La economía de la opción pública y el impacto de las farmacias populares en Chile

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Por Juan Pablo Atal, José Ignacio Cuesta, Felipe González, y Cristóbal Otero

Educación, salud, seguros, y servicios básicos, son algunos de los ejemplos de sectores en que el Estado en diversos países compite con el sector privado. Cuán deseable es inyectar ``competencia pública’’ a los mercados ha sido el objeto de intensos debates entre economistas. Las fallas de mercado que destacan algunos como Atkinson y Stiglitz (1980) se contraponen a las preocupaciones relacionadas a ineficiencias, baja calidad, y corrupción mencionadas por ejemplo en Shleifer y Vishny (1994) y Shleifer (1998).

Quizás sin importarle demasiado este antiguo debate teórico entre economistas, el otrora alcalde de una comuna de Santiago, Chile, desencadenó en octubre de 2015 lo que es tal vez uno de los “experimentos naturales” más limpios para estudiar empíricamente los efectos de la competencia pública en mercados privados. Lo hizo en el mercado del retail farmacéutico al inaugurar la primera “farmacia popular” en Chile; una farmacia pública (de dependencia municipal) que ofrecía a sus vecinos medicamentos con grandes descuentos en comparación a las farmacias privadas. Su idea atrajo la atención del país entero, y fue replicada rápidamente por otros alcaldes. Fue así como a fines del 2018, 146 de las 344 comunas de Chile contaban con su propia “farmacia popular”; la mayoría inauguradas justo a tiempo para las elecciones de alcaldes de octubre del 2016. La Figura 1 da cuenta de este fenómeno.

Figura 1: Entrada de farmacias públicas en el tiempo

En “The Economics of the Public Option, Evidence from Local Pharmaceutical Markets” utilizamos este evento para dar algunas luces respecto de qué hace la competencia pública en la práctica: ¿Cómo opera, qué ofrece, cuánto cobra? ¿Cuáles son sus efectos competitivos en el sector privado?

Antes de contestar esas preguntas es importante descartar algunas cosas del contexto, que permiten entender las condiciones en las apareció y operó la competencia pública en este mercado. El retail farmacéutico chileno estaba (y sigue estando) dominado por 3 grandes cadenas privadas que concentran el 80% del mercado, con márgenes cercanos al 40%. El descontento general con estas farmacias fue alimentado por un bullado escándalo de colusión en el que éstas estuvieron envueltas el 2008. La falta de competencia en este mercado —cuyas ventas representan el 40% de los medicamentos consumidos en el país— es particularmente notoria para la población chilena dado que no existe un seguro de medicamentos propiamente tal, sino que una serie de programas aislados con bajas coberturas en el retail privado.

Una de las ventajas de analizar la competencia público/privada en el contexto del mercado farmacéutico es la posibilidad de comparar el precio de exactamente el mismo producto a través de canales de venta, en particular entre el retail privado y las farmacias municipales. De este ejercicio resulta uno de los hallazgos más interesantes de nuestro estudio: En promedio, comprar en una farmacia municipal significa un ahorro de un 70% en promedio. Esto, estimamos, equivale a un ahorro de unos 540 dólares anuales para un paciente con una enfermedad crónica (en un país con un salario mínimo que hoy bordea los 475 dólares).

Existen dos razones fundamentales para estas diferencias. A la ya mencionada falta de competencia en el sector privado se suma el hecho de que las farmacias municipales pudieron acceder al sistema centralizado de compras públicas. Así, el Estado de Chile puede usar su volumen para negociar mayores descuentos en la compra de medicamentos a los laboratorios que las farmacias privadas. Una parte clave del diseño de ésta política fue que las farmacias municipales accedieron a comprar a través de este sistema.

¿Logró la entrada de la opción pública -ofreciendo medicamentos un descuentos promedios del 70%- disciplinar al mercado privado? Para contestar esta pregunta, miramos qué pasó con las ventas y los precios en el sector privado luego de la entrada de las farmacias municipales. Específicamente, utilizamos un análisis de “estudio de eventos” que mira la evolución temporal de las ventas y los precios en el sector privado en una zona geográfica en particular en torno a la fecha de entrada de la farmacia municipal en esa zona. Los resultados de este análisis, resumidos en las Figura 2, dan cuenta de dos fenómenos interesantes e interrelacionados. Primero, el Panel A muestra que, 18 meses después de su apertura, la farmacia pública promedio causó una disminución de un 4% en las ventas de medicamentos en las farmacias privadas. Segundo, encontramos un efecto positivo y creciente en los precios en el sector privado: hacia el final de nuestro periodo de estudio, la entrada de farmacias públicas indujo un aumento del precio en el sector privado del orden de un 1%.

Figura 2: Estudio de eventos: Ventas y Precios en el sector privado en torno a la entrada de las farmacias públicas

Interpretamos la baja penetración de las farmacias públicas y aumento en los precios en el sector privado como síntomas de un mismo fenómeno: segmentación de mercado. Documentamos que la opción pública es más barata, pero también menos conveniente en otras dimensiones: menos cobertura geográfica, horarios limitados, y menor variedad de productos. Así, son aquellos consumidores con mayor sensibilidad al precio los que la adoptan. En consecuencia, los privados pueden responder óptimamente con un aumento de precio dada que su “demanda residual” es menos sensible al precio una vez que se enfrentan la competencia pública. Encontramos entonces que la opción pública genera "ganadores” pero también “perdedores”.

¿Qué implican nuestros resultados para la evaluación del costo/beneficio de esta política pública? Utilizando información detallada de las finanzas municipales, encontramos que, a pesar de la baja adopción y el aumento de los precios en el sector privado, los ahorros para la población son aproximadamente un 9% mayores que los costos de operar las farmacias.

De forma más general, nuestros resultados muestran que la competencia pública puede ser efectiva en reducir el gasto de los consumidores. Atribuimos el éxito de la política en esta dimensión a la presencia de dos condiciones presentes en nuestro contexto: poder de mercado en el sector privado y ventajas en costos del sector público. Por otra parte, la baja adopción y la consecuente segmentación del mercado dan cuenta de la importancia del diseño de la opción pública y su interacción con las preferencias de los consumidores en el impacto final que estas tendrán. Para ser más efectiva, la opción pública debe ser suficientemente atractiva en características que los consumidores valoran van más allá del precio. Cómo diseñar óptimamente la opción pública para maximizar su impacto es una de las varias preguntas que quedan abiertas de nuestro estudio.

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