Por Laura Muñoz Terroba (Universidad de Alcalá)
Segundo puesto Premio “Nada es Gratis” a Trabajos de Fin de Grado y Máster en Economía
La crisis provocada por la COVID-19 ha generado daños en todas las economías mundiales y los gobiernos han tenido que implementar tanto medidas sanitarias como sociales para proteger a la población. Para reducir los contagios, muchos gobiernos suspendieron la actividad en algunos sectores económicos no esenciales e impusieron confinamientos domiciliarios que tuvieron efectos asimétricos sobre la población. En general se produjo una importante caída de la demanda que redujo inmediatamente el PIB impulsando rápidamente el aumento del riesgo de desempleo y de la incertidumbre económica para muchas familias. Todo ello podría haber contribuido un aumento de la desigualdad de ingresos y de la pobreza en muchos países ricos.
En este trabajo se aborda un análisis cuantitativo del impacto sobre los ingresos que puede haber provocado el aumento del desempleo durante la pandemia en los hogares situados en diferentes quintiles de la distribución de la renta bruta en España utilizando los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) y la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV). Los resultados se comparan, en la medida de lo posible, con los que otros trabajos han estimado para Alemania y Reino Unido.
1. Transiciones al desempleo y pérdida de ingresos
La pandemia aumentó la probabilidad de que muchos empleados transitaran al desempleo rápidamente. En general, eso les sucedió en mayor medida a los grupos sociales más vulnerables: mujeres, jóvenes, población inmigrante y personas con un bajo nivel educativo que tienen una menor capacidad de desarrollar su trabajo de forma remota. Estas pérdidas de empleo implicaron pérdidas de ingresos para muchas familias, lo que podría implicar un rápido aumento de la desigualdad de ingresos.
Para medir el impacto en la distribución de los ingresos de los hogares, se estima la probabilidad de la población activa de estar desempleada calculada a partir de variables como: el sexo, el nivel de estudios, el tipo de contrato, la edad y otras. Con estos resultados, se aplican los resultados de la tasa de desempleo por ramas de actividad con el impacto de la pandemia. A los nuevos desempleados se les elimina el salario en la renta bruta del hogar. Finalmente, se calcula el porcentaje de pérdida de renta bruta de los hogares respecto antes y durante la COVID-19.
En la Figura 1 se muestra el cambio de renta dividido en quintiles, cada uno de ellos representa el 20% de los hogares. Los resultados obtenidos muestran como los efectos de la pandemia fueron negativos para toda la población, pero, en especial para los hogares más pobres que sufrieron una pérdida de un 30%, diez veces mayor que las familias más ricas. Estos resultados son similares a los calculados por Cantó et al. (2021), Oxfam Intermón (2021), y Almeida et al. (2020).
Figura 1.- Tasa de variación por quintiles de renta 2019-2020 en España
Fuente: elaboración propia (2021)
Estas pérdidas de renta tan desiguales confirman que las personas con menor renta ocupaban puestos de trabajo más afectados por la pandemia, por su mayor contacto con las personas y por tanto mayor dificultad para desarrollar su trabajo de forma remota. Por ello, la crisis provocó un aumentó las desigualdades de renta bruta ya existentes, como muestra la evolución del índice de Gini, que aumentó de 0,37 a 0,41, y desplazó la Curva de Lorenz hacia fuera a todos los niveles de ingresos como se aprecia en el gráfico de la Figura 2.
Figura 2.- Curva de Lorenz, resultados antes y durante el impacto de la COVID-19 en España
Fuente: elaboración propia (2021)
Además, estudios sobre Reino Unido realizados por Cantó et al., (2021) y Benzeval et al. (2020), Almeida et al., (2020) y Christl et al. (2021) sobre Alemania, obtienen resultados muy similares: son las familias más pobres las que pierden mayor proporción de renta bruta. Sin embargo, comparando entre países, se observa que la caída media de los hogares de Reino Unido podría haber sido mayor que la sufrida en los hogares españoles y alemanes.
2. El papel de las políticas públicas
Para mitigar el impacto de la pandemia y las desigualdades, los gobiernos establecieron nuevas políticas, que tuvieron una gran importancia para la estabilización del ciclo económico. Muchos decidieron establecer ayudas a las familias a través de ingresos para disminuir la divergencia de renta y aumentar el consumo (que tiene consecuencias directas para las ventas de las empresas). Si no se hubieran establecido políticas de alivio, las personas que entran en el desempleo hubieran tenido muchos más problemas para compensar las pérdidas de ingresos con el correspondiente impacto desigualador en los ingresos netos.
Los resultados de Aspachs et al. (2021) apuntan a que en España muchas de estas ayudas llegaron con retraso, lo que provocó que en los meses de confinamiento más estricto (marzo y abril) se produjera un fuerte aumento de la desigualdad de ingresos de las familias. Esto nos demuestra una vez más el papel decisivo de las políticas públicas para amortiguar una crisis causada por la pandemia.
Una de las medidas clave en el mercado de trabajo fueron los ERTE (Expedientes de Regulación Temporal de Empleo), que ayudaron a frenar el fortísimo aumento del desempleo. Aunque, hay que destacar que, en su mayoría los empleados que se acogieron a esta medida fueron los trabajadores indefinidos, mientras que muchos de los temporales pasaron al desempleo. También se fijaron políticas dirigidas a los colectivos más vulnerables. La medida más destacada fue el Ingreso Mínimo Vital. Aunque no es una medida estrictamente para la pandemia, este momento podría haber ayudado a su implantación. El principal problema es que no tiene en cuenta la pérdida de ingresos originados por esta recesión, porque se calcula en función de los ingresos medios de los meses anteriores a la pandemia lo que ha hecho que muchas familias afectadas económicamente por la crisis de la COVID-19, no hayan tenido aún acceso a esta prestación.
Si comparamos los resultados de distintos trabajos sobre los efectos de estas políticas en España, Reino Unido y Alemania podemos decir que parece que las políticas de ayuda que llevó a cabo Alemania podrían haber reducido en mayor medida la desigualdad que las que se implementaron en España, mientras que las del Reino Unido serían las que menos habrían conseguido reducir la desigualdad en menor medida en estos tres países.
3. Conclusiones
La COVID-19 tuvo un impacto sin precedentes en las economías desarrolladas aunque asimétrico por países dadas sus diferencias en estructura económica y por la implantación de medidas económicas y sociales diversas. Una de las principales consecuencias fue una pérdida de ingresos salariales para muchos hogares, en especial aquellos que ya tenían un nivel de renta más bajo. Estas familias son las que suelen tener menos posibilidad de un “autoseguro” con el uso de ahorros o préstamos, lo que conlleva que este impacto podría ser aún más difícil de superar. Gracias a las políticas públicas la desigualdad de renta disponible no habrá aumentado de una manera tan significativa como la de renta bruta, lo que resalta el papel que pueden tener estas políticas para que el impacto económico y social de una pandemia sea menor.
Hay 5 comentarios
Estupendo estudio para entender mejor las consecuencias de las políticas públicas en la distribución de la renta. Enhorabuena a esta joven investigadora
Buen análisis, aunque parece un poco resumido.
En cualquier caso, muchas gracias por la elaboración y por su publicación.
Excelente estudio. Muy bien redactado, con sólidos fundamentos y una revisión de la literatura acertada. ¡Enhorabuena!
Enhorabuena Laura. Orgulloso de que haya alumnos como tú en las universidades españolas.
Felicidades por un trabajo tan interesante y relevante.
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