¿Funcionan los mercados? Dos experimentos que muestran sus ventajas...y limitaciones

imagesAl leer los comentarios que algunos de nuestros lectores escriben en este blog, llama la atención la vehemencia con la que nos tachan de defender el funcionamiento de los mercados frente a un enfoque “más social” (sic) de la economía. “Neocons”, “ultraliberales” o “capitalistas salvajes” son algunos de los adjetivos que nos han dedicado en alguna ocasión una parte de ustedes. Menos “bonita”, de todo. Por ello, hoy voy a hablarles de dos experimentos, que realizo cada año en mis clases de Microeconomía, que muestran algunas de las bondades de los mercados, y que justifican en parte nuestra defensa de los mismos como mecanismo de asignación de recursos. A su vez, creo que discutiendo las simplificaciones necesarias para que los dos ejercicios muestren propiedades positivas, muchos de ustedes entenderán las limitaciones que los mercados tienen y por qué, en muchas ocasiones, defendemos su correcta regulación.

El objetivo del primer experimento es mostrar cómo en un mercado perfectamente competitivo el precio único al que se vende un bien coincide con el punto en que se cruzan la oferta y la demanda agregada y, por ello, provoca que los mercados se vacíen, es decir, que a ese precios todo lo que se produce, se venda. Para ello, dividimos de forma aleatoria a los alumnos de una clase entre “compradores” y “vendedores” y a todos ellos les damos un número, al que nos referiremos como “valor de reserva”. En el caso de los compradores, este número representa cuál es el mayor valor que están dispuestos a pagar por un bien ficticio, mientras que en el caso de los vendedores representa los costes de producción del mismo bien y, por tanto, el mínimo precio que estarían dispuestos a aceptar por venderlo. Dense cuenta que los valores de reserva asignados son distintos para cada uno de los participantes, lo que representa diferencias en las preferencias de los consumidores y de costes de producción en distintas empresas, y están generados de forma que podemos dibujar curvas de demanda y oferta agregada como las que mostramos en el gráfico. Por ejemplo, a un precio de 53 sólo un consumidor estará dispuesto a comprar el bien, mientras que a un precio de 53-5= 48 dos consumidores querrán comprarlo, tanto el que está dispuesto a pagar 53 y se ahorra 5 euros, como el que está dispuesto a pagar 48. Podemos continuar así hasta dibujar la demanda agregada de todos los consumidores, y hacer el mismo ejercicio, pero con una función creciente, para tener la oferta agregada. Una vez cada individuo tiene su número, les pedimos que encuentren a otra persona, si son compradores a un vendedor, y al revés, y que acuerden un precio por el que harán la transacción. Ofrecemos también un pequeño incentivo (cinco euros, una chocolatina, o unos puntos extras de clase) a aquel alumno que consiga que la diferencia entre el número asignado y el precio acordado sea máxima. Y poco más, con esto ya hemos creado un mercado y estamos dispuestos a estudiar sus resultados.

fig4¿Cuáles son? ¿Ocurre, como en el gráfico, que todas las transacciones ocurren a un mismo precio de 28 euros y que, por tanto, sólo 9 consumidores consiguen intercambiar su bien imaginario, vaciando los mercados? Por supuesto que no, aunque tampoco nos quedamos tan lejos. Como ocurre en mercados reales, nuestro mercado tiene fricciones, que alejan los resultados de las condiciones puras de un mercado perfectamente competitivo. Los estudiantes (como los consumidores) son tímidos o perezosos y no terminan de hacer una búsqueda exhaustiva para encontrar el mejor precio de todos. También carecen de información sobre los precios que ofrecen los demás y, por último, quizá los incentivos ofrecidos en el experimento son demasiado pequeños para esforzarse en encontrar una ganga. Precisamente estas son algunas de las condiciones que nos alejan de tener mercados perfectamente competitivos fuera de las aulas: preferimos comprar a un vendedor concreto (ya sea productor nacional, o una gran cadena, o una empresa con mejor reputación) aunque el producto que vendan sea el mismo, no nos enteramos de que en otros lugares el mismo producto se vende más barato, o los pocos céntimos que nos podamos ahorrar quizá no nos motiven lo suficiente para seguir buscando.

De hecho, Vernon Smith, que recibió el Premio Nobel de Economía por su aportación a la Economía Experimental, fue quien se dio cuenta de lo importante que es que la información fluya para el perfecto funcionamiento de los mercados. Smith fue alumno de Chamberlin, quien precisamente realizaba el experimento que les he contado en sus clases sin mucho éxito. Años después, cuando Smith ya era profesor, replicó el experimento de su juventud pero utilizando una pizarra en la que en todo momento se mostraban los precios de los demás compradores y vendedores. Bajo estas condiciones, es decir, con mucha más información, la predicción de un precio de equilibrio único funcionaba, y funciona ahora en mis clases, casi perfectamente y se intercambia un número de unidades tales que se igualan la oferta y la demanda. Obviamente, esto no implica que los alumnos a los que siendo compradores les toca una valoración baja del bien (o siendo vendedores se les asigne un alto coste de producción) no se enfaden, como ustedes, por el resultado de los mercados…es decir, ¡por no ganar la chocolatina! Para encontrar justicia en el resultado de la asignación de recursos a través del mercado, los recursos deben haber sido preasignados previamente de una manera justa. Si uno, por la razón que sea, o no valora mucho un bien, o le cuesta mucho producirlo, difícilmente va a salir beneficiado del mercado. Pero esto no quita para que el mercado cumpla una de sus funciones principales: ser eficiente. Es decir, los bienes quedan al final en manos de aquellos que más los valoran. Y además, se venden a un único precio, más bajo que el valor que todo slos consumidores (menos el último que lo compra) le asignan al bien, y más alto que el coste de producción de todos los vendedores (menos el último). Es decir, los consumidores se benefician de la competencia entre consumidores que valoran el mismo bien menos que ellos, al igual que los productores se benefician de que el mismo bien sea provisto por productores con mayores costes de producción que ellos mismos.

