¿Para qué ha servido el “Lockdown”? El Impacto de la Actividad Económica en la Difusión del Covid-19

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Por Edoardo Di Porto, Paolo NaticchioniVincenzo Scrutinio

¿Cuáles han sido los costes de la actividad económica durante la pandemia? Hemos respondido esta pregunta en un artículo publicado recientemente en el Journal of Health Economics usando datos italianos. Nuestro estudio muestra que al crecer el número de trabajadores esenciales aumenta el número de contagios y defunciones con efectos heterogéneos entre sectores. Algunos no han provocado un impacto significativo en la difusión de la pandemia. Medidas adicionales para algunos sectores e inversiones sanitarias específicas a nivel local podrían haber podido contener los efectos negativos. La cuantificación de los costes y los beneficios es crucial para gestionar lo mejor posible políticas complicadas como el lockdown de las actividades económicas durante la pandemia.

El 31 Marzo de 2022 terminará el estado de emergencia italiano que ha supuesto la introducción de medidas extremas para combatir la epidemia de Covid-19. Después de dos años parece oportuno preguntarse cuáles han sido los costes y los beneficios de estas intervenciones. Una de las medidas más controvertidas ha sido el lockdown que ha conllevado fuertes restricciones en términos de movilidad y de actividad económica. Esta última ha sido quizás la más extrema de las medidas empleadas y ha llevado al cierre de las actividades no esenciales con el lockdown impuesto en todo el territorio italiano desde el 22 Marzo 2020. La intervención incluía la prohibición de cambiar de municipio y de dejar el domicilio con la excepción de los casos de primera necesidad o laborales. En una situación de emergencia así, sólo los sectores considerados vitales para la economía del país y el sustentamiento de sus ciudadanos (identificados en los documentos oficiales emitidos por el Consejo de Ministros italiano) fueron autorizados a continuar con su actividad, los llamados sectores “esenciales”. Su apertura, por un lado, ha permitido al país no pararse completamente y continuar satisfaciendo las necesidades de los ciudadanos, limitando por tanto tensiones sociales que podrían surgir del desabastecimiento. Por otro lado, ha podido representar una fuente de contagios contribuyendo así a la difusión de la pandemia. El más clásico de los trade off entre economía y salud.

Cuantificar exactamente la contribución de la exclusión de estos sectores del lockdown a la difusión de los contagios es un punto fundamental para valorar la eficacia de este tipo de políticas. En un reciente artículo, realizado gracias a las ricas bases de datos del INPS (la Seguridad Social italiana) hemos afrontado este tema. El análisis explota la densidad de los sectores esenciales (en el privado) y compara en el tiempo provincias que presentaban una densidad diferente de trabajadores en los sectores esenciales (trabajadores por kilómetro cuadrado edificado). La Figura 1 muestra la difusión de estas actividades en el territorio italiano calculada a través de los trabajadores empleados en dichas actividades.

Nota: Cientos de trabajadores por kilómetro cuadrado construido. Fuente: Basado en datos del INPS.

El impacto de los esenciales

¿Cuánto ha costado mantener abiertos los sectores esenciales? Según nuestros cálculos, no poco. Nuestras estimaciones indican que mantener abiertas las actividades esenciales ha producido un coste significativo haciendo aumentar tanto los contagios como la mortalidad: alrededor de un tercio (46.000) de los contagios y un décimo (13.000) de las defunciones contabilizadas entre el 22 marzo y el 5 mayo pueden imputarse a la apertura de estos sectores.

El impacto de la presencia de estas actividades no ha sido homogéneo entre los diferentes grupos de la población y entre las áreas geográficas. La mortalidad para los individuos por debajo de los 60 años ha sufrido solamente incrementos pequeños, mientras que el efecto ha sido más relevante para los grupos de mayor edad, sobre todo las personas de más de 80. En términos geográficos, en cambio, los efectos de estas actividades económicas han sido más fuertes en las regiones del norte y mucho más comedidos en el sur.

¿Cómo se podría haber reducido la mortalidad?

