Retiradas masivas y pánicos: Analizando el comportamiento de los depositantes durante las crisis financieras

admin 1 comentario

Por Hubert Kiss, Ismael Rodríguez Lara y Alfonso Rosa García

El colapso sufrido por el Silicon Valley Bank (SVB) el pasado 10 de marzo, la reciente compra de Credit Suisse por 3.000 millones de euros, o los problemas en Deutsche Bank hacen que muchos medios de comunicación estén preocupados por la estabilidad del sistema bancario. La situación evoca, en cierto sentido, a lo ocurrido en 2007, cuando las retiradas masivas en Northern Rock presagiaron el posterior colapso del sistema financiero. El fenómeno coincide además con la reciente entrega del Premio Nobel de Economía 2023 a Douglas Diamond y Philip Dybvig, por sus trabajos en comportamiento bancario. Un artículo reciente de Hugo Rodríguez Mendizábal publicado para Nada es Gratis aquí resume perfectamente lo que ha ocurrido recientemente con SVB, y cómo la regulación afecta al comportamiento bancario. En este post discutimos qué sabemos sobre el comportamiento de los depositantes y qué repercusiones tienen las retiradas masivas en la estabilidad financiera, un asunto complejo para el que no siempre empleamos la terminología adecuada.

Retiradas masivas de depósitos y pánico financiero

Lo ocurrido en SVB ha sido una retirada masiva de depósitos (lo que en inglés se conoce como “bank run”). En español, esta situación se traduce como “corrida bancaria”, aunque los medios españoles suelen evitar este término (suena un poco extraño, la verdad) en favor de otros como "pánico bancario" o "pánico financiero". Nosotros vamos a hablar de “carrera bancaria” en este post, haciendo notar que el "pánico bancario" se refiere, en realidad, a un miedo generalizado en el sector bancario. Esta diferencia es importante: no es lo mismo hablar de depositantes que retiran su dinero de forma masiva (en un banco aislado), que hablar de una situación que afecta al conjunto del sistema bancario.

¿Por qué ocurren las retiradas masivas de depósitos?

Aunque ya hemos hablado de retiradas masivas de depósitos en este mismo blog (por ejemplo, aquí las comparamos con la escasez de papel higiénico durante la pandemia), conviene recordar que el trabajo de Diamond y Dybvig ilustra de manera elegante cómo los depositantes pueden retirar sus depósitos de manera ineficiente en bancos que funcionan correctamente y no tienen “problemas de fundamentales”. En el modelo de Diamond y Dybvig, existen dos equilibrios: un equilibrio (eficiente) en el que todos los depositantes mantienen el dinero en el banco, y otro equilibrio (ineficiente) en el que todos los depositantes deciden retirar sus depósitos. En el equilibrio ineficiente, estas retiradas masivas ocurren porque los depositantes del banco creen que el resto de depositantes va a retirar su dinero. El trabajo de Diamond y Dybvig se centra, por tanto, en un problema de coordinación entre depositantes que deciden de manera simultánea qué hacer con sus depósitos. En este caso, son las creencias de los depositantes sobre la acción del resto lo que propicia las retiradas.

En nuestros trabajos experimentales (aquí y aquí), hemos introducido secuencialidad en el modelo y hemos visto que a la hora de retirar el depósito también juega un papel importante lo que observan los depositantes del banco; es decir, en nuestros experimentos no solo importa lo que los depositantes creen que harán los demás sino que observar retiros también hace más probable que los depositantes decidan retirar, con independencia de lo que crean que hará el resto. En nuestros experimentos vemos que este comportamiento se produce de manera irracional: los depositantes tienen unas expectativas que no se corresponden con las de equilibrio cuando deben decidir sobre sus depósitos (y tienden a pensar que los retiros observados se deben a que está produciendo una carrera bancaria, en lugar de atribuirlos a retiros procedentes de depositantes con necesidades de liquidez). Nosotros hemos denominado “panic bank runs” (“retiradas másivas por pánico”) a esa situación, dado que los retiros ocurren cuando la respuesta racional sería la de mantener el depósito. En diferentes experimentos tratamos de analizar qué factores pueden explicar este comportamiento (aquí) y qué medidas pueden ser efectivas contra este tipo de retiradas masivas de depósitos (aquí y aquí).

Como ya se ha explicado en un post anterior, en el caso de SVB aparecieron dudas sobre la solvencia del banco después de las pérdidas que sufrió el banco al vender parte de sus activos. A partir de ahí, unas retiradas iniciales motivadas por problemas de fundamentales (dudas sobre el funcionamiento del banco) pudieron venir seguidas por problemas de coordinación (o creencias) entre los depositantes, o bien ser una respuesta irracional por pánico.

Nuestra primera idea del post es llamar la atención sobre la posibilidad de que las retiradas masivas de depósito pueden producirse por problemas muy diversos, tales como un mal funcionamiento del banco (“fundamental problems”), las creencias de los depositantes sobre las acciones del resto (“coordination problems”), o como respuesta a lo que observan los depositantes (“panic bank runs”).

