacción cultural, el aumento del populismo se debe a una reacción en contra de los valores culturales post-materialistas que han avanzado en sociedades occidentales desde los setenta. La manifestación más clara del avance de los valores post-materialistas son la preocupación por el medio ambiente, los derechos humanos, la equidad de género, y el cosmopolitanismo. Esta revolución silenciosa (que fue por primera vez descrita por uno de los autores del documento de trabajo, véase aquí o aquí) ha hecho que aquellos con “valores tradicionales” no se encuentren identificados en un “sistema” que ha adoptado los valores post-materialistas. ¿Quiénes son los que mantienen los “valores tradicionales”? Mayoritariamente, las personas mayores, menos educadas, y en la mayoría hombres que en el pasado eran portadores de los valores predominantes, y que no participaron de esta revolución silenciosa de la que surgió los valores post-materialistas.

El análisis empírico para adjudicar entre el peso relativo de la hipótesis económica y la cultural, se realiza en dos etapas. En una primera etapa, se utiliza una encuesta, la “2014 Chapel Hill Expert Survey” que pregunta a expertos en política europea sobre el posicionamiento de partidos políticos europeos en una serie de políticas. Utilizando esas respuestas y un análisis factorial, determinan qué partidos políticos europeos consideran populistas.

En una segunda etapa, utilizan los datos de la Encuesta Social Europea en la que se pregunta a los entrevistados por el partido que votaron en la última elección nacional. Analizan conjuntamente todas las encuestas desde el 2002 al 2014, por lo que terminan utilizando la información de casi 300.000 individuos repartidos en 32 países. La idea es estimar un modelo econométrico para intentar determinar si son variables económicas o variables culturales las que mejor predicen el voto a un partido populista.

Para representar la hipótesis económica utilizan las siguientes variables: ocupación, experiencia de desempleo, si la principal fuente de ingreso familiar son las transferencias sociales, y percepción de inseguridad económica. Para representar las variables culturales incluyen postura anti-migración, desconfianza en instituciones multilaterales, desconfianza en las instituciones políticas y gubernamentales nacionales, un conjunto de variables representando valores autoritarios, y considerarse ideológicamente “de derechas.” Cuando se estiman las regresiones siempre controlan por edad, género, nivel educativo, si se es de una minoría étnica, y religiosidad.

Antes de pasar a describir los resultados, y por la importancia que seguramente tiene en la mente del lector, me voy a parar a explicar como miden la postura anti-migración: las preguntas que utilizan es si la inmigración es buena o mala para la economía de un país, si los inmigrantes enriquecen o empobrecen la vida cultural de un país, o si la inmigración hacen el país un mejor o peor sitio para vivir. Por lo tanto, hay algunos tintes económicos en la definición de la postura anti-migración, pero supongo que el razonamiento de los autores es que las otras variables económicas incluidas en las regresiones debe capturar mejor las condiciones económicas.

La conclusión de los autores del documento es que las variables económicas no hacen mucho para mejorar el ajuste del modelo de regresión, pero las variables culturales parecen implicar una mayor mejora (aunque la verdad es que no es fácil medir el ajuste de un modelo cuando la variable que se intenta explicar toma solo dos valores). Aunque todas las variables culturales tienen el signo esperado, alguna variable económica tiene un signo distinto al que esperaban los autores. Por ejemplo, aunque la experiencia de desempleo está ligado a un mayor apoyo de partidos populistas, que la principal fuente de ingreso familiar sean las transferencias sociales, y percepción de inseguridad económica están las dos ligadas a un menor apoyo a partidos populistas. Por lo tanto, los autores terminan concluyendo que la hipótesis de reacción cultural parece tener mayor peso que la económica.

