Paremos la locura anti-comercial (o un elogio a la macroeconomía cuantitativa)

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Por Pau Pujolas

Hoy les traigo buenas noticias para mí y mis coautores (Juan Carlos Conesa, Matt Delventhal y Gajen Raveendranathan) que son potencialmente terribles para muchos: nos acaban de aceptar un artículo en la prestigiosa International Economic Review donde calculamos el coste de seguir políticas anti-comercio hoy en día. En breve: sería desastroso.

El artículo surge de una premisa básica: mientras que sabemos que entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial hubo una gran caída en el comercio mundial que fue costosísima, no sabemos cuan costoso sería tener una caída similar hoy.

La razón para preguntárselo no es liviana. En la última década se han visto varios movimientos proteccionistas y anti-comerciales alrededor del mundo (Brexit, renegociación de NAFTA, el enfriamiento comercial entre China y Estados Unidos…) que no auguran un futuro muy positivo al mundo de libertad comercial del que hemos estado disfrutando las últimas décadas. Por si fuera poco, tampoco se puede decir que la Covid-19 ayudara a mitigar las tendencias proteccionistas que ya se venían observando.

En sentido estricto, el coste de seguir una política anti-comercial hoy en día no se podría saber hasta que (y en caso de que) tal política se siguiese y estudiase dentro de unos años. Sin embargo, la macroeconomía cuantitativa moderna nos permite responder a este tipo de preguntas de (casi) ciencia ficción.

Primero, buscas datos que informan el tipo de cuestión a tratar. En nuestro caso, queremos saber cómo evolucionaron tanto la macroeconomía como el comercio antes y después de la caída comercial de Entreguerras. Por la parte de macro, tenemos el impresionante trabajo de Leandro Prados de la Escosura, que nos permite saber cómo evoluciona la economía española entre servicios, manufactura, y agricultura. Fíjense en la Figura 1, creada a partir de los datos de Leandro. La economía española sigue la versión canónica de transformación estructural, con una gran subida en servicios, bajada en agricultura, y una manufactura que sube inicialmente y acaba bajando. Por supuesto, se observa el descalabro que nos supuso la guerra civil y la primera posguerra.

Figura 1: Evolución de la composición de la economía española, 1850-2000

Siguiendo con la parte macro y los datos de Leandro, pero mirando la parte de comercio sobre PIB, vemos en la Figura 2 que España sigue el patrón canónico del comercio mundial: una importante subida hasta la Primera Guerra Mundial (la Primera Ola de Globalización), una enorme caída hasta el final de la Segunda Guerra Mundial (el Colapso Comercial de Entreguerras), y una masiva subida desde entonces (la Segunda Ola de Globalización).

Figura 2: Evolución de exportaciones sobre PIB español y su tendencia, 1850-2000

En lo que toca a la parte más micro del comercio, hemos digitalizado los “Cuadros (1849-1855) y las Estadísticas (1856–1867, 1898, 1905, 1913) Generales de Comercio Exterior de España con sus Posesiones Ultramarinas y Potencias Extrajeras” de la Dirección General de Aduanas, reasignamos las entradas en las tablas con los códigos HS que se hubieran empleado si estos hubieran existido, y empalmamos la serie desde 1849 hasta nuestros días. Para que se hagan una idea del tipo de trabajo que se tuvo que hacer, fíjense en el ejemplo de la Figura 3, donde hay una foto de cómo se recopilaban los datos antiguamente.

Figura 3: Ejemplo de datos recolectados por la Dirección de Aduanas de España.

Para el caso que nos ocupa, nos centramos en el comercio entre España y la Gran Bretaña, el líder industrial al inicio de nuestro periodo y muy parecido al resto de países importantes durante todo el periodo en cuestión, con una composición comercial a lo largo del tiempo parecida también al resto de países ricos. Concretamente, nos interesa saber cuán importante era el peso de la agricultura en el comercio a lo largo del tiempo, así como el número de variedades que se comercializaban. En la Figura 4 vemos que la mayor parte de las exportaciones españolas eran en agricultura a mediados del siglo XIX, cayeron en picado a principios de siglo XX, pero después del Colapso Comercial de Entreguerras el comercio agrícola volvió a ser muy elevado, pero ha vuelto a caer de forma brusca desde entonces. Por su parte, las importaciones eran básicamente manufacturas durante todo el periodo analizado.

Figura 4: Importancia de agricultura en importaciones (azul) y exportaciones (rojo)

Al mismo tiempo, vemos en la Figura 5 que el número de variedades, tanto importadas como exportadas, sube sin parar durante todo el periodo, y que siempre se importan más variedades de las que se exportan.

