Por Francesca Lipari y Alberto Antonioni
La efectividad de las políticas frente al cambio climático depende crucialmente de cómo interactúan con el comportamiento humano, tanto a nivel individual como colectivo. En un estudio reciente hemos investigado la complejidad de esta interacción usando un modelo de redes productivas. El modelo que proponemos toma en consideración los resultados de la encuesta realizada por el Instituto Real Elcano sobre las actitudes de los ciudadanos españoles hacia el cambio climático para adoptar un enfoque regional. Además, al diseñar nuestro modelo, hemos tenido en cuenta, en primer lugar, que para estudiar y probar políticas sobre el cambio climático se debe considerar la heterogeneidad de los agentes, sus preferencias sociales, su racionalidad limitada y las normas sociales. En segundo lugar, los modelos deben capturar también la interacción entre las instituciones sociales y las políticas. En esta primera entrada presentamos algunas lecciones relacionadas con el lado político de la mitigación del cambio climático, analizando el papel del compromiso político y las diferencias regionales entre las Comunidades Autónomas en España. En una segunda entrada trataremos la parte social y la participación ciudadana, revisando cómo la diversidad de capacidades individuales y la influencia de las normas sociales influyen en la eficacia de las políticas ambientales.
La Figura 1 ilustra cómo los ciudadanos interactúan entre sí a través de un mecanismo de presión de grupo (la influencia sobre cada uno del resto del grupo) en el marco del modelo. A la vez, la interacción entre las instituciones políticas y los ciudadanos ocurre tanto (i) a través del respaldo político, es decir, votando (habiendo establecido el vínculo entre el ciudadano y la institución política), lo que se sustenta en la elección de los escaños regionales; y (ii) a través de un proceso de rendición de cuentas (que establece el vínculo entre los políticos y los ciudadanos), lo que se identifica con el impulso de ciertas políticas o la configuración de una agenda diseñada de acuerdo con las actitudes de los votantes. Por otro lado, la interacción a nivel social ocurre a través de una función probabilística que asocia una mayor probabilidad de interacción entre individuos que comparten algunas características como la residencia en un área urbana y/o el nivel de renta. Por ejemplo: el votante medio (el votante azul) reside en el área urbana de la región A pero interactúa con personas del mismo área urbana y del área no urbana de la misma región, así como con personas del área urbana de otras regiones (por ejemplo, B y C). Cada región apoyará políticas verdes o marrones según la propensión de su entorno (por ejemplo, la región A votará verde si tiene una mayoría de partidarios de políticas verdes). Este apoyo determina el color de los escaños regionales asociados con esa región; por ejemplo, los escaños asociados con la región A serán principalmente verdes.
Figura 1. La dinámica del modelo: La Capa Social está compuesta por los ciudadanos distribuidos en regiones y áreas urbanas y rurales. La Capa Política está compuesta por los escaños regionales. Los escaños (o conjunto de escaños por región) deciden, siguiendo una función probabilística basada en reglas de mayoría, qué política se implementará.
Como resultado de nuestra investigación hemos identificado algunas lecciones fundamentales que son esenciales para comprender y mejorar la conexión entre las políticas de mitigación del cambio climático y la dinámica social subyacente.
Lección 1: La importancia del compromiso político
El compromiso político tiene un impacto significativo en la efectividad de las políticas de mitigación del cambio climático. El modelo analiza diferentes políticas:
- Una política marrón, es decir, una política que no tiene ninguna intención de mitigación, como por ejemplo las subvenciones a los combustibles fósiles.
- Una intervención uniforme que tiene los mismos efectos en todos los niveles de renta, por ejemplo, un impuesto sobre el carbono cuya recaudación se destina a los ingresos generales del Estado o a reducir el déficit.
- Una intervención regresiva, es decir, una política que produce mayores costes (o ganancias mínimas) en los niveles de renta bajos.
- Una política progresiva en la que se diseña una compensación para los más pobres o las personas más necesitadas.
- Una política bimodal que afecta positivamente tanto a las clases más bajas como a las más altas. Esto es así porque su objetivo prioritario es que las opciones con bajas emisiones de carbono estén disponibles tecnológica y comercialmente.
- Una política para el votante mediano de manera que afecta sobre todo positivamente a las clases medias.
El principal mensaje de nuestros resultados es que la presencia o ausencia de interés político por parte de los representantes electos influye directamente en la propensión del público a apoyar iniciativas verdes. Además, incide en aumentar o no la presencia de políticos verdes. En la Figura 2 mostramos el nivel medio final de la propensión verde entre los ciudadanos (barras verdes para las cinco clases sociales de ingresos; barra roja para la media de la población), junto con la simulación del número medio de escaños verdes en cada comunidad autónoma (barra azul) para cada política que se aplique (política marrón, uniforme, bimodal, regresiva, progresiva, y política destinada a beneficiar a la clase media), y para diferentes grados de influencia de los pares. Los resultados se pueden resumir en:
- Las políticas no solo son medidas regulatorias o incentivos económicos, sino que también funcionan como dispositivos de coordinación de acciones colectivas. En sociedades donde la acción política hacia la mitigación es clara y visible, se facilita la coordinación de acciones colectivas entre los ciudadanos. Esto se debe a que las políticas firmes y comprometidas envían señales fuertes sobre los valores sociales y las normas ambientales deseadas, alineando así las acciones individuales con los objetivos colectivos.
