Por Maria Cervini-Pla, Mariona Tomàs, Javier Vázquez-Grenno
El 1 de septiembre entró en vigor la reducción temporal de los precios del transporte público que el gobierno de España anunció a principio de verano. Además de la gratuidad de los abonos de RENFE (cercanías y media distancia), la política también incluye importantes reducciones en el precio del transporte (que pueden variar entre el 30 y 50%) en abonos y títulos multiviaje de transporte público colectivo de competencia autonómica o local. Las medidas persiguen un doble objetivo: i) limitar el incremento del gasto que sufren las familias como consecuencia de la elevada inflación; ii) estimular el uso del transporte público en un contexto de aumento de las emisiones de CO2.
Es evidente que esta no es la primera vez que se produce un abaratamiento de los precios del transporte público. En efecto, en el Área Metropolitana de Barcelona (AMB), el 1 de enero de 2019 se produjo un cambio significativo para la movilidad de los habitantes de los 36 municipios de la AMB, hasta entonces divididos en dos zonas tarifarias (zona 1 y zona 2). La implantación de una tarifa plana de transporte (integración de 18 municipios ex zona 2 en la zona 1) implicó una rebaja en el precio de los viajes en transporte público del 50% (es importante señalar que en la zona 1 se encuentra el municipio de Barcelona, principal destino de los viajes de la zona metropolitana). Esta rebaja no fue gratuita para los habitantes de los municipios afectados ya que supuso la instauración de un nuevo impuesto a los propietarios de bienes inmuebles en aquellos municipios, llamado tributo metropolitano.
¿Qué impacto tuvo la introducción de la tarifa plana en los municipios de la AMB? ¿Aumentó el uso del transporte público gracias a la reducción de las tarifas? En un trabajo reciente, analizamos el efecto que tuvo la introducción de esta tarifa plana en la utilización del transporte público. Para medir el uso del transporte por parte de los residentes en los municipios analizados, utilizamos las validaciones de tickets entre las 6 y las 12 de la mañana realizadas en las estaciones de tren y metro de la región metropolitana de Barcelona. Así pues, contamos con una base de datos que incluye el total de validaciones diarias, a nivel municipal, en trenes de cercanías, ferrocarriles de la Generalitat de Catalunya y metro, para el período 2017-2019. Los municipios tratados fueron aquellos que experimentaron la reducción de la tarifa el 1 de enero de 2019 y en el grupo de control incluimos tanto los municipios que nunca experimentaron rebaja alguna en la tarifa, como los que ya tenían la tarifa reducida desde mediados de la década de 2000 (los municipios de la zona 1 de la AMB que ya pagaban dicho impuesto).
Comparando los municipios afectados con los no afectados por la política, antes y después de la implementación de la misma, estimamos que la entrada en vigor de la tarifa plana de transporte público tuvo un impacto positivo en el número de validaciones en 2019. Concretamente, generó un incremento del 30% en las validaciones de billetes de transporte público en los 18 municipios que pasaron a ser zona 1, en relación al resto de municipios (la Figura 1 muestra la diferencia en el logaritmo del número de validaciones semanales en los municipios tratados versus los de control; la línea roja vertical indica la introducción de la política, 1 de enero de 2019; la línea azul indica el momento de las elecciones municipales del 26 de Mayo y la línea lila indica el inicio del envío de los recibos del nuevo impuesto, el 15 de Octubre). Por tanto, el precio más atractivo de los billetes de transporte se tradujo en un incremento significativo en la utilización del transporte público.
Figura 1
En nuestro trabajo también analizamos si la forma de financiación y, sobre todo, el desfase entre la implementación de la política y la visualización, por parte de los ciudadanos, de que la reducción de tarifas se financiaría a través de un nuevo impuesto, impactó en el comportamiento de los usuarios del transporte público. En mayo de 2019 se realizaron elecciones municipales y la reducción de las tarifas del transporte estuvo presente en la campaña. Sin embargo, no lo estuvo la instauración del nuevo impuesto. De hecho, no fue hasta octubre de 2019 que los propietarios de bienes inmuebles en los municipios afectados comenzaron a recibir los recibos del pago del nuevo impuesto. En ese momento, es cuando la mayoría de residentes de estos municipios se dio cuenta de que este nuevo impuesto estaba vinculado a la reducción de tarifas del transporte público en vigor desde enero del mismo año. Una simple búsqueda del término “tributo metropolitano” en Google trends nos da una idea de la prominencia de este hecho en aquel momento (ver Figura 2).
