Salarios y empleo después de una subida del salario mínimo en Lituania

Por Jose Garcia-Louzao y Linas Tarasonis

 

Foto de Paul Sableman | Flickr

 

En los últimos años muchos países han aumentado considerablemente la remuneración mínima que los trabajadores pueden percibir y, en Europa, el Consejo Europeo aprobó una directiva para promover entre los estados miembros la fijación de un criterio claro de cómo debe fijarse el salario mínimo y establecer que este debe actualizarse al menos cada 2 años. En España, por ejemplo, el salario minino se incrementó en numerosas ocasiones (discutidas en este blog aquí o aquí) en los últimos años con el objetivo de disponer de un salario mínimo equivalente al 60% del salario mediano.

El extensivo uso del salario mínimo como política para tratar de aumentar el salario de los trabajadores con menores ingresos no es sorprendente, dado los reducidos costes tanto políticos como de implementación asociados. Sin embargo, a pesar de ser una de las políticas más utilizadas es, también, una de las mas controvertidas, ya que la evidencia existente no ofrece una respuesta clara sobre su efectividad a la hora de beneficiar a los trabajadores de bajos salarios, pues mayores salarios para unos puede implicar menor empleo para otros. Esta falta de evidencia clara tiene que ver tanto con las diferentes estrategias utilizadas para evaluar subidas del salario mínimo, así como la estructura del mercado laboral en cuestión, o la posibilidad de que las empresas utilicen otros mecanismos de ajuste como aumentar precios (Manning, 2022, Clemens, 2022).

En este articulo recién publicado investigamos los efectos de un importante (17,7%) y permanente aumento del salario mínimo en Lituania en Enero de 2013, que afectó a casi un cuarto de la población, implementado después de casi 4 años sin ningún cambio y en un contexto de rápido crecimiento. Este aumento en combinación con datos administrativos mensuales nos permite ofrecer evidencia causal sobre los efectos del salario mínimo en términos de salarios y empleo para trabajadores situados en diferentes puntos de la distribución salarial, así como analizar el impacto sobre diferentes grupos de trabajadores, empresas, sectores, o regiones.

Identificando el efecto causal del salario mínimo

Es importante tener en cuenta que las trayectorias laborales de trabajadores con salarios bajos difieren de los de los trabajadores situados más arriba en la distribución salarial, independientemente de cualquier cambio en el salario mínimo (véase la Figura 1). En este sentido, una de las principales dificultades para evaluar los efectos del salario mínimo es identificar al grupo de trabajadores que pueden recrear las trayectorias laborales que se habrían producido si no se hubiera subido el salario mínimo. Una posibilidad sería comparar trabajadores que perciben salarios “justo por debajo” del nuevo salario mínimo con aquellos que están “justo por encima”, como se ha hecho para el caso de España aquí. Sin embargo, este tipo de comparaciones no permite, por ejemplo, identificar potenciales efectos del salario mínimo más allá de los trabajadores directamente afectados, los conocidos como “spillover effects”.

Figura 1: Comparaciones simplistas

 

Para investigar el efecto del salario mínimo sobre la situación laboral de los trabajadores situados en diferentes puntos de la distribución salarial, nuestra estrategia de identificación se basa en dos características únicas de nuestro contexto. En primer lugar, la frecuencia mensual de nuestros datos nos permite situar trabajadores a lo largo de la distribución salarial justo antes de la subida del salario mínimo y por tanto investigar el efecto directo e indirecto del salario mínimo. En segundo lugar, aprovechamos el periodo en el que no observamos ningún cambio en el nivel del salario mínimo para identificar los perfiles laborales de los trabajadores con salarios diferentes y utilizarlos en nuestras regresiones como el escenario alternativo en caso de que el salario mínimo no hubiera aumentado. En otras palabras, comparamos las trayectorias laborales entre 2012 y 2013 y entre 2011-2012 en relación con las trayectorias laborales en 2010-2011 para cada punto de la distribución salarial que mostramos en la Figura 1. Con esta estrategia, el efecto causal del aumento del salario mínimo sobre los resultados a nivel de trabajador se identifica bajo el supuesto de que se toman adecuadamente en cuenta los cambios macroeconómicos y las perspectivas heterogéneas del mercado laboral de los trabajadores situados en distintos puntos de la distribución de la renta.

