¿Qué hacemos con las centrales nucleares?

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De Mar Rubio-Varas y Joseba de la Torre

Los españoles se encuentran entre los ciudadanos europeos menos favorables a la utilización de la energía nuclear (véase la Figura 1). Este es un debate que lejos de estar cerrado, deberá someterse a decisiones cruciales en los próximos años. En torno al 20 por ciento de la generación eléctrica nacional se nutre de los 7 reactores atómicos que permanecen en activo. Una parte del reto de la Transición Energética pasa ineludiblemente por el futuro de las centrales atómicas. Queda por resolver también el destino a medio y largo plazo del combustible nuclear gastado y que hoy se almacena en las piscinas habilitadas en las propias centrales. Las consecuencias de las acciones que se tomen nos involucran a todos.

Figura 1: Opinión de españoles y europeos sobre la energía nuclear 1982-2009

Fuente: Elaboración propia en base a los sucesivos Eurobarometer. Las preguntas varían ligeramente en las distintas encuestas.

En 2018 se cumple medio siglo de experiencia en la operación de la energía nuclear en España, tiempo suficiente como para proponer una reflexión global, alejada de la urgencia de los titulares mediáticos, y que pueda informar e incidir en la toma de decisiones en un futuro que ya está aquí. Lo cierto es que este debate está lastrado por unas posiciones que llevan décadas enconadas. Las empresas propietarias además han lanzado últimamente mensajes contradictorios sobre si las plantas atómicas son rentables (aquí o aquí) o no lo son (aquí o aquí,) al mismo tiempo que vaticinan un encarecimiento de la factura eléctrica si no se permite la operación a largo plazo de las centrales, más allá de los 40 años autorizados cuando se construyeron.  Mientras, las obras del Almacén Temporal Centralizado están paralizadas sine die, como si los residuos radioactivos no fuesen de nadie. Por su parte, los grupos ecologistas reclaman mayoritariamente la clausura inmediata del parque nuclear (aquí o aquí), aunque algunos empiezan a ver en esta energía un puente provisional hacia una economía sin emisiones de gases de efecto invernadero (aquí o aquí).

La historia económica de la energía atómica puede contribuir a esa discusión. La pregunta elemental de partida es por qué España fue capaz de replicar tan pronto una tecnología cara y compleja. A mediados del siglo XX el reto económico, empresarial, tecnológico y financiero que requería construir centrales nucleares o desarrollar el ciclo integral del uranio estaba al alcance de muy pocas economías (aquí o aquí). De hecho, sólo 33 países del mundo han erigido y conectado alguna vez una planta nuclear a la red comercial. Que tuviese lugar en la España del desarrollismo sigue causando sorpresa. En apenas veinte años un país relativamente atrasado del sur de Europa y gobernado por una dictadura logró producir electricidad de origen nuclear casi al mismo tiempo que lo hacían Alemania, Suiza, Italia o Japón. En diciembre de 1968 entró en explotación comercial la primera central nuclear española, la de “José Cabrera”, más conocida por el nombre de la localidad en que se emplazó, Zorita (Guadalajara). Desde que se apagó su reactor, en 2006, las tareas de desmantelamiento (y la gestión de sus residuos) comenzaron y se espera concluirlas en 2019. Zorita es así la única planta atómica que ha completado todas las fases de la vida útil de una instalación de estas características. Por tratarse de una pionera de principio a fin, Zorita ofrece una historia de “learning by doing” sobre qué hay que hacer (y qué no) con el resto de reactores en funcionamiento.

La multinacional Westinghouse estrenó sus exportaciones de proyectos nucleares llave en mano con la venta Zorita a Unión Eléctrica Madrileña, una de las grandes eléctricas de la época (hoy integrada en Naturgy).  España fue el primer país del mundo en importar y conectar exitosamente un reactor construido bajo esa fórmula contractual (como hemos desvelado (aquí). Se trataba de una central de tamaño pequeño (150 MW) concebida desde su origen como un ensayo para desarrollar una curva de aprendizaje que garantizase la estrategia atómica del gobierno y las empresas. A medio plazo, los consorcios eléctricos españoles se convertirían en el mejor cliente internacional de la industria nuclear norteamericana (aquí), con un ambicioso proyecto del que finalmente sólo se llevó a cabo una cuarta parte (Figura 2).

