de @ricard_gil
El pasado 8 de mayo escribí una entrada en @nadaesgratis sobre la presunta importancia de los amiguismos en la contratación de personal docente universitario. La evidencia empírica presentada entonces mostraba correlaciones negativas entre el ranking de las facultades de economía en España y medidas como el porcentaje de personal docente activo en investigación, el porcentaje de profesores doctorados por la misma universidad (endogamia tradicional) y el ratio de doctorados de otras universidades (número de universidades distintas representadas en el profesorado) a profesores activos en investigación no doctorados por la propia universidad. Las prácticas de endogamia y contrataciones de doctores concentradas en unas pocas universidades parecían estar negativamente asociadas con productividad de investigación pero positivamente asociado con la producción de estudiantes.
Dado que la entrada anterior únicamente examinaba los “amiguismos” de manera superficial y que los lectores de la entrada preguntaron cosas que puedo responder con los datos recogidos, en esta entrada complemento la evidencia anterior con nuevas variables. Al igual que en la entrada previa, todo lo que presento aquí son correlaciones ya que carecemos de fuente de variación exógena, pero sin duda alguna estas son correlaciones interesantes (a mi parecer) que cuentan parte de la realidad de las prácticas de contratación de personal docente e investigador en las universidades españolas. Empecemos refrescando la memoria describiendo los datos ya presentados anteriormente. Por un lado, tomo como referencia el ranking de universidades españolas por resultados y productividad publicados en Expansión el 16 de marzo de 2015 y lo cruzo con el ranking de publicaciones por facultad de economía en España según IDEAS REPEC. La muestra final únicamente contiene universidades españolas públicas que aparecen en ambas listas. Dadas estas restricciones, disponemos de información sobre el número de profesores y el porcentaje sin información de su doctorado, el número de doctorados distintos, y el número de investigadores doctorados por la misma universidad donde trabajan en la actualidad. Así pues, en esta entrada voy a crear dos variables nuevas utilizando directamente la información de la identidad de las universidades donde cada profesor en el ranking de IDEAS obtuvo su doctorado. Por un lado, computo medidas de concentración de doctorados por facultad de economía que llamo HHI (por el “Herfindahl-Hirschman Index”) contando y sin contar los doctorados de la propia universidad, mientras que por otro creo medias de la distancia entre cada universidad y las universidades donde los profesores obtuvieron su doctorado contando y sin contar los doctorados de la propia universidad. He calculado la distancia entre ciudad y ciudad para cada par de universidades y las he ponderado por el porcentaje de profesores de cada doctorado en que universidad (más cuidado no he podido poner al hacer esta variable).
Estas nuevas variables no solamente contienen más información sobre las prácticas de contratación de las universidades públicas españolas si no que abren la puerta del debate de la importancia de las redes de investigación a nivel nacional e internacional (que ni voy ni puedo empezar aquí). Lo que no está tan claro a priori es el hecho de que la diferencia en el valor de estas dos variables (HHI y distancia media) contando y sin contar los doctorados de la propia casa también nos pueda aportar nueva información. La variable de distancia media siempre aumenta pero dependiendo de la proximidad geográfica de las universidades y redes aumentará más o menos, mientras que la concentración puede aumentar o disminuir. Es en este segundo caso donde el tema se pone interesante. Si la concentración disminuye, la universidad (más allá de la endogamia tradicional) no parece favorecer doctorados únicamente de ciertas universidades. Si la concentración aumenta, amiguismos y favoritismos podrían explicar la concentración de contrataciones en unas universidades y no otras. Finalmente, una correlación negativa entre las diferencias de concentración y distancia media sería consistente con una explicación donde aquellas universidades que (más allá de la endogamia tradicional) contratan a doctorados de un abanico más amplio de universidades (menos amiguismos) también los suelen contratar de lugares más lejanos.
Dada la introducción y descripción de las nuevas variables, vamos ahora a ver qué sucede en los datos. Antes de empezar, debo reconocer que excluyo de la muestra final tres universidades públicas de la muestra inicial por dos razones: (1) no tienen profesorados activos contratados de otras universidades (son todos endogámicos); (2) tienen un profesor externo con un doctorado de USA lo cual distorsiona la distancia media que excluye los profesores endogámicos. Así pues, estamos excluyendo los casos más extremos de endogamia con ranking bajos y por lo tanto las relaciones aquí mostradas denotan los resultados más conservadores posibles.
Los dos primeros gráficos muestran que universidades con prácticas de contratación más concentradas tienen rankings más bajos. Recordemos aquí que números más altos de ranking son peores que números bajos (ser numero 1 es mejor que numero 40), y que el índice HHI va de 0 a 10000 con 0 siendo no concentrado (cada doctor viene de una universidad distinta y hay muchos doctores) y 10000 muy concentrado (todos los doctores vienen de una misma universidad). Este resultado era de esperar (consistente con los resultados mostrados en la entrada previa) y robusto a la exclusión de doctorados de la propia universidad (endogamia tradicional). Es decir, universidades que contratan externamente de menos universidades y más concentradamente se colocan en lugares peores del ranking.
