Afiliación a la Seguridad Social: ¿Cómo fue el verano?

Ignacio Conde-Ruiz (@conderuiz), Manu García (@manugar), Luis Puch (@lpuchg) y J. Ruiz

Julio fue un buen mes para la afiliación a la Seguridad Social. Con luces y sombras, pero un buen mes: en media se crearon unos 160.000 afiliados netos. Seguramente, venir de la destrucción de empleo de la que veníamos, junto a la expectativa de poder ganar el pulso laboral a la pandemia durante el verano, contribuyeron a la buena evolución de la afiliación. Julio suele ser un buen mes para el aumento de cotizantes a la Seguridad Social. Agosto tradicionalmente no lo es.

La Figura 1 muestra la evolución de la afiliación diaria a la Seguridad Social desde 2016, año a año. Se trata de nuestro gráfico ya habitual actualizado para incorporar los datos de agosto. El gráfico muestra que cada año la afiliación en España crece durante la primera parte del año, y se estanca a partir del efecto fin de mes de julio. Los meses de agosto son especialmente planos, y normalmente con abrupta caída a fin de mes. Nada nuevo, por tanto, ¿o sí?

Figura 1. Número de afiliados a la Seguridad Social, por años desde 2016 (datos diarios del registro de afiliaciones, que excluyen fines de semana y festivos).

 

Este año, concretamente, el efecto fin de mes de agosto ha resultado en una caída de la afiliación en 82.541 cotizantes, desde los 18.673.847 que se alcanzaron el pasado viernes 31 de julio hasta los 18.591.306 que se han registrado el pasado lunes 31 de agosto. La figura muestra que a pesar de la tendencia ligeramente positiva a lo largo de este agosto (noticiada regularmente en Twitter por el ministro Escrivá), el contundente efecto fin de mes en la afiliación diaria ha terminado por dejarnos todavía en cifras de cotizantes del año 2018.

La Figura 2 pone de manifiesto la importancia de las bajas de afiliación registradas el 31 de agosto. Fueron 331.142, un número elevado, aunque a la vez, comparable al de otros años, especialmente si excluimos aquellos años en los que el fin de agosto cae en fin de semana (como fueron 2013, 2014 y 2019), puesto que en esos casos el registro de bajas se reparte entre el viernes y el lunes. ¿Hasta cuándo esta patología? No dejaremos de repetirlo.

Figura 2. Bajas de afiliación a la Seguridad Social, todos los agostos desde 2012 (excluyen fines de semana y festivos).
Figura 3. Altas de afiliación a la Seguridad Social, todos los agostos desde 2012 (excluyen fines de semana y festivos).

 

La Figura 3 muestra por su parte que las altas fueron muy importantes el pasado lunes 3 de agosto (las bajas ese día también, pero bastante menos), lo que rápidamente llevó al optimismo. A partir de ahí, y con excepción de la última semana del mes, el comportamiento de las altas diarias ha estado en línea con lo habitual, incluso hasta el punto de mitigar algún efecto viernes en la destrucción de empleo, como se puso de manifiesto aquí.

En definitiva, lo que los datos diarios indican es que un agosto de afiliación que iba mejor que otros agostos, ha terminado siendo muy parecido a un agosto más. Que este agosto fuera mejor que otros, no era sorprendente quizás, tal y como iba el verano en términos de recuperación, y puesto que se partía de niveles de afiliación anómalamente bajos por la pandemia. Además, las primeras semanas del mes de agosto, la desescalada de los ERTE estaba en un ritmo bastante elevado. Según la información del propio ministro Escrivá a una media de 32 mil diarios. Esta era una gran noticia, pues era señal de que la actividad se recuperaba en algunos sectores y con ello la contratación de los trabajadores temporales asociados a tal actividad. Hasta la última semana de agosto se habían llegado a crear alrededor de 150.000 afiliados netos. Por desgracia, durante la segunda parte del mes se había desacelerado la desescalada de los ERTE, y empezó a tomar fuerza la caída de afiliados ligados al sector turístico como un mes de agosto normal.

Cabe preguntarse, sin embargo, si la desaceleración registrada al final del mes es el resultado sólo de las malas noticias recientes sobre la evolución de la pandemia en España, o si hay otro tipo de incertidumbre de política económica sobre la que convenga actuar “también” de inmediato. Puntualmente incluso se ha llegado a destacar, por ejemplo, el dato de afiliación media mensual ajustado de estacionalidad. De acuerdo con esta métrica ocurre que, mientras el dato medio mensual observado ha sido un incremento de afiliación en 6.822 cotizantes, el dato ajustado de estacionalidad que presenta el Ministerio implica un incremento de 232.644 afiliados. Una parte (pequeña) de la discrepancia puede explicarse por la tendencia media positiva de este agosto por comparación a la atonía que se suele observar otros agostos como ya hemos dicho. Sin embargo, estaría bien que el Ministerio presentara los detalles del ajuste de estacionalidad que ha calculado. En general, los ajustes de estacionalidad han de tomarse con cautela en los extremos de la muestra, incluso para una serie temporal con un comportamiento estable. En este caso, además, una aplicación mecánica de los procedimientos de ajuste  estacional es una mala praxis, puesto que dichos métodos están diseñados para, como en este caso, quitar el efecto del mes, pero no para ajustar el efecto de una pandemia: es decir, el enorme escalón hacia abajo de la serie en marzo.

¿Con qué nos quedamos entonces? ¿Es nuestra descripción de los datos (sin más análisis, por ahora) una señal de que se trunca la tendencia positiva de afiliación y activación de los ERTE que veníamos observando?

Lamentablemente aun no podemos contestar a esta pregunta pues nos falta información. Por un lado, desconocemos la dinámica diaria de los ERTE, y si por ejemplo se activan con más intensidad al inicio de cada mes que al final (no olvidemos que aun quedan mas de 800 mil trabajadores en ERTE). Por supuesto, desconocemos como va a ser la evolución de la pandemia y si serán necesarias, o no, medidas de restricción de la movilidad en otoño. En cualquier caso, ésta y otra evidencia parecen indicar que conviene actuar con la mayor decisión (y acierto) respecto a la crisis sanitaria y la crisis económica. Conviene también que todos los datos relevantes estén disponibles para el análisis. Ojalá que en los próximos días el ministro Escrivá pueda volver a adelantarnos buenas noticias de la evolución de la afiliación en el mes de septiembre, tal y como ya hizo en agosto.