Un segundo experimento, ilustra no el porqué las cosas valen lo que valen, sino por qué unas cosas valen más que otras, es decir, cómo se determinan los precios relativos. En el experimento doy a los estudiantes bolsitas de plástico que contienen distintas cantidades de judías pintas y judías blancas. En total, suele haber más judías blancas que rojas (dado que en mi supermercado me salen más barato comprar judías blancas). También les doy un objetivo: aquel que al acabar el experimento tenga el número más alto multiplicando el número de judías blancas y pintas que tiene, obtiene un premio. Es importante resaltar que ni siquiera les digo que tienen que intercambiar. Doy unas reglas muy básicas: nadie puede abandonar el aula y no puede haber violencia (recuerden mi anterior entrada). El simple hecho de que los alumnos se dan cuentan de que la única forma de que el producto del número de judías de uno y otro color sea alto es consiguiendo cuantas más judías en total mejor, pero también una proporción equilibrada de las mismas (ejemplo: 10x1=10, 5x6=30), hace que los que tienen pocas judías blancas busquen tener rojas, y al revés. Es decir, el gusto por la diversidad (no me gusta tener sólo de una cosa) hace que los mercados surjan espontáneamente y se de un intercambio que beneficia a todos. No sólo eso, sino que aunque al principio, por falta de información, los estudiantes no se percatan de que uno de los colores de judías escasea y por ello intercambian una judía de un color por una de otro, pronto notan que todos necesitan rojas, lo que hace subir su precio: aquellos que tienen rojas comienzan a exigir dos blancas por su roja, y luego tres… De hecho, el mercado se acaba cuando no hay posibilidad de intercambio mutuamente beneficioso para ninguna pareja de estudiantes, lo que ocurre precisamente con un precio de tres blancas por una roja. Como habrán podido prever, si me han seguido, precisamente ésta es la proporción del número total de judías blancas frente a judías pintas que pongo en total en el mercado.

Otro día les hablo de cómo surgen los mercados negros de otros bienes (cigarrillos, apuntes de clase, teléfonos de alumnos/as más atractivos o populares, judías cortadas por la mitad que parecen una entera…) en este mismo experimento. Pero hoy sólo pretendo ilustrar que la búsqueda del beneficio individual a través de los mercados consigue, al menos, una propiedad que no está garantizada con otros mecanismos de asignación como la planificación centralizada: la eficiencia. El resultado obtenido en este mercado tan abstracto (y hasta cierto punto, poco realista) es eficiente, porque nadie podría mejorar sin que empeorara otro o, lo que  es lo mismo, al nuevo precio de equilibrio, ya no hay nadie que quiera seguir intercambiando. !Ojo! porque los precios de equilibrio a los que se llegan, dependen crucialmente de quien tenga más recursos antes de abrir el mercado. No olviden que el que unos sean muy ricos y otros muy pobres puede ser totalmente eficiente si, a los precios de equilibrio, los ricos ya no quieren intercambiar con los pobres. Por tanto, si queremos que los mercados libres tengan otras propiedades, por ejemplo de carácter distributivo, deberemos imponer más condiciones. Y en eso si que una planificación centralizada de recursos es insuperable... Claro que un planificador central difícilmente pueda beneficiarse de la competencia en los mercados, tanto de consumidores como de productores, para conocer las verdaderas preferencias y valoraciones de los bienes.  Y además, ¿quién nos dice que es más realista creer en la existencia de un "Dictador Benevolente" que de un mercado perfectamente competitivo? Yo, como científico (si quieren "social"), me declaro agnóstico de ambas religiones.

Hay 55 comentarios
  • Unos experimentos muy ilustrativos. Me parece particularmente interesante el experimento de las alubias, y particularmente cómo llegan a la formación de un único mercado. Supongo que lo normal es intercambiar alubias con los compañeros con los que más relación se tiene. Quizá en un subgrupo de compañeros puedan intercambiar 2 blancas por una roja, en otro 4 ó incluso 5, hasta que se dan cuenta hablando con otros compañeros de que existe otros subgrupos de compañeros donde se intercambian las alubias en una proporción más ventajosa para ellos y con los que pueden comerciar hasta que llegan a un solo precio de 3 blancas por una roja. Lo que me pregunto es si repetido el experimento muchas veces siempre se logra la formación de un único mercado o hay variaciones en función del tiempo que dura el experimento, o de determinadas características de los participantes. En definitiva, ¿qué factores influyen en que el experimento termine en la formación de un único mercado?

    Un cordial saludo.

  • Me he quedado pensando en su primero párrafo. He estado leyendo muchos posts de NeG por largo tiempo. Entre los pocos lectores que comentan regularmente, muchos de sus comentarios cuestionan (1) los mercados con argumentos que reflejan ignorancia de historia económica y en particular de teorías de la historia económica, esas que pretenden explicar la cooperación que nos ha hecho ricos. O (2) las deficiencias en regulaciones de los mercados vigentes o alternativas con argumentos que reflejan ignorancia de historia política y en particular de teorías de la historia política, esas que pretenden explicar el conflicto que justifica a todo gobierno como monopolio del poder coactivo. Por cierto, cuando los comentarios cuestionan (1) y (2) simultáneamente, se ignora que la contención (no eliminación) de la violencia como solución de conflictos habría sido esencial para la coexistencia y en particular la cooperación de una población mundial que ha crecido hasta más de 7 mil millones de personas.