Los costes que acabamos de mencionar son sustanciales y es oportuno hacer una valoración de cómo la política habría podido reaccionar para reducir el impacto negativo de estas actividades. Una de las posibilidades más obvias sería extender el cierre también a los sectores esenciales. Esto parece difícil debido a la misma naturaleza de estas actividades, juzgadas necesarias para proveer servicios cruciales a los ciudadanos y sustentar al estado en la lucha contra la epidemia. En el caso en que se hubiese querido ir en dicha dirección, habría sido oportuno concentrarse en las actividades que hubiesen causado un mayor número de contagios. Para identificar estos sectores, hemos analizado el impacto de la densidad de trabajadores pertenecientes a diferentes sectores esenciales en contagios y mortalidad.

Los efectos (ver figura 2) son extremamente heterogéneos y algunos sectores, como los servicios a personas y empresas- actividades bancarias, comercio al por menor y al por mayor y servicios profesionales – y la sanidad han contribuido a la difusión de los contagios mucho más que los otros, en particular más que las manufacturas que casi no ha provocado contagios adicionales.

Nota: Efecto de cien trabajadores esenciales por kilómetro cuadrado construido por sector. Reportamos el efecto de una desviación estándar en las variables. Casos y Mortalidad medida como incidencia por 100.000 habitantes. Fuente: Elaboración de los autores.

Concentrarse en estas actividades habría tenido grandes ventajas: para reducir el número de muertos de una unidad al día habría sido necesario extender el lockdown a aproximadamente 40.000 trabajadores esenciales, mientras si se hubiesen concentrado sobre los sectores de mayor impacto habría bastado la extensión a 2.000 trabajadores.

Una alternativa al cierre de actividades esenciales sería realizar un seguimiento más estrecho de estas actividades por lo que respecta a la aplicación de otras medidas como el distanciamiento social o el uso de mascarillas, con el objetivo de reducir el impacto total. También en este caso, conocer las actividades con mayor riesgo habría permitido utilizar los recursos públicos de manera más eficiente.

En ausencia de extensiones adicionales de los cierres o el seguimiento más estrecho, las autoridades habrían podido enfocarse sobre el sistema sanitario para reducir la mortalidad, dado un cierto número de contagios. En este caso, ¿Cuáles serían los elementos más importantes? Para responder a esta pregunta hemos estimado que un caso adicional de Covid-19 durante las dos semanas anteriores habría causado alrededor de aproximadamente 0,023 fallecidos más al día. Este número se reduce significativamente al crecer el número de médicos de familia y de camas de hospital por habitante: un aumento de 0,10 médicos di familia por cada mil habitantes y de 35 camas de hospital por cada 10.000 habitantes (una variación equivalente a una variación estándar en las dos medidas) reduce la relación entre casos de Covid y mortalidad del 44% y del 35%, respectivamente. Por tanto, la posibilidad de identificar los casos potencialmente más graves a través de los centros de salud, como una mayor capacidad de acogerlos en estructuras sanitarias, parecen ser elementos importantes sobre los que invertir para hacer el sistema sanitario más resistente a estos eventos extremos.

En conclusión, los resultados de nuestro estudio permiten mirar a la experiencia pasada con una visión crítica y detallada y muestra los costes y los beneficios de una de las principales intervenciones de política sanitaria durante la pandemia de Covid-19. Mantener abiertos sectores esenciales ha tenido costes sanitarios importantes y algunas posibles acciones concretas habrían podido reducir su impacto negativo: concentrarse en los sectores con un impacto mayor habría llevado a un uso más eficiente de los recursos con un costo inferior. También una mayor inversión en el sector sanitario habría ayudado a reducir el impacto de la pandemia sobre la tasa de defunciones. Una mayor inversión en los centros de salud y en la capacidad de los hospitales habría mejorado el trade-off entre salud y economía, reduciendo los costes en términos de mortalidad y de apertura de las empresas.

Estos resultados ilustran la importancia de conocer con precisión los efectos de las políticas públicas y de su valoración para guiar al legislador en la elección de medidas en cuestiones, como ésta, fundamentales para el bienestar de los individuos y la sociedad.

(Una versión de esta entrada ha sido publicada el 1 de marzo en La Voce)

Hay 1 comentarios
  • Podrias explicarme el concepto de economía de dos velocidades, a que se refiere es un termino que vengo escuchando pero no me queda claro la definicion

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