Figura 2: Capacidad nuclear acumulada solicitada por las eléctricas y autorizada por el gobierno frente a la capacidad nuclear finalmente conectada a la red

Fuente: Rubio-Varas, M.d.M. and De la Torre J., (eds.) The Economic History of Nuclear Energy in Spain: Governance, Business & Finance, Palgrave, 2017, p.134.

El experimento de Zorita fue clave tanto para una industria naciente en España como para la exportación a gran escala de la ingeniería estadounidense en el mercado mundial de reactores. Los equipos de ingenieros, técnicos y managers que se adiestraron con el primer proyecto nuclear, acumularon un capital humano clave para el despliegue del programa atómico. Así Tecnatom,  la firma de servicios de ingeniería creada con capital español para gestionar la construcción y puesta en marcha de la central, acabó desarrollando su propia tecnología de simuladores de entrenamiento y ayudó a la creación de protocolos logísticos de suministro de componentes.  Hoy es una de las empresas de vanguardia en el sector de servicios nucleares a nivel global. El ciclo de uranio que se ideó entonces para importar ese combustible enriquecido desde los Estados Unidos, mediante contratos a largo plazo, se convirtió en el estándar para la industria española, y después para la de otros países. Trabajar con “el amigo americano” exigía que las ingenierías e industrias locales actualizasen y mejorasen sus procesos y estándares de calidad.

Al otro lado del Atlántico, el proyecto Zorita enseñó a los estadounidenses a cómo abordar las intervenciones y requisitos de las autoridades de un país extranjero. Al mismo tiempo, la curva de aprendizaje y las mejoras técnicas in situ permitieron un mejor desempeño para las multinacionales americanas en otras economías de Europa y Asia. En suma, en lo industrial Zorita fue un éxito rotundo. De esa iniciativa nació el clúster industrial atómico “made in Spain” y el negocio electronuclear de las grandes compañías. Durante 38 años (desde 1968 hasta 2006) esa central de pequeña potencia generó algo más de 36TWh contribuyendo al abastecimiento eléctrico de uno de los espacios urbano y manufacturero más dinámicos del país.

Y en el proceso de desmantelamiento, también Zorita está siendo pionera. Antes de 2006 en España apenas existía una industria especializada en la clausura y desmontaje de centrales nucleares. De nuevo ha habido que crear capacidades empresariales y tecnológicas muy complejas que podrán rentabilizarse en la gestión futura del resto de plantas (entre 2020 y 2024 o en 2040-2044, dependerá de lo que decida el parlamento). Y ha habido que buscar respuestas a problemas complejos que, en el comienzo de la era nuclear, se minimizaron. Al suponer que el combustible gastado sería sometido a reprocesamiento y reutilizado una vez se desarrollase tecnología apropiada para ello, no se incluyeron en los cálculos iniciales los costes y la gestión del desmantelamiento y de los residuos generados. Cuando esta idea fue abandonada progresivamente a lo largo de los años setenta, muchos países (y en España también) optaron porque la gestión del ciclo final de las centrales nucleares quedase en manos del Estado (aunque el negocio hubiese estado en manos privadas). En 1984 se constituía la Empresa Nacional de Residuos Radioactivos SA (ENRESA), empresa pública encargada de “recoger, tratar, acondicionar y almacenar” los materiales en desuso de las actividades nucleares.

El aprendizaje adquirido desmantelando Zorita está siendo crucial para las previsiones de ENRESA. Zorita tardó 4 años en construirse, estuvo en operación durante 38 años, y concluirá el desmantelamiento en 16 años (los seis primeros para enfriar el combustible irradiado y almacenarlo, a cargo de la propietaria del reactor; y los diez siguientes para desmantelar y descontaminar las instalaciones, gestionar los residuos y restaurar el emplazamiento bajo la responsabilidad de la empresa pública). En este proceso se habrá logrado mejorar la formación de personal y la tecnología necesaria para afrontar el manejo de los futuros desmantelamientos y en una tecnología que, históricamente, se ha llevado mal con la consecución de economías de escala. También se ha acumulado experiencia sobre los costes financieros de estas operaciones.

