Política monetaria y desigualdades raciales*

Por Juan Francisco Albert y Nerea Gómez Fernández

Con el objetivo de dar respuesta a la Gran Recesión y a la crisis económica derivada de la pandemia de la COVID-19, muchos bancos centrales se vieron apremiados para aplicar medidas de política monetaria expansiva sin precedentes. Si bien estas medidas se mostraron necesarias, incluso insuficientes, respecto a sus objetivos de inflación y crecimiento económico, también surgieron dudas sobre los posibles efectos adversos de estas políticas inusualmente acomodaticias. Entre los efectos adversos más discutidos por la literatura se encuentran las posibles consecuencias distributivas.

En los últimos años se han publicado numerosos estudios teóricos y empíricos sobre los efectos distributivos de la política monetaria (aquí, aquí o aquí). El consenso académico parece indicar que los shocks de política monetaria expansiva pueden reducir la desigualdad de renta, principalmente a través de sus efectos indirectos (impulsan la creación de empleo y el crecimiento salarial). Sin embargo, al mismo tiempo podrían tener un efecto adverso sobre la desigualdad de riqueza a través de la inflación de los activos financieros. Entender los efectos heterogéneos de la política monetaria no solo es conveniente para evaluar los posibles efectos distributivos sobre distintos tipos de desigualdad, sino que también nos permite ampliar el conocimiento sobre la propia transmisión de la política monetaria hacia la economía real como muestran algunos trabajos pioneros (aquí o aquí).

En nuestro artículo publicado recientemente en la revista Economic Systems ponemos el foco en el efecto de estas políticas monetarias sobre otra dimensión de desigualdad muy presente en Estados Unidos: la desigualdad racial. Como es sabido, la desigualdad racial es una de las inequidades más presentes en la sociedad norteamericana y ocupa un papel prioritario en la agenda política y mediática del país. Asimismo, históricamente, una de las características de esta desigualdad racial ha sido la persistencia de las diferencias raciales en renta y riqueza (ver aquí o aquí). En nuestro artículo analizamos empíricamente si los efectos distributivos de la política monetaria pueden amplificar algunas desigualdades raciales asociadas a las rentas salariales, la riqueza y el consumo.

En primer lugar, estudiamos los efectos sobre la desigualdad salarial. Para ello, empleamos datos agregados disponibles del U.S. Bureau of Labor Statistics y los microdatos disponibles en los extractos mensuales de la encuesta CPS Merged Outgoing Rotation Groups. Esto permite crear series mensuales sobre las evoluciones de las tasas de desempleo y salariales, respectivamente, distinguiendo por grupos raciales. A continuación, empleando un modelo bayesiano de Vectores Autorregresivos estructurales identificado a través de variables instrumentales (Bayesian proxy SVAR) estudiamos las relaciones dinámicas entre un shock exógeno de política monetaria y las distintas variables financieras y económicas, entre ellas las relativas a la desigualdad salarial.

El gráfico 1 muestra las funciones impulso respuesta (FIR) tras un shock expansivo de política monetaria, consistente en una reducción de 100 puntos básicos en el tipo de interés de la deuda pública norteamericana a un año. Se puede observar que este shock expansivo reduce con mayor intensidad la tasa de desempleo de las minorías raciales analizadas (trabajadores afroamericanos e hispanos) que la de los trabajadores de raza blanca. Sin embargo, en un subsiguiente análisis no se observa que el shock expansivo de política monetaria tenga unos efectos significativos diferenciales sobre la evolución salarial de los distintos grupos de trabajadores. En base a estos resultados podemos argumentar que un shock expansivo de política monetaria crea más oportunidades laborales para las minorías raciales, aunque ello no se vea reflejado en mejores condiciones salariales.

Gráfico 1: FIR de un shock monetario sobre las variables de interés (1979M7:2020M2)

Fuente: Albert y Gómez-Fernández (2024)

Dada la escasa disponibilidad de datos sobre la dispersión de la riqueza con la frecuencia necesaria, la evaluación de los efectos dinámicos de la política monetaria sobre la desigualdad racial en la riqueza supone un desafío. Para aproximar estos resultados dinámicos realizamos un ejercicio de equilibrio parcial en dos pasos, bajo el supuesto de que los hogares no cambian su cartera de activos y pasivos ante cambios en la política monetaria. En primer lugar, cuantificamos los efectos del shock monetario sobre el tipo de interés, sobre la tasa de inflación y sobre el precio y los rendimientos de los activos y pasivos que componen la riqueza de los hogares y pueden ser más susceptibles a cambios en los tipos de interés: precio de acciones bursátiles, bonos y vivienda. Las FIR del gráfico 1 muestran que el shock expansivo incrementa significativamente el precio de las acciones y la vivienda y reduce el tipo de interés de la deuda pública a un año. Sin embargo, la magnitud del shock es heterogénea entre las distintas variables. En un segundo paso, empleando los microdatos de la encuesta Survey of Consumer Finances (SCF) y considerando las elasticidades obtenidas en el ejercicio anterior, simulamos los cambios en la riqueza neta de las familias, distinguiendo entre grupos raciales en distintos escenarios temporales. Para ello, también tenemos en cuenta la exposición neta de estos grupos a los tipos de interés (NIRE por sus siglas en inglés) y las posiciones nominales netas de los hogares (HNNP por sus siglas en inglés) para conocer la exposición a cambios inesperados en la inflación.