    Sí, nuestros conocimientos de historia económica e historia política son pobres, y peor lo seguirán siendo. Pero ningún análisis estadístico (aun suponiendo que los datos fueran relevantes y fiables) ni mucho menos los experimentos (suponiendo que su diseño se ajusta a protocolos reconocidos), jamás nos darán certezas que la historia nos niega; con suerte nos permitirán confirmar detalles de la conducta humana pero no responder a las preguntas del párrafo anterior. Quizás los departamentos de Economía deberían enseñar más y mejor la historia de la humanidad y las teorías sobre esta historia.

    • EB,

      sintiéndome mucho más cerca, más bien totalmente dentro, de la ignorancia (2) señalar que un profundo conocimiento de la "historia política" puede resultar, no pierdo la esperanza, en una profunda ignorancia del "futuro político". No parece que conocer historia política a finales del s XVIII ayudase a predecir la substitución de "reyes" por "naciones" y de "religiones" por la "felicidad individual" de los siglos siguientes.

      El futuro, a diferencia de la historia, está por inventar. No puedo evitar salivar de placer por un futuro con menos "regulaciones" y ningún "gobierno" ni frontera, donde incluso los políticos tengan que dedicarse a tareas honradas y me alegre lo mismo de que encuentra trabajo un chino que alguien en la bahía de Cadiz.

      Tener la "historia política" en contra solo hace que la tarea tenga, además, el placer de perseguir mundos nuevos sin el que nuestra "historia política" sería tan, tan aburrida.

      • Primero, me da que no entiendes lo que significa historia política o económica, porque, que se sepa, ninguna predice nada. Así que conocer mucho de historia política/económica no te va a decir nunca cómo va a ser el futuro. Tampoco se tiene en contra, ni a favor. Y, por lo tanto, no puedes criticar el valor del conocimiento histórico basándote en unas premisas que son falsas. Simplemente, y no es poco, te puede ayudar a comprender algo mejor el presente. Y si no lo entiendes, si no conoces, aunque sea de manera superficial, los parámetros en los que se mueve la vida presente, difícilmente la va a poder transformar, que parece que es eso lo que te gustaría. Una anécdota ilustrativa. No hace mucho, en una mesas redonda sobre los problemas de la zona euro, organizada por un medio digital afamado , apareció un "indocumentado" diciendo que a España le habría ido mejor si hubiera estado en el área de la Libra y no en la del Euro. Y se quedó todo pancho. Sin comentarios.

        • Arrantza,

          no defiendo (y trato de no practicar) la ignorancia de la economía ni de la historia política. Lo que trataba de argumentar, veo que sin éxito, es que hay una diferencia fundamental entre las ignorancias (1) y (2).

          El que el libre intercambio de servicios a través del mercado juega un papel fundamental en el progreso de las sociedad (ignorancia 1) no creo que nadie lo discuta. Está bien establecido y, las discusiones, se centran en como evitar las fricciones que resultan en ineficiencias o las ventajas/desventajas de posiciones de dominio.

          Que el Estado asuma un papel de "monopolio de la violencia" deba llevarle, necesariamente, a "desbordarse" como regulador de mercados (ignorancia 2), me parece de una naturaleza distinta en cuanto que mucho más discutible (y menos aceptada). Y no solo, que también, por la distancia entre nuestra capacidad de entender (hacer ciencia) la economía y la sociología sino porque estados ha habido con mucha menos voluntad reguladora y porque sociedades ha habido sin Estado y con mercados (ciertamente menos complejos y productivos).

          Encantándome los mercados y experimentando a diario al Estado como enemigo del individuo no puedo evitar soñar con los mercados sin Estado y esperar que el futuro los traiga ... eso, y no otra cosa, me lleva a "abrazarme" a la ignorancia 2.

          PD: No asumo responsabilidades sobre tus indocumentados. Yo creo que a España no le ha ido mal en la zona euro: mira el crecimiento del PIB per capita o la reducción de tipos de interés desde su ingreso

      • Lo bueno del futuro es que todavía no pasó y quizás sea mucho mejor que el pasado y el presente. Ojalá así sea, pero dificulto que la ignorancia del pasado vaya a ayudar hoy o mañana a tomar decisiones buenas. Muchas decisiones no están determinadas por el pasado, pero eso no quiere decir que el pasado no condicione los procesos de toma de decisiones, sean individuales o colectivas. Ojalá su imaginación sobre nuevos mundos lo ayude en el momento de tomar decisiones, pero asegúrese que sean mundos posibles.

        Mi comentario anterior se refiere a que la evidencia que cualquier ciencia de la conducta humana debe explicar es historia. Los datos son, en el mejor de los casos, indicadores parciales de la historia. Los experimentos son, en el mejor de los casos, muestras parciales de la historia. Y cuando digo parcial, lo hago en un doble sentido (#1 y #3 de RAE). El conocimiento científico no sirve para predecir, sí para limitar el mundo de lo posible (si lee definición de predecir en RAE verá que dice anuncio por revelación, ciencia o conjetura de algo que ha de suceder; pues bien, la ciencia sólo predice que algo negativo sucederá porque no es posible, por ejemplo, puedo predecir que la gente reducirá su actual consumo de X si el costo de X aumenta muchísimo, pero no puede predecir que mañana la gente consumirá una nueva cosa Z porque su costo bajará drásticamente a 0).

  • Uno ya tiene unos años, y en asuntos económicos las discusiones con amigos o compañeros siempre topan con el mismo problema: los prejuicios ("sociales" o no) de los interlocutores.

    La lógica, la ciencia, la realidad pueden decir una cosa, pero da igual: si tu interlocutor alberga un prejuicio ideológico previo, no hay razones que valgan.

