Robo de agua como seguro social

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Por Javier D. Donna (@javdito) y José-Antonio Espín-Sánchez (@JosespinSanchez)

“Juicio del Consejo de Hombres Buenos” por Fulgencio Saura Mira.

La tragedia de los comunes se utiliza para describir una situación donde el uso colectivo de un bien común conlleva a su sobre-utilización y consiguiente agotamiento en el largo plazo. Constituye un problema clásico en Economía. La resolución de conflictos que surgen debido a la sobre-utilización del bien común presenta la siguiente disyuntiva. Una multa o pena baja fomenta su sobre-utilización. Una multa o pena alta impone un castigo excesivo a quienes necesitan el bien común. La pregunta natural que surge es ¿cómo administrar justicia en estos casos?

Gary Becker, en 1992, y Elinor Ostrom, en 2009, fueron galardonados con el Premio del Banco de Suecia en Ciencias Económicas en memoria de Alfred Nobel (Premio Nobel de Economía en la jerga común) debido, entre otras contribuciones, a la formulación de las dos posturas en la disyuntiva anterior. Por un lado, Becker (1968) argumenta que castigos severos conllevan a menores tasas de criminalidad. Esta es la postura actual de la literatura que estudia el enfoque económico del crimen. Por el otro lado, el trabajo de Ostrom (1990) demostró que en comunidades auto-gobernadas la tasa de criminalidad sobre el bien común es muy baja, aun con castigos formales bajos o inexistentes. La clave, argumenta Ostrom, es la presencia de castigos informales como la vergüenza, humillación, o el ostracismo social.

Entre las comunidades auto-gobernadas estudiadas por Ostrom, las comunidades de regantes del Mediterráneo español se caracterizan por haber subsistido mas de 500 años. Surgieron durante la edad media y aún siguen activas hoy en día. Los recursos hídricos de la comunidad — agua, embalse, canales de riego — constituyen un bien común para los regantes (agricultores) de la comunidad. Los regantes utilizan el agua para regar sus cultivos como albaricoqueros, limoneros, y naranjos. El crimen consiste en el robo de agua por parte de regantes no autorizados a regar.

En Donna y Espín-Sánchez (2021), estudiamos la resolución de conflictos en una de estas comunidades, la comunidad de regantes de Mula en Murcia. En el año 2009, la Organización de las Naciones Unidas incluyó al Tribunal de los Hombres Buenos, el Tribunal de Agua de Murcia, en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad (UNESCO, 2009). En nuestro articulo, demostramos que es eficiente permitir el robo de agua en ciertos casos. La lógica económica es la siguiente. Consideremos el caso de un regante que necesita regar sus árboles durante el verano. Pensemos lo que sucede durante una sequía, cuando el precio del agua aumenta de forma abrupta durante el verano. Consideremos el caso de un regante pobre que tiene restricciones de liquidez, es decir, que no tiene suficiente dinero en efectivo para comprar agua. El regante pobre tiene dos opciones. La primera opción es no regar sus árboles. En este caso, los árboles se secan y mueren. Esto es ineficiente porque a los árboles en cuestión les toma entre dos y cinco años desde su plantación hasta el momento de su producción óptima. La segunda opción es robar agua. En este caso, los árboles se salvan. El regante, sin embargo, tiene que pagar la pena o multa por el robo. Una multa alta disuade completamente el robo. Una multa baja incentiva el robo. Por supuesto, una multa que es siempre baja incentivaría a todos a robar, no solo a quienes necesitan el agua. Caeríamos de nuevo en el problema de sobre-utilización del recurso común. La solución implementada en Mula fue la de un sistema progresivo de multas: una multa baja para quien roba por primera vez y una multa alta para los reincidentes. La imposición de multas severas para reincidentes, desincentiva el robo por parte de regantes oportunistas que no necesitan regar, es decir, aquellos que pueden pagar por el agua. De esta forma, multas bajas pueden coexistir con una tasa baja de criminalidad.

En el articulo, documentamos formalmente el comportamiento descripto en el párrafo anterior. Para ello, recolectamos los registros de juicios contra regantes acusados de robar agua en la comunidad. Luego proponemos un modelo dinámico para explicar comportamiento de los regantes. La novedad del modelo es que los regantes difieren entre sí en dos características no observables para el juez, la necesidad y la avaricia. La necesidad de agua es una característica transitoria del regante. Varía semana a semana, dependiendo de las lluvias y sequias, que son shocks temporales. Un regante puede no necesitar agua esta semana si llovió la anterior. La avaricia es una característica permanente del regante. No varía en el tiempo. Es una manera de representar la preferencia del regante a cometer un crimen: cuánto sufre un regante cuando comete un crimen. Es una característica intrínseca del regante en el sentido que no es función de los mencionados shocks temporales.

Cuando el juez no conoce exactamente las características de los regantes, el castigo óptimo depende de la información disponible para el juez. El juez observa tres tipos de información. La primera es la lluvia en la semana anterior. Esta informa imperfectamente sobre la necesidad de agua del regante en una semana determinada. La segunda son las características individuales, como la riqueza del regante. Estas informan sobre la necesidad de robar agua durante un shock, por ejemplo, durante una sequia. Un regante rico no tiene necesidad de robar aun durante una sequia. Puede pagar por el agua. Debido a que no hay información sobre la riqueza de los regantes, usamos como aproximación el uso del tratamiento de respeto don en la sentencia del juicio. En promedio, los regantes referidos con el titulo de don tenían mayor riqueza. La tercera es el comportamiento anterior del regante, que haya o no robado en el pasado. Esta informa sobre su avaricia.