Lógicamente, si las fuentes del problema son diferentes, deben serlo también las medidas de política. En este sentido, muchas medidas de regulación en estos últimos años han ido encaminadas a mejorar el funcionamiento de los bancos para evitar problemas de fundamentales (este asunto se discute también en el post de Hugo aquí), pero no debemos ignorar que existen otros posibles motivos que estén propiciando los retiros masivos, ya que estos dependen también de los problemas de coordinación y de las situaciones de pánico. ¿Qué hacemos en estos casos? Las medidas destinadas a prevenir las retiradas masivas (como la cobertura del seguro de depósito) deberían tener en cuenta también hasta qué punto puede haber pánico derivado de la observación de acciones, como hemos discutido aquí o aquí. En este sentido, aún queda cierto camino por recorrer.

Los problemas de contagio y el papel de la información

Cuando un banco se enfrenta a dificultades, genera pérdidas en las instituciones conectadas por las inversiones cruzadas. En los últimos años se han desarrollado medidas destinadas a proteger al sistema bancario de este tipo de contagios que ocurren a través de la transmisión de problemas en los fundamentales por la interconexión bancaria. Los trabajos que hemos mencionado anteriormente muestran qué ocurre en un banco cuando los depositantes forman creencias sobre su funcionamiento, sobre las acciones de los demás, o bien tienen información sobre el comportamiento de otros depositantes. ¿Pero cómo reaccionan los depositantes de un banco cuando observan retiradas en otro banco? De nuevo, podemos pensar en vías de contagio adicionales a la de la interconexión bancaria, de carácter más "conductual". En estos casos, las medidas destinadas a limitar los contagios por fundamentales seguramente tengan poca eficacia también. Por ejemplo, la caída del SVB no parece tener conexiones fuertes con el sistema bancario europeo (sin inversiones cruzadas significativas), pero la retirada masiva de depósitos en SVB hace que los depositantes reestimen las probabilidades de que tales eventos ocurran. Varios experimentos recientes han mostrado cómo la información de un banco se puede trasladar a otro banco, con el que puede o no tener conexión (algunos ejemplos aquí, aquí o aquí). En esencia, la literatura concluye que pueden producirse contagios cuando los bancos tienen perfiles similares (sus fundamentales están correlacionados) y también retiros masivos cuando los bancos son completamente independientes, porque el simple conocimiento de lo que ha ocurrido en uno, hace que los depositantes crean más probable que el problema pueda ocurrir en su banco.

Como en el caso anterior, es importante conocer la información que tienen los depositantes sobre lo que ocurre en otros bancos, algo que algunos bancos están tratando de hacer. De manera anecdótica, esta última semana, uno de los coautores de este post ha recibido un correo de su banco en el que le explicaba qué estaba ocurriendo en Credit Suisse y SVB, alertando sobre la falta de controles financieros, o los fraudes y faltas de controles internos en los bancos, para tratar de presentarlos como dos casos aislados, en bancos no conectados.

La evidencia experimental sugiere, por tanto, que una retirada masiva de depósitos puede ser contagiosa de muchas formas, y trasladarse al sistema incluso cuando los fundamentales de éste evitan la transmisión entre los fundamentales de los distintos bancos. Si ese contagio empieza a ocurrir, sí que podríamos hablar de un problema de colapso financiero o pánico bancario. Si no, estamos ante una situación de retirada masiva de depósitos. Y es importante hacer la distinción, dado que cómo mostremos la información lleva a los depositantes a una comprensión del problema u otra.

Hay 1 comentarios
  • Buenos días, me gustaría dar mi opinión sobre el tema.

    Espero que se me perdone, pero a mi, a bote pronto, la retirada de depósitos masiva me parece un acto de libertad, cierto halo romántico de empoderamiento rodea a una acción legítima que debería contemplarse como plausible en cualquier sistema bancario.
    La cuestión es sobre la responsabilidad, si la tienen los depositantes por ejercitar un derecho, o la tiene el banco por asumir unas prerrogativas que le resultan a su vez inasumibles o poco realistas ante escenarios como el que planteamos.
    Si le echamos la culpa a los depositantes acusándolos de arrojar con su irracionalidad piedras sobre su propio tejado ante las funestas consecuencias de una retirada masiva. O bien, culpamos a la irracionalidad del banco, de querer mantener un nivel de depósito legal de caja lo más bajo posible, para poder ampliar el margen del resto de operaciones.
    Ojo, porque yo creo que el que no nos planteemos la propia irracionalidad del sistema, con sus vicios inherentes, implica una forma sesgada o al menos incompleta de estudiar el comportamiento humano que involucra al consejo de administración al mismo nivel que al de los accionistas o los clientes. Tal vez no sean los agentes implicados sino el modelo el que permita un riesgo excesivo para la estabilidad económica global.

Los comentarios están cerrados.