¿Qué pasa con los impuestos medioambientales en España?

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Por Kinga B. Tchorzewska, Jose Garcia-Quevedo y Ester Martinez-Ros

A pesar de que España ha alcanzado el nivel de contaminación más bajo de la década, todavía más de la mitad de sus regiones no cumple la normativa de la UE o de la OMS sobre la calidad del aire. ¿Qué significa esto para los ciudadanos españoles? Respirar aire contaminado afecta a nuestro sistema respiratorio, agrava el asma y las enfermedades pulmonares, pero también puede desencadenar problemas vasculares como accidentes cerebrovasculares e infartos. Según la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) en 2015 más de 38.000 muertes prematuras fueron causadas por la contaminación del aire (El País, 2018).

¿Cómo reducir entonces dichos niveles de contaminación? Una idea sería ayudar a la industria a realizar la transición hacia tecnologías verdes y una producción más limpia por ejemplo a través de subsidios o incentivos fiscales a la inversión ambiental. En el artículo recién publicado, investigamos cómo evaluar el éxito de los impuestos medioambientales en España a la hora de impulsar la adopción de tecnologías verdes por parte de las empresas industriales.

La fiscalidad ambiental en España

España, a diferencia de muchos países europeos, no ha introducido impuestos ambientales a nivel nacional, sino que ha dejado que las Comunidades Autónomas introduzcan dichos impuestos a nivel regional si así lo desean (Figura 1).

Figura 1. Regiones de España (sin Canarias) con algún tipo de impuesto ambiental entre 2008-2014                  (en verde).

Fuente: elaboración propia a partir de datos del Ministerio de Medio Ambiente.

 

De hecho, varios gobiernos regionales decidieron seguir esta recomendación a lo largo de los años, tal y como se muestra en la Tabla 1.

 

Tabla 1. Fechas de introducción de los impuestos ambientales en las Comunidades Autónomas entre 1995 y 2014.

Fuente: OCDE (2015) y Gago et al. (2019).

Sin embargo, muchos argumentan que esos impuestos se introdujeron con el propósito de desarrollar la autonomía regional en materia de impuestos, y aumentar los ingresos públicos, sin tener unos objetivos ambientales claros (Gago et al. 2019). Como resultado, la fiscalidad ambiental española se caracteriza por las grandes diferencias en su aplicación.

No solo hay diferencias en la decisión de crear una fiscalidad ambiental de una región a otra, sino también en cuanto al tipo de fiscalidad ambiental (contaminación atmosférica, residuos, otros impuestos ambientales) y su tipo final. Como se puede ver en la Figura 2, los importes de los distintos tipos de impuestos pagados por las empresas difieren incluso año tras año.

Figura 2. Media anual de impuestos medioambientales entre 2008 y 2014.

Nota: agregados (env_tax), contaminación atmosférica (air_tax), residuos (waste_tax) y otros impuestos medioambientales (other_tax).

 ¿Qué podemos hacer?

Para estudiar el éxito de los impuestos ambientales en España a la hora de impulsar la adopción de tecnologías verdes, utilizamos una base de datos proporcionada por el INE llamada "Encuesta sobre el Gasto en Protección Ambiental". Se trata de una base de datos que contiene información sobre más de 2500 empresas industriales españolas entre 2008-2014.

En primer lugar, investigamos cómo afectan los diferentes niveles de impuestos ambientales (contaminación atmosférica, residuos y otros) a la inversión en tecnologías verdes. Dividimos las empresas en cuatro categorías: las que no pagaron ningún impuesto medioambiental en el pasado, y tres grupos que pagan niveles bajos, medios y altos. Comparamos las empresas en función de sus características observables, como el tamaño, el sector, las inversiones medioambientales anteriores y las capacidades organizativas, y realizamos un emparejamiento de tratamiento categórico para comparar los efectos no sólo del pago de impuestos medioambientales bajos, medios o altos, sino también entre niveles bajos y medios, bajos y altos, y niveles medios y altos de impuestos medioambientales.

¿Qué resultados encontramos?

