Las listas de espera hospitalarias en España

Por Beatriz G. López-Valcárcel, Juan Oliva y Juan Luis Jiménez

Los precios cumplen un papel fundamental en cualquier economía, transmitiendo información básica no solo sobre el valor del bien o servicio para los consumidores, sino también sobre el coste de oportunidad de producirlo y trasladarlo al mercado. También pueden informar sobre el poder de mercado de los agentes que comercializan esos bienes. Sin embargo, la sociedad considera que hay bienes y servicios preferentes cuyo acceso no debe estar condicionado por la capacidad adquisitiva del potencial usuario, sino por otros elementos como el grado de necesidad. La asistencia sanitaria es uno de estos servicios preferentes.

Una vez aparcado el precio como mecanismo de asignación del servicio sanitario, queda pendiente articular una herramienta alternativa para el acceso de los potenciales usuarios en condiciones de igualdad efectiva, conforme a criterios profesionales y sociales consensuados y transparentes. El sistema de listas de espera es esa herramienta.

Todos los sistemas sanitarios públicos tienen listas de espera, cuya dinámica depende de las variaciones en la demanda (o la necesidad) poblacional de muchos tipos de consultas, pruebas diagnósticas o intervenciones, por una parte; y de cómo se gestionen los recursos, por otra. En España hay listas de espera de consultas, pruebas diagnósticas e intervenciones quirúrgicas no vitales. Los datos oficiales de la situación de listas de espera solo incluyen consultas y cirugía.

Permanecer en una lista de espera unas semanas, o unos meses, puede ser o no un problema serio dependiendo de la gravedad del paciente (si padece dolor, si este es intenso e incapacitante, si tiene a su cargo a otras personas, si hay riesgo de secuelas o peligro para la vida, etcétera) y del grado de urgencia de la intervención (rapidez con la que se requiere).

Lo que sí puede resultar preocupante es una tendencia mantenida de crecimiento del número de personas en lista de espera y de los tiempos de acceso a consultas, pruebas o intervenciones quirúrgicas programadas. Y este es el objetivo del post: mostrar la situación y tendencia de las listas de espera en España. En esta primera parte nos centraremos en las esperas de intervenciones quirúrgicas programadas y en un segundo post abordaremos los pacientes y tiempos de espera en consultas de atención especializada.

Los datos

Como siempre, el primer y más importante escollo son los datos. La principal fuente de información que utilizaremos es el Ministerio de Sanidad, concretamente el Sistema de Información de Listas de Espera del Sistema Nacional de Salud y los Indicadores Clave del Sistema Nacional de Salud. Los datos correspondientes al año 2021 llegan al mes de junio.

Para interpretar correctamente las cifras sobre número de pacientes y tiempos de espera, conviene tener en cuenta que la norma que regula el tratamiento homogéneo de la información sobre las listas de espera en el Sistema Nacional de Salud define como «Registro de pacientes pendientes de intervención quirúrgica programada» al registro que incluye a todos los pacientes con prescripción no urgente de un procedimiento diagnóstico o terapéutico, establecida por un médico especialista quirúrgico, una vez concluidos sus estudios diagnósticos, aceptada por el paciente, y para cuya realización el hospital tiene previsto la utilización de quirófano.

Es decir, no estamos contando los tiempos de los procesos desde que un paciente acude a su médico de atención primaria por una dolencia, a continuación, se le cita con un especialista, puede pasar por una o varias pruebas diagnósticas, ver de nuevo a los médicos de primaria o especialista, para citarse a continuación con un médico especialista quirúrgico y ser intervenido. En definitiva: los tiempos del proceso completo serían muy superiores a los que mostraremos a continuación.

Asimismo, destacamos también que 7 de cada 10 intervenciones quirúrgicas que se producen en el Sistema Nacional de Salud son no programadas, sino urgentes. Algunos de los pacientes intervenidos de urgencia están en lista de espera de cirugía programada.

Finalmente conviene tener en cuenta que en la última década ha habido tres rupturas de la serie de datos de listas de espera, por la salida o entrada de la Comunidad de Madrid y por la revisión de los métodos de cálculo que se estaban aplicando (caso de Cataluña y Andalucía).