A partir de los presupuestos ejecutados de ENRESA (aquí), hemos calculado que el coste final por cada MW nuclear desmantelado en Zorita asciende a 2,6 millones de euros. Aplicado a los 7 reactores en activo (Almaraz I y II, Vandellós II, Ascó I y II, Cofrentes y Trillo) y el apagado de Garoña dan como resultado que el coste de desmantelarlos asciende a 20.467 millones. A estos habría que añadir los del desmantelamiento de Vandellós I, diferentes por su naturaleza y manejo. ¿Cómo pagamos esta factura que equivale a 3,5 veces el coste de la moratoria nuclear de 1984 (5.717 millones de euros, aquí) y que los consumidores estuvimos pagando hasta 2015? ENRESA se financia fundamentalmente en base a 4 tasas (dos soportadas por las eléctricas propietarias de las centrales nucleares, otra por la fabricación de elementos combustibles y la cuarta por los titulares de otras instalaciones nucleares). El fondo acumulado por la empresa pública a finales de este año es de unos 5.000 millones de euros, una cifra equivalente, por ejemplo, a la de la hucha de las pensiones. Por eso tanto el informe de la Comisión de Expertos sobre Escenarios de Transición Energética  como el Tribunal de Cuentas han advertido que los fondos de ENRESA resultarán insuficientes para acometer el desmantelamiento de todo el parque nuclear con las tasas actuales. Una cifra muy elevada y a la que habría que añadir la inversión en un Almacén Temporal Centralizado (ATC- actualmente paralizado) de los residuos generados (estimado en otros 700 millones), y posteriormente por varios siglos en un almacén geológico profundo (AGP) cuya ubicación y proyecto de construcción está aún por definirse.

La opción nuclear, sin duda, va más allá del análisis económico y financiero. Necesita del consenso social para decidir qué hacemos con nuestras centrales nucleares. Y desde luego debe ser discutido a fondo en el modelo de transición energética por el que se apueste.

Hay 25 comentarios
  • La entrada comienza con una pregunta: ¿Qué hacemos con las centrales nucleares? Para mí, la respuesta es obvia: si los costes de desmantelamiento son tan elevados no hay opción más sencilla y económica que la de prolongar al máximo la vida útil de las centrales nucleares. Esto es técnicamente posible y no comporta riesgos. La paralización del ATC justifica aún más esa opción.
    Pero, además, hay una razón medioambiental básica. Es inimaginable lograr una reducción sustancial de la emisión de gases de efecto invernadero sin el recurso a la energía nuclear, pues esta no emite tales gases. Desde luego, es inimaginable a corto o medio plazo. La duda surge en el largo plazo, que precisamente es el de la vida de una central nuclear "viable". Así pues, esto es una suerte de apuesta: ¿cuándo creemos que la tecnología nos proporcionará una energía barata y limpia (digamos, de fusión) para poder abordar la transición energética? Si somos pesimistas (o prudentes) deberíamos construir nuevas centrales, y asumir que tendremos que mantenerlas abiertas durante mucho tiempo. Si somos optimistas, nos la podemos "jugar".
    Tengo una duda sobre los cálculos. Estos se han realizado sobre los costes de cierre de las dos centrales nucleares más antiguas y pequeñas de España. Tengo la impresión de que hay fuertes economías de escala en el desmantelamiento de centrales modernas y grandes. ¿Habéis contemplado ese factor?

    • En el artículo ya decimos explícitamente que la nuclear "en una tecnología que, históricamente, se ha llevado mal con la consecución de economías de escala". Esto está constatado en construcción y habrá que ver cómo se desarrolla con el desmantelamiento.

      En cuánto a la operación a largo plazo el argumento que está sobre la mesa es precisamente que no es económico hacerlo por las inversiones que se requieren para modernizar las centrales. Al menos ese es el mensaje que están dando las propietarias.

