Por Javier D. Donna, Marit Hinnosaar, Toomas Hinnosaar y André Trindade
¿Deberían los consumidores poder ir al supermercado los domingos por la mañana? ¿Comprar ropa? ¿Cerveza? En gran parte del mundo se regulan los horarios de apertura de este tipo de negocios. Quienes apoyan estas normas argumentan que protegen a los trabajadores, la vida familiar y a los pequeños comerciantes. Los críticos afirman que limitan las opciones de los consumidores y reducen la eficiencia.
A pesar de décadas de debate, hay poca evidencia respecto a los costos de este tipo de regulaciones para los consumidores. En esta entrada retomamos el debate, usando datos de rastreo con GPS. En particular, estudiamos lo sucedido tras la eliminación de una de las leyes más estrictas en EE. UU. que prohibía a los comercios estar abiertos los domingos por la mañana.
¿Qué son las leyes de cierre dominical?
Las restricciones al horario de apertura de las tiendas datan de siglos. En el año 321 d. C., el emperador romano Constantino promulgó la primera ley conocida sobre la prohibición del trabajo dominical: «En el venerable Día del Sol, que los magistrados y los habitantes de las ciudades descansen, y que todos los talleres cierren.» Las llamadas «leyes azules» o leyes de cierre dominical solían ser regulaciones para fomentar la participación religiosa. Hoy en día suelen justificarse también como formas de fortalecer la vida familiar y comunitaria, o para proteger a los trabajadores. El debate sobre sus costos y beneficios sigue abierto.
Debate político
Las leyes de cierre dominical continúan ampliamente vigentes en países europeos como Alemania, Austria, Suiza, Noruega y el Reino Unido, aunque en las últimas décadas se han producido grandes reformas. En Inglaterra, las leyes de cierre dominical se flexibilizaron en 1994. Hasta entonces, las grandes tiendas debían cerrar los domingos. Ahora se les permite abrir hasta seis horas. En 2015-2016 el Parlamento rechazó una propuesta para que las autoridades locales establecieran sus propias normas sobre el horario de apertura dominical.
Si bien Alemania liberalizó en 2006 el horario de apertura de las tiendas durante los días de semana, la mayoría de las tiendas siguen cerradas los domingos. Varios países levantaron las restricciones dominicales en los últimos años, como Dinamarca en 2012, o Finlandia y Hungría en 2016. Por otro lado, Polonia introdujo una de las prohibiciones más estrictas de Europa en 2018, cerrando prácticamente todas las tiendas los domingos.
En EE. UU., la mayoría de las leyes que prohibían el comercio en ciertos días han sido derogadas. Sin embargo, muchos estados aún restringen las ventas de alcohol y automóviles los domingos.
Dakota del Norte mantuvo durante mucho tiempo una de las leyes de cierre dominical más estrictas. Prohibía casi todas las ventas minoristas los domingos por la mañana (desde la medianoche hasta el mediodía). La prohibición se derogó el 1 de agosto de 2019.
¿Qué sabemos?
Las restricciones en el horario de apertura tienen tanto costos como beneficios sociales. Los estudios empíricos se han centrado principalmente en los potenciales beneficios, examinando los efectos sobre el empleo (Skuterud, 2005; Paul, 2015; Bensnes y Strøm, 2019; Rizzica, Roma y Rovigatti, 2023), la asistencia a la iglesia (Gruber y Hungerman, 2008; Cohen-Zada y Sander, 2011) y el consumo de alcohol (Bernheim, Meer y Novarro, 2016; Hinnosaar, 2016). Estos estudios demuestran que las restricciones en el horario de apertura pueden proteger a los trabajadores e incluso fortalecer las prácticas comunitarias y religiosas. Sabemos menos sobre los costos para los consumidores. Medir estos costos es difícil porque requiere datos sobre el tiempo y la ubicación de las compras por hora.
Nuestro paper es el primero en utilizar datos GPS para estudiar el impacto de la desregulación del horario de las tiendas. Jacobsen y Kooreman (2005) utilizan datos de registros de tiempo en los Países Bajos para documentar que, tras la desregulación, las actividades de compra se trasladaron a las tardes laborables. También sabemos que los consumidores recorren grandes distancias para comprar a precios más bajos (Friberg, Steen y Ulsaker, 2022). El cierre de tiendas también podría incentivar más viajes en regiones transfronterizas. Nuestros datos nos permiten estudiar las elecciones de horario y ubicación del consumidor. Además, dado que la desregulación sólo afectó a ciertas tiendas en un estado, tenemos grupos de control (estados vecinos y otras tiendas en el mismo estado) que nos permiten estudiar el impacto causal de la desregulación.