Realizadas estas apreciaciones, ¿qué nos dicen los datos?

Sobre los pacientes en espera

El gráfico siguiente muestra la tendencia de la variable “pacientes en espera por cada 1.000 habitantes” para el total de intervenciones (cirugía no urgente) y para tres tipos concretos seleccionados (traumatología; cirugía general y aparato digestivo; angiología y cardiología vascular), tomando como base el año 2006. La imagen es clara: el número de pacientes ha aumentado de forma destacable en estos tres lustros. Ello no se debe a la irrupción del SARS-CoV-2: en el año 2019 la tasa de pacientes en espera por 1.000 habitantes se había incrementado en 58 puntos porcentuales respecto a 2006, aumentando ligeramente en 2020 y reduciéndose en 2021, pero solo levemente en comparación con 2019.

Elaboración propia a partir de las fuentes antes mencionadas.

A nivel autonómico, tomando los valores promedio del periodo 2012-2020 (2012 es el primer año disponible de datos desagregados por comunidad autónoma), destaca la elevada variabilidad entre Comunidades Autónomas, estableciéndose un rango entre 4 (Melilla) ó 7,1 pacientes por cada 1.000 habitantes (Comunidad de Madrid) y los 22,8 de Cataluña.

Elaboración propia a partir de las fuentes antes mencionadas.

 

Sobre los tiempos de espera

En el caso de los tiempos de espera, los resultados son similares a los anteriores: tendencia creciente para el total de intervenciones quirúrgicas programadas y para las tres series adicionales seleccionadas. Pero los aumentos son aún mayores. De hecho, obsérvese que el índice supera los 200 puntos en algunos casos, en tanto que para la tasa de pacientes por 1.000 habitantes estaba en 160. Los efectos de la Covid sobre los tiempos de espera son más agudos que en el caso de los pacientes en espera, así como la bajada observada en los tiempos en el año 2021.

Elaboración propia a partir de las fuentes antes mencionadas.

Y, de la misma forma, las diferencias autonómicas son considerables, destacando negativamente las comunidades de Cataluña, Canarias y Castilla La Mancha, entre las de mayores valores promedio con 166, 159 y 140 días de espera, respectivamente, en el caso del conjunto de intervenciones programadas. En el caso de alguna de las intervenciones seleccionadas, como en traumatología, los días de espera medios superan los 200 en algunas comunidades autónomas.

Elaboración propia a partir de las fuentes antes mencionadas.

Las listas de espera quirúrgicas durante la COVID-19

A partir de marzo de 2020, la sanidad se concentró en atender a pacientes COVID, que ocuparon las camas de los hospitales. Las consultas se cerraron y los pacientes dejaron de acudir al médico por problemas de salud no relacionados con la COVID-19. Esto supuso la conformación de una bolsa de pacientes invisibles fuera del radar del sistema, de modo que el número de pacientes en listas de espera quirúrgica en diciembre de 2020 (685.175) era menor que un año antes (704.997). Pero los datos de entradas y salidas de las listas apuntan claramente al problema: en 2020 no solamente ha habido menos salidas de la lista por actividad (intervención quirúrgica: 43,1 por 1.000 habitantes frente a 53,7 en 2019), sino también menos entradas a la lista (51,7 por 1.000 habitantes frente a 64,7 en 2019).

¿Qué aprendemos de esta información?

Varias son las lecciones que se pueden extraer:

Tendencia.- en general, la tendencia en los pacientes en listas de espera y días que tardan en ser atendidos en el caso de las intervenciones quirúrgicas programadas ha ido in crescendo de manera sostenida desde los años 2009/2010 hasta el año 2019.

Desigualdades autonómicas.- se dan amplias diferencias entre comunidades autónomas. Ahondar en su estudio permitirá mejorar el sistema porque, además, hay que añadir resultados sesgados en función de la renta, como ya describieron Abásolo et al (2013).