  • Mar y Joseba, muchas gracias por su post. No conocía el tema y además del post he echado una mirada al libro que ustedes editaron. También he ojeado el informe de la Comisión de Expertos. Agradeceré un mayor detalle sobre el estado actual del proceso de desmantelamiento y las decisiones que todavía deben tomarse y quiénes las tomarán.

    Parece el típico problema en que los políticos prefieren no entrometerse públicamente porque los trade-offs son difíciles, pero me extraña que los economistas/ingenieros sociales que tanto hablan sobre la importancia de considerar su "sabiduría" en el diseño de políticas públicas parece que poco o nada han dicho y debatido sobre el problema. Sin duda, dada la horrible coyuntura fiscal del gobierno español y tomando en cuenta las estimaciones del costo del desmantelamiento, el problema merece mucha más atención.

    • Enrique, la web de ENRESA (www.enresa.es) ofrece muchísima información sobre los proyectos de desmantelamiento. Informa puntualmente de su avance y de su coste.
      También la web del Consejo de Seguridad Nuclear (www.CSN.es) ofrece a información sobre el estado de las centrales, sobre el ATC y demás.

      Como decimos en el texto "este debate está lastrado por unas posiciones que llevan décadas enconadas". Es difícil decir nada sin que unos u otros inmediatamente te encuadren en el bando opuesto (casi nunca en el propio en el momento que algo de lo que digas no coincida con el argumentario pro o anti).

      Pero aún así creemos que hay que poner este asunto sobre la mesa. Es una cuestión sobre la que se habla muy poco a pesar de las repercusiones económicas que tiene tanto en el presente, como en el futuro. Además de ser una cuestión crucial en la definición de la transición energética.

  • Después de Fukushima y de Chernóbil, no sé cómo hay gente que defiende todavía a las nucleares.
    Las centrales nucleares son unas de las estafas más grandes que nos han hecho a los españoles. Se hicieron con gran aporte de dinero público y los beneficios han sido para las eléctricas privadas.

    Claro que estaría bien poder mantenerlas en uso toda la eternidad, pero Fukushima ha demostrado que los estándares de la industria no eran suficientes, y actualizarlas a los nuevos requerimientos de seguridad vale una pasta que, obviamente, nadie quiere poner.

    Así que la única pregunta que hay que hacerse es quién va a pagar el desmantelamiento: los que se han forrado con ellas, o los que ya pagaron su construcción. La pregunta es retórica, me temo.

    • 1.25 millones de personas mueren al año en accidentes de coche. Desde 1986 (Chernobyl) han muerto, por tanto, unos 40 millones de personas en accidentes de coche.
      http://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/road-traffic-injuries.

      Los muertos causados directament por la radiacion en Chernobyl fueron 50, en Fukushima ninguno. Las estimaciones de muertes "asociadas" a Chernobyl varian entre 4,000 y 90,000, e Fukushima entre ninguna y 2,000 si se incluyen el aumento de mortalidad entre los desplazados. O sea, las nucleares matan en 30 años lo mismo que la carretera en un fin de semana o en un mes (dependiendo de las estimaciones). Dicho de otra manera las muertes por accidentes nucleares en los últimos 30 años suponen el 0.2% de los muertos en carretera.

      https://en.wikipedia.org/wiki/Fukushima_Daiichi_nuclear_disaster_casualties
      http://time.com/5255663/chernobyl-disaster-book-anniversary/

      En esos 30 años ha habido también 410 accidentes aéreos con unos 20,000 muertos
      https://www.airfleets.es/crash/crash_year_1999.htm

      No sé como hay gente que todavía defiende circular en automovil particular o el uso de aviones. O como hay gente que todavia defiende la minería del carbón, la construcción de edificios, la escalada libre, el buceo, ...

