Por Matteo Gamalerio y Margherita Negri
El importante aumento de los flujos migratorios de los últimos años ha llevado el tema de la inmigración al centro del debate público. La acogida (o no) de los migrantes es parte integral de la retórica de partidos como Vox en España y de la Liga y Hermanos de Italia en Italia, y ha sido fundamental en la campaña electoral de Donald Trump en Estados Unidos, así como para la propaganda pro-Brexit en el Reino Unido.
La Figura 1 muestra el número de solicitantes de asilo acogidos por los Estados miembros de la Unión Europea en 2016, normalizado por el número de habitantes en el país. En esta figura se aprecia claramente una elevada desigualdad en la acogida de los migrantes. En el origen de esta desigualdad se encuentran importantes diferencias en el número de solicitudes de asilo recibidas por los diversos países. Sin embargo, otro factor fundamental es la voluntad de los estados de aceptar dichas solicitudes, y en esto la política juega un papel clave.
Figura 1: Desigualdad en el nivel de acogida de inmigrantes entre los países de la Unión Europea en 2016
Estudios recientes se han centrado en el papel que los importantes flujos migratorios de los últimos años han tenido en el éxito de partidos antiinmigración en muchos países europeos. En un reciente trabajo sobre el contexto italiano, en cambio, nos enfocamos en un aspecto menos estudiado del problema: el papel de las decisiones tomadas por los gobiernos en términos de políticas migratorias y de los incentivos electorales que las guían.
Nuestro estudio muestra que la decisión de acoger migrantes está condicionada por lógicas electorales. La probabilidad de acoger migrantes es mucho más baja si la decisión política debe ser tomada poco antes de una fecha electoral. La explicación es simple: acoger a los migrantes significa enemistarse con la parte del electorado que no los quiere aceptar. Si la decisión se toma lejos de las elecciones, es probable que la memoria corta de los votantes mitigue su efecto. Las decisiones tomadas cerca de las elecciones, en cambio, adquieren un peso muy importante en el resultado de las mismas. Por tanto, la decisión de acoger a los migrantes es mucho más arriesgada, en términos electorales, cuando las elecciones están cerca.
El estudio
Nuestro estudio utiliza datos sobre la apertura de los centros SPRAR (“Sistema de Protección para Solicitantes de Asilo y Refugiados”, renombrado Siproimi “Sistema de protección para titulares de protección internacional y para los menores extranjeros no acompañados” a partir de 2018, y SAI, “Sistema de acogida e integración”, a partir de 2020) en los municipios italianos entre 2005 y 2017. Los centros SPRAR constituyen un segundo nivel de acogida (diferente del primer nivel, que se encarga de la acogida de los migrantes en el momento de su llegada a Italia y del inicio de los trámites para la solicitud de asilo) y su objetivo principal es promover y facilitar la integración de los solicitantes de asilo y refugiados en Italia.
El sistema de acogida SPRAR presenta dos características importantes para nuestro estudio. En primer lugar, la apertura o no de un centro SPRAR en un municipio depende de una decisión del alcalde. Periódicamente, el Ministerio del Interior organiza una licitación entre municipios para la apertura de centros SPRAR en su territorio y cada alcalde decide si participar o no. El segundo aspecto importante es que la fecha de las licitaciones es totalmente dictada por el Ministerio del Interior y no depende del ciclo electoral de los municipios. El hecho de que la decisión de participar en la licitación deba ser tomada justo antes de las elecciones municipales o no, por tanto, se puede considerar como un evento puramente casual y exógeno desde el punto de vista del alcalde y los municipios.
Las dos características combinadas, nos permiten estimar el efecto (causal) de los incentivos electorales en la decisión de acoger a los migrantes calculando la diferencia en la probabilidad de participar en la licitación entre alcaldes que están en el último año del mandato electoral cuando se publica la licitación y alcaldes que se encuentran en años anteriores.
Los resultados
El principal resultado de nuestro estudio se ilustra en la Figura 2. Para cada año del mandato electoral de los alcaldes, la figura muestra la diferencia en la probabilidad de participar en la licitación para la apertura del centro SPRAR si la licitación se abre en ese año, en comparación con el primer año del mandato electoral. Como se puede ver, la diferencia es negativa y estadísticamente significativa solo en el último año del mandato electoral. El signo negativo indica que un alcalde al final de su mandato tiene una probabilidad más baja de participar en la licitación en comparación con un alcalde recién elegido. Para dar una idea de la magnitud del efecto, la probabilidad de que un alcalde en su último año de mandato participe en una licitación para la apertura de un centro SPRAR es un 26% más baja que la media de los alcaldes que se encuentran en los años anteriores.
