Más de 500 pueblos españoles sepultados por embalses. ¿Qué pasó en los pueblos que recibieron a la población afectada?

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Pueblo de Fayón (Zaragoza) inundado en 1967 por el embalse de Ribaroja. Fuente. Aragón TV, 2017. link

Por Laura Muñoz Blanco

En julio de 1987 nueve pueblos del Valle Leonés de Riaño quedaron sepultados por las aguas del embalse que lleva su nombre, el embalse de Riaño. A muchos lectores este caso se le hará familiar (a los que no les dejo algunas notas aquí y aquí). Fue un caso bastante polémico y mediático. Sin embargo, el episodio de Riaño no fue un caso aislado. En el siglo XX, se estima (a la baja) que más de 500 pueblos han sido inundados por embalses, y 50.000 personas forzadas a dejar sus casas (Ecologistas en acción presentan sus cifras en su reporte Grandes fracasos hidráulicos). El caso de España solo es un espejo de la situación global, la construcción de embalses en el mundo ha forzado el desplazamiento de alrededor de 60 millones de personas (WCLD 2000).

Pero, ¿Qué pasó con la población de los pueblos destruidos? ¿Y, con los pueblos que les recibieron? En esta entrada trato de alimentar esta pregunta basándome en uno de mis documentos de trabajo recientes (disponible aquí, donde justamente estudio cómo en el largo plazo la participación social en los pueblos de destino se vio afectada con la llegada de la población desplazada por los embalses, y como sus efectos han persistido durante más de 50 años. En concreto, en dicho estudio me centro en los pueblos destruidos durante la Dictadura (1936-1975) en la Cuenca del Ebro.

Unos pequeños antecedentes sobre la política hidráulica española os darán un poco de contexto (para reseñas sobre la Dictadura aquí y aquí). España es uno de los países del mundo con el mayor número de embalses por kilómetro cuadrado (Romero, 2013, y aquí). Estos números son consecuencia de unos años de planificación del proyecto nacional hidráulico durante la Segunda República (1931-1936) y décadas de expansión en el número de obras durante la Dictadura. Ahondando más en detalles, a lo largo de la Dictadura se realizó buena parte de la obra proyectada en el Plan de Obras Hidráulicas de 1933. Históricamente, muchos de estos embalses se han construido en la Cuenca del Ebro dada sus buenas condiciones en altitud, pluviometría, y temperatura. En la Figura 1, muestro dónde se encuentra esta cuenca, y sus 130 embalses (52 de ellos construidos durante la Dictadura).

FIGURA 1: Mapa de la Cuenca del Ebro

Desafortunadamente, no existen datos oficiales sobre los pueblos destruidos por embalses (y la Confederación del Ebro solo habla de un par de pueblos). Por lo tanto, para llevar a cabo este trabajo recojo información histórica sobre los pueblos destruidos en la Cuenca del Ebro. Fundaciones, instituciones locales, asociaciones, periodistas, y organizaciones han sido mis fuentes de información. Estas fuentes muy generosamente han compartido conmigo su trabajo e investigación sobre los pueblos que han sido destruidos por embalses a lo largo de la historia. Entre ellos la Asociación Río Aragón-COAGRET (aquí), Desplazados.org (aquí), y Ecologistas en Acción (aquí) (aprovecho para extenderles mi enorme gratitud). En la Figura 2 muestro en rojo los 17 embalses que durante la Dictadura sepultaron a 94 pueblos bajo sus aguas. Además, cómo parte de este proyecto, hago una aproximación de la población desplazada por embalses usando los censos de población de 1930 hasta 1981. ¿Pero, dónde migró la población de estos pueblos destruidos? Existe información histórica de carácter cualitativo que apunta a que gran parte de la población desplazada migró a los municipios fronterizos, los llamaré municipios de acogida a partir de ahora (Marcos and Fernández, 2019). Confirmo esta hipótesis en la Figura 3, donde muestro (en azul) como la población censal se incrementó en los municipios de acogida tras la destrucción de los pueblos.

FIGURA 2: Cambio de población, por décadas y distancia.

Para cuantificar los efectos en la participación social uso cuatro variables a nivel municipal: participación electoral en elecciones generales, participación electoral en elecciones municipales, cooperativas, y asociaciones. La participación electoral en las elecciones generales y municipales desde 1977 hasta 2019 proceden del Ministerio del Interior. El número de cooperativas y de asociaciones desde 1945 a 2018 fue generosamente digitalizado y proporcionado por cada uno de los registros de cooperativas y registros de asociaciones de cada Comunidad Autónoma.

