Matteo Gamalerio, Alessio Romarri y Max Viskanic
Dos de nuestros estudios muestran que acoger a refugiados en centros de recepción de tamaño pequeño reduce el voto a los partidos antinmigrantes. Y, al contrario, los centros más grandes parecen aumentar el voto antinmigración.
Recepción de migrantes y voto antinmigración: ¿una relación positiva?
La reciente crisis migratoria en las islas Canarias, con la llegada de más de 16,000 migrantes, ha mostrado como existen opiniones opuestas sobre cómo gestionar los flujos migratorios. Por un lado, el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, propone que se faciliten traslados al resto de España para aliviar la presión en las islas. Por el otro lado, los otros ministros implicados, como el ministro del Interior, están preocupados por que los traslados puedan generar un efecto llamada. Además, el gobierno de España teme que una mala gestión de esta crisis pueda alimentar el discurso antinmigración de partidos como Vox.
En la misma línea, la opinión generalizada es que la crisis migratoria europea, que comenzó entre 2014 y 2015, fue uno de los principales factores que pueden explicar el reciente éxito de los partidos antinmigración en muchos países europeos. Pero, ¿acoger a refugiados y solicitantes de asilo aumenta siempre el voto a los partidos contrarios a la inmigración? En la literatura económica encontramos resultados mixtos, algunos estudios muestran una relación positiva entre la acogida de refugiados y el voto antinmigración, y otros una relación negativa.
Dos de nuestros estudios recientes, que desarrollamos con datos de municipios italianos y franceses, sugieren que la respuesta a esta pregunta es que depende. Acoger refugiados y solicitantes de asilo en centros pequeños y dispersos por todo el territorio reduce el voto a los partidos antinmigrantes. Y, al contrario, los centros de acogida excesivamente grandes provocan un aumento del voto antinmigración.
A la práctica, si interpretamos el voto antinmigración como una medida del prejuicio de los nativos hacia los migrantes, nuestros estudios sugieren que, para construir un sistema de recepción que no genere hostilidad en la población nativa, los gobiernos deberían redistribuir los refugiados y los solicitantes de asilo de forma más uniforme y mediante la apertura de centros de acogida pequeños y dispersos por el territorio. Veamos con más detalle los estudios.
Recepción y voto antinmigración en Italia
Nuestro primer estudio se centra en Italia, un país que, en los años de la crisis de refugiados, experimentó un incremento significativo en el número de desembarcos y solicitudes de asilo y un aumento del apoyo político a los partidos antinmigración, como la Lega de Matteo Salvini.
Nuestro estudio analiza la apertura de centros de recepción para refugiados y solicitantes de asilo a través del "Sistema de Protección para Solicitantes de Asilo y Refugiados" ("SPRAR", renombrado "SIPROIMI" a finales de 2018), uno de los programas más importantes de acogida en Italia. En el caso de los centros SPRAR, los municipios gestionan directamente los centros de acogida. Estos centros tienen como objetivo integrar a los refugiados en la comunidad local y, por esta razón, los refugiados asisten a cursos de idiomas y formación profesional. Además, los municipios suelen emplear a los refugiados en trabajos de servicio público, lo que puede fomentar la interacción con la población local. Por tanto, los centros SPRAR ofrecen la posibilidad de un contacto directo entre los migrantes y la población local.
Para tener en cuenta las posibles diferencias entre los municipios que abren un centro SPRAR y los municipios que no, y así obtener una estimación causal del efecto de los centros de acogida sobre el voto antinmigración (hemos codificado como antinmigración varios partidos de derecha y extrema-derecha. Entre estos el más importante es la Lega), utilizamos la técnica de las variables instrumentales (IV). En concreto, siguiendo el ejemplo de otro estudio desarrollado con datos de los municipios austriacos, utilizamos la presencia a nivel municipal de edificios preexistentes a la crisis de refugiados aptos para albergar a grupos de personas y centros colectivos para predecir la apertura de un centro SPRAR en un municipio determinado. De hecho, como sugiere la Figura 1, los datos muestran una fuerte correlación positiva entre la presencia de edificios aptos para albergar a grupos de personas y la presencia de un centro SPRAR a nivel municipal:
Figura 1 – Centros SPRAR y edificios para centros colectivos
El uso de esta técnica nos permite interpretar los resultados de nuestro análisis en términos causales. Los resultados estimados muestran cómo la acogida de refugiados puede afectar negativamente al apoyo electoral de partidos antinmigración. Concretamente, los municipios que abrieron un centro SPRAR entre las elecciones nacionales de 2013 y las de 2018 registraron un aumento menor en los porcentajes de voto de los partidos antinmigrantes de aproximadamente -7 puntos porcentuales respecto al incremento en los municipios que no abrieron centros SPRAR. Al mismo tiempo, la apertura de los centros SPRAR produjo beneficios electorales principalmente para los partidos políticos más al centro del espectro político italiano, como el Partito Democrático.
