El movimiento “Me Too” en Economía

admin 8 comentarios

Por los editores del blog y la Presidenta de la Asociación Nada es Gratis @nadaesgratis

En estos últimos días, las cuentas de Twitter de muchos economistas académicos están más activas que nunca. La razón: se ha iniciado un movimiento “Me too” en el ámbito de la economía académica al más alto nivel de la profesión, y está generando debates y conversaciones en redes sociales, en espacios de reunión y en los pasillos de muchos departamentos de Economía.

“Me too” es el nombre de un movimiento iniciado de forma viral como hashtag en las redes sociales en octubre de 2017, para denunciar la proliferación de acoso sexual e incluso agresiones sexuales en múltiples ámbitos, a raíz de las acusaciones contra el productor de cine y ejecutivo estadounidense Harvey Weinstein. La frase, utilizada durante mucho tiempo en este sentido por la activista social Tarana Burke, fue popularizada por la actriz Alyssa Milano, quien animó a las mujeres a tuitear sus experiencias para demostrar la naturaleza extendida de estos comportamientos misóginos. Desde entonces el hashtag ha sido utilizado por más de 500.000 personas, entre ellas muchas celebridades. De acoso sexual hemos hablado ya en Nada es Gratis aquí y aquí.

Recientemente se ha abierto el debate “Me too” en el ámbito de la economía académica #EconMeToo, porque se han producido acusaciones muy serias de acoso sexual contra economistas académicos muy importantes (ver aquí y aquí). La respuesta de la comunidad de economistas académicos ante estas acusaciones parece que ha sido la habitual en estos casos: muchos hombres han reaccionado con estupor y sorpresa, mientras que muchas mujeres han encogido los hombros porque la conducta de varios de los acusados se trataba de un secreto a voces entre muchas economistas (ver aquí).

Un factor clave en dar visibilidad a estos casos recientes ha sido la iniciativa de la profesora de la Texas A&M University, Jennifer Doleac, que se está ocupando de recoger los casos de manera privada y confidencial (ver aquí). Además de muchas economistas que, seguro que con gran coste personal, han contado sus propios casos, Doleac ha recibido ya acusaciones dignas de ser tenidas en cuenta contra (al menos) 24 economistas. Su papel de mediadora es también muy importante porque, gracias a ella, víctimas y testigos están pudiendo ponerse en contacto con los medios de comunicación interesados y los organismos al efecto en las distintas instituciones afectadas. Su objetivo declarado es el de “empezar a ejercer presión externa para obligar a las instituciones a implementar mejoras significativas” en este ámbito; se entiende que estas mejoras deberían dotarnos de un mecanismo eficaz para investigar y, si se confirman, penalizar este tipo de comportamientos en nuestra profesión.

Llegados a este punto cabe preguntarse: ¿qué están haciendo las instituciones relacionadas con la Economía? El movimiento “Me too” en Economía está siendo tan potente que, como decíamos, sus repercusiones no se han limitado a las redes sociales. Las instituciones académicas más importantes están moviéndose para responder a las peticiones de todos los implicados. El Instituto por la Investigación en Economía Laboral IZA, que agrupa a más de 1800 economistas del trabajo de todo el mundo, ha anunciado que revisará su Código de Conducta y ha creado un comité y una figura ad hoc para tutelar a las victimas de acoso sexual. La Economic Science Association, una influyente asociación que agrupa a los economistas del comportamiento, ha estado recordando a sus miembros el procedimiento que tiene ya establecido para denunciar casos de acoso sexual. La Royal Economic Society se ha expresado con determinación en su comunicado (ver aquí). Estos son solo tres ejemplos, pero esperamos ver muchas más respuestas a este fenómeno dañino siempre, y muchas veces directamente criminal, durante los próximos días. Las estudiantes de Winsconsin hacen una propuesta de medidas a adoptar aquí.

Desde Nada es Gratis queremos hacernos eco del movimiento #EconMeToo porque creemos que es nuestra responsabilidad informar sobre cuestiones de interés general que surgen en nuestra profesión. También sentimos que es nuestra obligación solidarizarnos con quien haya sido víctima de acoso sexual y no haya podido defenderse por encontrarse en una situación de inferioridad respecto al acosador, ya sea jerárquicamente o por miedo a represalias laborales, puesto que los nombres que se han puesto sobre la mesa son figuras muy importantes en las esferas académicas, o por pura estigmatización social. Por último, queremos contribuir a crear una cultura que erradique este tipo de comportamientos y que fomente el respeto a todas las personas.