Podemos hacer lo mismo con la distancia media a las universidades de donde provienen los doctorados de sus profesores. La correlación es claramente negativa. Universidades donde el profesor promedio viene de universidades más lejanas tienen un ranking mejor. Nótese que esto es cierto otra vez tanto incluyendo los profesores doctorados por la propia universidad como también excluyéndolos.
De hecho, con la regresión ocular uno podría dudar del resultado si eliminamos 4 o 5 puntos en los datos que aparecen más a la derecha que el resto (estos valores son anomalías en el conjunto de las universidades que no practican la endogamia y limitan su contratación a universidades extranjeras). Pues bien, si limitamos el gráfico a aquellas universidades con distancias medias por debajo de los 1000 Kms, el resultado todavía sobrevive. He escogido 1000 Kms porque esa distancia está dentro de la geografía española y europea cercana.
¿Están estas dos variables correlacionadas en los datos? No hace falta presentar un gráfico para el caso con los profesores doctores internos porque el resultado es mecánico (aunque lo hago igualmente), pero no está tan claro cuando nos fijamos en la contratación “externa.”
Así pues, concentración de doctorados y distancias medias están negativamente correlacionados. Cuando existe concentración repetida de doctores de una universidad, esta universidad acostumbra a estar más cerca de la universidad contratante. Como venía diciendo en la otra entrada, universidades de Madrid contratan a doctores de otras universidades en Madrid, y lo mismo ocurre en las universidades catalanas, andaluzas y gallegas. Lo bonito de esta variable que captura distancias medias es que captura el hecho que las universidades contratan a doctores de universidades en comunidades colindantes y que esto pasa más a menudo de lo que pensamos.
Para empezar a cerrar la entrada tras una larga introducción de las nuevas variables, veamos ahora la relación entre las dos variables en diferencias. El siguiente grafico muestra una relación negativa muy clara entre la diferencia en HHI (concentración antes y después de excluir los doctores endogámicos) y la diferencia en distancia media (antes y después de excluir los doctores endogámicos). Como veníamos diciendo al principio de la entrada, la relación negativa implica que aquellas universidades donde la concentración aumenta tras excluir la endogamia son aquellas que contratan de universidades más cercanas. Este resultado sería consistente con la contratación más concentrada de doctores de universidades más cercanas y una explicación basada en el favoritismo y amiguismo (aunque puede que existan otras explicaciones que a mí no se me ocurren y que son más difíciles de hacer encajar con el conjunto total de la evidencia).
Finalmente, nos queda ver la relación de estas diferencias con el ranking de cada facultad de economía. Estos dos últimos gráficos muestran casi una relación nula directa entre la diferencia en distancia media (antes y después de excluir los doctores endogámicos) y el ranking, pero una relación positiva muy clara entre la diferencia en HHI (antes y después de excluir los doctores endogámicos) y la posición en el ranking. Así pues, parece ser que es la diferencia en concentración que explica el ranking y no de donde vienen los profesores externos (de otras universidades españolas, europeas o americanas). Universidades que contratan a sus profesores externos de modo menos concentrado lo hacen mejor en el ranking (son más productivas) que aquellas que únicamente contratan de unas pocas universidades. La recomendación fácil y simplista consistente con estos dos gráficos va a hacer reír a más de uno: no hace falta irse a América ni a los AEA Meetings a contratar para que un departamento suba en el ranking. La alternativa es mejor y más barata: abran el proceso de contratación, publicítenlo debidamente, vayan al simposio, entrevisten a los mejores candidatos de las universidades españolas y contraten a los mejores.
¿Mi conclusión dada la evidencia? Erre que erre, la conclusión no cambia relativamente a lo dicho en la entrada previa. Los nuevos datos parecen hacer las correlaciones más claras y robustas. Debemos abogar por un sistema universitario donde la contratación de personal docente a investigador sea más competitiva y transparente. Tras imponer estas condiciones, la demanda y la oferta dirá y dispondrá. Doctores que viven en Madrid quizás quieran vivir en Madrid y el resultado final no varíe mucho del actual. Si ese el caso, al menos sabremos seguro que los rankings reflejan una distribución eficiente de los recursos y no la existencia de barreras de entrada aleatorias.
Hay 1 comentarios
El problema de la universidad no está en los mecanismos o criterios de selección, sino en la letal combinación de funcionario (1) y falta de incentivos a lo largo de la vida laboral (2).
No puedes seleccionar a los mejores para después malpagarles. No hay movilidad por lo mismo. Una vez ganas la plaza, a tocar la guitarra el resto de tu vida. Los mejores se cansan, se deterioran. Ese es el problema.
Hay que sustituir a representantes políticos por gestores, acabar con el profesor funcionario (como en Austria) e introducir incentivos continuos, y no escalones funcionariales.
El trabajo de un profesor universitario (que tiene que investigar) y el funcionario a la española son incompatibles, totalmente.
Los comentarios están cerrados.