La Figura 1 muestra la primera página de una sentencia de un juicio del 12 de agosto de 1906. La sentencia representa el caso de un regante que roba por primera vez. La multa es baja. Sin embargo, el juez dictamina que impone una multa baja “por ser la primera vez que han incurrido en dicha falta, previniéndoles que si reinciden en lo sucesivo, la multa será mayor.” Robando hoy, el regante pierde la opción de robar gratis en el futuro. Perder esta opción de robo puede ser muy costosa en el futuro. El regante puede enfrentarse a una situación en la que necesita agua durante una sequía futura, pero no tiene dinero para pagarla. La pérdida de esta opción actua como un castigo severo, desincentivando robos oportunistas.

Figura 1:        Ejemplo de una Sentencia del Tribunal de Aguas de Mula

Notas: Imagen de la primera página de una sentencia de un juicio el 12 de agosto de 1906. Obtenida del Archivo Municipal de Mula, sección Heredamiento de Aguas. “En la ciudad de Mula a doce de Agosto de mil novecientos seis; reunidos en mayoría los señores de la Directiva bajo la presidencia de D. Ginés Meseguer Caballero, se procedió a examinar las denuncias producidas contra Antonio Pérez Sánchez, Gabriel Zapata, José María Egea Piñero, Juan Francisco Huéscar, y José Raigal, por haber sus-traído agua de la acequia-mayor, para plantar patatas, valiéndose de caballerías, hombre y mujeres provistas de cantaros. Después que la Junta se enteró de las excusas expuestas por los denunciados, acordó imponer a cada uno de ellos la multa de dos pesetas, por ser la primera vez que han incurrido en dicha falta, previniéndoles que si reinciden en lo sucesivo, la multa será mayor.”

Las predicciones de nuestro modelo son consistentes con el comportamiento de los regantes en Mula. Primero, las multas son bajas para quienes roban por primera vez, pero altas para quienes reinciden. Segundo, las multas son mas altas cuando el acusado tiene el titulo de don, indicando que dichos regantes tienen menor probabilidad de necesitar agua. Finalmente, las multas son mas bajas cuando la víctima (el regante al que le robaron agua) tiene el titulo de don, indicando que dichos regantes riegan más frecuentemente, tienen menor retorno marginal por unidad de agua y, por tanto, sufren menores daños debido al robo. Según Ostrom (1990), solo importa la necesidad. Según Becker (1968) y la subsecuente literatura, solo importa la avaricia. Nuestro modelo reconcilia ambas posturas. El resultado es un equilibrio donde coexisten la tasa de criminalidad baja de Ostrom con los castigos formales de Becker.

Resumiendo, nuestro modelo explica el comportamiento de los regantes en Mula. Las multas son progresivas. Las multas son mayores, a su vez, cuando el acusado tiene mayor riqueza o la victima es mas pobre. Los jueces internalizan la disyuntiva entre prevención del crimen y el seguro social, focalizándose en la eficiencia. Permitir que los regantes que necesitan agua la roben, crea un sistema de seguros de ultima instancia en un medio ambiente volátil. Permitir crímenes justos aumenta la eficiencia.

La disyuntiva clásica entre eficiencia y equidad merece una última consideración. En nuestro articulo, mostramos que la coexistencia de bajos niveles de crimen y bajas multas tiene por objetivo incrementar la eficiencia, no la equidad. El trato desfavorable a los regantes con mayor riqueza, capturado por el titulo honorifico don, ya sea como victima o victimario, tiene como fin la eficiencia. Los mas ricos tienen menor utilidad marginal del agua, causan mayor daño con su robo, y sufren menor daño cuando son robados. De igual forma, el trato favorable a los regantes más pobres es una consecuencia de la eficiencia. El hecho que el sistema promueva también la equidad es una belleza adicional.

Javier D. Donna, University of Florida and Rimini Center for Economic Analysis (jdonna@ufl.edu, Twitter: @javdito)

Jose-Antonio Espin-Sanchez, Yale University (jose-antonio.espin-sanchez@yale.edu, Twitter: @JosespinSanchez)

Hay 1 comentarios
  • Opino que antes que reducir el crimen como mal menor, nuestra apuesta debe ser más ambiciosa y tratar de erradicar dicha ilegalidad en su totalidad.
    El problema que yo veo en la solución aportada por los autores, es que conceptualmente se criminaliza la pobreza. Está bien diferenciar el robo por necesidad, del robo por avaricia (más recurrente), y ajustar los incentivos en consecuencia. Pero estoy convencido de que es posible articular otras soluciones.
    En mi caso, yo plantearía un sistema de bonos al suministro. Bonos por adquisición no intercambiables para un tramo y periodos estipulados. Este sería el sistema estándar, regulatorio para el riego. Existiendo la posibilidad de adquirir previa acreditación, un bono temporal de riego urgente, para aquellas explotaciones vulnerables, cuyo titular demuestre un tramo de renta y un nivel patrimonial insuficientes. Además, en el sistema de bonos se incentivaría de un periodo a otro una mayor preferencia en la adjudicación a quien menos bonos acumulase en etapas anteriores.
    El Sistema de Bonificación de Riego (SBR) estaría supervisado por un Consejo General de Regantes elegido en una asamblea general de regantes. Que podría intervenir como árbitro en disputas o procesos litigantes.

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