Las transferencias monetarias como instrumento para combatir la pobreza

por Ainoa Aparicio Fenoll y Roberto Quaranta

La evidencia de numerosos estudios muestra que los programas de apoyo financiero a personas con dificultades económicas tienen un impacto positivo en la reducción de la pobreza y el aumento de la disponibilidad de recursos para el gasto, mejorando así los niveles de consumo y el poder de compra. A pesar de estos beneficios comprobados, los formuladores de políticas y el público a menudo expresan su preocupación de que los programas de transferencias monetarias conduzcan en cambio a una reducción de la participación laboral entre quienes se benefician de ellos.

Por un lado, los programas de transferencias monetarias pueden reducir los incentivos para trabajar: las personas pueden salir de la fuerza laboral (o trabajar sólo en el sector informal) para mantener los beneficios o decidir no trabajar simplemente debido a los ingresos recibidos de la transferencia. Por otro lado, estos programas pueden tener un impacto positivo en el empleo si los beneficiarios buscan trabajo de manera más eficiente, es decir, si son capaces de concentrarse mejor en la búsqueda de trabajo y dedicar más tiempo y energía a la formación profesional. Por ejemplo, creando una red de contactos o adquiriendo competencias, gracias al apoyo financiero recibido. De esta manera, los programas de apoyo financiero podrían incentivar a los beneficiarios a mejorar sus habilidades y oportunidades de empleo, aumentando así sus perspectivas de empleo y bienestar económico a largo plazo. En este sentido, condicionar las transferencias monetarias a la participación en cursos pare el re-empleo puede permitir a los beneficiarios aprovechar las oportunidades de búsqueda de empleo que ofrecen las habilidades adquiridas.

Dado que las predicciones teóricas apuntan en direcciones contradictorias, necesitamos un análisis empírico para estimar el impacto de los programas de transferencias monetarias en los resultados del mercado laboral.

Escapar de la trampa de la pobreza significa que los individuos alcanzan la sostenibilidad económica, es decir, la capacidad de generar ingresos suficientes para mantenerse a sí mismos una vez que abandonan el programa, sin tener que depender de otras formas de apoyo social o caridad. Además, la verdadera sostenibilidad económica sólo es posible si los individuos participan en la economía regular, que garantiza protección contra el desempleo, cotizaciones a pensiones, seguros contra accidentes laborales y otras prestaciones.

En nuestro estudio, evaluamos los efectos inmediatos y a largo plazo de las transferencias monetarios sobre el ingreso obtenido en el mercado laboral regular. El trabajo se centra en el programa "Accoglienza Orientamento Sostegno (AOS)", financiado por la Compagnia di San Paolo, una de las fundaciones bancarias más importantes de Italia. Este programa existe desde hace más de diez años y cuenta con una serie de características que lo hacen sumamente interesante a efectos de la aplicación de interés:

  • Contexto rico. El programa de transferencias de efectivo se implementa en Turín, una de las ciudades más ricas de Italia. El enfoque en un contexto rico difiere significativamente de la mayoría de los estudios previos que consideran países en desarrollo.
  • Población necesitada. El programa de transferencias de efectivo está dirigido a familias pobres. Las familias deben tener unos ingresos anuales inferiores a un determinado umbral (entre 6.000 y 7.000 euros según el año). Este umbral representa aproximadamente un 30% menos que el salario medio calculado por el Ministerio de Economía y Hacienda italiano (19.500 euros en 2016). Además, la familia debe incluir al menos un niño de entre 0 y 6 años.
  • Programa de duración determinada. La transferencia monetaria tiene una duración de dos años. Este límite de tiempo nos permite evaluar el impacto de la transferencia en el momento de su recepción y en años posteriores.
  • Experimento controlado aleatorio. En el año 2016, las familias candidatas a participar en el Programa AOS fueron asignadas aleatoriamente a tres grupos: un primer grupo que no recibió transferencias, un segundo grupo que recibió transferencias monetarias incondicionales (UCT) y un tercer grupo que recibió transferencias monetarias condicionadas a asistir a algunos cursos de búsqueda de empleo (CCT). Cada grupo estaba formado por 500 familias. Por tanto, los datos son aptos para realizar un estudio experimental, método utilizado en la investigación científica para eliminar los efectos de factores incontrolables y verificar la eficacia de una intervención.
Tabla 1 – Características de las familias analizadas
Adultos Mujeres           1.588
Hombres           1.219
Italianos               488
Extranjeros           2.319
Ocupados Hombres               464
Mujeres               262
Desempleados Hombres               755
Mujeres           1.326