    Creo que, en su conjunto, las sociedades europeas adolecen de ese tipo de prejuicios. A menudo, sobre todo en el sur, se ha confiado en un poder superior que, de manera mágica, establece parámetros justos para los mercados, dirigiéndolos para que las cosas salgan como tienen que salir. El resultado es un desastre. La Europa de 1990-2015 es la región desarrollada del mundo con más desempleo, con menos crecimiento y con más... con más tontería.

    Por supuesto, los mercados necesitan regulación. Necesitan que la información fluya sin cortapisas, que el acceso sea libre, que los pactos se respeten, que se sancione duramente a los incumplidores, etc, etc. Una autoridad central que garantice todo esto es imprescindible.

    Pero en Europa aún confundimos regulación con intervención. Lo que no necesitamos es una autoridad central que intervenga, imponiendo el precio de las patatas que queremos comprar ni los horarios y condiciones en que podamos hacerlo.

    Esta confusión, tan nuestra, entre la necesaria regulación y la ineficiente intervención es la fuente de muchos de nuestros socialdemócratas problemas. Siempre nos quedamos cortos en la primera, y siempre nos excedemos en la segunda.

    El resultado se llama desempleo de recursos. Se llama, también, en cierto mercado, paro.

    • Según Salver:

      “La Europa de 1990-2015 es la región desarrollada del mundo con más desempleo, con menos crecimiento y con más… con más tontería.”

      Esto se debe, según Salver, a la existencia de un” poder superior que de manera mágica establece parámetros justos para los mercados”. Se sobreentiende que este poder superior no son los grandes monopolios ni el intocable (y con fuerte propensión al rescate) sector financiero, sino el estado, claro.

      Sin embargo, justamente en los años de mas fuerte intervención estatal, el período entre el fin de la II guerra y las crisis del petróleo es cuando se registraron mejores datos de crecimiento-total y per cápita- y disminución de las desigualdades (por eso se le llama la "edad de oro del capitalísmo"). Es, precisamente, con el establecimiento de las políticas mas liberales y pro-mercado que Europa alcanza mas desempleo, menos crecimiento y mas…tonteria.

      Saludos.

      • No se me enfade, señor KEyNES, que sabe usted que no le puedo responder de igual a igual, por respeto a sus muchas canas... 🙂

        Solo le diré que el tiempo, lógicamente, da y quita razones. Y los últimos veinte o treinta años demuestran, creo yo, que los países que mejor han ido son, precisamente, aquellos que han entendido que hay que regular pero no intervenir. Hay que garantizar el acceso al mercado y la información, pero no pretender desde arriba marcar precios, cantidades o condiciones.

        Por supuesto, puedo estar equivocado. Como usted. Me limito a constatar lo que veo: y veo una Europa que ha quedado irremisiblemente atrás, defendiendo rigideces, mientras el resto del mundo camina por otros derroteros, y crece a despecho de nuestro estancamiento. Pero cada cual se puede poner las anteojeras que estime oportuno. Somos libres de hacerlo.

        Un cordial saludo.

        • Querido Salver,

          No te preocupes que estoy muy tranquilo. Se trata sólo de hacer algo de gimnasia mental-a mi edad la otra está prohibida.

          No se trata de fijar precios ni cantidades (pregunta de 1º de carrera ¿Qué pasaría si se fijasen los precios Y las cantidades?) Eso sería planificación central que ya dije no funciona. Se trata de impulsar políticas activas - no sólo las típicas keynesianas de demanda-que dinamicen la economía. El ejemplo de Europa- y otros países- que citaba es clarísimo al respecto.

          ¿Crees que Internet, la nanotecnología, el i-phone, la GPS, el espectacular desarrollo reciente de los países asiáticos-muchos de ellos apostando por industrias como el automóvil que, según la teoría neoclásica del comercio internacional, no tenian futuro- y un largo etc se debe al libre desarrollo de las “fuerzas del mercado” o a empresarios schumpeterianos compitiendo sin restricciones en mercados no intervenidos? ¿Estaba el estado “mising” y sólo proporcionaba un marco legal estable y predecible?.

          Saludos.

          • Gracias por el tuteo. Me sumo, que hay confianza.

            La pregunta clave es ¿estaba el estado "mising" (sic) y sólo proporcionaba un marco legal estable y predecible?

            En mi opinión, la tarea del Estado es, precisamente, proporcionar ese marco legal estable y predecible. Tarea dificilísima, porque implica toda una serie de garantías, inspección, exigencia, etc, etc, que en nuestras sociedades está muy lejos de desarrollar con eficiencia.

            Y otra tarea propia del Estado, aún más difícil y más abandonada, es detectar lo que los profes etiquetaban como "externalidades negativas", y penalizarlas adecuadamente.

            Pero ,¿la tarea del Estado es "ver más allá", invertir en sectores punteros, abrir el campo a áreas que la privada no alcanzará jamás, etc, etc?

            Mi respuesta es "no". Rotunda.

            Que el Estado, en ocasiones, haya pretendido lo contrario o incluso haya podido tener éxito emprendiendo no sé qué proyectos en no sé qué sectores, no significa en absoluto que los mercados no pudieran haber hecho lo mismo. Ni que el comportamiento estatal sea más eficiente. Ni que hayamos evaluado los costes que semejantes iniciativas, fuera del tiesto, implican.

            Incluso hablemos de un campo propio del Estado: puede que la industria militar, por ejemplo, haya facilitado ciertos avances. Pero, ¿significa eso que de no existir las guerras jamás los habríamos alcanzado? En absoluto. Habrían llegado por otras vías, en lugar de por el camino de recaudar impuestos a los contribuyentes.

            Por lo demás, yo soy de Samsumg, no de i-phone, y quizás por ello no acabo de ver la profundidad de tu argumentación. 🙂

            Saludos.

