En muchas ocasiones el debate económico sobre un tema concreto resulta difícil de entender para alguien que está comenzando a analizar datos e información. Y esto es aplicable en el caso de los alumnos de enseñanza secundaria. Uno de estos tópicos es el de las pensiones, que debería ser de obligado conocimiento para ellos, principalmente porque sobre sus hombros recaerá la carga de su financiación. Por ello, este post tiene como único objetivo resumir (mucho) las grandes ideas relativas a las pensiones en España. Vayamos pregunta a pregunta.
¿Qué son las pensiones?
Las pensiones de jubilación pueden ser tres cosas a la vez: pensiones universales, que son rentas que reciben todos los ciudadanos a partir de una determinada edad; pensiones asistenciales, que son similares a las universales, pero solo las reciben quienes a partir de una determinada edad no tienen riqueza ni otras fuentes de renta; y pensiones contributivas, que son rentas vitalicias (esto es, que se perciben hasta el momento del fallecimiento) sustitutivas de los salarios que se percibían durante la vida laboral y por eso se consideran “salarios diferidos”. En el sistema público de pensiones español hay pensiones asistenciales y contributivas, pero no universales (como sí existen en otros países tales como los escandinavos y anglosajones).
Las pensiones contributivas son las más cuantiosas en número y volumen de gasto público. Estas las reciben los trabajadores que han cubierto un determinado número de años de cotización a la Seguridad Social (esto es, aportación al sistema público de pensiones) durante su vida laboral. Así, son una combinación de salarios diferidos (se reciben en función de los años de cotización y lo cotizado durante los años de vida laboral activa) y un seguro contra la longevidad (es decir, una renta garantizada hasta el fallecimiento).
Por tanto, las cotizaciones a la Seguridad Social (que pagan mensualmente los autónomos, empleadores y empleados) son como una prima de un seguro que cubre determinadas contingencias: ser una renta de sustitución durante la jubilación, ser una renta para supervivientes (por viudedad u orfandad) o por incapacidad laboral (imposibilidad de trabajar por enfermedad o discapacidad).
¿Cómo se pagan y se cobran las pensiones?
Como adelantamos, para tener derecho a una pensión contributiva, hay que cotizar cuando se trabaja, es decir, un porcentaje de tu salario bruto se entrega mensualmente a la Seguridad Social. Con estas cotizaciones se pueden hacer dos cosas: pagar las pensiones de los que ya están jubilados o ahorrarlas para pagar las pensiones futuras de los que tendrán derecho a ellas a partir de las cotizaciones actuales. En el primer caso, se dice que el sistema de pensiones es de reparto; en el segundo, que es de capitalización.
En el sistema de reparto, cada generación de trabajadores paga las pensiones de las generaciones anteriores de jubilados (salvo la primera generación de jubilados que recibió pensiones sin haber cotizado). En sistemas de capitalización, cada generación se paga su propia pensión con ahorros invertidos que luego se convierten en rentas vitalicias.
Las pensiones universales y asistenciales, como no tienen carácter contributivo (es decir, nadie paga una cantidad mensual por ello como sí se hace con las pensiones contributivas), las pagamos todos los ciudadanos a través de los impuestos generales. Conviene, por tanto, no confundir las cotizaciones de los empresarios y trabajadores con impuestos sobre el trabajo. Las primeras otorgan seguros contra determinadas contingencias a aquellos trabajadores que las pagan; los segundos financian transferencias de renta a los que todos tenemos derecho si cumplimos determinados requisitos de ciudadanía, edad y ausencia de riqueza y de renta, en el caso de las pensiones asistenciales.
¿Qué afecta al futuro de las pensiones contributivas de jubilación?
Dado que en un sistema de reparto como el vigente en España, las pensiones contributivas de cada generación de jubilados son soportadas por las cotizaciones de las generaciones siguientes de trabajadores, cuánto tienen que pagar los segundos depende de tres factores:
- La demografía: la relación entre el número de jubilados y el número de trabajadores es lo que se llama tasa de dependencia. En España, dadas las proyecciones actuales de natalidad, supervivencia e inmigración, este cociente se duplicará de aquí a 2050. Esto quiere decir que si ahora la pensión de un jubilado la tienen que financiar dos trabajadores, en 2050 será solo un trabajador quién tenga que cotizar lo suficiente para dicho fin.
- El empleo: dada la población en edad de trabajar, el volumen total de cotizaciones será mayor cuanto más trabajadores haya y cuánto más horas se trabajen.
- La generosidad del sistema: la relación entre la cuantía de la pensión de jubilación y el salario bruto de los trabajadores. Solo con salarios altos, las cotizaciones podrán ser más cuantiosas y suficientes para cubrir pensiones de jubilación elevadas.