El papel del tamaño de los centros de acogida.
Uno de los aspectos fundamentales de nuestro estudio es mostrar cómo el tamaño de los centros de acogida puede jugar un papel fundamental. Como se muestra en la Figura 2, el efecto negativo en el voto antinmigración es más grande (más negativo) para los centros SPRAR con menos plazas disponibles para refugiados y solicitantes de asilo. En concreto, en nuestro análisis encontramos que el efecto es negativo para los centros de acogida con una media de menos de 28 plazas por 1000 habitantes. Al contrario, los municipios con centros SPRAR con un número medio de plazas por encima de este umbral registraron un incremento del apoyo electoral a los partidos antinmigración.
Figura 2 - Efecto en el voto antinmigración y tamaño del centro SPRAR
Recepción y voto antinmigración en Francia
Los resultados que se muestran en la Figura 2 también son confirmados por nuestro segundo estudio, que analiza el efecto de la redistribución de los migrantes, que se produjo después del desmantelamiento del campamento de refugiados y migrantes ubicado cerca de la ciudad de Calais (la llamada "Jungla" de Calais), sobre el éxito electoral del Front National de Marine Le Pen. Aprovechando el desmantelamiento y la consiguiente redistribución en varios municipios franceses que tuvo lugar durante los años entre las dos elecciones presidenciales de 2012 y 2017, el estudio muestra cómo la apertura de centros de acogida y orientación (Centres d'Accueil et d'Orientación, CAO) de tamaño pequeño tuvo un impacto negativo en el crecimiento de los votos recibidos por el Front National. De acuerdo con lo que se muestra en la Figura 2, este estudio también muestra cómo el efecto en el voto antinmigración se vuelve positivo cuando el tamaño de los CAO supera, en promedio, un cierto umbral en términos del número de migrantes alojados. Específicamente, en este caso, el efecto cambia de signo para los CAO con más de 32 migrantes alojados por cada 1000 habitantes en promedio.
En el caso de los centros pequeños, el tamaño reducido puede haber favorecido el contacto directo entre nativos y refugiados, provocando una reducción del prejuicio de los nativos hacia los migrantes, en línea con la “Contact hypothesis”. Por el otro lado, los resultados relacionados con los grandes centros son consistentes con la “Realistic conflict theory”, que indica que los nativos pueden percibir un grupo grande de migrantes como una amenaza para su dominio cultural y socioeconómico.
Nota 1: Las ideas e opiniones expresadas por Max Viskanic en esta entrada son las del autor y no representan las opiniones de la institución donde trabaja (Parlamento Europeo).
Nota 2: Los autores han publicado una entrada similar en lavoce.info el día 04/12/2020.
Hay 2 comentarios
Muy interesante. Además de los resultados positivos de esta tendencia a reasentar refugiados a lo largo del territorio nacional de una forma más ¨proporcional¨, para el caso de España se podrían proponer mecanismos de emparejamiento más específicos. Hay ya bastante evidencia de los buenos resultados (en términos de conflictividad social y bienestar reportado por los propios refugidos) derivados del uso de sistemas de ¨matching¨ basados en preferencias (http://t8el.com/jmp.pdf) , que buscan mejorar la adecuación entre las características de los refugiados y la población de la localidad en la que serían reasentados.
Muchas gracias por el artículo, entiendo que el que vengan personas de un grupo diferente, en este caso inmigrantes, en grupos pequeños que se mezclen fácilmente con el grupo mayoritario, ayuda a mejorar la percepción de los mismos. En cambio con grupos grandes que forman sus propios guettos con apenas integración, los foráneos son visto como una amenaza.
Imagino que pasa lo mismo con la desagregación racial como en EEUU, si tienes barrios o ciudades enteras de un "color" y al lado el otro sin apenas cruzarse, sean crean miedos y se conforman comunidades separadas, en vez de una comunidad global independientemente de la raza. Creo haber leído al respecto y la importancia de una política territorial y de vivienda que acabe con esos bloques y los integre.
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