            • Querido, ya me lo había explicado hace año y pico, pero por alguna razón sigo obtuso. Aparte de que Mariana llame "tonteria" a Internet, lo cual en el contexto de esta conversación tiene su gracia, esta mujer, excelente pensadora, olvida en mi opinión uno de los dos platos de la balanza: los costes.

              Parece al oírla que la inversión pública saliera de la nada, en ligar de proceder de donde procede: de mermar recursos provenientes de la sociedad.

              Consecuencia lógica de esa labor innovadora a largo plazo del gobierno es su reclamación de quedarse con una parte del capital de lo financiado por él.

              Pobre Estado, aportando valor añadido, creando mercados y sin recibir nada a cambio...

              Jopelines, Mariana, el.Estado no recibe nada porque previamente ya se cobró. Su financiación no salio del vacío, sino del bolsillo de los contribuyentes.

              Con lo cual, los famosos garajes de los emprendedores fueron un poco más cutres, un poco menos innovadores y un poco menos numerosos de lo que deberían haber sido.

            • Hombre,

              el concepto de Mazzucato de "government funded" no puede ser más divertido.

              Hay que reconocer que sería más preciso "privately funded thru government tax collection" (se puede ser más radical y decir sin faltar a la verdad "... using the threat of fines and prison").

              Me recuerda a cuando la Comunidad de Madrid, después de cobrarme mis impuestos, me envía una carta para que le agradezca las, mucho más reducidas, ayudas de estudio de mis hijos ... deliciosa crueldad: tener que agradecer que te devuelvan parte del dinero que te quitan!!

              Lo que Mazzucato no menciona es que sería un milagro que el estado emplease esos recursos de forma eficiente (incluso eficaz) ya que ni siquiera existen, ni se siguen, ni resultan en promociones o despidos los parámetros que permitan medir esa eficiencia.

            • A Salver y José Pablo,

              Nadie discute que el Estado obtiene sus recursos de todos nosotros, ni su poder coactivo.

              El punto es que, a cambio, provee un conjunto de bienes públicos socialmente deseables (sanidad, educación, infraestructuras…) y otros que sólo benefician a unos pocos a costa de todos. Aquí, además de lo que señala Mazzucato, podemos incluir los rescates bancarios, los amiguetes de turno, las autopistas de Madrid y un largo etcétera de socialización de pérdidas.

              Creo estamos en esto bastante de acuerdo. Mi intención era “aguar” un poco las supuestas excelencias de los ahora llamados emprendedores (Gowex?) que, al menos en España, no llegarían a ningún sitio sin los favores públicos que pagamos todos. Esto se llama capitalismo de amiguetes o capitalismo castizo por una parte y resaltar ,por otra parte, su indudable papel positivo en los procesos de desarrollo económico, de ahí mi ejemplo de los países asiáticos, perfectamente generalizable a otros.

              Prometo no volver a la carga.

              Saludos.

      • 'Edad de Oro del capitalismo' (en retroceso no casual desde los ochenta) es, sospecho, la denominación 'mainstream' que se ha logrado imponer hasta hoy. Economías públicas (Pib) al 50%, 60%, y 70 % del Pib total, inducen a pensar que estabamos realmente ante otro modelo del cierto capitalismo del siglo XIX. En su momento, sus actores , los nórdicos p. ej., se llamaban a si mismos socialistas demócraticos...

  • Interesante artículo, especialmente por ver cómo se enseña la Tª económica en la actualidad en comparación a cómo se hacía a finales de los años 60 (manual: “el Castañeda”).

    De todas formas espero que D. Pedro no se olvide mencionar a sus alumnos la cantidad de requisitos que se requieren para que EN TEORIA los mercados asignen de forma eficiente (información completa y gratuita, movilidad de factores perfecta, externalidades, bienes públicos, rendimientos no crecientes, costes de transacción…)
    Y digo en teoría porque en la práctica esos mercados no existen. ¿En qué mercado no hay intervención estatal y/o estructuras no competitivas? Antes se solían mencionar las bolsas de valores y los mercados de cambio de divisas por aquello de que había muchos oferentes y demandantes, pero visto su funcionamiento…

    Saludos.

    P.S.
    Si la eficiencia se define como no poder producir mas de un bien sin producir menos de otro, como en mis tiempos, una economía PERFECTAMENTE planificada-otro modelo inexistente en la práctica- SÏ podría alcanzarla. Abba Lerner es quien mejor ha escrito al respecto.

    De hecho, como reconocían los mismos economistas soviéticos, todo el aparato de la economía marginalista es mucho mas útil para este tipo de economías que para las de mercado

  • En mi opinión el mercado siempre está distorsionado (no asigna adecuadamente los bienes) porque siempre hay externalidades que no están internalizadas en los costes de la empresas. Por poner un ejemplo, cuando se habla del precio de la energía se suele decir que la nuclear es más barata que la generada por renovables. ¿En el precio se refleja el coste de un accidente nuclear? (pensemos en Fukushima). Otro ejemplo, la gasolina diésel (muy perjudicial para la salud), el precio de la carne o de la leche (metano=efecto invernadero),... se podrían poner miles!!!. Vivimos en un "autoengaño" que nos pasará factura en menos tiempo del que pensamos.

    • Esta línea de razonamiento se ha contestado muchas veces en NEG: "como los mercados no son perfectos en la asignación de recursos, optemos por una alternativa que sea aún peor".

      Comparando la realidad con un ideal, la realidad siempre perderá: me recuerda a cuando trato de convencer a mi mujer, con éxito solo parcial, de que no me compare con el marido "ideal" que ella imagina tomando "características aisladas" de los de sus amigas ...

