De Francisco Cebreiro Ares La primera parte del Conde de Montecristo –que es realmente la parte importante– ilustra de una manera tan fidedigna –como desapercibida– los fundamentos de la banca comercial del final del Antiguo Régimen (las letras de cambio domiciliadas): Morrel debe lograr que sus barcos lleguen a salvo a Marsella si quiere que [leer más ...]