Por Juan Luis Jiménez y José Abreu. Resulta reiterativo mencionar que la calidad de las instituciones y su capacidad para gobernar son dos de los principales factores explicativos del crecimiento de los países (véase por ejemplo, Olson et al., 2000). Sin embargo, la corrupción política se erige contra ambos conceptos. España no escapa a este [leer más ...]