      Comp

      • José Pablo, mi comentario era más en el sentido de que hay mucho camino por recorrer para mejorar la asignación que hace el mercado no en que el mercado sea intrínsecamente "malo" realizando esa asignación. En mi opinión es más falta de voluntad política e intereses económicos. Últimamente me hago una pregunta: si se sabe que los coches diésel son perjudiciales para la salud de la gente, ¿por qué no se prohiben?. Es una medida que se podría adoptar en la UE vía directiva (algo como a partir del 2020 no se pueden vender diésel y luego ir escalonando su prohibición en el stock existente).

        • Escéptico,

          sería muy fácil, técnicamente, crear un mercado que "internalizase" el coste de emitir CO2: sería transparente y eficaz y asignaría los derechos de emisión a las actividades de mayor valor añadido por unidad de CO2 emitida.

          Lo triste es que ya pagas (y mucho) por esas externalidades cuando consumes gasolina o electricidad (también nuclear), te aconsejo que veas la parte de esas facturas que son impuestos!!!!. Lamentablemente como ese mecanismo no es de mercado sino arbitrariamente (y neciamente) regulado, el sistema ni es transparente, ni es eficaz, ni asigna adecuadamente los recursos. Aunque sí sirve, por ejemplo, para subvencionar la actividad de algunos productores industriales españoles si amenazan con llevarse puestos de trabajo si la asignación es más "transparente y eficiente", o sea, menos politizada ... (como se ha denunciado, por cierto, en NEG)

          • El problema del diesel no es el CO2...es el NO2 y los efectos sobre la salud estan demostrados. Hay externalidades en todos los bienes. Pagamos menos de lo que cuestan las cosas. ¿cuanto cuesta contaminar el pacifico con residuos radioactivos? Creo que el coste es incalculable. El mercado es eficiente pero los hombres no lo somos, es más somos muy cortoplacistas y muy miopes.

  • @KEyNES
    Esa definición de eficiencia parece un poco coja. Bajo esa definición, una economia que fabrique vigas de hierro y vigas de poliexpan podría ser "eficiente" haciendo miles y miles de vigas de poliexpan al día aunque sean inútiles y nadie las quiera.

    Por otra parte, creo que el primer experimento ya mostraba lo alejado del mercado que se creaba con respecto al ideal, y que se acercaba más a lo teórico con algo que aumenta la información disponible pero que no se suele dar en la práctica, como poner todos los precios en la pizarra. El artículo va de eso, de ventajas y LIMITACIONES. Resulta curioso que se pida destacar éstas cuando es justamente lo que se está haciendo.

    • Demóstenes,
      Si nadie quiere vigas de poliexpan no se fabricarán.
      La eficiencia supone situarse en lo que técnicamente se llama la frontera de posibilidades de producción. Esto sólo es la MITAD del problema. En que punto concreto nos situemos- 0 poliexplán y 100hierro o 100 poli y 0 hierro- depende de la otra mitad que, como bien supones, depende de la demanda.
      Si esta definición de eficiencia te parece coja o, yo mas bien diria,bastante estática, tienes razón, pero es lo que nos dice la teoría neoclásica.
      Saludos

  • Lo sorprendente del experimento es que a nadie se le ocurriese crear esa "bolsa" donde todo el mundo publicaba sus precios y sus ofertas (a cambio de una "comisión" por las operaciones cerradas). Afortunadamente un puro grupo de whatsapp con toda la clase habría sido tecnología suficiente para hacerla funcionar (y con tan pocas barreras alguna bolsa alternativa habría mantenido las comisiones "razonables" y forzado la evolución en servicios de ambas bolsas).

    Quizás el que no surja espontáneamente ese "emprendedor" dice mucho de la falta de "educación en la creatividad" de nuestro sistema (como tantas veces comentado en NEG) y de la capacidad de la regulación para "asesinar" la iniciativa.

    • No es también regulación del mercado el poner esa información en la pizarra?

  • Me ha parecido muy interesante. Se ha planteado 'pervertir' el mercado para ver los resultados de los experimentos. Por ejemplo, en el de las alubias de colores, se podria decir a un par de alumnos (los más pícaros) la información de la escasez de alubias rojas antes que los demás.

  • Comparar el mundo real con un experimento en una "sandbox" así, es como mínimo atrevido. Como indicaba @KEyNEs, curiosamente el avance desde la era Reagan a planteamientos más radicales desde los 70', precisamente ha reducido el crecimiento y aumentado el nº de burbujas, y de factores que interfieren en una asignación razonable de los recursos (creo que la burbuja .com o la de vivienda e hipotecas subprime no son, precisamente, ejemplos de mercados y economías eficientes que digamos).

    También es verdad que son sistemas capitalistas los que tienen mejores desempeños globales, eso es innegable, pero con experimentos como este no se ve porque no es fácil introducir problemas como el sobredimensionamiento y la mala regulación financiera. Una sugerencia, en el próximo experimento pruebe a usar dos clases, una como la actual, y otra con 4 u 8 veces más recursos pero que pueda operar sólo en mercados secundarios pero sobre los mismos recursos, y con objetivos de corto plazo diferentes, a final de curso a ver qué pasa en la primera... En el periodo de posguerra (WW II) lo que no había eran unos mercados financieros hipertróficos y anárquicos como los de ahora. Quizá eso influía más de lo que parece en que nadie se "quedase" con esa información y la usase a voluntad fuera del circuito.

    En todo caso, sin ser yo economista, me da que falta mucho para tener un modelo que recoja bien estas circunstancias, y que en su ausencia se tira de ideología prefabricada. Ojalá tengan éxito en futuros experimentos!

  • Entiendo el planteamiento de los experimentos y tal. Pero tal vez habría que redefinirlos. Por ejemplo dándole al 1% de la clase más de la mitad de las alubias. Porque desgraciadamente esa es la realidad del mundo en el que vivimos (dando por buenas las cifras de Oxfam, que seguramente sean cuestionables). Yo personalmente mientras no reciba una explicación efectiva de como el mercado real, incluso el regulado, puede solucionar este problema seré siempre algo escéptico frente a la idea del mercado como el aspecto esencial que debe regir nuestra economía.