      • Estimado Jose Pablo,
        Será porque estudié en una universidad pública, pero no acierto a entender qué tienen que ver las muertes en medios de transporte con las centrales nucleares.
        Quizá si me diera usted las estadísticas de los muertos originados por estaciones hidroeléctricas o en plantas fotovoltaicas...
        Un cordial saludo

        • Si su argumento es, como entiendo que es, que "no sé como hay gente que aún defiende las centrales nucleares" porque Chernobyl y Fukushima pusieron de manifiesto los peligros de esas centrales; lo que trato de hacerle ver es que hay actividades "cotidianas" objetivamente muchísimo más peligrosas que usted, sin embargo, no se cuestiona.

          Cuesta entender, estudiando en cualquier tipo de universidad, que una actividad que causa, a lo sumo, 90,000 muertos en 30 años suponga un riesgo inasumible para la humanidad mientras que otra que causa 1.25 millones de muertos (como es el uso del automovil privado) sea perfectamente asumible.

          Si lo que quiere usted es evitar las "actividades peligrosas para la humanidad", objetivo muy loable, la energía nuclear figura, objetivamente, muy abajo en la lista priorizada de actividades a evitar.

          Sinceramente pensaba que mi respuesta anterior era autoexplicativa.

    • Hasta 1997 las centrales nucleares tuvieron el retorno de capital que le pareció bien al gobierno que era quien lo fijaba bajo el "marco legal estable". Desde 1998 las centrales nucleares reciben el mismo precio que cualquier otra central sirva o no para recuperar sus costes totales. En los últimos 30 años no se ha construido ninguna central nuclear en España lo que habla con mucha claridad de los riesgos y rentabilidades asociados a su construcción.

      Los mayores beneficiados de las centrales nucleares hemos sido los consumidores de energía eléctrica españoles (y los trabajadores de las plantas de Acerinox, cementeras y cerámicas en España). Solo en los últimos 30 años las plantas nucleares han producido unos 1,800 Twh (unos 60Twh por año) o sea 1,800 millones de Mwh. De no haberlos producido las centrales nucleares se habrían producido con un mix en el que habrían tenido presencia substancial los ciclos combinados y el carbón. Estimando una diferencia de coste variable entre la nuclear y el "mix alternativo" de unos 45€/Mwh, el ahorro en esos 30 años habría sido de unos 81,000 millones de euros. Es decir unos 2,700 millones de euros al año.

      https://www.eoi.es/blogs/merme/files/2014/11/quetequete.png

      Este ahorro es, fundamentalmente, para los consumidores. Dada lo inelástico de la demanda eléctrica (al menos en el consumo doméstico y comercial) las ventas y la rentabilidad de las empresas productoras no habrían variado mucho produciendo con plantas de mayor coste variable.

      • Con el debido respeto, son tremendamente graciosas sus afirmaciones acerca del coste de la energía nuclear y del ahorro que nos ha supuesto a los españoles.
        No perderé el tiempo en rebatir sus datos con información verídica, porque no va a valer de nada. Simplemente me limito a constatar dos hechos significativos:
        1. Nadie hace una central nuclear sin apoyo financiero público. (No será muy rentable, no?).
        2. La energía más subvencionada en los presupuestos de la UE es: …. la nuclear.

        • No pretendía ser gracioso y sí le agradecería la aportación de datos, a ser posible verídicos. Parece que no, pero centran mucho los debates.

          1.- No sé a qué se refiere con el "apoyo financiero público" a las centrales nucleares. En cualquier caso no entiendo la contradicción entre que las centrales nucleares no sean rentables y que los consumidores se beneficien de su existencia:

          * El consumidor se beneficia de las centrales nucleares porque producen una energia barata que, de no haberse construido, tendría que producirse con centrales más caras.

          * Construir nuevas plantas es una aventura que nadie aborda porque los plazos de construcción son imprevisibles y no hay apoyo público (político, ya ni siquiera financiero) suficiente para garantizar que la planta podrá completarse y porque los precios del mercado no son suficientes para recuperar el coste de oportunidad de la inversión.

          No alcanzo a ver la contradicción entre estos dos hechos.

          2.- De nuevo no entiendo la relación entre lo que usted llama subvenciones a las nucleares y mi argumento. Incluso si lo que dice de las subvenciones fuese cierto (no lo es) los costes variables de producción de la nuclear son inferiores a los de las plantas que las habrían sustituido y eso beneficia a los consumidores que pagan menos precio.