Figura 2: Efecto de los incentivos electorales en la acogida de refugiados
Las Figuras 3 y 4, basadas en encuestas de la Asociación Itanes ("Italian National Election Studies") de 2013, corroboran la idea de que esta diferencia se debe a lógicas electorales. La Figura 3 muestra el grado de acuerdo de 84 alcaldes con la afirmación "Los inmigrantes son un bien para la economía italiana". Como se puede ver, la mayoría de los alcaldes, independientemente de su orientación política, declaran estar de acuerdo. La Figura 4 muestra lo que los alcaldes piensan sobre los votantes de su partido. En particular, la figura muestra que la mayoría de los alcaldes cree que sus votantes piensan que Italia recibe demasiados migrantes. El mensaje que emerge de las dos figuras es que la decisión de no abrir un centro SPRAR no depende de las preferencias individuales de los alcaldes con respecto a la inmigración, sino más bien de lo que creen que está más en línea con las posiciones de su electorado.
Figura 3: Encuesta a los alcaldes: ¿los inmigrantes son un bien para la economía italiana?
Figura 4: Encuesta a los alcaldes: Opinión de los votantes sobre la pregunta “¿Recibimos demasiados migrantes (en una escala de 0 a 10)?”
El estudio también destaca cómo el efecto negativo de los incentivos electorales es más fuerte cuanto más alto es el porcentaje de votantes en el municipio que se oponen a la acogida de migrantes (que aproximamos con el porcentaje de votantes de extrema derecha). Esto refuerza aún más la idea de que la decisión de no participar en la licitación se debe al temor de perder el voto de una parte del electorado.
Las consecuencias
Como se explica en nuestro estudio, así como en otras fuentes (véase por ejemplo aquí), los municipios que participan en el programa SPRAR parecen beneficiarse de la llegada de solicitantes de asilo y refugiados. De hecho, los municipios que abren centros SPRAR reciben transferencias fiscales del gobierno nacional. Estas transferencias, utilizadas para la gestión del centro SPRAR, pueden generar potenciales repercusiones económicas positivas para el territorio en el que se abre el centro. Para dar una idea de la importancia de estas transferencias, estimamos que la contribución fiscal per cápita derivada de la apertura de un centro SPRAR se sitúa alrededor del 8% del presupuesto municipal per cápita total. Además, como se documenta en otro estudio y también se informa en la prensa italiana (por ejemplo aquí y aquí), los centros SPRAR han contribuido a aumentar la atractividad de los pueblos que los han abierto, ayudando a combatir el declive demográfico y a mantener vivos servicios públicos locales como las escuelas. Así, las dinámicas electorales evidenciadas por nuestro estudio, se traducen en efectos concretos sobre las finanzas públicas y sobre el bienestar de los municipios.
En una perspectiva más amplia, el hecho de que los flujos migratorios no sean constantes en el tiempo, sino que estén más caracterizados por oleadas irregulares, combinado con el hecho de que no todas las elecciones municipales ocurren al mismo tiempo, puede generar desigualdades a largo plazo en la acogida de migrantes. Con las debidas precauciones, la extensión de las conclusiones de nuestro estudio a un contexto internacional puede contribuir a explicar las desigualdades en términos de acogida observadas en la Figura 1.
Hay 1 comentarios
Me quedo estupefacto ante la indiferencia que manifiesta el discurso oficial hacia la diversidad de los inmigrantes. Es como si estuviesen contando barriles de petróleo o toneladas de acero. La población en cambio no se deja engañar. En España hay un escalafón bien definido de aprecio y desprecio hacia los inmigrantes según el país de origen. Con ello no quiero insinuar que las evaluaciones que dan origen a dicho escalafón sean fieles reflexiones de la realidad. Es inevitable que los prejuicios jueguen un papel importante. Pero la insistencia del discurso oficial en eludir la realidad de la diversidad, y en suprimir toda información que permita adivinar el origen geográfico y cultural de los inmigrantes, no contrarresta los prejuicios sino que fomenta el cinismo hacia los medios de información, y a la postre, la falta de datos fidedignos impulsa la irracionalidad y el racismo. Los datos oficiales españoles sobre la población penal son un modelo de desinformación.
Los comentarios están cerrados.