Yo no estoy tan seguro que se pueda concluir de sus resultados que la hipótesis de reacción cultural sea más importante que la económica. Al fin y al cabo, los autores han de trabajar con las variables que tienen en la encuesta, que no necesariamente son las mejores. Por ejemplo, no incluyen en la regresión ni ingreso ni riqueza, posiblemente porque no estén disponibles en la encuesta que utilizan. También me parece que la mayoría de las variables culturales son continuas, mientras que las económicas son dicotómicas. Pudiera ser que su conclusión hubiese sido distinta si las variables económicas disponibles hubieran sido mejores. Pero lo que sí queda claro, es que la cuestiones culturales son muy importantes. Y la verdad que no me sorprende del todo, al menos cuando pienso en Brexit. En esta entrada ya pensaba que la gente “no utilizará la economía como variable para decidir su voto, sino que se guiará por una especie de animal spirit, sentimiento o actitud a favor o en contra de Europa que se ha forjado a lo largo de los años.”

Otra pista sobre la relevancia de los valores culturales es el voto de la mayoría de las personas mayores. Una encuesta que se hizo por académicos justo antes del referéndum (léase aquí) indica que 69% de las personas mayores de 65 votaron a favor de Brexit, mientras que tan solo fue 21% de las personas más jóvenes de 26. ¿Por qué votaron a favor de Brexit la mayoría de las personas mayores? Difícilmente será por cuestiones económicas ya que los pensionistas fueron el grupo mimado del gobierno de Cameron, y su bienestar económico ha mejorado más rápido que el de los trabajadores (léase, por ejemplo, aquí). Además tampoco deben tener la ilusión de competir en el mercado de trabajo con inmigrantes, porque ya no forman parte de la población activa. Y aunque es cierto que la campaña a favor de Brexit destacaba que se podrían aumentar los fondos al Servicio Nacional de Salud, son también las personas mayores las que más ven todo el personal sanitario que viene de otros países.

Esta misma encuesta nos sigue dando pistas sobre la importancia de los valores culturales. Preguntaron a las personas si se identificaban como británicos, ingleses, escoceses o galeses. Según la encuesta el 72% de los que se identificaron como ingleses votaron a favor de Brexit, pero sólo el 43% que se identificó como británico votó a favor de Brexit.

Y la cosa no acaba con Brexit. No creo que con su posición manifiestamente machista (veáse, por ejemplo, aquí), el UKIP esté intentando atraer al electorado de valores post-materialistas que favorecen la igualdad de género. El documento de trabajo de los profesores Inglehart y Norris, me ha hecho recordar la importancia de los valores culturales, y me ha ayudado a conectar puntos que tenía sueltos: le recomiendo que se lo lean.

Hay 35 comentarios
  • Evidentemente no voy a atreverme a discrepar del análisis ni de tus dudas....ni tengo datos propios para opoyar otra explicación. Pero me gustaría comentar, que ese grupo de edad de partidarios del Brexit se compone sobre todo con personas de la posguerra que vivieron las dificultades en el inicio de sus vidas. El progreso posterior y el periodo de recesión de los 70as. Luego la reversión de los logros durante el periodo Thatcher sobre el razonamiento economicista. Pero, además, vieron los abances que aportó la UE durante años y se sorprenden con el actual estancamiento y su inoperancia. Junto con una situación migratoria completamente nueva para Europa.
    Quizá su voto es es más de decepción que de populismo. Pues en muchos casos la socialdemocracia que redistribuyo durante los periodos de más crecimiento se podría incluir es esa definición del populismo: Antisistema y Lideres fuertes...no ya el rechazo a lo exterior.
    También es evidente la escasa uniformidad en esa decisión dentro de UK. ¿Quienes prefieren estar fuera? Aquellos que tienen más que perder....una posición claramente conservadora...de lo mío, hoy y aquí.

    • Muchas gracias Miguel Ángel. Me parece que la situación migratoria fue muy importante. Una de las tácticas fue decir que Turquía iba a entrar en la UE en un par de años. Y para ciertos grupos demográficos, también la decepción tal y como tu dices, pero yo creo que más que con el gobierno que con la UE.