Figura 5: Cantidad de variedades comerciadas (exportaciones en rojo, importaciones en azul)

En segundo lugar, establecidos los hechos, toca construir una teoría económica (siempre a los hombros de gigantes, claro) que permita explicar los datos. En nuestro caso, creamos un mundo alrededor del modelo neoclásico de crecimiento (de Ramsey-Cass-Koopmans), con tres sectores (para tener transformación estructural como Rogerson-Herrendorf-Valentinyi), preferencias no-homotéticas (de Stone-Geary), dos países (claramente inspirado en Backus-Kehoe-Kydland), y comercio tanto al estilo de Armington (para agricultura y servicios), como de Krugman (para manufacturas). Para no hacer el texto tedioso, les pido hagan el acto de fe de que hay buenas razones detrás de toda esta aglomeración de nombres utilizados para justificar la teoría que construimos, pero, si lo desean, por favor léanse el artículo en cuestión.

En cualquier caso y de forma mucho más pragmática, nuestra teoría consigue, solamente cambiando la productividad agregada y los costes comerciales, hacer un buen trabajo explicando la evolución que observamos en la economía (Figuras 5(a), (b), (c), 6(a), (b), 7(a), (b), (c), (d) en el artículo). A este último paso de ver cuán capaz es nuestro modelo de encajar con los datos le llamamos calibración. De ella podemos aprender, desde la óptica del modelo, cómo evolucionaron los costes comerciales a lo largo del tiempo. Miren la línea solida de la Figura 6 a continuación: los costes comerciales bajaron en la Primera Ola de Globalización, subieron enormemente durante el Colapso Comercial de Entreguerras, y empezaron a bajar desde entonces en la Segunda Ola de Globalización.

Figura 6: Costes comerciales calibrados (línea solida) y primer contrafactual (puntos)

En tercer lugar, con el modelo construido y calibrado, podemos jugar al ejercicio de hacer Ciencia Ficción Económica (esto es para llamar la atención, lo que hacemos en realidad se llama macroeconomía cuantitativa). El primer paso consiste en preguntarle al modelo cuán costoso fue el Colapso Comercial de Entreguerras. Para hacer eso, le damos “click” al código que nos permite reproducir los datos, pero en vez de utilizar los costes comerciales calibrados, los cambiamos por unos costes comerciales contrafactuales. En el primer ejercicio, la subida en los costes comerciales del periodo de Entreguerras no está presente (la línea de puntos de la Figura 6, que para la mayor parte de la figura se encuentra debajo de la línea sólida, de forma que no se distingue). Con este mundo contrafactual, podemos calcular — por comparación — la caída en bienestar, acumulación de capital, consumo, etc. que se sufrió por culpa del Colapso Comercial de Entreguerras.

Al mismo tiempo, podemos construir un segundo mundo contrafactual, donde los costes comerciales suben a partir del año 2000 proporcionalmente a como lo hicieron durante el Colapso Comercial de Entreguerras (la línea de puntos de la Figura 7; otra vez para la mayor parte de la Figura se encuentra encima de la línea sólida, de modo que no se distingue). Con este segundo mundo contrafactual, podemos calcular — otra vez por comparación — la caída en bienestar, acumulación de capital, consumo, etc. que sufriríamos hoy si los costes comerciales subieran de la forma como lo hicieron Entreguerras.

Figura 7: Costes comerciales calibrados (línea solida) y segundo contrafactual (puntos)

El último paso en nuestro ejercicio de macroeconomía cuantitativa consiste en comparar los cambios en capital, bienestar, consumo, etcétera durante el Periodo de Entreguerras con esos mismos cambios en los costes comerciales a día de hoy.

La versión resumida es que el coste, medido en caída de capital, es tres veces mayor hoy (hasta un 12% en vez de solamente un 4%). De forma parecida, el coste, medido en caída de consumo perenne, es cuatro veces mayor hoy (1.58% en vez de 0.37%). Estos costes son enormes. Imagínese que, de un día para otro, y gracias a las políticas de los mandarines de turno, le destrozan un 12% de todo cuanto usted posee. Recuerde, todo esto son costes puros, pues no hay ganancia alguna al pagarlos.

En el artículo pueden encontrar mucho (¡muchísimo!) más. Pueden ver cuánto cae en cada sector tanto la producción como el consumo, como el uso de trabajo; cómo de importantes son las variedades para los resultados; cómo cambian los resultados si el modelo es estático; cómo serían los costes si las productividades fueran distintas; cómo cambiaría el mundo con preferencias más complementarias; cómo cambia el modelo si se utiliza productividades específicas para cada sector; cómo cambian los resultados si cambiamos el estilo de calibración… y así un largo etcétera. ¡Espero que lo disfruten!

Hay 6 comentarios
  • Hola Pau:

    Me encanta este artículo y me parece un trabajo impresionante que tengo que leer con cuidado (ya vi una versión anterior). Voy a jugar a abogada del diablo.

    Entiendo que en el debate actual de aumentar barreras al comercio recupera, de alguna manera, la teoría de la "infant industry"; es decir, que la protección puede hacer que al aumentar la escala en el sector protegido también aumente su productividad. Estoy de acuerdo contigo que en un mundo donde no cambian las ventajas comparativas restringir el comercio es de tontos, pero en el otro caso, ¿sabemos algo?

