El otro día quedé con un amigo a tomar un café y me aconsejó leer un artículo de Sergio del Molino, titulado “Desperta Ferro’: los historiadores que enseñan dignidad a los españoles.” Está bien, se lo recomiendo. Pero tiene un subtítulo que me llamó mucho la atención “el rigor es el único patrimonio intelectual y moral que nos sostiene.” Y pensé “ya tengo la introducción a la entrada sobre Samuel.” Entrada esta que escribo porque hace un par de semanas se celebró un workshop en honor de Samuel en el CEMFI y me apetecía hablar de lo que se presentó y de de la influencia que ha tenido Samuel en la profesión.
Conozco a Samuel hace muchos años, pero nuestra primera interacción intensa fue cuando fuimos coeditores de Investigaciones Económicas. Luego hemos coincidido en el blog, en los libros relacionados (Nada es Gratis y Economía de Urgencia en este último escribimos conjuntamente un capítulo), en el comité asesor del máster del CEMFI y finalmente en un artículo con Marcel Jansen (que no voy a enlazar porque a la última versión aún le quedan retoques). En todas esas interacciones y en muchas otras, lo que más me ha impresionado siempre es el rigor en lo que hace. En el país de Pepe Gotera y Otilio no es difícil parecer Da Vinci, pero Samuel lo es. En todas sus actividades. Con buenos modos y sin alharacas, pero sin ceder en los estándares. Y ese ejemplo es quizá el bien público más importante que ha proporcionado en lo que va de su carrera, y que espero siga proporcionando en esta nueva fase, porque nos hace mucha falta. El más importante, pero no el único, claro está. Aparte de ser editor de revistas, y sus actividades en el CEMFI, también ha sido muy activo proponiendo reformas para nuestra economía, asesorando a distintas administraciones públicas, ha sido crucial su input en la creación del Policy Lab entre el Ministerio de Inclusión y J-PAL.
No voy a glosar su obra, porque no soy el más indicado y como aún le queda mucho, tampoco hablaré de su carrera. Pero creo que sí vale la pena hablar de los artículos que se presentaron. La alineación es impresionante, todos ellos han sido coautores de Samuel en algún momento, y su presencia en Madrid refleja la alta estima que la profesión tiene de nuestro amigo. Los artículos, como verán, son interesantes (aunque en la mayoría no hay versiones online, así que estoy basando la discusión en sus presentaciones).
1) Claudio Michelacci y Liangjie Wu— Profiting from Consumer Politicization
Este artículo estudia cómo, en la última década, las marcas han cruzado una frontera: ya no solo venden productos, sino también identidades políticas. Su historia arranca con un modelo de un mercado poblado por hogares azules, rojos y neutrales; las firmas eligen “bandera” y, al hacerlo, extraen más rentas de los clientes más afines, menos sensibles al precioal ser más fieles al ideario de la marca. La teoría muestra que la politización puede dar lugar a un equilibrio socialmente ineficiente. Cuando los hogares neutrales escasean o las preferencias ideológicas se agudizan, suben los márgenes de precios, caen los excedentes del consumidor y aparecen pérdidas de bienestar que un planificador querría evitar. Los autores muestran evidencia descriptiva compatible con las predicciones del modelo y realizan ejercicios cuantitativos para completar la imagen global: el activismo de marca no es solo marketing; es parte de una estrategia de precios y de segmentación con efectos distributivos palpables.
2) Gilles Saint-Paul, Ariell Reshef y Farid Toubal — Labor Market Flexibility and Firms’ Resilience
Este trabajo parte de la “eurosclerosis”: mercados laborales rígidos que las empresas aprendieron a bordear con contratos temporales. En el video inicial del workshop, Olivier Blanchard, el director de tesis de Samuel, nos explicó cómo la eurosclerosis se convirtió en su obsesión y cómo la trasladó a sus alumnos de doctorado. Esta obsesión dio lugar, por ejemplo, al famoso artículo de Giuseppe Bertola y Samuel Bentolila, que tiene más de 2,200 citas, sobre los efectos de los costes de despido. Los autores de este artíuclo que ahora comentamos usan la Gran Recesión como experimento para analizar el efecto de la “flexibilidad en el margen,” que proveen los contratos temporales. Y observan, establecimiento a establecimiento, cómo aquellos con un mayor “colchón” de temporales antes del golpe se ajustaron más rápido y, sobre todo, sobrevivieron más tiempo. En el modelo conviven empresas “rígidas” y “flexibles” que afrontan shocks discretos; unas están sujetas a costes de despido, mientras que otras no lo están y pueden soltar lastre en las crisis. La predicción central es muy llamativa: tras una recesión súbita, las empresas rígidas cruzan antes el umbral de bancarrota; las flexibles despiden temporales y vuelven a contratar cuando amaina el temporal. Los datos administrativos franceses dan el giro final: un mayor uso ex-ante de contratos de duración definida (temporales) se asocia a una mayor probabilidad de supervivencia y a un rebote del empleo más veloz entre las sobrevivientes.
3) Sascha Becker, Ana Fernandes, Nurlan Lalayev y Doris Weichselbaumer — So Far Away? Hiring Discrimination Against Female Commuters
La historia aquí es simple y dolorosa: dos personas idénticas son candidatas para trabajar en una empresa, pero la que vive más lejos —si es mujer— recibe menos llamadas. El equipo reutiliza un gran test de correspondencia en Alemania, Austria y Suiza y afina la métrica de distancia real de casa a empresa (minutos y kilómetros, varios modos). El foco está en desplazamientos habituales (≤50 km). El resultado se repite escena tras escena: por cada 10 km adicionales, la probabilidad de ser contactada cae entre 1,6 y 4 puntos para mujeres; para hombres, nada. El efecto se acentúa en los empleos a tiempo parcial y no depende de estado civil ni hijos, lo que debilita explicaciones de responsabilidad doméstica o de absentismo. La conclusión, incómoda, es que existe una penalización de demanda contra candidatas “lejanas” incluso cuando el trayecto es compatible con el día a día urbano.