      • Muy interesante la consideración de las variables culturales, así como el hecho que la atracción por el populismo estaría particularmente relacionado con gente que se habría perdido algunos cambios acaecidos en la sociedad en las últimas décadas.

        En este sentido podría decirse que hay una fuerte correlación entre preferencia por el poplusimo y altos grado de analfabetismo cultural, producto a su vez de una difusión posiblemente inadecuada o defectuosa de asuntos tales como derechos humanos, medio ambiente, género, etc.

        Por las presentaciones que efectuan los autores del artículo, puede apreciarse que en efecto las posturas de Trump coinciden ampliamente con aquellas variables culturales que son resistidas o repelidas por algunos sectores de la población.

        En este marco, podría decirse que la cadena, 1) rechazo a variables culturales post-materialistas, 2) populismo, 3) Trump, representa un sistema de estancamiento en esquemas y valores que no guarda relación con las nuevas demandas de la sociedad. En este sentido Trump resulta una suerte de abanderado del rezago, del estancamiento o de la involución de la sociedad.

        La potencialidad explicativa que se percibe al tomar en cuenta estas variables culturales puede apreciarse en el hecho que no solo contribuyen a explicar un fenómeno difícilmene traducible, sino que además abren otras perspectivas de análisis y consideración.

        Gracias por compartir este brillante análisis con público de habla hispana.

        Carlos

  • No veo ninguna conexión necesaria entre la preocupación por medio ambiente, los derechos humanos, la equidad de sexo y el cosmopolitanismo. De hecho la oposición a la inmigración de masas y al multiculturalismo frecuentemente se apoya en argumentos a favor de la conservación del medio ambiente y de no discriminación por razón de sexo, orientación sexual o pertenencia a determinados grupos étnicos o religiosos, citando actitudes históricamente prevalentes en regiones de cultura musulmana, en el caso de este tipo de inmigración. Parte del problema es precisamente la tendencia a caracterizar cualquier persona que cuestiona esos valores como “populistas” y “xenófobos”, cosa que no ayuda en absoluto a fomentar el debate ni a entender las razones detrás de ciertas posturas ideológicas.

    • Hola Ernest,

      Muchas gracias por tu comentario. Estoy de acuerdo que no hay conexión necesaria, pero sí parece que la popularidad de estos valores evolucionó de manera parecida a partir de los setenta.

  • El Partido Republicano de los Estados Unidos es históricamente proteccionista y nativista. La verdadera aberración fue la candidatura de Ronald Reagan, no la de Donald Trump.

    • Muchas gracias, la verdad es que no conozco en detalle la trayectoria del Partido Republicano en EEUU.

      • Por supuesto, un partido tampoco debe ser esclavo de su tradición. Han pasado ya muchos años desde que los republicanos tenían esas posiciones. No obstante, no deja de resultarme curioso que se acuse al candidato de ser anatema para el conservadurismo cuando la Chinese Exclusion Act o la Immigration Act de 1924 fueron firmadas por presidentes republicanos.

  • Interesante artículo.

    En mi opinión, en la amalgama de razones, pesan más y son anteriores, las económicas a las culturales, pues sin el re-equilibrio de salarios que ha mermado las posiciones relativas previas a la revolución mundializadora, véase España hasta 2007, no habrían despuntados con tanta fuerza estos movimientos iliberales y anti-comercio.

    Otra cuestión es la distinta faceta que los movimientos populistas adoptan en cada país, donde el folclore autóctono determina su sesgo ideológico, atrayendo para sí a otros perfiles sociológicos no afectados en igual manera por el nuevo clivaje.

    El Brexit es un buen ejemplo. La germanofobia de raíz guerramundialista, cierta morriña imperial, junto al rechazo a las élites liberales metropolitanas londinenses, pintan un cuadro cuya base es un lienzo constituido previamente por el malestar económico derivado de la pérdida de expectativas tras la globalización, aunque observando la debacle de la GBP y diseccionando la composición de sus importaciones, quizá ese relativo perjuicio sea muy inferior al beneficio del agregado global del que disfrutaban los británicos.