          Estaría bien que compartiese usted sus fuentes:
          http://abeienergy.com/europa-subvenciona-la-produccion-de-renovables-con-40-000-millones-el-doble-que-las-fuentes-convencionales/.

    • Segun Steven Pinker (2016: 190), En defensa de la Ilustración (en NeG hay un post sobre este magnífico libro) el gas natural mata anualmente 38 veces más personas por kilowatio/hora producido que la energía nuclear; el petróleo 243 veces más; y el carbón 387. Estos cálculos se obtienen a partir de las muertes de Chernobil, una central nuclear soviética sin apenas medidas de seguridad que causó unos millares de muertes, sobre todo por inducción de cánceres (por eso es difícil saber exactamente cuántas personas murieron; pero, desde luego no más de 10.000). Y es que nadie ha muerto en el accidente de Fukusima, Y tampoco en el accidente de la isla de las Tres millas. Estos tres fueron los peores eventos ocurridos nunca en el medio siglo de historia nuclear. Compara esos ¿10.000? muertos con el millón de personas que, se estima, fallecen al año (repito, al año) como consecuencia de la contaminación por carbón.
      Quizás parezca un poco demagógico (¡vale, lo es!), pero podría decirse cada central nuclear que se cierra en el mundo ocasiona la muerte de cientos o miles de personas por la necesidad de la gente de usar otro tipo de energías.
      Y todo ello sin tener en cuenta el cambio climático...

      • Estimado Rafael,
        Entiendo que no conoce usted las energías renovables. Como hay abundante información en la red, no me extenderé más, pero solo le apunto que son inagotables, que ya son más baratas que las convencionales y que contaminan muchíiiiisimo menos.
        De nada, saludos

    • Fukushima fue consecuencia de el mayor terremoto jamas registrado en Japón. Un evento de naturaleza extraordinaria, que generó un tsunami también extraordinario. Invocarlo al hilo de una discusión sobre las centrales españolas es una simpleza

      • Quizá lo que es de simples es hablar sin saber.
        Lo grave de Fukushima no es el maremoto en sí. El problema es que el operador ocultó información relevante y no cumplió toda la normativa de seguridad que se exigía.
        Además, a raíz de los resultados conocidos, se ha puesto en duda la indoneidad del diseño de la planta en sí, que es uno de los más usados en el mundo.

  • Desde un punto de vista racional la energía nuclear debería ser parte del mix de producción en cualquier país que quisiera mantener bajos sus emisiones de CO2 y de otros gases aún más contaminantes. Sin embargo la opinión pública ha estado en contra casi desde los años setenta con argumentos más pasionales que reales, como se puede comprobar en cualquier estadística de muertes provocadas por diferentes fuentes de energía.

    Si se mira los países con menores emisiones de CO2 per cápita siempre salen los mismos bien aquellos que tienen un gran parque de centrales nucleares instaladas (Francia, Suecia) o bien aquellos que disponen de una gran capacidad para producir energía hidroeléctrica (Noruega, Brasil, Paraguay). De hecho, el ejemplo de Suecia o Francia muestra hasta qué punto es posible reducir las emisiones de CO2 con energía nuclear en un plazo de tiempo cortísimo.

    En el ámbito actual yo encuentro que si queremos reducir las emisiones de CO2 necesariamente tiene que haber una parte de producción nuclear. No es realista pensar que sólo con paneles solares vamos a poder reducir estas emisiones, sobre todo porque por la noche no hay sol y es entonces cuando vamos a requerir mucha energía para poder cargar los automóviles eléctricos que vamos a necesitar durante el día siguiente.

    • Y no solo, que también, en emisiones de CO2. El impacto es significativo en precios. La interconexión Francia-España estuvo saturada "en sentido España" un 66% de las horas en 2017 (frente a un 9% en sentido opuesto).

      El diferencial de precios medio entre Francia (nuclear) y España fue para ese mismo año de 13,3 €/Mwh que suponen más de un 20% de los 60€/Mwh de precio medio en el mercado mayorista para ese mismo año.

