Por Joaquín Artés, Juan Luis Jiménez y Jordi Perdiguero
La corrupción afecta negativamente no solo al crecimiento económico sino también al proceso político, a través de la confianza de las personas en el sistema (Mauro, 1995, Bowler and Karp, 2004). Por tanto, detectar y penalizar los comportamientos corruptos suponen pilares fundamentales del buen funcionamiento de las democracias.
Aunque algunos artículos han señalado que la información tiene un papel crucial en la reacción de la gente ante la corrupción (Reinikka y Svensson, 2004, 2011), hasta la fecha no se conoce bien todo el conjunto de efectos que desencadena la difusión de información sobre la corrupción política (excepto la de los votantes, como en Ferraz y Finan, 2008; Costas-Pérez et al., 2012; o Hopland, 2014).
Ya en este blog se ha analizado la persistencia de la corrupción, el castigo a la corrupción política en votos, el contagio de la corrupción política local, o la existencia de corrupción municipal (¡en Dinamarca!).
En un artículo recién publicado mostramos una línea no explorada hasta ahora: qué efectos tiene la revelación de los casos de corrupción política local en España sobre los ingresos y gastos de los municipios afectados por dichos casos de corrupción.
El mecanismo de transmisión
Hay varios mecanismos que podrían explicar por qué las finanzas locales podrían verse afectadas por la divulgación del escándalo de corrupción. Cada uno de ellos se explica por el probable comportamiento de los agentes económicos tras la revelación del escándalo.
Por un lado, si los políticos corruptos estaban utilizando la política fiscal local estratégicamente para obtener rentas o para distraer a los votantes con gastos visibles (Mauro, 1998), no tendrán incentivos para hacerlo después de que el escándalo salga a la luz debido al mayor escrutinio. Es probable que esto conduzca a una menor actividad en los ámbitos políticos más propensos a la corrupción (por ejemplo, la construcción y las infraestructuras) y, por tanto, a menos ingresos y gastos en las categorías correspondientes del presupuesto municipal.
En segundo lugar, la literatura ha demostrado que la asignación de transferencias de los niveles superiores de gobierno está influida por variables políticas (Solé-Ollé y Sorribas-Navarro, 2008; Brollo y Nannicini, 2012). Si a los políticos de los niveles superiores de gobierno les preocupa que el escándalo en un nivel inferior pueda afectar a su carrera política, es posible que prefieran enviar fondos a municipios “no manchados” por la corrupción, para distanciarse del escándalo.
En tercer lugar, las empresas privadas pueden ser menos propensas a iniciar nuevos proyectos en el municipio, bien porque ya no podrán obtener rentas extra del político corrupto, bien porque no quieren que el nombre de la empresa se asocie con la corrupción. En el caso de las empresas que formaban parte de la trama de corrupción (por ejemplo, pagando sobornos a los titulares corruptos), la investigación judicial y la difusión de información sobre la corrupción sensibilizan a la opinión pública y dificultan que la empresa siga extrayendo rentas de la corrupción, lo que llevará a estas a abandonar sus prácticas o a centrarse en otros municipios en los que todavía pueden extraer rentas porque la corrupción aún no se ha revelado. Por otro lado, si una empresa no formaba parte de una trama de corrupción antes de la revelación del escándalo, la nueva información sobre el escándalo de corrupción en un determinado municipio puede llevar a la empresa a elegir una ubicación alejada de los municipios con corrupción. Por lo tanto, es probable que disminuyan los ingresos procedentes de los nuevos negocios o proyectos que se desarrollen en el municipio, como las licencias y las tasas (Beekman et al., 2014).
Por último, como sugieren Timmons y Garfias (2015), el escándalo de la corrupción también puede afectar al cumplimiento de los impuestos si la confianza en el gobierno se erosiona lo suficiente y el fraude es posible, lo que disminuirá los ingresos en ciertos tipos de impuestos locales.
Datos y estrategia empírica
Contamos con un panel de datos de 3053 municipios españoles entre 2003 y 2010, para los que contamos no solo con la información financiera municipal, sino también con los casos de corrupción política local descubiertos en cada municipio, y características locales (población, desempleo, etc.).
Para analizar los efectos de la publicación de los casos de corrupción, realizamos la siguiente estrategia empírica: 1) emparejamos (matching) municipios con casos de corrupción a otros sin casos (al menos, no desvelados); 2) Aplicamos straggered difference-in-difference, un modelo en diferencias que tiene en cuenta la entrada escalonada en el tiempo de cada tratamiento (ver desarrollos recientes por Sant’Anna and Zhao, 2020, entre otros); 3) A lo anterior aplicamos placebos y estudiamos previamente la posible existencia de tendencias no paralelas.
Los resultados
Tras un caso de corrupción política local en España hay varios efectos sobre las finanzas municipales. En las figuras se resumen los coeficientes principales para las estimaciones de los modelos en diferencias (DiD) con la base emparejada (matching) sobre ingresos y gastos públicos.
En el caso de los ingresos (panel izquierdo), tanto en el año de revelación del escándalo y hasta cuatro años después, los ingresos públicos locales caen, en media, un 7%. Para los gastos municipales, los resultados son similares, alcanzando una caída media del 5%.
Si desglosamos los efectos por cada partida de ingresos y gastos, encontramos que tras revelarse el escándalo de corrupción caen los ingresos públicos locales relativos a la propiedad (en más de un 30%) y, aunque ligeramente no significativo, por licencias y tasas (en aproximadamente un 15%).
En cuanto a los gastos públicos, los efectos se producen a través de una reducción de aproximadamente el 10% de los gastos de inversión (por ejemplo, la construcción de infraestructuras).
Moraleja: la corrupción se paga…
Este trabajo muestra que la revelación de comportamientos corruptos tiene consecuencias que van más allá de los efectos electorales y que afectan directamente a las finanzas de los municipios y, por tanto, a las políticas públicas que estos pudieran tomar, incluso antes de que se celebren las elecciones.
Si una de las consecuencias de la corrupción es la asignación ineficiente de fondos a áreas en las que los políticos corruptos pueden extraer más rentas, nuestros resultados muestran que la revelación del comportamiento corrupto reduce ese gasto ineficiente y los ingresos pagados para financiarlo. La revelación del escándalo de corrupción, por tanto, libera recursos que pueden utilizarse para financiar actividades con una mayor rentabilidad social.