Efectos del salario mínimo y su heterogeneidad

Nuestros resultados indican que los trabajadores directamente afectados por el nuevo salario mínimo experimentaron un crecimiento salarial medio equivalente al 11,5% al cabo de un año, en comparación con los individuos situados en la cola superior de la distribución de ingresos (Figura 2). Es importante señalar que el impacto del salario mínimo va más allá de los trabajadores directamente afectados. Los efectos indirectos fueron sustanciales para los trabajadores cercanos al nuevo salario mínimo y disminuyen, aunque siguen presentes, hasta aproximadamente la mediana de la distribución de ingresos anterior a la política.

En cuanto a los efectos sobre el empleo, una vez tenidas en cuenta las trayectorias heterogéneas en el mercado laboral, constatamos que el aumento del salario mínimo no tuvo ningún efecto perceptible sobre las perspectivas de empleo, con la única excepción de los trabajadores de la categoría de ingresos más baja, que incluye sobre todo a los trabajadores a tiempo parcial, que se vieron afectados negativamente. Cabe señalar que en el artículo también documentamos que este efecto negativo no es inmediato, apareciendo sólo un año después del aumento del salario mínimo y que la reasignación de trabajadores con salarios bajos a otras empresas ayudó a mitigar los efectos más negativos en el empleo.

Figura 2: Efecto causal del salario mínimo 

En nuestro trabajo también realizamos un extensivo análisis sobre los potenciales efectos heterogéneos del salario mínimo que permite entender mejor sus consecuencias. La Figura 3 muestra los resultados de este análisis e indica que, en términos de crecimiento salarial, los trabajadores peor pagados experimentan los mayores incrementos, lo que sugiere que el salario mínimo contribuye a aumentar sus salarios.

Sin embargo, la disyuntiva entre salarios y empleo también adquiere mayor relevancia para algunos grupos. Nuestros datos son indicativos de posibles efectos sobre el desempleo entre los trabajadores jóvenes y en municipios donde el número de trabajadores que ganan el salario mínimo es mayor. Curiosamente, nuestros resultados apuntan a una menor pérdida de empleo en los sectores no expuestos a la competencia internacional, donde es más fácil trasladar los aumentos de los costes laborales a los precios, en las industrias más concentradas, en consonancia con la teoría del monopsonio, así como entre las empresas que evaden el impuesto sobre nóminas, en consonancia con la infradeclaración de salarios como mecanismo de absorción, ya que las empresas reaccionan legalizando los salarios en lugar de ajustar el empleo.

Figura 3: Efectos heterogéneos del salario mínimo 

Conclusiones e implicaciones de los resultados

En conjunto, nuestros resultados sugieren que, en un contexto económico positivo, el salario mínimo puede ser una política eficaz para reducir la desigualdad salarial, ya que contribuyó a aumentar los salarios de los trabajadores peor pagados sin reducir drásticamente sus perspectivas de empleo. Sin embargo, esto no quiere decir que no se hayan visto afectados, ya que la subida del salario mínimo puede reducir la creación de empleo en el largo plazo o un incremento de precios.

Nuestras conclusiones del análisis de heterogeneidad sugieren que hay margen para una política más matizada que simples aumentos del salario mínimo. Por ejemplo, los niveles de salario mínimo que varían entre trabajadores, sectores o ciudades tienen el potencial de maximizar los beneficios de la política al tiempo que minimizan sus costes. Del mismo modo, establecer límites vinculantes sobre dónde debería estar el salario mínimo en relación con el salario medio o mediano del mercado parece una política que merece la pena considerar para mitigar el coste potencial del empleo, como sugieren modelos recientes de equilibrio general (Berger et al., 2022, Ahlfeldt et al., 2022). Sin embargo, el nivel al que debe fijarse el salario mínimo es, en última instancia, una cuestión política que debe decidir la sociedad dadas sus preferencias por los niveles de empleo, la desigualdad salarial, y el bienestar general de la sociedad.