Paridad de género en la Convención Constitucional en Chile y su efecto en los votantes

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Por Antonia Paredes-Haz

En las últimas tres décadas, ha habido un esfuerzo global para incrementar la participación de las mujeres en la política. Sin embargo, en la actualidad, solo el 26,5 por ciento de los parlamentarios en el mundo son mujeres. Según la literatura, las mujeres electas representan mejor las preferencias sobre políticas de las votantes. Es por esto por lo que, si las democracias no aumentan la representación femenina, tendrán un poder limitado para representar los puntos de vista de su población.

Las cuotas de género han sido usadas por más de 100 gobiernos distintos para aumentar la representación femenina. Más de la mitad de los países contempla algún tipo de cuota de género en las listas electorales. Su uso está justificado por dos principales razones. Primero, los votantes que tienen prejuicios contra las mujeres pueden tender a favorecer candidatos masculinos comparativamente menos calificados. Segundo, si los líderes de los partidos tienen prejuicios de género, actuarán como guardianes del poder masculino.

Comprender qué políticas pueden mejorar la representación femenina, así como sus efectos sobre los votantes y los candidatos electos, es una prioridad fundamental en la formulación de políticas inclusivas. A ese respecto, la elección de los miembros de la Convención Constitucional de Chile representa un excelente caso de estudio ya que se que impuso la paridad de género en candidatos y representantes electos. Los votantes podían apoyar a candidatos de cualquier género, pero, en el caso de que los candidatos más votados no representaran por igual a hombres y mujeres, se utilizaba un mecanismo de reemplazo. Supongamos, por ejemplo, que en un distrito de 4 escaños los 4 candidatos más votados eran tres mujeres y un hombre. En ese caso, la mujer menos votada de las tres era reemplazada por el hombre más votado de su mismo partido que no resultó electo.

Así, se suprimía la posible respuesta estratégica de los partidos a las cuotas: colocar candidatas mujeres en distritos menos competitivos. Además, los votantes enfrentaron incentivos estratégicos para cambiar su voto al candidato cuyo género percibían que se beneficiaría más de la cuota, ya que su voto podría ser más decisivo al dirigirlo al género infrarrepresentado.

Como describo en mi reciente artículo de investigación (Paredes-Haz, 2024), induje una variación experimental en el conocimiento de los votantes sobre la política de cuotas a través de una campaña informativa. Esta campaña consistió en una carta con información detallada sobre el funcionamiento de la cuota de género que se envió a los votantes una semana antes de las elecciones en colaboración con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. La aleatorización se realizó a nivel de la mesa de votación, ya que ese es el nivel al que cada elector es asignado previo a la elección y al que se publican los resultados oficiales.

El mayor conocimiento de la cuota aumentó el porcentaje de votos por candidatas mujeres en promedio en un 0,7 por ciento. Sin embargo, estos resultados en promedio ocultan una gran heterogeneidad debido a que la cuota tuvo un efecto diferencial sobre los candidatos según el tipo de coalición política a la que pertenecían. Como los reemplazos de candidatos se producían dentro del mismo partido, aumentaron las posibilidades de que las candidatas mujeres ganaran escaños cuando pertenecían a coaliciones en las que los candidatos masculinos eran los favoritos, ya que las candidatas se beneficiaban en caso de reemplazo de género. Lo contrario ocurrió con las coaliciones en las que las mujeres eran favoritas, porque en ellas la probabilidad de que los hombres ganaran escaños aumentaba debido a los reemplazos.

Utilizando los datos del experimento, encuentro que los votantes de coaliciones donde las candidatas mujeres son favoritas[1] redujeron sus votos por candidatas mujeres en casi dos puntos porcentuales cuando se les informó sobre la cuota de género. Los votantes de los partidos donde los candidatos hombres son favoritos[2] (en los que los hombres reciben mayores donaciones y porcentaje de votos), votaron más por candidatas mujeres en aproximadamente tres puntos porcentuales al ser informados. En conjunto, estos resultados muestran que los votantes tomaron en cuenta las regulaciones electorales, ya que votaron más por los candidatos beneficiados por la cuota en cada lista, y cambiaron su voto en función del género de los candidatos. Por tanto, parece posible aumentar la proporción de votos por candidatas mujeres a través de la regulación electoral.

En segundo lugar, estudio si las decisiones de los votantes tuvieron más en cuenta la habilidad de los candidatos en presencia de la cuota de género. Los votantes que prefieren candidatos de un género sobre otro pueden respaldar a aquellos que están comparativamente menos cualificados que otros candidatos cuyo género prefieren menos. Sin embargo, si los votantes cambian su voto en presencia de la cuota, lo harán por personas más competentes. Para evaluar la habilidad de los candidatos, uso como proxy sus puntajes para la admisión universitaria. A consecuencia de la introducción de la cuota, los votantes de los partidos que favorecen a candidatos hombres y que fueron informados a través de la intervención votaron menos por hombres con puntuajes bajos en estas pruebas. Mientras, la proporción de votos por candidatas mujeres y por los candidatos de coaliciones que benefician a candidatas mujeres se mantuvieron estables controlando por su competencia. Estos resultados indican que cuando los votantes enfrentan restricciones en la composición de género de los representantes, reducen la proporción de votos por candidatos hombres poco competentes que pertenecen a partidos que favorecen a los candidatos hombres. Esto es consistente con la idea de que los votantes deciden su voto tomando en cuenta sus preferencias de género y la habilidad de los candidatos.

Por último, examino el comportamiento en la Convención Constitucional de los candidatos electos. Los datos sobre las votaciones de los artículos constitucionales indican que las legisladoras mujeres votaron de manera más liberal en temas de carácter social (definidos como aquellos que involucran derechos humanos, cambio climático, derechos indígenas) y de paridad de género (que incluyen temas como aborto y violencia doméstica). Por el contrario, no hay diferencias de género en la votación de los proyectos de ley económicos y administrativos.

En resumen, este análisis muestra que los votantes responden a regulaciones electorales como las cuotas de género. Estos hallazgos respaldan el uso de cuotas como un dispositivo de coordinación que, cuando está bien diseñado, puede aumentar la competencia del legislador promedio y el grado en que los procesos de formulación de políticas reflejan las preferencias de los votantes.

[1] En el caso de Chile, este grupo está compuesto por listas formadas por candidatos independientes que tuvieron la posibilidad de competir en coaliciones electorales de múltiples candidatos para esta elección.

[2] En el caso de Chile, este grupo está compuesto por lo que llamo los partidos tradicionales, que son todos los partidos con representantes en el congreso previo a la elección.

Hay 1 comentarios
  • El plebiscito de 2022 fue rechazado por 62% a 38%. Por lo que he leído, los artículos sobre sexualidad causaron rechazo incluso en personas a favor de las medidas en sí. O sea que se podría argumentar que la mayor representación femenina no necesariamente ayudó a elaborar una propuesta de consenso.

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