    El desencuentro algunos lectores y los editores en mi opinión se debe en mi opinión a que los primeros no acaban de entender lo bueno de la eficiencia de los mercados, pero también a que los economistas tienden a ignorar bastante la igualdad. Y es que entre un sistema perfectamente eficiente y uno más derrochador, yo tengo claro entre cual me quedaría si el primero genera "que unos sean muy ricos y otros muy pobres" y el segundo deja a todos moderadamente ricos/pobres.

    Lo dije por aquí en algún comentario: cuando se dice que el mercado asigna eficientemente sus recursos, significa por ejemplo que un montón de alimentos se asignan a consumidores occidentales, donde buena parte acaba desperdiciada, mientras en África pasa lo que pasa. La asignación es eficiente, el occidental paga más. Pero en mi opinión no es justa. Y desde luego no asigna el recurso al que más lo valora.

    Todo esto dicho desde una perspectiva de lego.

    • Finalmente un apunte, leyendo de estos y otros experimentos, siempre me acaba rondando la misma idea: que el mercado, para ser verdaderamente eficiente necesita en gran medida una distribución bastante equitativa de los bienes. Por eso si levanto la cabeza y miro al rededor no puedo evitar pensar que para que en nuestras economías los mercados cumplan su labor, puede necesitar una intervención redistributiva bastante radical (a parte de toda la serie de asuntos de información y tal).

      No sé, ya digo que yo de economía se lo justo. Entiendo los argumentos a favor del capitalismo, me gustan las ideas de la competitividad y demás. Pero creo que se basan en asunciones, premisas y dogmas que como el planificador omnisciente también están en directa confrontación con la realidad. Y luego miro a mi alrededor y el panorama no invita a creer que este sistema sea realmente tan bonito como lo pintan. Sobre todo enfocado desde una perspectiva global, donde el recuerdo de un viaje que hice a África me produce dolor físico, pese a que los indicadores ciertamente han ido mejorando.

      A lo mejor estoy sesgado en mi análisis, pero mi sensación es esa, que la eficiencia de los mercados es de poca ayuda si las condiciones reales colocan ese equilibrio en una situación que genera mucho dolor y sufirimiento.

      • Tienes mucha razón en el asunto de la desigualdad, que es una lacra.

        Cierta desigualdad es positiva: estimula, da acicates, impulsa. Pero pasado cierto límite, se produce una acumulación de recursos en pocas manos que es todo menos eficiente, ni económica ni socialmente. Entre otras cosas, porque mil personas ganando mil euros al mes, consumen mucho más que una persona ganando un millón.

        También creo que la desigualdad en nuestras sociedades es excesiva. Nuestro problema es ponernos de acuerdo en qué hacer para reducirla.

        Una receta típica es solventar el asunto en plan transferencias. Nuestra socialdemocracia a veces es como Cáritas, pero en moderno: destinemos recursos a los que peor están, y así reduciremos la desigualdad. Miles. Millones. Miles de millones. Lo que haga falta.

        La experiencia demuestra que esta estrategia no mejora nuestra capacidad productiva, no crea riqueza ni desarrollo, sino que da a luz sociedades que se van esclerotizando y acostumbrando, de forma que cada vez se necesitan más recursos, y finalmente el sistema se estanca, pierde solvencia y llegan los recortes...

        Ese no es el camino.

        En mi opinión, reducir la desigualdad se consigue mejor con medidas igualitarias en la base de la sociedad, sobre todo educativas, que con medidas fiscales compensatorias. El Estado debe emplear fondos para poner a todos en condiciones de partida lo más parecidas posible, en lugar de creer que puede reducir la desigualdad mediante trasvases de recursos entre ríos cuyo caudal es y será siempre muy diferente, si no se atajan las causas profundas de la desigualdad.

        • Gracias por la respuesta.

          Muy de acuerdo en que es necesaria esa "igualdad de base". Pero eso necesita dinero, mucho dinero, muchísimo dinero (a parte de voluntad política). Y yo no se si las famosas cifras del fraude de las grandes empresas y fortunas son ciertas, pero la sensación que tengo es que el ya de por sí insuficiente dinero que gastamos en esta igualdad de base no la pagan precisamente los que están en la parte superior de la pirámide (y a nivel global ni te cuento: los esfuerzos son casi inexistentes). Vamos, que necesariamente va a hacer falta una intervención poderosa: con un cambio de paradigma social, político... y necesariamente económico, porque la economía actual da la sensación de tener bastante secuestrado todo lo demás.

          Pero vamos, creo que me he desviado y que esto ya no tiene mucho que ver con la teoría de los mercados, salvo quizás en que para llegar a tener mercados que se parezcan a los teóricos, haría falta una intervención que pasase por reventar los actuales.

          Es un tema que me confunde, la verdad.

          • No lo creo. Desigualdad es la existencia de una gran variabilidad en la renta de los integrantes de una sociedad, medible como una variación respecto a la media. Hay mecanismos estadísticos (la varianza, por ejemplo), que nos permiten calibrar cuánta desigualdad hay en una sociedad y compararla con la de otras.

            La pobreza en cambio se suele definir como la situación de quien ingresa menos de la mitad de los ingresos medios. Mide la situación de un grupo social, el que está más abajo en cuanto a ingresos, no la variabilidad de renta en toda la sociedad.

            Aunque suelen estar correlacionadas, no son lo mismo. Ni siquiera la medicina a aplicar debe ser la misma: la pobreza extrema, la de quienes ingresan por ejemplo cinco, seis, siete veces menos que la media, puede exigir transferencias directas para paliar situaciones de necesidad. Pero es un hecho excepcional en nuestras sociedades, afortunadamente.