    Por otro lado, diría que el debate actual de restringir comercio también va en la dirección de "precautionary local diversification". Los cuellos de botella en las cadenas de suministro junto con la crisis de los semiconductores básicamente nos dice que en ciertos sectores no hay competencia perfecta, ni siquiera monopolística. ¿Qué sabemos de las consecuencias de restringir el comercio con un monopolio buscando proveedores alternativos?

    Un abrazo,
    Antonia

  • Hola Antonia!

    Gracias por leer el post y tu comentario.

    Muy buenas preguntas, para las que no tengo muchas respuestas, honestamente.

    No es exactamente "infant industry argument," per su mellizo, el "import substitution" lo conseguimos generar en el modelo (per solo para España, y solo durante el periodo de Entreguerras). La razon es que cuando España es pobre y poco productiva, se beneficia de comerciar con este portento manufacturero que es UK y por lo tanto no necesita industrializarse para beneficarse --- comercio mediante --- de los productos industriales, que en nuestro modelo son la base de la inversion en capital. La gracia es que el mismo razonamiento ya no sirve para la destruccion de comercio de hoy, puesto que España ya tiene la industria y capacidad necesarias para producir estos bienes. Asi que, en el modelo, la (costosa) industrializacion que se genero en España Entreguerras no se generaria hoy.

    Otra muy buena pregunta es el tema de cambiar el modelo de "just in time" (especializacion solo en el sitio mas productivo) por el "just in case" (abrir otras plantas por si acaso el tema politico se complica). Claramente todos pensamos que en estatico esto es muy costoso, y que las ganancias dinamicas en volatilaidad futura pueden (o no) justificar este coste presente. Yo no he visto ningun ejercicio cuantitativo serio para dilucidar el tema. Me encantaria verlo, eso si!

    Muchas gracias, y un abrazo!

    Pau

  • Hola,

    Muchas gracias por el artículo. Es muy interesante ver cómo ha evolucionado el mundo académico de la macro.

    Siendo cierto que el comercio internacional suele tener un impacto positivo, tengo dudas sobre aspectos de la medición de éste. Por ejemplo, hay países que compiten en términos desiguales en determinados productos y por lo tanto se podría pensar que es competencia desleal. Esto me imagino que no tiene impactos positivos; o quizá los tiene para unos países pero no para otros. Por mencionar algunos ejemplos específicos:

    -productos contaminantes: fabricarlos en países con menos regulación ambiental y más baratos puede parecer mejor, pero tiene costes ambientales que no se tendrían si se fabricase en Europa con regulación ambiental más estricta y costes más altos.

    -productos intensivos en mano de obra: similar, mejor fabricarlos donde la mano de obra sea más barata. Sin embargo, quizá esos países no tendrían mano de obra tan barata si tuviesen la normativa laboral europea.

    Saludos.

    • Hola Arturo,

      Gracias por tu comentario. Hay una literatura bastante grande que se dedica a analizar el impacto de la regulacion ambiental sobre el comercio. Justo acabamos de fichar a un muy buen economista en este campo, Jevan Cherniwchan, en mi univeridad de McMaster, en Canada. Si te apetece pasearte por su publicaciones, aqui las tienes:
      https://cherniwchan.org/publications/

      Sobre costes laborales, esto va aun mas atras, empezando por Heckscher y su estudiante (y parece ser que traductor, ademas de ganador del Nobel) Ohlin. En el mundo de HO tener costes laborales mas bajos no es cuestion regulatoria, sino mas bien que tienen mas trabajadores por unidad de capital que los vecinos. Pero de entrada la misma logica deberia aplicar. Hay mucho escrito sobre el tema, tambien.

      Mas en general, sobre regulacion comercial en general, uno de mis articulos favoritos es el que publico recientemente el espanhol Manu Garcia-Santana con sus coautores en el AER sobre reglas de origen. Merece la pena ser leido:
      https://www.aeaweb.org/articles?id=10.1257/aer.20161151

      Un abrazo y gracias,
      Pau

    • Hola Lord,

      Gracias por tu comentario. Yo no me atreveria a hacer predicciones sobre la economia rusa por el momento. Asi en general, en los paisos desarrollados con instituciones serias que miden PIB y demas tienden a revisar los numeros de PIB hasta diez anhos mas tarde (una version ya muy decente de los datos suele aparecer unos 5 anhos tarde).

      Si a esto uno le suma que Rusia i) esta en guerra, ii) no es un pais con instituciones serias, iii) esta metida de lleno en una guerra de comunicacion para convencer a gente como usted de que su economia "crece y crece"... pues aun me creo menos sus datos.

      Seguramente saldremos de dudas dentro de unos anhos. Quizas, como usted dice, su economia crecio y crecio. Yo, de entrada, me mantendre bastante esceptico.

      Gracias y un abrazo,
      Pau

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