Creo que en España existe una idea muy equivocada de lo que es la academia. Hay gente que lo identifica con dar clases en la universidad o en el caso de la economía con escribir de economía en algún periódico o con tener el título de economista y haber dado algunas conferencias, hacer divulgación, haber escrito un libro o pertenecer a algún instituto. Todas esas cosas están relacionadas con la academia pero no lo son. Déjenme que les explique.
Cómo se llega a la academia
Llegar a ser un académico es como cruzar los Pirineos a pie o el Bósforo nadando. Es una actividad que demanda mucho esfuerzo y mucho entrenamiento. Expliquemos.
La entrada en la academia se realiza cuando alguien comienza un programa doctoral. El objetivo de ese programa es, volviendo al símil de los Pirineos, crear un cuerpo fuerte capaz de realizar un ejercicio físico continuado. En los dos (o a veces casi tres) años en que el candidato toma cursos, se le explican primero los fundamentos de la disciplina, fundamentos que, como veremos, van cambiando, y que por lo tanto no pueden ser explicados por cualquiera, lo han de ser por alguien que esté al tanto de lo que se está haciendo. Esto se consigue, leyendo las principales revistas generalistas y de su especialidad, yendo a congresos y comunicándose con otras personas que realizan actividades similares. Y publicando sus ocurrencias con algún éxito. Éste éxito, en una primerísima estimación, puede medirse por el índice de impacto de la revista donde la ocurrencia ve la luz, ver aquí. Luego el candidato coge cursos optativos más especializados en los que el examen suele complementarse con la presentación de algún artículo especialmente importante y novedoso.
Una vez conseguido este cuerpo esplendoroso, mente en nuestro caso, el neófito debe encontrar alguien que le guíe hasta la frontera del conocimiento. O sea desde la oscuridad a las tinieblas. Este guía, sin el que el cruce de los Pirineos es imposible, debe no sólo saber donde está esta frontera. Ha de estar empujando, un poquito, pero empujando la frontera del conocimiento mientras mira atentamente como la empujan la gente que está cercana. Lo ideal es que el candidato a académico escoja un punto en la frontera en donde desea transpasarla y empujarla un poquito. Pero a veces esto es difícil, por lo que el guía, cuyo nombre académico es supervisor, tutor, etc. puede sugerir algún punto donde su instinto le dice que esa muralla fronteriza es espacialmente vulnerable. Y ahí comienza el asalto, que puede tomar tres, cuatro o hasta cinco años. Lo ideal es que haya varios asaltos (tres suele ser el número escogido) que pueden ser conjuntos con alguien que ande por allí -otro candidato, el supervisor, el que sea- cuya calidad ha de ser juzgada por un comité independiente, porque claro, ¿quien certifica que realmente has tomado tal y tal posición?
El primer puesto de trabajo
Una vez certificado que el asalto ha sido exitoso, el candidato ha de encontrar un puesto de trabajo que puede ser un post-doc en otro departamento donde se completa su formación o un puesto de "Tenure Track" que podríamos traducir al español como "camino a la consolidación". He explicado este proceso en mi artículo en Nada es Gratis (ver aquí) por lo que lo resumiré muy brevemente. Después de seis años las personas que ya tienen un puesto permanente en el departamento, discuten y votan sobre si quieren tener al candidato como parte del club. Y si todo va bien (mis datos, muy fragmentarios me dicen que en los mejores departamentos de economía españoles todo va bien en, aproximadamente, dos tercios de las ocasiones) el candidato obtiene un puesto fijo, que como todos los puestos fijos no lo es al 100% (hasta en la España de Franco había divorcios, se les llamaba "disolución marital"). En ese momento nuestro (ex) candidato ya es un académico.
Y de ahí en adelante
¿Cual ha sido la tarea de nuestro, llamémosle héroe durante sus últimos seis años y cual va a ser su idem hasta que se retire? Por una parte, continuar en el limes en donde luchará contra la ignorancia, los prejuicios y todo tipo de visiones oscurantistas y/o simplistas que impiden la comprensión de los problemas. Por otra, transmitir todo lo que va aprendiendo (¡y aprehendiendo!) en la frontera a los alumnos, bien sean de grado o de postgrado. Es como si uno consiguiera un botín en su lucha fronteriza y lo llevara a compartirlo con sus alumnos.
Y ahora se comprende porqué el académico tiene que estar en la frontera. Porque ésta va cambiando. No sólo cuantitativa sino cualitativamente. Cuando yo empecé a estudiar la economía, ésta era una acumulación de conocimientos sin mucha base y ligazón. Luego vino la revolución de la economía matemática que nos obligó a aprender muchas técnicas sin las cuales la comprensión de los sistemas complejos es imposible. Más tarde aparecieron los experimentos. De hecho cuando daba clase de introducción a la economía solía hacer un experimento en el que simulábamos un mercado. Las predicciones de la teoría siempre se veían validadas (lo cual aunque es lo normal no siempre es el caso). Luego fueron apareciendo los "Campos". La organización industrial, la economía laboral, la pública, la de la salud, la información, la educación, etc. Y finalmente aparecieron las bases de datos on-line que permiten al experto en programación, testar cualquier relación que piense que puede existir en el mundo real.
Resumiendo
El académico ¿da clases? Sí. El académico ¿escribe artículos o conferencias de divulgacion? Sí. El académico ¿hace investigación? Sí. Y también, a veces, escribe libros. Todo eso son posibles actividades de un académico pero no son las que lo definen igual que un cocodrilo no se puede definir como un cuadrúpedo con una boca grande y garras. Un académico es alguien cuya investigación ayuda a mejorar la comprensión de algo que no se comprendía y que trae ese botín y lo comparte con sus alumnos y si es posible y factible, con el público en general. Es la correa de transmisión entre la frontera del conocimiento y la enseñanza. Y creedme, o estás haciendo investigación continuamente, o no puedes entender lo que está ocurriendo en la frontera y por lo tanto no eres un académico. A lo mejor das clases en la universidad y escribes divulgación muy interesante. Pero eso es... otra cosa...
Hay 2 comentarios
Estimado Luis,
Creo que fue Platón el que le compró el terreno a Academo, y después puso en el pórtico que no entrase nadie que no supiera geometría. Y ahí comenzaron parte de nuestros males.
Tu enfoque es válido si entendemos el conocimiento como una actividad social de la que se parte de cero y a través de sucesivas interacciones uno va acarreando cada vez más información o experiencia suficiente, hasta que se llega a un dominio que te permite emitir juicios con sentido.
El limes (en su mayor parte) tiene como barrera natural un anchuroso río de fuertes corrientes, en cuyo margen opuesto habitan unas tribus incivilizadas que tratan de agredir con sus imposturas intelectuales a las ordenadas cohortes del imperio neoclásico.
No obstante, un solo hombre, atravesó la península y los alpes a lomos de un elefante de guerra, entrando en el fértil valle, y con una hueste de auxiliares sembró el terror y la admiración a partes iguales entre los ejércitos del mainstream que sin fortuna alguna intentaron doblegarlo.
En definitiva, el genio existe, y su acción en el juego es determinante, independientemente de que las reglas sean iguales para todos.
Un saludo
Y ¿no es obligatorio también que cualquier lobo aparezca con piel de cordero ante los tribunales que validan su acceso al puesto fijo si quiere "ajuntarse" a sus colegas?
Es decir ¿No debe seguir las instrucciones del jefe del rebaño? Catedrálico, o algo así le llaman ¿No?
Quiero decir, El heterodoxo ¿no debe aparentar ser "el ortodoxo" si quiere entrar en el club?
Pregunto.
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