Para estimar el efecto del programa de transferencias monetarias (UCT y CCT) sobre los ingresos laborales de las familias participantes, se utilizó un modelo de regresión que busca identificar la relación entre el grupo al que pertenecen (UCT o CCT) y los ingresos del programa de transferencias monetarias (UCT y CCT) sobre los ingresos laborales de las familias participantes. Además, se tienen en cuenta variables que pueden influir en los ingresos laborales, como el género, la edad, la situación migratoria, el número de miembros de la familia, el número de hijos y el número de personas discapacitadas en la familia. En esencia, comparamos las historias laborales de los miembros de la familia que participaron en los programas de transferencias monetarias con las de un grupo de control que no recibió las transferencias. De esta manera, es posible aislar el efecto de las transferencias monetarias sobre el ingreso laboral de los hogares.

Para obtener las informaciones necesarias, se integraron dos fuentes: la información recopilada por el Programa AOS y los datos de la seguridad social. La combinación de estas dos fuentes permitió reconstruir en detalle toda la historia laboral de cada miembro de la unidad familiar beneficiada por el programa, incluyendo información como empleo, tipo de contrato, salario y beneficios sociales recibidos.

A diferencia de estudios anteriores, esta investigación representa el primer análisis que considera los resultados a largo plazo de los programas UCT y CCT. Los resultados destacan un impacto significativo y positivo de las transferencias monetarias condicionadas en los ingresos laborales recibidos por las familias, tanto durante la participación en el programa como en los dos años siguientes. Es importante señalar que el efecto positivo sobre los ingresos laborales tiende a intensificarse con el tiempo, alcanzando su valor más alto en 2019 (Gráfico 1). Lamentablemente, debido al impacto de la pandemia de Covid, no fue posible evaluar los efectos más allá de dos años, ya que la crisis sanitaria afectó al mercado laboral haciendo que las estimaciones fueran imprecisas. El efecto principal se encuentra para los hombres más que para las mujeres. Sin embargo, no se encontró ningún efecto para las transferencias monetarias no condicionadas. Para ambos tipos de transferencia, UCT y CCT, se observó una menor solicitud de subsidios públicos por parte de las familias.

En conclusión, los programas de transferencias monetarias condicionadas a la participación en cursos de re-empleo han demostrado ser efectivos para permitir que las familias con dificultades económicas salgan de la pobreza y se mantengan por sí mismas. Sin embargo, la investigación no ha examinado si los cursos de re-empleo por sí solos, sin la condicionalidad de las transferencias monetarias, serían tan efectivos. Este es un tema para para explorar en el futuro.

Grafico 1: El efecto de las transferencias sobre los ingresos laborales

Hay 1 comentarios
  • Hola Ainoa, interesante cuestión.

    Yo creo que condicionar la transferencia a cambio de la realización de una actividad formativa se asemeja mucho al concepto de trabajo remunerado.
    Lo bueno, a mi modo de ver, es que en este caso al ser una formación incentivada, uno trabaja para uno mismo, la inversión se realiza sobre capital humano, que adquiere cualificación o competencias para encontrar un empleo, y salir del círculo de la pobreza.
    Sin duda, esto es un instrumento o una herramienta mucho más eficaz, que la transferencia incondicionada, que salvo excepciones no garantiza la posibilidad de reorientar la inversión hacia fines específicos que impliquen una incorporación del perceptor de la transferencia a la economía regular. En cualquier caso, tal vez pudiera funcionar un modelo híbrido o mixto, en el que poder conjugar ambos presupuestos, sobre todo teniendo en cuenta la pobreza extrema de países en vías de desarrollo.

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