Vida y milagro de la economía española: 1850-2019

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Por Fernando del Río y Francisco-Xavier Lores

Fantasía marinera, Urbano Lugrís. 1944. Colección de Arte ABANCA.

La existencia de bases de datos para periodos históricos largos ha facilitado la integración entre la macroeconomía y la historia económica, y por lo tanto la combinación de los métodos analíticos de equilibrio general dinámico, habituales en macroeconomía, y la narrativa histórica. Un buen ejemplo de ello se puede leer en esta reciente entrada del blog, que al igual que nuestro trabajo emplea la obra de Leandro Prados de la Escosura. Nosotros nos interesamos en los datos de Leandro Prados después de haber escrito un articulo, similar al que os presentamos en esta entrada, para la economía estadounidense y preguntarnos qué podríamos aprender sobre el desarrollo económico español con las técnicas de análisis propias de la macroeconomía cuantitativa.

Lo que denominamos wedge growth accounting (wga) consiste en calcular cuñas que reconcilian las condiciones de equilibrio de un modelo de crecimiento neoclásico con la producción, la asignación de recursos y la distribución factorial de la renta en la economía analizada, en este caso la española a lo largo de 170 años y, acto seguido, computar la contribución de cada cuña a la evolución de estas variables. Para hacer esto ultimo, se simula el modelo completo suponiendo la senda medida de una cuña y manteniendo constantes las demás.

Figura 1: Logaritmo de la producción per cápita sin tendencia.

Nota: Como le hemos quitado la tendencia a la variable, entonces si el grafo sube, significa que el crecimiento es relativamente rápido y, si baja, que es relativamente lento. La tendencia es un crecimiento anual de 1,72 %.

El interés de estos ejercicios radica en que proporcionan una guía para identificar las posibles teorías explicativas de las distintas vicisitudes por las que ha pasado la economía española en el trascurso de este largo periodo de desarrollo económico. Por ejemplo, si nuestro ejercicio indicase que el lento crecimiento económico español en el último cuarto del siglo XIX y primeros años del XX hasta la Primera Guerra Mundial fuese debido al mal comportamiento de la cuña de inversión, entonces podríamos sospechar que las fricciones financieras que elevaron los costes de inversión lastraron el desarrollo económico español durante estos años. Es necesario insistir en que la contabilidad del crecimiento no identifica las causas de los acontecimientos, tan solo nos indica dónde debemos centrar nuestra atención para encontrarlas. En el articulo hemos interpretado nuestros resultados a la luz de la literatura sobre la historia económica española.

De 1850 a la Guerra Civil

Figura 2: Contribución a la producción.

(a) Eficiencia del trabajo.
(b) Eficiencia del capital.

 

 

 

 

 

 

Durante la segunda mitad del siglo XIX y hasta la Segunda Guerra Mundial, el crecimiento de la producción per cápita española fue relativamente lento. La cuña de eficiencia del trabajo fue la principal responsable entre 1850 y 1875, lo cual reflejaría el fracaso de las reformas agrarias «liberales » de la primera mitad del siglo XIX, las cuales fallaron en promover la modernización de la agricultura española, tan condicionada por ineficientes derechos de propiedad. De 1875 a la Primera Guerra Mundial, el débil crecimiento económico fue debido al mal comportamiento de las cuñas de inversión y de eficiencia del capital. Muchos autores han documentado el subdesarrollo del sistema financiero español en esta época, proclive a las crisis de deuda (1861–1881 and 1885–1902) y a las crisis bancarias (1865, 1881–1882, 1890, 1913 y 1914), con un claro sesgo inflacionario debido a su supeditación a las finanzas estatales y una moneda débil (después de un inestable patrón bimetálico instaurado en 1868, España suspendió la convertibilidad en oro de la peseta en 1883). Por lo tanto, creemos que los elevados costes de inversión generados por las fricciones financieras pueden haber supuesto una gran carga para la inversión productiva. Los altos costes de la energía, un ineficiente sistema de transporte y la escasa inversión pública en transporte, salud y educación podrían también haber aumentado la carga. A pesar del lento crecimiento, a partir de la ultima década del siglo XIX, apareció´ algún signo de mejora: la cuña de eficiencia del factor trabajo exhibió un buen comportamiento. Después de la Primera Guerra Mundial, también la cuña de eficiencia del capital y la cuña de inversión se recuperaron y la producción per cápita creció´ a buen ritmo hasta los años treinta. Este crecimiento pudo haberse asentado en el aumento del capital humano de los trabajadores (aumentó significativamente la tasa de alfabetización) y en la construcción de nuevas redes de transporte, las cuales, junto con cambios en las políticas comerciales, pudieron haber facilitado la integración económica de las regiones españolas y la extensión de la industria manufacturera hasta entonces ubicada en muy pocas regiones.