En la actualidad, en España vamos mal en las tres direcciones: somos el país con menor tasa de natalidad de toda Europa, con la mayor esperanza de vida, con la mayor tasa de desempleo (especialmente la de los jóvenes) y entre las economías con pensiones más generosas (medida por la ratio descrita anteriormente).
¿Por qué son importantes las pensiones en el gasto público?
Como el sistema no ha adoptado las reformas necesarias para contrarrestar la involución de los tres factores anteriores, el gasto en pensiones no ha hecho más que aumentar, y lo seguirá haciendo en los próximos años por el incremento de la ratio jubilados-trabajadores. Las pensiones suponen un mayor porcentaje de gasto público: en 2007 era el 33% de los gastos totales y en 2023 fue superior al 42% (puede verlo aquí).
Como los ingresos por cotizaciones no son suficientes, en la actualidad se están pagando parte de las pensiones contributivas con impuestos generales (aproximadamente, uno de cada cuatro euros). Obviamente, ese 25% del gasto en pensiones que se paga con impuestos generales se detrae de otras políticas de gasto o se acumula en forma de deuda pública, que también soportarán generaciones futuras.
¿Qué hizo la última reforma de las pensiones?
Desde finales del siglo pasado se han introducido varias reformas de pensiones que, en general, han ampliado la cobertura del sistema contributivo y se ha reducido algo la generosidad de las pensiones, alargando la edad de jubilación y recortando la relación entre años de cotización-cotizaciones y derechos de pensión.
La última reforma se hizo en 2023 y se centró fundamentalmente en conseguir que los trabajadores opten voluntariamente por retrasar la jubilación a cambio de incentivos económicos que se reciben en forma de suplemento de derechos de pensión o de un capital a tanto alzado. El resultado de esta reforma en términos de recorte de gasto en pensiones está por ver, pero las proyecciones más realistas ya avanzan que dicho gasto no dejará de seguir aumentando, incluso hasta llegar al 17% del PIB en 2050 (ahora es del 13%).
¿Debo preocuparme por mi pensión?
Sí y no. No, porque el sistema de pensiones es un elemento fundamental del Estado del Bienestar y siempre permanecerá, con mayor o menor componente contributivo pero, probablemente, con mayor cobertura a través de pensiones universales/asistenciales.
Sí, porque la generosidad de las pensiones seguirá recortándose a la baja. Para evitar errores de concepto y de planificación financiera y para aumentar tu capacidad de generar renta y ahorrar para la jubilación solo te queda seguir estudiando y aprendiendo cada vez mejor, e informándote de este y otros problemas económicos de fuentes fiables. Ello te hará una persona más informada y tus decisiones serán mejores.
*Agradezco los comentarios y sugerencias recibidas de Juan Francisco Jimeno. No obstante, todo error u omisión es de mi entera responsabilidad.
Hay 3 comentarios
El argumento sobre que no hay preocuparse de las pensiones es un canto al sol. La vida también es un derecho en este estado de bienestar y aun así hay asesinatos.
Las pensiones es la mayor partida de los presupuestos del estado y aún así los gobiernos todavia favorecen más (impuestos y servicios) a la tercera edad que a los jovenes.
Las continuas reformas para hacerlas sostenibles son una quiebra encubierta: No cuadran las cuentas => restringimos el derecho y/o subimos cuotas.
Si el sistema fuera de salario diferido...
Lo logico seria pensar que el dinero cotizado va a una "hucha" o un "fondo" y que se "recupera" de hecho, en nuestro sistema puede ocurrir perfectamente que dos personas coticen lo mismo y que reciban pensiones diferentes(al tener vida laborales diferentes) , (debido al calculo de la base reguladora , una persona poco formado pero que empieza a trabajar pronto puede haber cotizado incluso mas que una persona preparada pero que recibe mayores salarios al final de su vida)
Tampoco terminad e cuadrar "mucho" que sea un seguro, ya que los seguro , pondria un pasivo que seria reserva tecnicas, cosa que no sucese en este caso...ya que usa el dinero de la cotizacion para pagar las pensiones presentes...
No es un seguro porque no comporta como un seguro, ni un salario diferido
El artículo tiene ciertas incorrecciones.
Las pensiones contributivas dependen de, al menos, un cuarto factor más que son los Presupuestos Generales del Estado tal y como dice el art.109 1.a de la ley general de la Seguridad social (LGSS ).
Vamos, que no nos vamos a quedar sin pensiones (excepto que el PP quiera volver a reformar dicha ley) antes nos quedaremos sin otras cosas o, idealmente, aumentar impuestos.
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