      Pero claro "exigir" energía barata y el fin de la "pobreza energética" y que además no haya nucleares es una actitud infantil intelectualmente mucho menos exigente que la madurez requerida para enfrentar "trade-off" adultos como los que el debate nuclear nos pone delante. Y eso que el único debate nuclear en España es cuando y como desmantelar las centrales existentes, construir nuevas hace más de 30 años que es una opción que ni se contempla.

      Siempre sorprende el alcance del "pensamiento mágico" (y de los lugares comunes) en las socialdemocracias "modernas".

  • Hay un argumento de peso para no hacer nuevas centrales: el coste. Este se ha mostrado exhorbitado en los últimos proyectos realizados en Europa y en Estados Unidos. Sin embargo hay factores de peso para creer que el coste no necesariamente ha de elevarse de forma tan radical.

    Generalmente se alude a que los proyectos que se han venido realizando en los ultimos 20 años son prototipos nuevos y que el constructor ha perdido las habilidades para realizar una obra compleja por su falta absoluta de experiencia. Otros autores aluden a aspectos relativos a una regulación absolutamente arbitraria e invasiva, más pendiente de aspectos jurídicos que centrada en aspectos ingenieriles y productivos.
    El caso es que mientras prototipos construidos en Europa y Estados Unidos parecen ser económicamente inviables, en otros países con diferente regulación como China o Corea del Sur los mismos (nuevos) modelos han sido instalados con éxito y en los plazos previstos.
    Mi reflexión por tanto es que algo estaremos haciendo mal en la regulación. Primero es una regulación que encarece radicalmente uno producto, salvo alguna triste excepción, han sido ablosutamente seguros y funcionales durante un plazo muy amplio de tiempo. Luego la regulación se está mostrando invasiva y inoperante.
    Segundo: con otra regulación sería posible cierto grado de innovación, en un campo en el que la innovación resulta esencial. No podemos seguir construyendo modelos con una eficiencia tan reducida.

    • En relación a Fukushima, solo los gastos de limpieza:
      "A principios de año, el Centro para la Investigación Económica de Japón dijo que el coste total de la limpieza de Fukushima, que tardará unas cuatro décadas –incluido la retirada de residuos radiactivos de los tres reactores dañados de la planta– podrían hacer subir la factura hasta 370.000-519.000 millones de euros".
      Buena suerte buscando alguien que asegure esto...

      • Sobre la conveniencia de asegurar ciertos riesgos. Ciertos riesgos no son completamente asegurables porque se desconoce las características concretas de la función de probabilidad que determinaría el cálculo de su prima, no sólo en una grave avería en una central nuclear. Por eso los seguros son parciales, hasta una determinada cuantía. Luego es el Estado el que corre con el resto de los gastos. Cuando hay un terremoto, un maremoto, un volcán, la rotura catastrófica de una presa hidroeléctrica, los efectos del calentamiento global sobre el nivel del mar... una guerra, el acceso al gobierno criminal. Nadie lo asegura completamente salvo los propios Estados. Se supone que la función de los seguros es repartir el riesgo para hacer posible empresas que normalmente no serían viables de otra manera. Esta función la hacen los Estados. El gasto en defensa puede verse como una especie de prima de seguro contra el riesgo de entrar en guerra. Los gastos en seguridad redundante en una central nuclear lo mismo.

  • Si a alguien le interesa el tema, el Tribunal de Cuentas de Francia publicó un informe con el coste total del programa nuclear francés (tienen actualmente 56 centrales nucleares funcionando), incluyendo el I+D, cierres de centrales obsoletas, construcción de centrales.... En términos de euros de 2010, el coste había ascendido a 122.000 millones de euros. Es una cifra alta, pero francamente, muy, muy alejada del coste de los últimos reactores construidos. Y muy muy alejada del importe final que Alemania o España se van a dejar en subvenciones a la fotovoltaica.

    El informe está aquí por si os interesa:

    https://www.dropbox.com/s/whbqzr789foxcbe/Coste%20reactores%20Francia%20Camara%20de%20Cuentas%202012.pdf?dl=0

    • En la página 152 del documento citado, dentro de "unresolved issues" aparece precisamente el combustible gastado huérfano para el que no había solución prevista en aquella fecha (2012) mayoritariamente generado por las centrales nucleares, y que no se incluye en los costes estimados.