    Escuchar a los populistas constituye un pésimo negocio para todos, pero muy en especial para los que compran sus recetas con más ardor. Tampoco es algo nuevo.

    • Hola Themroc,

      Muchas gracias por tu comentario. Estoy de acuerdo que en cada país se va a manifestar de forma distinta. En cuanto a si son más importantes las causas económicas o culturales, creo que es muy difícil de decir. No es tan fácil defender la importancia de las económicas cuando el grupo demográfico que más ha votado a favor de Brexit es el que más se ha favorecido de la política económica del gobierno. Pero como tú dices también hay indicaciones que apuntan a lo contrario.

  • Es un artículo interesante, aunque me genera algunas dudas. La expresión "reacción cultural, el aumento del populismo se debe a una reacción en contra de los valores culturales post-materialistas que han avanzado en sociedades occidentales desde los setenta" es un poco parcial. Hay un porcentaje de ciudadanos occidentales que rechazan la immigracion por motivos culturales que son contrarios a los que se esgrimen en el argumento previo. Por ejemplo, un ciudadano progresista puede rechazar la immigracion procedente de paises islamicos precisamente porque amplias capas de la poblacion de dichos paises está adoptando una actitud de rechazo hacia los valores progresistas desarrollados en la civilizacion occidental durante el siglo XX. Son temas complejos, y no es tan sencillo establecer categorias simples. Quiero decir que tanto los partidos comunmente descritos como populistas, como los que no lo son, pueden defender por motivos bien variados propuestas bastante parecidas sobre algunos de estos temas. Otro ejemplo es la asociacion de autoritarismo y la derecha, observese la frase "un conjunto de variables representando valores autoritarios, y considerarse ideológicamente “de derechas” " esta asociacion es cuestionable. Basta ver la historia política de Rusia o Cuba para ver que el poder de un pais comunista tambien puede destacar en esta dimension. Como primera reflexion el articulo está bien, pero me parece que hace falta un análisis algo mas profundo sobre el tema....

    • Hola José,

      Muchas gracias por tu comentario. Seguramente yo he simplificado en mi resumen. Creo que alguna (posiblemente no todas) de las cosas que mencionas la tienen en cuenta, y por ejemplo en sus datos varios partidos de izquierdas aparecen clasificados como populistas. Pero, como siempre, seguro que hay errores de inclusión y de exclusión.

  • "Mataron a Sócrates, que era el mejor de los hombres".
    A mí siempre me ha dado la impresión que el populismo está basado íntimamente en la percepción cultural de los votantes y no en la económica. El populismo es la respuesta en el plano cultural a un problema de la sociedad, que muchas veces suele ser económico.
    Y en cuanto que queda fuera del enfoque materialista, es una respuesta íntimamente conservadora. Por eso me chirría tanto cuando llaman populista a Iglesias, Maduro o Correa.
    Un detalle interesante es que el partido hegemónico de la derecha en España es el Partido Popular, a veces los nombres son significativos...
    Muchas gracias por el artículo.

    • Muchas gracias por el comentario, y el enlace, parece muy interesante!

  • Sobre la cuestión del populismo en sí misma, creo que el análisis de la globalización* que hace la ideología es esencialmente correcto. Ni siquiera la bibliografía más favorable al libre comercio y la inmigración sirve para defender que sus ganancias para la mayoría de ciudadanos occidentales no hayan sido más bien magras. A largo plazo, también estoy de acuerdo en que la transformación étnica de las sociedades desarrolladas presenta más riesgos o incluso amenazas que oportunidades. En verdad, muchas políticas adoptadas durante las últimas décadas han tenido una vocación cosmopolita.

    *Me refiero al periodo posterior a la integración de las economías ricas tras la IIGM.

