La empresa como refugio fiscal

Nota: imagen generada con chatGPT, de OpenAI.

 

A todos nos ha pasado alguna vez. Después de pagar la comida familiar entre todos, un tío/primo/cuñado empresario coge la cuenta y dice “esto me lo llevo yo para pasarlo por la empresa”. Esta conducta no está castigada socialmente: el empresario se ahorra unos pocos euros en impuestos y al resto de comensales no les perjudica porque la comida les sale por el mismo precio. Parece que nadie sale perdiendo, ¿verdad? Pues bien, un investigador acaba de realizar un estudio con datos increíblemente detallados de Portugal donde cuantifica las consecuencias fiscales de este comportamiento. Los resultados son impresionantes: el consumo personal a través de la empresa supone un coste fiscal equivalente a, al menos, el 1% del PIB de Portugal. Este agujero fiscal es más grande que el estimado por la evasión (y elusión) fiscal de las empresas multinacionales, por poner un ejemplo.

Vayamos a los detalles: el artículo se titula “The Firm as Tax Shelter” y lo escribe David Leite, un estudiante de doctorado de Paris School of Economics que está en el mercado académico (conocido como “job market”, ver aquí y aquí) este año. Pueden consultar aquí el artículo completo, y la presentación en diapositivas.

El resultado principal: los nuevos empresarios "reducen" su consumo

El artículo estudia cómo cambia el consumo personal reportado cuando las personas pasan de ser trabajadores por cuenta ajena (empleados de una empresa) a empresarios. El Gráfico 1 muestra el resultado principal: las personas que se convierten en empresarios reducen su consumo reportado hasta un 36% en los meses siguientes a realizar esa transición. El gráfico muestra que el consumo de los cónyuges de los nuevos empresarios, cuyas fuentes de ingreso no tienen por qué haber cambiado, también se reduce en un 12%.

Gráfico 1: Efecto de convertirse en empresario en el consumo reportado

Fuente: Leite (2024).

 

Este descenso en el consumo se podría deber a distintas causas: podría ser que la renta de los empresarios sea sustancialmente más baja que la de los trabajadores por cuenta ajena. O quizá la inversión realizada para crear la empresa reduce permanentemente el consumo. Otra hipótesis es que una parte del consumo que realizan estas personas ahora se contabiliza como gastos de su empresa.

Para distinguir entre estas hipótesis, lo primero que comprueba el autor es si el efecto se debe a una caída en la renta que coincide en el tiempo con el paso a ser empresario. Los datos indican que la renta reportada por los nuevos empresarios desciende un 3,7% en el primer año, pero luego se recupera. Este cambio parece insuficiente para explicar un desplome de más del 30% en el consumo reportado. Para identificar claramente el impacto causal de la transición de empleado a empresario sobre el consumo, el autor realiza varios análisis adicionales.

¿De dónde han salido estos datos?

Pero antes de mostrar más resultados, muchos lectores se estarán haciendo una pregunta clave: ¿cómo es posible que un investigador haya podido acceder a datos de consumo a nivel individual tan detallados? La respuesta se remonta a una política que se comenzó a aplicar en Portugal a raíz de la crisis financiera: para fomentar el cumplimiento fiscal en el IVA, en 2013 se implantó un sistema de factura electrónica (e-Fatura) pensado principalmente para las operaciones entre empresas. El sistema también ofrece incentivos a los consumidores finales: cuando se realiza hace una compra final, el consumidor puede exigir al vendedor que registre su DNI asociado a esa compra. De esta manera, el consumidor recibe un descuento en su impuesto sobre la renta proporcional a lo que ha pagado en concepto de IVA, con un límite de 500 euros mensuales, además de entrar en un sorteo semanal. Dadas estas posibilidades de ahorro en impuestos, no les sorprenderá saber que la inmensa mayoría de los consumidores en Portugal optan por dar su DNI cada vez que realizan compras, especialmente las de mayor valor. En el artículo, Leite muestra que esta base de datos de consumo a nivel individual contiene aproximadamente el 70% del consumo agregado medido por la contabilidad nacional. Es decir, no observa todo el consumo individual, pero casi.

Estos datos los combina con registros de la seguridad social portuguesa, donde se puede ver el tipo de afiliación que tiene cada persona: trabajador por cuenta ajena, autónomo, empresario, o jubilado. Por si esto fuera poco, también los combina con datos contables y fiscales de las empresas. El sueño para cualquier investigador interesado en cuestiones relacionadas con la economía laboral y la economía pública, vamos.

¿En qué gastan los empresarios para evadir impuestos?