- Políticas firmes y comprometidas sostienen el interés público. Este fenómeno se refleja claramente en la modelización de la dinámica social que hemos presentado, donde la falta de políticas proactivas disipa la propensión verde de los individuos independientemente del nivel de presión de los pares (Panel A). Cuando los líderes políticos muestran desinterés o negligencia hacia la mitigación del cambio climático, tiende a disminuir el apoyo público hacia estas políticas. Sin embargo, cuando los políticos mantienen un diálogo abierto y comprometido sobre la políticas de mitigación, esto sostiene y potencialmente aumenta el interés y la participación pública en las iniciativas ambientales (Panel B-F).
- El compromiso político visible y activo puede fomentar la creación de normas sociales positivas alrededor de la sostenibilidad. Esto se manifiesta en una mayor aceptabilidad de las políticas de mitigación entre los ciudadanos, ya que ven que sus líderes toman en serio el desafío del cambio climático. Estas normas sociales actúan como un refuerzo adicional, alentando a más individuos a adoptar comportamientos y prácticas sostenibles.
- Cuando los políticos expresan un fuerte compromiso, no solo afecta directamente las políticas implementadas, sino que también influye en la elección de representantes con una fuerte inclinación hacia políticas ambientales proactivas. Esto es así porque el modelo que vincula la propensión verde de los ciudadanos con el color político de los escaños legislativos autonómicos. Este ciclo de retroalimentación positiva entre el compromiso político y la representación verde es crucial para la implementación sostenida de políticas efectivas (este resultado se puede ver en la evolución de la barra azul entre los paneles).
Figura 2: Efecto de las políticas verdes y de la influencia de social en la propensión verde de los ciudadanos y en el número de escaños verdes.
Lección 2: Variaciones regionales en la eficacia de las políticas
En este punto abordamos cómo las diferencias regionales, tal y como establecen los resultados de la encuesta del R.I. Elcano, pueden influir significativamente en la eficacia de las políticas de mitigación del cambio climático. En la Figura 3 presentamos la variación de la propensión ecológica regional para tres escenarios políticos principales: política ecológica regresiva, media y progresiva. Las regiones marrones (verdes) son las que presentan la mayor diferencia negativa (positiva), lo que significa que su propensión es muy inferior (superior) a la propensión media nacional. Nuestra interpretación es la siguiente:
Figura 3: Variación de la propensión ecológica regional para tres escenarios políticos principales (política ecológica regresiva, media y progresiva).
- Las regiones reaccionan de manera diferente a las mismas políticas debido a sus capacidades económicas, sociales y culturales específicas. Por ejemplo, políticas que son efectivas en regiones urbanas pueden no serlo en áreas rurales debido a diferencias en la infraestructura, la economía local y las normas sociales. Al igual que en el caso de los distintos niveles de renta, las regiones más pobres por término medio son las más perjudicadas por las políticas regresivas. En consecuencia, su nivel final de propensión verde tiende a ser más bajo (por ejemplo, Extremadura es la región con impactos más negativos, con un -14,3% respecto a la media nacional). Por el contrario, las políticas regresivas benefician a las regiones que son más ricas (por ejemplo, Aragón es más verde que el resto de las regiones, hasta un +9,3% respecto a la media nacional). Nuestra investigación subraya la necesidad de diseñar políticas que no solo sean sensibles a las diferencias individuales sino también a las variaciones regionales. Hemos encontrado que las políticas adaptadas a las especificidades de cada región no solo son más justas sino que también son más efectivas. Esto implica una aproximación descentralizada y flexible en la formulación de las políticas, donde las estrategias se ajustan para reflejar las necesidades y capacidades específicas de cada región.
- Además, hemos analizado cómo las políticas de mitigación que no consideran las diferencias regionales pueden exacerbar las desigualdades existentes y conducir a una mayor polarización. Por el contrario, políticas bien adaptadas pueden fomentar la cohesión y el apoyo mutuo entre regiones, fortaleciendo así el tejido social y político del país.
- Finalmente, nuestro estudio destaca la importancia de una coordinación efectiva entre los niveles de gobierno nacional y regional. Si la falta de coordinación puede reducir significativamente la eficacia de las políticas de mitigación, entonces es crucial establecer mecanismos de colaboración y comunicación que aseguren que las políticas nacionales se implementen de manera efectiva a nivel regional, respetando las especificidades locales.
Conclusión
La batalla contra el cambio climático es una responsabilidad colectiva que trasciende las fronteras políticas y geográficas. Nuestro estudio pone de relieve la urgencia de un compromiso político genuino y constante, así como la necesidad de una estrategia diferenciada que respete la diversidad regional, que hemos ilustrado a través de las Comunidades Autónomas en España. Solo con un esfuerzo conjunto que integre a todos los niveles de la sociedad y del gobierno, de manera acorde con la realidad social de cada región y movilizando la voluntad política, podremos aspirar a lograr una transición equitativa hacia la sostenibilidad.
Nuestro análisis no solo contribuye al entendimiento académico y práctico de cómo las políticas ambientales pueden ser más efectivas, sino que también proporciona directrices claras para quienes formulan las políticas sobre cómo estructurar e implementar intervenciones que sean verdaderamente eficaces y respetuosas con las complejidades del tejido social. Aspiramos a fomentar un enfoque más holístico y matizado en la lucha contra el cambio climático. Uno que integre la dimensión humana de manera profunda en la formulación de políticas ambientales, promoviendo así un compromiso más profundo y duradero con la sostenibilidad global. En la próxima entrada abordaremos los aspectos más sociales y de participación ciudadana para la efectividad de las políticas ambientales, destacando el papel de la diversidad en las capacidades individuales y la influencia de las normas sociales.