    • En efecto, la oposición al mundo globalizado mezcla como ninguna otra corriente de opinión las variantes evaluadoras económica y cultural. Es ese diagnóstico al que se refiere Hilaria el que más está extendido en los sectores sociales que, según esta entrada, son , para empezar, los más afectados por ciertos reveses económicos y, a la vez, huérfanos de perdidos referentes culturales.

    • Algunas curiosidades:

      ¿cual es el análisis que hace la ideología y es esencialmente correcto?
      ¿cuales son los riesgos de las "transformaciones étnicas" de las sociedades desarrolladas?
      ¿qué es una "transformación étnica"? (o, de otra manera: ¿cuantos fontaneros polacos "transforman étnicamente" la sociedad inglesa? o ¿transformaron étnicamente los inmigrantes gallegos la sociedad vasca? ¿y los andaluces la catalana?)

      • Creo que la línea referente al consenso bibliográfico es bastante clara.

        Tampoco me parece que sea muy difícil de entender el concepto de "transformación étnica". Por supuesto, existen diferencias culturales, cognitivas e identitarias entre las poblaciones nativa e inmigrante que pueden interactuar de forma positiva o negativa. Le recomiendo que lea cuanto pueda de Garret Jones, que es el autor que ha abordado la cuestión de la forma más decidida y honrada. También le sugiero que consulte este blog para informarse sobre las desigualdades socioeconómicas que persisten entre dos comunidades tan asimilables como son la hispanohablante y la catalanohablante en Cataluña.

        • Respecto al consenso:

          * un "quote" de Mankiw:

          "Mr. Trump has not laid out a coherent economic worldview, but one recurrent theme is hostility to a free and open system of international trade. From my perspective as an economics policy wonk, that by itself is disqualifying"

          * El mismo Mankiw reconoce estar de acuerdo con Krugman en lo que a la posición de Trump sobre "internacional trade" se refiere.

          * Una definición plausible de "consenso" en economía es "cuando Mankiw y Krugman están de acuerdo" (por ejemplo sobre las ventajas netas del libre comercio internacional).

          Por supuesto que existen diferencias "culturales, cognitivas e identitarias" entre dos grupos de individuos (también entre mi padre y yo, por ejemplo) y sin duda nos pueden llevar a "interactuar de forma positiva o negativa". Afirmar eso es una de las frases más vacías que pueden escribirse.

          Hablar de "transformación étnica" solo busca crear un efecto "dramático" para referirse a procesos que han formado parte de la historia del hombre desde tiempo inmemorial con substanciales diferencias "de grado".

          La inflación del lenguaje es siempre peligrosa: si la inmigración actual en Europa o USA es "transformación étnica", ¿qué término reservamos para la colonización de America? ¿o para las invasiones bárbaras en la Europa de los siglos IV y V?. Aunque claro, siempre podemos afirmar que supusieron una "interacción que pudo tener efectos positivos o negativos"

          • He de advertirle que soy un ávido lector de sus comentarios en este foro y he llegado a conocer los recursos de su técnica retórica. Usted prescinde de la gradación y rechaza el gradualismo en un intento de reducir los argumentos al absurdo y trasladar las discusiones al ámbito moral.

            Si estamos de acuerdo en que el comercio y la inmigración tienen diferentes efectos en distintas circunstancias, también habremos de estarlo en que las políticas al respecto deben considerar dichas circunstancias y dichos efectos. Las ganancias comerciales de doblar el tamaño del mercado no son las mismas una y otra vez. Léase las estimaciones de Krugman. Tampoco las ganancias migratorias de doblar el porcentaje de población extranjera son las mismas una y otra vez. Léase las investigaciones de Jones o Borjas. De Mankiw le recomiendo sus informes económicos a Bush 43.

            Con el ánimo de reconfortarle, termino diciéndole que ni su relación con su padre ni las invasiones bárbaras ni la colonización americana le obligan ni física ni ética ni políticamente a abrir las fronteras de su país o las puertas de su casa.