La evidencia de Dakota del Norte
Figura 1
En nuestro trabajo usamos datos de GPS por hora para estudiar dónde hacen las compras los consumidores. Proporcionamos amplia evidencia sobre los costos de las leyes de cierre dominical para los consumidores. Analizamos los patrones de compra antes y después de la desregulación en Dakota del Norte, lo que nos permite aislar el impacto causal del levantamiento de la restricción de compra los domingos por la mañana. Por ejemplo, usamos un diseño de diferencia-en-diferencias donde comparamos Dakota del Norte con sus estados vecinos: Minnesota, Dakota del Sur y Montana. La Figura 1 muestra las ubicaciones de Walmart, la tienda más grande afectada, en Dakota del Norte y los estados vecinos.
Los consumidores valoran comprar los domingos por la mañana
Figura 2
La Figura 2a muestra que, antes de la desregulación, las visitas a Walmart los domingos por la mañana eran mínimas en Dakota del Norte y considerables en los estados vecinos. Tras la derogación (Figura 2b), las visitas en Dakota del Norte aumentan notablemente, acercándose a los niveles transfronterizos, mientras que los patrones de los estados vecinos se mantienen estables.
Los paneles inferiores de la Figura 2 muestran lo que sucede con los supermercados. Los supermercados no se vieron afectados por la desregulación. Por tanto, las visitas antes (Figura 2c) y después (Figura 2d) son similares.
Figura 3
La Figura 3a confirma lo anterior. Las visitas a Walmart los domingos por la mañana en Dakota del Norte aumentaron inmediatamente después de la derogación, sin cambios en los estados vecinos.
¿Dónde viene el incremento de visitas de los domingos por la mañana?
Observamos tres tipos de sustituciones:
- Sustitución en el tiempo. Algunas visitas del domingo por la mañana las hacían el domingo por la tarde durante la vigencia de la ley de cierre dominical (Figura 3b).
- Sustitución entre tipos de tiendas: Las tiendas de comestibles en Dakota del Norte registraron menos visitas los domingos por la mañana, lo que sugiere que eran la segunda opción cuando Walmart estaba cerrado (Figura 3c).
- Sustitución transfronteriza. Hay menos visitas a los Walmart transfronterizos en Minnesota, entre los consumidores que viven en la frontera de Dakota del Norte. Es decir, dejaron de cruzar la frontera estatal (Figura 3d).
¿Cómo cuantificar el bienestar de los consumidores?
Una forma combinar estos cambios de comportamiento en una medida de bienestar es usar la distancia del viaje de los consumidores. Las leyes de cierre dominical pueden perjudicar a los consumidores si estos tienen que viajar más lejos para hacer las compras o si optan por una opción menos preferida, como no hacer algunas de las compras.
En el paper estimamos un modelo de elección discreta de tipo de tienda y horario para cuantificar el bienestar. La ley de cierre dominical en Dakota del Norte es equivalente a alejar el Walmart más cercano unos 2,3 kilómetros para cada consumidor.
Por supuesto, nuestro análisis solo captura el impacto sobre el consumidor. Nuestros datos no incluyen información sobre el comportamiento de las empresas (como la fijación de precios, la variedad de productos o la inversión), ni resultados en el mercado laboral. Nuestros hallazgos miden solo un aspecto del impacto de la política. Todos los factores mencionados son importantes para el bienestar general.
¿Qué aprendimos?
Nuestro trabajo documenta que las leyes de cierre dominical imponen costos reales a los consumidores, incluso cuando existen opciones de compra alternativas. En Dakota del Norte, la desregulación aumentó las compras en general, redujo los viajes transfronterizos y desvió actividad hacia otros horarios y tiendas.
Para el consumidor, la pérdida de bienestar es equivalente a 2,3 kilómetros adicionales por viaje individual.
Los políticos se enfrentan a una clara disyuntiva. Las restricciones ayudan a mantener un día de descanso y pueden beneficiar a pequeños comercios y proteger a ciertos trabajadores. Pero también reducen la libertad de los consumidores y pueden desviar el gasto a otras jurisdicciones.