Investigar la relación entre la llegada de población desplazada por embalses y la participación social presenta varios retos empíricos. Los embalses pueden tener un efecto en la economía local (Duflo and Pande, 2007) y por ende afectar la participación social, ¿Cómo separamos el efecto de los embalses de los impactos de la inmigración generada por estos? Para sortear este problema los municipios fronterizos a los embalses que no destruyeron ningún municipio actúan como grupo de control. Aun con este grupo de control, la localización de los embalses, la destrucción de los pueblos, y/o la selección de los pueblos de destino pueden ser decisiones arbitrarias correlacionadas con algún factor que no puedo controlar. Para salvar este problema, instrumentalizo la inmigración con la interacción de tres características del embalse más cercano a un municipio: (i) si planificado o no en el Plan de Obras Hidráulicas de 1933, para incorporar una fuerza exógena en la localización de los embalses; (ii) el tamaño, cuanto más grande es un embalse más alta es la probabilidad de que destruya algún pueblo; y (iii) la distancia, como muestra la Figura 3, cuanto más cerca está un municipio mayor es la población que recibe.

Los resultados apuntan a que los municipios de acogida de la población desplazada por embalses tienen una menor participación social 50 años después de la llegada de dicha población. Primero, los resultados son negativos y significativos cuando utilizo la participación electoral en las elecciones generales como medida de participación social. En concreto se reduce en 15 puntos porcentuales. Segundo, la misma dinámica ocurre en las elecciones municipales, reduciéndose en 13 puntos porcentuales. Tercero, los municipios de acogida son 6 veces menos probables en tener una nueva asociación comparado con el grupo de control. Sin embargo, estos resultados no son significativos cuando utilizo cooperativas.

Si me centro en la composición demográfica de los municipios de acogida, la llegada de una cantidad mayor de población desplazada relativa a la población local mitiga la caída en la participación social. Adicionalmente, encuentro que los resultados comenzaron desde la llegada de la población desplazada y persistieron durante más de 50 años (al menos para el número de asociaciones, la única variable para la que tengo datos antes del tratamiento). Muestro estos resultados en la Figura 4.

FIGURA 3: Persistencia de los efectos en Asociaciones

Para respaldar la validez de mis resultados, muestro que no hay relación estadística entre el instrumento (o cualquiera de sus componentes) y la participación social en los municipios del Ebro donde no se produjo la destrucción de pueblos. Este ejercicio apoya la validez de la restricción de exclusión. También pruebo que mis resultados no cambian cuando extiendo la definición de municipios de acogida a aquellos que bordean a estos. Además, descarto el “confounding effect” de la violencia perpetrada durante la dictadura (discutido aquí) y de las posibles diferencias en el desarrollo local. Finalmente, muestro que no hay efectos en asociaciones anteriores al tratamiento, ni tampoco cuando uso los embalses planificados en el Plan de 1933, pero nunca construidos, como “grupo de tratamiento placebo”.

¿Qué posibles mecanismos pudieron explicar estos resultados? Históricamente, las construcciones hidráulicas en España han sido proyectos que han generado grandes controversias. Por tanto, es plausible pensar que la construcción de un embalse pudiera provocar una fraccionalización de la sociedad en dos grupos distintos: los que estaban a favor (agricultores y empresas energéticas) y los que estaban en contra (población expropiada por la construcción y ambientalistas). La fraccionalización se vuelve más notoria en los municipios de acogida, entre la población local (con mayor probabilidad de estar a favor) y la población desplazada (con mayor probabilidad de estar en contra). Como resultado, el aumento de la fraccionalización podría haber erosionado la confianza institucional y confianza en los otros (Alesina and Ferrara, 2005), con implicaciones sobre la participación política y cohesión social (Myers, et al., 2024; Stolle, Soroka, and Johnston,2008).

En modo de conclusión, los resultados apuntan a que la participación social, en el largo plazo, se redujo considerablemente en los municipios que acogieron a la población de municipios cercanos desplazada por embalses. Este trabajo se basa en un caso de desplazamiento interno por obras de infraestructuras, pero en situaciones similares se pueden encontrar los no pocos 63 millones de desplazados internos afectadas por conflictos (aquí se discute el caso de Ucrania) o desastres naturales (ACNUR, 2023). Desde un punto de vista de política pública, la ausencia de intervenciones dirigidas a facilitar la integración de la población desplazada puede terminar dañando la participación social, y, en última instancia, como apunta la literatura, impactar negativamente en la economía (Guiso y et.al 2004); educación (Coleman 1988) y salud (Carpiano 2008) de las comunidades de acogida. Si quieres saber más en detalle sobre este artículo te invito a consultarlo.

Hay 1 comentarios
  • Hay que recordar que sin esos embalses no hubiera habido industria, no hubiera habido empresa y no hubiera habido las jubilaciones de los antaño niños de esos mismos pueblos, y hubiéramos seguido siendo un pueblo de zapatillas de esparto o suelas de zapatos de neumaticos viejos, con suelos de las casa de tierra y sin luz, malviviendo, para los afectados fue muy duro, por que muchos con 50 años tuvieron que abandonar todo por una miseria en el bolsillo. e ir a un futuro incierto, a otro lugar en muchos casos a las ciudades, cuando poco antes eran dueños de unas tierras que les daban para comer, sus hijos hoy tiene por lo general buenas pensiones por la industria, que ya las quisieran los que no les afecto los pantanos, y permanecieron en el lugar por no ser afectados

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