            Un cordial saludo.

  • Muchas gracias Marcos por compartir este entrada, y el resumen que has realizado del artículo. Desde mi ignorancia hay un punto que me ha descolocado, y que me gustaría comentarte para ver si puedes aclarármelo. En el artículo define el populismo como lo opuesto a lo que has llamado los valores culturales post-materialistas (cosmopolitan liberalism en el artículo Figure 1) de la misma manera que la izquierda es lo opuesto a la derecha económica. Este modelo, dentro de todas la simplificación que pueda conllevar como comentaba José, parece bastante acertado para clasificar las ideologías de los partidos, pero me parece, y aquí está mi duda, que donde dice populismo debería decir conservadurismo, dado que el populismo no es una ideología sino una manera de hacer política.

    • Hola Pablo,

      Muchas gracias por tu comentario. Según lo entiendo yo, la ideologia va en el eje horizontal de la Figura 1 (de derecha a izquierda), y la forma de hacer política va en el eje vertical (populismo en la parte superior y liberalismo/cosmopolitalismo en la inferior). Es decir, que creo (si te he entendido bien) que el articulo es consitente con lo que tú dices que el populismo no es una ideologia en el sentido tradicional.

      De todas formas, hay algo que resuena a lo que tú dices y que no me queda claro tampoco a mi. En el modelo de regresión utilizan una variable que llaman "Rightwing self-placement" y que la asocian a populismo, pero no me queda claro como afecta pues tambien hay partidos populistas de izquierdas.

      • Tal y como han definido los autores el populismo, incluyendo al nativismo, no hay partidos de izquierda populistas. Los hay autoritarios y antisistema, pero no xenófobos.

        • Otra gente me ha comentado lo mismo que tú, y el comentario tiene mucha lógica. Creo que hay cierta desconexión entre la definición que dan en palabras, y su implementación cuantitativa. A mi entender (que quizas sea incorrecto), los autores implementan la definición de populismo de forma aditiva. Es decir, si un partido es suficientemente anti-sistema, puede compensar por no ser nativista, y puede quedar clasificado como populista. Pero creo que es cierto que eso no se deriva necesariamente de como definen populismo en el artículo, pues dan a entender que se han de dar las tres condiciones. No sé si lo hicieron a propósito, se dieron cuenta, o yo lo he interpretado mal. De cualquier forma, muchas gracias por tu comentario.

          • En Latinoamérica, los partidos populistas de izquierda son antioccidente y antijudíos.

      • Muchas gracias Marcos por la aclaración, aunque sigo compartiendo tus dudas, y las de otros comentarios respecto a la definición y la operativización que han empleado.

  • Tolstoi escribió en Ana Karenina que “todas las familias felices se parecen unas a otras; pero cada familia infeliz tiene un motivo especial para sentirse desgraciada.” Así es con el populismo. En cada país, o incluso dentro de cada país (los separatistas), hay versiones distintas del populismo. Creo que la crisis económica ha sido el detonante para que crezca el populismo, pero sus causas están en un sentido de pérdida de autoridad, de control, de cultura tradicional y de oportunidades. La pérdida puede ser real o imaginaria (la nostalgia por un tiempo que nunca existió).

    Sobre EEUU y Donald Trump, recomiendo 2 videos en Youtube (Democracy Now) con Arlie Russell Hochschild sobre su libro "Strangers in Their Own Land: Anger and Mourning on the American Right".

    Ahora, una duda. ¿Es populista Podemos? Desde la lejanía, nos parece fácil identificar el populismo. De cerca, las opiniones suelen ser más variadas.

  • Una entrada muy interesante.

    No creo que se pueda poner en duda la importancia de los valores culturales en lo que se denomina populismo, tampoco el hecho de que se manifiestan de forma más intensa en tiempos de crisis económicas.