Los resultados reflejan que dada la composición racial de la riqueza neta en EE. UU. -- los hogares de raza blanca mantienen en promedio proporcionalmente más activos financieros, pero menor proporción de vivienda y deuda que las minorías raciales, el shock monetario expansivo beneficia más a los hogares blancos, principalmente a través del impacto sobre el precio de las acciones. Sin embargo, el mismo shock beneficia más a las minorías raciales a través del incremento en el precio de la vivienda, la reducción en el tipo de interés de la deuda al tener una exposición negativa neta a los tipos de interés (más pasivos que activos) y el aumento inesperado de la inflación, cuya exposición también es negativa. El gráfico 2 muestra el efecto de estas ganancias en la riqueza neta por razas. Se puede observar, cómo en un horizonte temporal de 6 meses, dada la mayor sensibilidad de los activos financieros al tipo de interés, las ganancias son mayores para los hogares blancos – incrementándose su riqueza neta en más de un 5%, mientras que la de los hogares afroamericanos y los hispanos lo hace aproximadamente en un 2,5% y 3,5% respectivamente. Sin embargo, este efecto se disipa, incluso se revierte, si analizamos horizontes temporales más lejanos.

Figura 2: incrementos de la riqueza neta por grupos raciales 6 meses después del shock de política monetaria

Fuente: Albert y Gómez-Fernández (2024)

Evidentemente, no cabe concluir de estos resultados que la política monetaria expansiva tenga un sesgo a favor de los hogares de raza blanca. Este efecto heterogéneo se debe a la distinta composición de riqueza entre grupos raciales. Ahora bien, ¿se deben las diferencias raciales en el porfolio a las distintas características de los hogares (nivel de educación alcanzado, renta, educación financiera, etc.) o se puede atribuir a algún tipo de discriminación racial? De acuerdo con un ejercicio adicional empleando la técnica de la descomposición Oaxaca-Blinder, observamos que la mayor parte de la brecha de la riqueza neta entre razas se explica por las distintas características de los hogares. No obstante, entre un 6%-7% de esta brecha se puede deber a discriminaciones raciales a las que estas minorías se enfrentan a la hora de solicitar un crédito, obstaculizando las posibilidades de acumulación de riqueza. Políticas públicas que traten de reducir esta brecha discriminatoria servirían también para reducir el “sesgo” de la política monetaria.

Finalmente, evaluamos el efecto del shock monetario sobre la desigualdad en el consumo utilizando microdatos de la encuesta Consumer Expenditure Survey (CE). Como se observan en las FIR del gráfico 3, el shock expansivo incrementa significativamente más el consumo de los hogares blancos que el de los hogares afroamericanos. Una hipótesis que explicaría este hecho sería el distinto wealth effect a corto plazo para ambos grupos analizado en el punto anterior. Sin embargo, este impacto diferencial no se encuentra con el resto de los grupos raciales analizados.

Gráfico 3: FIR de un shock monetario sobre variables de consumo (1979M7:2020M2)

Fuente: Albert y Gómez-Fernández (2024)

Investigaciones recientes utilizando datos desagregados ponen el énfasis en los efectos heterogéneos de la política monetaria tanto en términos de efectividad (aquí), como en términos de bienestar (aquí). En este contexto, nuestro estudio busca arrojar luz sobre una forma de desigualdad menos explorada pero igualmente significativa: la desigualdad racial. Como conclusión, si bien nos parece crucial que los bancos centrales continúen aplicando las políticas apropiadas para alcanzar sus objetivos de estabilidad de precios y crecimiento económico, también es fundamental considerar políticas públicas que aborden la discriminación racial en el acceso al crédito y otros productos financieros. Asimismo, promover la educación financiera para todos los segmentos de la sociedad podría ser una forma eficaz de reducir algunos de los efectos indeseados de la política monetaria.

[*] Agradecemos a los editores y al equipo técnico las sugerencias recibidas en la elaboración de esta entrada.