Figura 3: Contribución a la producción.

(a) Cuña de la inversión.
(b) Cuña laboral.

 

 

 

 

 

 

El pobre desempeño de la producción y la inversión durante la Gran Depresión y la Guerra Civil se debió principalmente al empeoramiento de la cuña de eficiencia del trabajo y de la cuña laboral (esta última principal responsable, en exclusiva, de la caída de las horas trabajadas), lo cual resulta consistente con la teoría que postula que la Gran Depresión americana, pero también española, fue causada por limitaciones monetarias que llevaron a restricciones de préstamos bancarios, lo que resultó en una mala asignación de las inversiones entre las empresas en un contexto de rigidez salarial y una creciente cartelización y sindicalización.

Desde la Guerra Civil a la actualidad

Desde final de los años cincuenta hasta mediados de los setenta, la economía española experimentó un impresionante período de crecimiento económico impulsado por la mejora de ambas cuñas de eficiencia, lo cual posiblemente refleje la modernización e industrialización de la economía debido a la rápida adopción de nuevas tecnologías y al incremento del capital humano de los trabajadores. Como muchos han señalado, posiblemente el milagro económico español se sustento´ en la liberalización de la economía consagrada en el famoso Plan de Liberalización y Estabilización de 1959. Sin embargo, hay más. El milagro fue precedido por un aumento significativo de la cuña de inversión, el cual repercutió´ en un fuerte aumento en la tasa de inversión desde final de los años cuarenta. Creemos que la reforma financiera de 1946 alivio´ las fricciones financieras y facilito´ la canalización del ahorro hacia las inversiones industriales y que la alianza militar hispano-estadounidense que cristalizo´ en el Pacto de Madrid en 1953 no solo fortaleció el régimen, sino que incrementó la confianza económica y, en particular, la seguridad de los derechos de propiedad.

Figura 4: La productividad total de los factores y sus componentes. (logs)

Cuña de eficiencia del capital (qt).
Cuña de eficiencia del trabajo (zt).

Productividad Total de los TFPt = q1sh,t zsh,t

Desde mediados de los setenta, la Productividad Total de los Factores (PTF) se estanco´ y el crecimiento tendencial de la producción per cápita se desacelero´. Ambos hechos fueron guiados por la persistente disminución de la cuña de eficiencia del capital, la cual pudo deberse a la mala asignación del capital, siendo la sobreinversión en la construcción de viviendas auspiciada por las políticas públicas la punta del iceberg. También el capitalismo de amiguetes orientando la inversión a empresas poco productivas, la baja inversión en activos intangibles debido al predominio de sectores tradicionales y el poco peso de las grandes empresas junto con el gran peso de las microempresas pudieron haber contribuido a la mala asignación del capital. En cambio, la cuña de eficiencia del trabajo impulso´ tanto el crecimiento de la PTF como de la producción per cápita. Así, el enigma de la productividad española no sólo consiste en las causas del estancamiento de la PTF y de la desaceleración del crecimiento, sino también de las razones por las que las cuñas de eficiencia del capital y el trabajo han exhibido un comportamiento tan diferente, incluso opuesto (véase la Figura4). Curiosamente, ambas cuñas también mostraron un comportamiento opuesto desde final del siglo XIX hasta la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, el crecimiento de la producción per cápita desde mediados de la década de 1970 superó ligeramente su crecimiento potencial, a diferencia de lo ocurrido en la segunda mitad del siglo XIX. Esto se debió´ a que la contribución de la cuña de inversión no fue tan negativa como en la segunda mitad del siglo XIX.

También desde mediados de los setenta, la economía española experimento´ pronunciadas fluctuaciones de medio plazo conducidas por la cuña laboral, lo cual puede reflejar las deficiencias del mercado de trabajo español y el incremento de la imposición sobre el factor trabajo. Además, la caída de la cuña de eficiencia del capital jugo´ un papel clave en la Gran Recesión, lo cual sugiere que las fricciones financieras que aumentaron los costes de inversión pudieron haber sido un factor determinante. Durante la Gran Recesión, el crecimiento de la cuña de eficiencia del trabajo experimento´ un repunte, lo cual pudo haberse debido a una destrucción masiva de empleos temporales menos productivos y a un mayor peso de las grandes empresas con mayor PTF.

 

Hay 2 comentarios
  • Gran entrada. Excelente trabajo. Mis felicitaciones. Me gustaría conocer qué papel desempeñó el sector turismo a partir de los años cincuentas.

    • Gracias por tu amable comentario. Nuestro trabajo no permite cuantificar el papel desempeñado por el turismo en la economía ya que nuestro modelo es de un solo sector. Pero sin duda el turismo fue uno de los sectores que experimentan una gran expansión a partir de los años 50 del siglo XX afectado, como los demás sectores, por la adopción tecnológica y la apertura comercial.

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