    Por otra parte, si es una reacción-respuesta frente a algo habría que definir ese algo de forma precisa para saber que lo provoca. No sería muy útil por ejemplo decir que es una respuesta a políticas populistas previas no manifestadas como tales que han conducido de forma imprevista a una crisis que ha generado una respuesta populista (simplificando).

    El impacto de los choques-mezclas-fusiones culturales y las transformaciones que pueden ocasionar tampoco pueden minusvalorarse. El adjetivo étnico no es tan relevante como una cosmovisión (cultura) divergente que pueda entrar en conflicto con otra.

    Hace no mucho Luigi Zingales hablaba del caso italiano. Al ser un territorio en el que el "populismo" tiene (al parecer) un gran tirón, es especialmente interesante como ejemplo de conflicto dentro de un mismo país con "matices" culturales. También habla de las élites.

    https://medium.com/conversations-with-tyler/watch-a-conversation-with-luigi-zingales-c5ed3601a8f0#.5xccjj4c5

  • Esto parece más bien una huida: como los economistas, a la luz de los tozudos hechos, ya no consiguen argumentar convincentemente sobre los “indudables beneficios para todos” aportados por la mundialización, intentan sacar el debate fuera del terreno económico.

    De esta manera, los recelosos de la mundialización serían gente sin problemas económicos, pero inculta e intelectualmente reaccionaria.

    ¿No será que hay gente a la que le parece un poco pronto para hacerse post-materialista? Ya sabe, esos que se tienen que preocupar por llegar a fin de mes, o por el ambiente laboral en el que van a tener que desenvolverse sus hijos, o por lo que va a ocurrir con su pensión.

    Por lo que respecta al “populismo”, no nos engañemos: populismo y democracia SIEMPRE han ido de la mano. Populismo (y del grande) es Rajoy y Sánchez en el programa de Bertín Osborne, u Obama en el de Bear Grylls. Por citar los primeros ejemplos que se me vienen a la cabeza.

    Por cierto, no se dice “cosmopolitanismo”, sino “cosmopolitismo”.

    • El populismo es un clásico desde los tiranos griegos: aupados por el pueblo para derrocar las oligarquías y para provocar el arrepentimiento posterior de las masas (esquema reconocible en los populismos "modernos).

      También el propio Aristóteles describía la "tensión" que genera en democracia la asignación igualitaria de derechos políticos y el reparto desigual de la "carga económica" del estado. Ya advertía (con una clarividencia a elogiar) que ese esquema solo puede llevar a que ese "poder político" incurra en un coste creciente sobre los "privilegiados" (evolución del gasto público como % del PIB en las democracias modernas) y al "mob rule" que tan fácil es de capitalizar por políticos populistas (demagogos en la terminología clásica).

      La solución aristotélica (en palabras de Alan Ryan "On Politics"): "the better-off ought to be allowed a proper place in the political system; the more democracy counterbalance itself with the characteristics of aristocracy, the safer and longer lasting the regime will be. The converse holds good for oligarchies; they must strengthen those features that will make them less repugnant to democrats".

      Nada nuevo bajo el sol ... incluido el rechazo del libre comercio. Pero que pereza volver a pasar por los 30s y su Hawley-Smoot y los 60 millones de muertos: si solo fuésemos capaces de recordar lo que ya sabemos!!

      • A la luz de la evolución social desde los 80 y sobre todo desde 2008, no se puede afirmar que la democracia haya traído a los países occidentales esa opresión de la oligarquía por parte de la masa que usted pinta.
        Si no soy partidario de la democracia (o sea del populismo) es, precisamente, por la evidencia de que la masa no es capaz de cuidar de sí misma.
        Es preferible un gobierno de minorías cualificadas y responsables. En lo esencial estoy de acuerdo con Ryan, aunque el análisis de Ortega es mucho más rico, y nos evitaría reincidir en ese esnobismo anglo tan típico de este foro.

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