Para nuestra sorpresa, descubrimos que los niveles bajos de impuestos medioambientales no inducen en absoluto a la adopción de tecnologías verdes. Este efecto era consistente entre las tecnologías que únicamente reducen los niveles de contaminación (las llamadas "de final de ciclo") y las que cambian el proceso de producción y se consideran más rentables (tecnologías de producción más limpia, incluso las que reducen el consumo de energía). Sin embargo, también comprobamos que, a medida que aumenta el nivel de la fiscalidad medioambiental, el efecto se vuelve significativo y se incrementa. Las empresas son muy reticentes a invertir en tecnologías verdes y necesitan un empujón importante para comprometerse realmente con la adopción de tecnologías verdes.

¿Significa esto que deberíamos aumentar la fiscalidad medioambiental de forma sustancial? No necesariamente. Hay una forma de evitarlo. Hemos comprobado que, incluso a niveles bajos, la fiscalidad medioambiental puede ser eficaz si se combina con la financiación pública. En este caso, el efecto era más fuerte que el de proporcionar financiación pública por sí sola. Dicho esto, el efecto sinérgico de la combinación de políticas desapareció a niveles altos. Una fiscalidad elevada es suficiente para animar a las empresas a adoptar tecnologías verdes.

¿Qué significa esto para la política medioambiental en España?

Esta evaluación de la fiscalidad medioambiental en España indica que la atención pública debería dirigirse inevitablemente a animar a las empresas a invertir en nuevas tecnologías de eficiencia energética, sobre todo porque disminuirá sustancialmente sus costes de producción, al tiempo que se preserva el medio ambiente.

Está claro que los Gobiernos en España hacen un uso limitado de la fiscalidad medioambiental. Si decidieran introducir estos impuestos de manera uniforme a nivel nacional, podrían tener éxito tanto para empujar a la industria hacia la adaptación de la tecnología verde como para recaudar importantes ingresos, que posteriormente podrían reciclarse a los fondos medioambientales o redistribuirse de nuevo a las empresas en forma de subvenciones para la inversión verde, como sugieren Böhringer et al. (2019).

Hay 3 comentarios
  • Buenas tardes. Interesante cuestión.

    Si la polución y los agentes contaminantes son factores determinantes a la hora de provocar o agravar todo tipo de procesos adversos para la salud. La administración tiene un problema. Un problema de salud pública y un problema económico estructural.

    Lo paradójico de todo esto. Es que el político que habla de incentivar la economía, relajando las cargas fiscales sobre las actividades económicas, negando en algunos casos el cambio climático, es además, el mismo que proclama que la sanidad debe contener el gasto, y ser viable desde un punto de vista económico.

    Yo propongo que nos hagámonos la pregunta al revés. Esa fiscalidad ecológica, cuánto puede suponer en ahorro para las administraciones, simplemente al reducir los efectos perniciosos de la contaminación sobre la salud de la población mundial.

    Eso daría para un buen paper. Ahí lo dejo. Un cordial saludo.

    • Creo que habia estudios sobre ello, y solo era un 0.3 por cierto del pib , obviamente no es mucho, y lo mas posible es que quien hiciera ese estudio lo "hiciera sesgado" lo de negar el cambio clienta no es tal, pero se da la paradoja, de que si tu pones impuestos ecologicos, las empresas mas contaminantes se van a sitios sin esos impuestos que incluso puede ocurrir que se contamine mas, ya que si se van a un sitio, que obtiene la energia con energia solar, a lo mejor se van a un sitio que la consigue de forma termica y encima, si luego hay que transportar esa produccion creas mas huella... Creo que el calentamiento global es algo muy serio como para "tomarnos cosas parciales..

  • No haría eso un efecto "escape" me explico, por ejemplo, como me ponen impuestos por ser contaminante...asi que mis proximas inversiones las hago en marruecos asi que no es que se contamine menos sino que simplemente he "trasladado" la contaminación...a marruecos, incluso es posible que contamine mas (la generación eléctrica y otros usos son mas contaminantes, y el tener que traer productos de marruecos a España obviamente aumenta la huella de carbono al tener que haber mas recorrido)

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