Volviendo al análisis de los datos: ¿qué tipos de gastos son los que reducen los nuevos empresarios?  Como se puede ver en los cuatro paneles del Gráfico 2, caen sustancialmente los gastos reportados en supermercados, grandes superficies y tiendas minoristas, incluidos los talleres de reparación de coches (casi un 50%). También cae el gasto reportado en hoteles y restaurantes (un 30%), en servicios profesionales (abogados y gestores) y en tecnologías de comunicación (internet, telefonía móvil). En todas estas categorías también se reduce, aunque en menor proporción, el consumo reportado por los cónyuges de los empresarios. Una observación relevante es que todas estas categorías de gasto están en la "zona gris" que separa los gastos personales de lo que podrían representar gastos legítimos de una empresa.

Gráfico 2: Efecto en gastos de la "zona gris"

Fuente: Leite (2024).

 

Podría ser que los nuevos empresarios simplemente se aprietan el cinturón para gastar menos y poder dedicar todos sus ahorros a invertir en la empresa. Si esto fuera así, deberíamos ver una reducción similar del gasto en otras partidas que son más difíciles de justificar como gastos de empresa: por ejemplo, el gasto en servicios sanitarios, en educación privada, o en servicios básicos como el agua, la electricidad o el gas. Como se ve en el Gráfico 3, no se observa caída en el gasto reportado en ninguna de estas partidas alrededor del momento en el que pasan de ser trabajadores a empresarios. Todo indica que la reducción del gasto se concentra en productos o servicios que podrían ser considerados gastos de la empresa.

Gráfico 3: Efecto en otros tipos de gasto

Fuente: Leite (2024).

 

Cumpleaños feliz, Hacienda infeliz

Por último, les mostraré el resultado más peculiar del artículo. En los microdatos se incluye la fecha de nacimiento de cada persona, lo que permite al autor analizar cómo cambia el gasto de las empresas en hoteles y restaurantes en el mes del cumpleaños del empresario, en comparación con el mes del cumpleaños de un empleado seleccionado al azar. Los resultados se muestran en el Gráfico 4: el gasto en hoteles y restaurantes es un 10% mayor en el mes del cumpleaños del empresario, mientras que no se observa ningún cambio cuando cumplen años el resto de los empleados de la misma empresa. Llegados a este punto, dejo que cada lector imagine a qué se podría deber ese incremento sustancial en el gasto en hoteles y restaurantes justo en ese mes tan señalado…

Gráfico 4: Gasto empresarial durante el mes del cumpleaños

Consecuencias del uso de las empresas como refugio fiscal

Cuando un empresario reporta gastos personales como si fuesen gastos de su empresa, está evadiendo varios impuestos simultáneamente: por un lado, deja de pagar el IVA que correspondería a su consumo privado, que pasa a utilizar como crédito fiscal para compensar el IVA repercutido por la empresa en sus ventas. Por otro lado, el gasto adicional atribuido a la empresa reduce los beneficios reportados, menguando la cuota del Impuesto sobre Sociedades. El porcentaje de ahorro fiscal depende de los tipos impositivos. En concreto, Leite estima que el ahorro fiscal está en torno el 45% en el caso del sistema tributario portugués: por cada euro de consumo personal que se reporta como gasto de la empresa, el empresario se tendría que haber remunerado a sí mismo 1,80 euros para obtener el mismo nivel de consumo cumpliendo la ley.

La percepción general es que este comportamiento, aunque habitual, es anecdótico y probablemente tenga poca repercusión en las finanzas públicas a nivel agregado. Sin embargo, el artículo muestra que el coste fiscal puede ser muy relevante: el autor estima que supone una pérdida recaudatoria de al menos 1% del PIB en el caso de Portugal. Además, el análisis demuestra que no se trata de un comportamiento restringido a las microempresas o pequeñas empresas familiares, sino que se produce en empresas de todos los tamaños. El autor estima que, si se pudiera detectar este comportamiento y reportar el gasto correctamente como gasto personal, se reduciría la desigualdad de la renta reportada en Portugal de manera notable, bajando el índice de Gini de  0,482 a 0,469.

¿Se puede reducir este tipo de evasión fiscal? Es complicado porque, como se ha descrito en esta entrada, los gastos personales que tienden a reportarse como gastos de la empresa suelen estar en categorías que podrían recoger gastos legítimos de la empresa (lo que he llamado la "zona gris"). Las autoridades tributarias hacen esfuerzos para detectar estos comportamientos, lo cual requiere hacer inspecciones tributarias detalladas, que son muy costosas (tanto para las autoridades como para los contribuyentes). Quizá la mejor manera de solucionar este problema es que haya un mayor reproche social a estos comportamientos, aunque eso implique enzarzarse en una discusión con el primo/tío/cuñado empresario.

Gracias por leer nuestro blog. Nada es Gratis se financia en parte con las cuotas de los socios de la asociación homónima, pero para llevar a cabo sus actividades necesita la aportación desinteresada de todos aquellos que deseen apoyar su labor.
Dona aquí.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.