4) Samuel Bentolila, Antonio Cabrales y Marcel Jansen — Does Dual Vocational Education and Training Pay Off?
Este artículo, por suerte para todos lo presentó Marcel, porque justo ese día tuve un problemilla de salud. Este artículo usa la reforma que posibilita la FP Dual en 2012, que tiene más horas en la empresa y una beca modesta para los estudiantes, que se ha mantenido junto a una FP escolar clásica. Como la decisión de estudiar Dual o estándar es endógena necesitamos una variable instrumental: la diferencia de tiempos de desplazamiento hasta centros que ofrecen Dual y escolar en el mismo campo. Usamos datos de tres cohortes de titulados con registros de Seguridad Social, empresas y escuela durante siete años. Y observamos un “premio a la dual”: más retención por la empresa formadora, más días trabajados y mayores ingresos, con impactos visibles a partir de la segunda cohorte y concentrados en la parte alta de la distribución de habilidades; con el tiempo, el efecto se atenúa un poco, pero no desaparece. No hay indicios de que la oferta escolar sesgue resultados por campo, y aunque las empresas formadoras son mejores en media, eso no explica todo. En suma, la FP Dual, parece acelerar la inserción laboral.
5) Andrea Ichino, Aldo Rustichini y Giulio Zanella — College, cognitive ability, and socioeconomic disadvantage: policy lessons from the UK in 1960-2004
Este artículo revisita la gran expansión en el acceso a la universidad británica desde los sesenta, a la luz del Informe Robbins: más acceso, sí, pero ¿para quién? Con datos de cohortes, habilidades cognitivas y desventaja socioeconómica, y un modelo de selección Roy de equilibrio general, los autores extraen una conclusión algo paradójica: la habilidad media de los graduados cae un 13% de una desviación estándar, mientras que entran más jóvenes de baja habilidad pero con entornos familiares ventajosos; el “premio” al título universitario, lejos de despegar, se mantiene plano. La política aplicada —sugiere el modelo—no consiguió atraer estudiantes cualificados de entornos socioeconómicos desfavorecidos, esto es, ni potenció la habilidad ni mitigó la desventaja; y el progreso técnico favoreció menos la capacidad cognitiva de lo que cabría esperar. La conclusión no es fatalista: una política que abaratase el esfuerzo para las personas con talento, pero con menos recursos podrían haber acercado el mundo observado al ideal de Robbins sin sacrificar la eficiencia.
6) Giuseppe Bertola — Equilibrium Failure Rates in Tests of Endogenous Competence
Muchos docentes observamos cómo, a pesar de bajar el nivel de exigencia en los exámenes año a año, las cifras de aprobados no suelen aumentar. Para explicar este hecho paradójico, Bertola propone un modelo sobre exámenes (o de evaluación de artículos en revistas académicas) y umbrales que suben y bajan. Y para sorpresa de todos los suspensos/rechazos la tasa de suspensos/rechazos apenas varía cuando suben o bajan los umbrales. La clave es el comportamiento estratégico del examinado: si aprobar da una prima y la prueba mide el conocimiento con ruido, el alumno ajusta su esfuerzo para igualar la “pendiente óptima” de la curva de fallo. Bajar el listón invita a estudiar menos; subirlo, a estudiar más, de modo que el porcentaje de aprobados se resiste a cambiar salvo que la prueba sea extremadamente precisa. Con costes de esfuerzo crecientes y si los errores aleatorios siguen una distribución normal, el modelo caracteriza aquellas situaciones en que cambios en el umbral solo alteran el nivel de esfuerzo —no los resultados— y en que otras se producen resultados de esquina (intentos frívolos o desistimientos). La moraleja es institucional: para transformar las tasas de éxito hace falta precisión en la evaluación; manipular el listón, por sí solo, se topa con la respuesta endógena de quienes invierten en su propia competencia a través de un mayor esfuerzo.
La conferencia concluyó con una mesa redonda en la que Juan Dolado, Marcel Jansen y Juan Francisco Jimeno hablaron sobre el pasado, el presente y el futuro de la economía laboral, mientras que Ismael Sanz comentó el papel clave del capital humano utilizando datos de la última edición de Education at a Glance. Además de las numerosas referencias a las contribuciones de Samuel, el debate también se centró en el destacado papel de Samuel en los debates sobre políticas y como asesor de múltiples organismos públicos. Esto comenzó mucho antes de la publicación del conocido Manifiesto de los Cien y continúa hasta hoy, ya que Samuel seguirá siendo miembro del Consejo Asesor de la AIReF.
Los artículos de la conferencia en los que Samuel no fue coautor deben mucho a su influencia. Dada la variedad y su interés, no queda más remedio que rendirse a la evidencia de que el rigor da buenos resultados científicos. Y que nos conviene subir los estándares en todas nuestras actividades. Yo espero que el respeto que tenemos todos por el valor de su investigación y su compromiso cívico se plasme en los próximos años en muchas distinciones que reconozcan su infatigable labor por mejorar nuestra profesión. Así que, como dicen en catalán para felicitar los acontecimientos biográficos: Per molts anys, Samuel!