Figura 2 Google Trends
En este contexto, y en línea con las ideas planteadas en la literatura de tax salience, nos preguntamos si la mayor visibilidad del impuesto que financió la reducción tarifaria pudo haber tenido algún impacto en el comportamiento de los usuarios de transporte público. La respuesta es que sí. Como se puede ver en la Figura 1, a partir de inicios octubre (línea lila vertical) hay un segundo salto. Más concretamente, estimamos un incremento adicional en la utilización del transporte público (entorno al 10%) a partir del momento en que los propietarios de inmuebles en los municipios afectados reciben el nuevo impuesto.
Volviendo a los efectos de la implementación de la tarifa plana a inicio del 2019, el incremento observado a lo largo de ese año se vio alterado con una drástica reducción en el número de viajes en transporte público a consecuencia de la pandemia. Los últimos datos de la Autoridad del Transporte Metropolitano de Barcelona muestran que se estaría recuperando el número de viajes previo a la pandemia (concretamente, en el primer semestre de 2022 hubo un 83,1% de la demanda que había en el primer semestre de 2019). Por tanto, en este contexto, es previsible pensar que las medidas implementadas por el gobierno el pasado 1 de septiembre, a pesar de ser temporales, tengan un efecto positivo en el número de personas usuarias del transporte público. Así, nuestras predicciones son que los ciudadanos van a hacer un mayor uso del transporte público, con el beneficio medioambiental que ello supone. Sin embargo, queda la duda de si la actual red de transporte público podrá absorber este incremento de la demanda. En las próximas semanas, cuando la “vuelta al cole” esté a pleno rendimiento, podremos valorar la capacidad de absorción de esta mayor demanda de nuestro sistema de transporte público.
Hay 6 comentarios
Muchas gracias por este análisis, que resulta muy valioso. Pero atención - un precio más barato o una tarifa plana pueden inducir trayectos en transporte público que antes no se hicieran o fueran en modos saludables o sostenibles (marcha a pie, bicicleta...). Un mayor uso (más validaciones) del sistema de TP es positivo solo si logra un trasvase modal desde otros modos de transporte más dañinos o contaminantes (coche o moto privados). Igualmente, un mayor uso del TP, per se, no es necesariamente deseable: puede generar más costes públicos o saturación en el sistema (y por tanto, incomodidad, retrasos o dificultades de todo tipo). Por eso, en situaciones semejantes (Tallinn, Dunkerque, Luxemburgo, ticket 9€ de Alemania...) se intenta mirar si ha caído el uso de coche y moto privados, la reducción en emisiones de CO2 y del consumo energético. En Luxemburgo o Tallinn se ha logrado más bien poco en este sentido; en Francia, hay evaluaciones de todos los colores, también desde el marco conceptual de la justicia social. Mirando solo validaciones de TP no conocemos si ha habido trasvase modal, y el análisis queda "cojo". Es cierto que es complicado localizar fuentes del trasvase modal, pero quizá la encuesta de movilidad en día laboral (EMEF) que hace la ATM, o los datos de aforos del tráfico del Ajuntament de Barcelona, la Generalitat o el MITMA en sus distintas redes de carreteras puedan servir de contraste. ¡Saludos!
Gracias Rubén por tu comentario. Coincido totalmente con lo que dices. De hecho, ya hemos pedido datos de tráfico de entrada a la ciudad de Barcelona, pero aún estamos a la espera de que nos lleguen. Cuando los tengamos podremos contrastarlo. Saludos!!!
Interesantes resultados.
Una clave interesante sería saber si ha habido sustitución de viajes en coche por transporte público. Quizá con datos de tráfico sobre entradas en la ciudad?
Gracias Santi, como le decía a Rubén, estamos detrás de los datos. Saludos!!
Muchas gracias por la entrada, muy interesante. Sin embargo, me queda la duda del efecto que esta medida tuvo en el uso de transporte privado. Es decir, ¿supuso este aumento del uso de transporte público una sustitución del privado, o solo un aumento del público como consecuencia del menor coste?. Muchas gracias.
Gracias Pedro, veo que la duda viene por el mismo lado que en los comentarios anteriores. Estamos en ello y esperemos en breve tener resultados, saludos
Los comentarios están cerrados.