      En este otro documento
      https://www.ecologique-solidaire.gouv.fr/sites/default/files/16308-GB_PNGMDR_2016-2018_DEF_Web_pap_1%20ao%C3%BBt%2017_0.pdf

      producido por el gobierno Frances se dice:
      "In 2016, the cost of the reversible deep disposal facility (Cigeo) was estimated
      by the Ministry responsible for Energy at 25 billion for the entire construction
      and operating period of the facility (140 years). This cost evaluation will be
      regularly updated, in particular at each Cigeo development milestone"

      Francia precisamente abre este año un debate nacional sobre el almacenaje del combustible gastado, dónde colocarlo, cómo financiarlo y...como reducir su dependencia de la nuclear hasta dejarla en un 50%.Con un 71.6% de generación nuclear sobre total generado en 2017 y 58 reactores en operacion es el país con más interés en estimar los costes de vigilar el combustible gastado en el futuro.

      • Con el combustible gastado ocurre una cosa... que realmente no está gastado. Me explico, ha perdido la capacidad de volver a la criticidad principalmente porque se ha contaminado con isótopos que al absorber demasiados neutrones paran la reacción en cadena. Y porque la fracción de U235 se ha reducido desde el 3% a niveles del 1% (este es el único que verdaderamente se ha gastado). En cambio ha surgido Pu239 que también es fisible, de hecho 1/3 de la energía que produce una central nuclear viene de la fisión de ese nuevo plutonio generado por la absorción de neutrones del U238.
        Para reutilizar el Pu y el U235 que ha quedado habría que separarlo de los otros isótopos que quedan en el combustible. Se puede hacer, pero requiere de un proceso químico caro (PUREX) que requiere el uso de productos químicos. Resulta que las empresas han hecho su cálculo económico y ven que utilizar uranio nuevo y enriquecerlo hasta un 3% es más barato que reutilizar el combustible gastado. Han pensado que si lo entierran y siguen quemando nuevo uranio se ahorran una pasta. Eso es lo que están haciendo.
        ¿En todo el mundo? No, los británicos están separando el combustible reutilizable del gastado y mantienen almacenadas toneladas de plutonio que podrían alimentar reactores de neutrónica rápida durante años y años, produciendo millones de TWh. Los franceses hicieron algo parecido y alimentaron con plutonio para reactores (no serviría para hacer armas nucleares por su composición) su reactor Phenix.

  • El reactor phenix era un prototipo e hicieron el superphenix. Pero este a diferencia del primero ha resultado un fiasco comercial por su escasa disponibilidad. Esto ha ocurrido con otros prototipos en Japón (Munju). Sin embargo los rusos tienen un reactor rápido comercial funcionando desde hace un par de años y son los más avanzados en este tipo de reactores. Estados Unidos desarrolló varios prototipos pero cuando estaban a punto de inagurar el Integral Fast Reactor cambió el Gobierno, llegó Clinton al gobierno y lo primero que hizo fue detener el programa de desarrollo. Esto lo cuentan sus científicos jefes Charles E. Till y Yoon Chang en su libro "Plentiful Energy" que se puede encontrar en Amazon.

    Y esto sólo es un botón de muestra de lo que se podría hacer con la energía nuclear. Hay miles de combinaciones y configuraciones posibles y sólo hemos probado unas pocas.

    Bueno, todo esto viene de que realmente no se sabe que hacer con el combustible irradiado... si enterrarlo para siempre, enterrarlo para 300 años y que hayan decaído sus isótopos de más corta vida, los más activos y peligrosos o dejarlos en superficie en un simple almacén, o incluso en contenedores en superficie como ocurre en muchas centrales. Y los costes varían un montón en función de la solución que se le quiera dar. Ciertamente la opinión pública desconoce los detalles y opina de oídas. Y es la sociedad la que tiene que decidir, pero debería decidir con conocimiento, no de oídas.

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