La COVID-19.- ha supuesto una enorme disrupción para la actividad asistencial y las listas de espera lo reflejan, tanto en la reducción de salidas como en la de entradas a la lista. Hay pacientes invisibles cuya necesidad no emerge en las estadísticas oficiales pero que acaban llegando a quirófano en peor estado que antes de la pandemia. Hay ya alguna evidencia en esta línea para algunas cirugías como la del cancer colorectal, la urológica, los procedimientos cardiológicos invasivos y el tratamiento de ictus.

Calidad de los datos. En los últimos años se han realizado grandes mejoras en los sistemas de información de listas de espera. Pese a ello, y pese a ser un indicador tan importante de accesibilidad al sistema sanitario público, con una normativa clara sobre cómo computar personas en espera y tiempos de espera, en la última década observemos tres rupturas en la serie de intervenciones quirúrgicas, lo que sugiere que puede haber riesgo de manipulación de los datos.

 

Hay 4 comentarios
  • Muchas gracias por la entrada cuya información, lamentablemente, no me sorprende nada. Esperemos que esto suponga un acicate para mejorar nuestro maltrecho Sistema Nacional de Salud, sin despreciar ninguna solución. Por ejemplo, el copago tiene muy mala fama pero estoy seguro de que podría ser parte importante de la solución. No creo que sea tan aberrante que personas con rentas saneadas, hagan una pequeña contribución por utilizar estos servicios, aunque puedan seguir siendo gratis para los más económicamente desfavorecidos.

    Dice al principio "... no estamos contando los tiempos de los procesos desde que un paciente acude a su médico de atención primaria por una dolencia, a continuación, se le cita con un especialista, puede pasar por una o varias pruebas diagnósticas, ver de nuevo a los médicos de primaria o especialista, para citarse a continuación con un médico especialista quirúrgico y ser intervenido" O más adelante "Finalmente conviene tener en cuenta que en la última década ha habido tres rupturas de la serie de datos de listas de espera, por la salida o entrada de la Comunidad de Madrid y por la revisión de los métodos de cálculo que se estaban aplicando (caso de Cataluña y Andalucía)".

    Todo esto es muy importante y, aunque desde el punto de vista del tiempo total en la lista no haría sino agravar la situación, puede afectar seriamente a la comparación entre CCAA que no tendría porqué ser la misma que la que Vd. recoge en su artículo.

    • Briony, buenas tardes

      Soy bastante ecléctico en materia de copagos. Los veo como una herramienta más, si se plantean desde el punto de vista de la racionalidad en el uso de recursos, pero como una fuente generadora de problemas adicionales si su objeto es recaudatorio. El cambio producido en el copago farmacéutico del año 2012 nos vino a demostrar que (i) no todos los males del sistema sanitario se resuelven con los copagos; (ii) ni que es un Leviathan que deprime la demanda hasta límites insospechados (ya sé, ya sé que exagero, pero ambos argumentos se pusieron en la mesa del debate en su momento); (y iii) que es posible diseñar los copagos de una manera, digamos, más afinada para aprovechar su potencial y prevenir efectos indeseados.

      Este tema se trató aquí: https://nadaesgratis.es/sergi-jimenez/por-que-es-necesario-revisar-el-actual-sistema-de-copago-farmaceutico
      Y una excelente revisión la puedes encontrar aquí: Fedea Policy Paper: Copagos sanitarios. Revisión de experiencias internacionales y propuestas de diseño – Fundación de Estudios de Economía Aplicada

      En el caso concreto de las listas de espera, pensemos si esta tendencia alcista tiene que ver con componentes de la demanda o con elementos de oferta. Si dependen más de los segundos, las potenciales ventajas de los copagos son muy limitadas y los potenciales problemas que podrían ocasionan, elevados.

  • Hola, es muy interesante el estudio, pero me temo que los datos están en parte amañados en origen, y son en realidad peores de lo que indican las estadísticas oficiales. Me consta que al menos en Galicia es muy frecuente el truco de las "agendas bloqueadas": Para muchas cosas sencillamente no dan citas y se pide al paciente que se solicite dicha cita para más adelante. Así ese paciente está en un "limbo" que no figura, que yo sepa, en ninguna estadística.

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