Lo cierto es que, tanto la sociedad como los ámbitos profesionales, nos jugamos mucho en ello. El acoso sexual tiene efectos negativos demostrados sobre la acumulación de capital humano de quienes lo sufren (véase por ejemplo aquí). Tanto desde la perspectiva de la equidad como desde la eficiencia, y por encima de todo desde nuestros valores sociales y cívicos, no podemos permitirnos que las mujeres, personas racializadas, o cualquier otra persona que sufra acoso y abuso, no puedan desarrollar su potencial científico.

Es por eso que el equipo de editores de este blog, junto a la presidenta de la asociación Nada es Gratis, deseamos poner de manifiesto con esta entrada nuestra más enérgica condena a cualquier tipo de comportamiento de acoso sexual, y nuestra solidaridad con las victimas de este tipo de actos que, lamentablemente, son mucho más frecuentes de lo que resulta visible. Nos comprometemos desde esta plataforma de divulgación en Economía a escuchar y apoyar a las potenciales víctimas y a no mirar hacia otro lado. También instamos a todos nuestros colaboradores y lectores a colaborar en esta importante misión. Para cualquier duda, sugerencia, o petición de ayuda, os recordamos que podéis contactarnos a través del correo electrónico: info@nadaesgratis.es. Quien quiera manifestarse contra el acoso sexcual en nuestra profesión puede firmar esta petición en change.org (aquí).

Hay 8 comentarios
  • Entrada valiente:

    Me voy a mojar, aunque me lluevan tortas. Mi tesis no es justificatoria sino que pretende observar el fenómeno desde su raíz.
    Parte de nuestra cultura machista se cimenta sobre el culto al cuerpo de la mujer, como objeto en sí, la mujer objeto o bien como elemento decorativo, que queda relegada a funciones relacionadas con el ámbito doméstico o familiar.
    Esta situación empodera y condena a la mujer. Me explico. Empodera si se produce un abuso de las cualidades físicas para mejorar en su ámbito de relaciones laborales, y condena por el abuso desde la misma lógica que emplean varones con poder.
    Estas serían situaciones extremas, y entre medias hay un espectro amplio de situaciones donde se producen malentendidos o intentos fallidos, de personas que verdaderamente se enamoran o atraen en un entorno laboral y no siempre hay una correspondencia.
    El verdadero problema es determinar de qué se trata en cada caso, y obtener evidencia del acoso para sancionar a los responsables.

    Un cordial saludo.

  • Sinceramente no veo ninguna ventaja en que el movimiento se disgregue por grupos (economistas, médicas, …), sino más bien lo contrario. Se perderían, por usar nuestro argot, economías de escala.
    En todo caso, quiero expresar mi rechazo a este tipo de comportamientos tanto si la víctima es economista o cajera en un centro comercial.

    • Hola Humberto,

      Gracias por tu mensaje. Los editores y la presidenta condenamos siempre el acoso sexual, independientemente de la profesión de la víctima. En este período están saliendo a la luz casos en los departamentos de economía y como es nuestro ambiente de trabajo hemos considerado muy importante tomar posición.

      Un saludo.

  • Me he estado informando un poco sobre este asunto, y tiene una pinta muy preocupante. Una profesora de economía en EE.UU. (Jennifer Doleac) se erige en justiciera y recoge supuestas acusaciones de afectadas por situaciones de acoso sexual, y públicamente da los nombres de los supuestos acosadores. Curiosamente, muchos de los acusados están relacionados con esta profesora (han competido contra ella por puestos académicos o por financiación de investigación). Creo que, en un estado de derecho, deben ser los jueces y policías independientes los que investiguen estas acusaciones, o las instituciones establecidas en las propias universidades y centros de investigación para manejar estas acusaciones internamente antes de llevarlas a policía o tribunales (instituciones que están muy desarrolladas y tienen mucho peso en las universidades de EE.UU.). Dar crédito a una profesora que publica acusaciones sin pruebas, sola basadas en supuestos testimonios, muchos indirectos (testigos que han oído que tal profesor realiza actos inapropiados), puede llevar a, como ha indicado algún comentario, una "caza de brujas" que provoca una suspensión de derechos humanos tan básicos como la presunción de inocencia, el derecho a la defensa y a un juicio justo, conociendo quién te acusa y de qué se te acusa, etc. Un análisis crítico de este movimiento: https://karlstack.substack.com/p/economics-metoo-moment-a-witch-hunt

Los comentarios están cerrados.