            La desigualdad global en una sociedad no se arregla con transferencias, al contrario de lo que se ha pensado en Europa durante décadas. Más bien, se perpetúa así, al restarle músculo a la sociedad. Se arregla con un sistema de mercados más abierto, más libre, más dinámico; y luego, poniendo el énfasis en la educación y otras medidas igualitarias de base.

  • El título y el último párrafo del post, y también varios comentarios sobre el último párrafo, me recordaron algo que Futuyma escribió en su texto Evolutionary Biology. Decía Futuyma que ningún biólogo intentaría publicar un paper sobre New Evidence On Evolution porque los biólogos ya no cuestionaban la evolución como hecho. Los biólogos sí seguían investigando cómo tiene lugar la evolución, esto es, las teorías sobre los mecanismos de la evolución. Mucho se ha escrito sobre evolución como hecho y como teoría y mucho se puede aprender de esos escritos sobre los significados de evolución, hecho y teoría (y conceptos relacionados).

    Esas ideas son aplicables al mercado como hecho y como teoría. Cuando hablamos de mercados nos referimos a intercambios voluntarios de bienes y servicios y muchos economistas reconocemos que el intercambio ha sido, es y será un hecho esencial para entender la cooperación y sus mecanismos en la historia de la humanidad. No es necesario escribir nuevos papers sobre el mercado como hecho porque los historiadores han acumulado evidencia suficiente sobre cómo en las circunstancias más diversas los humanos hemos recurrido al intercambio. La teoría del mercado debe explicar el por qué de su "omnipresencia" y el cómo de sus muchas formas, pero también sus consecuencias sobre la especialización (división del trabajo, ventajas comparativas) y su papel central en el proceso de enriquecimiento de la humanidad. Sí, una buena teoría del mercado es esencial para plantear una teoría de la historia económica.

  • Como comentan, para que fuera mas realista se tendria que considerar que un par de ellos controlen el 90% de la alubias rojas, que ademas son imprescindibles para hacer la fabada. Que estos tengan la opcion de restringir la produccion y distribucion.

    Que otro grupo forzara a los que quieren vender alguna alubia blanca a que les paguen a ellos un 10%. En cambio estos mismos casualmente controlan las rojas y las dosifican segun sus intereses. Y que ademas haya una ley que diga que esta prohido hacer una fabada con menos de un 80% de alubias rojas. Y que el quiera producir alubias rojas por su cuenta tenga que obtener una licencia especial con su correspondiente canon mensual.

    • Espero que los admins me perdonen el off-topic pero como asturiano debo poner el grito en el cielo: Fabada con alubias? Con alubias rojas?! Por el amor de la Santina: eso ye crimen de lesa humanidad ho!

      La fabada asturiana se hace con faba asturiana, cuyo mercado por cierto esta restringuidísimo: http://www.faba-asturiana.org/el-consejo-regulador/

      Aunque en este caso la limitación lógicamente me parece una maravilla. Un día me sirvieron "fabada" con alubias de Bolivia y casi muero allí mismo.

  • Tan sólo hay que ver el mercado cambiario, manipulado por los bancos centrales enfrascados en una guerra de divisas, para ver que el funcionamiento de los mercados dista de ser óptimo.

  • Los mercados han funcionado siempre, lo que interesa es saber cómo funcionan en la práctica, bajo qué parámetros, y los trade-offs que generan sus diferentes modalidades Como cualquier actividad humana está sometida a cambios y al inevitable deseo de ser presa de ventajistas de facto o mediante regulaciónes ad-hoc a mayor gloria de parte.

    Como interesado en la "genética" de los mercados creo que es de interés el artículo:

    Casson, M. and Lee, J. S. (2011) The origin and development of markets: a business history perspective. Business History Review, 85 (1). pp. 9-37. ISSN 2044-768X.

    http://www.hbs.edu/businesshistory/documents/origin-and-development-of-markets.pdf

    En el Casson y Lee identifican cinco hipótesis:

    1. El desarrollo de los mercados ha sido lento, complejo y no siempre lineal.
    2. Los acuerdos institucionales , incluyendo restricciones formales e informales han modelado el desarrollo del mercado.
    3. El consumo masivo ha sido siempre un factor fundamental en el crecimiento del mercado, aunque la naturaleza de esos consumidores ha cambiado a lo largo del tiempo.
    4. La competición entre centros de mercado, impulsados por los cambios en la demanda y los avances tecnológicos en transporte y comunicaciones conduce a la reestructuración de las redes de comercialización.
    5. Los mercados informales siempre han jugado un papel importante en el comercio.

    El la fase actual de consumo masivo me parece significativa la aparición en escena del Partido Comunista Chino (China es un concepto abstracto) y su política de desarrollo industrial y financiación de clientes, que tan importante papel ha jugado en el modelado del mercado a comienzos del siglo XXI.

    http://www.cfr.org/china/chinas-15-trillion-bet-understanding-chinas-external-portfolio/p18149

  • Para acercarse a las complejidades del mercado se puede coger un ejemplo, el café, y explorar algunas de sus dimensiones:

    Topik, Steven (2004) The world coffee market in the eighteenth and nineteenth centuries, from colonial to national regimes. Working Papers of the Global Economic History Network (GEHN), 04/04. Department of Economic History, London School of Economics and Political Science, London, UK.

    http://eprints.lse.ac.uk/22489/

    Coffee, Liberalization and Democratic Development in Tanzania: A Study in the Politics of Agriculture and Development in Transitional States. Murrell Lamont Brooks
    ProQuest, 2007.

    http://books.google.es/books/about/Coffee_Liberalization_and_Democratic_Dev.html?id=WoXY7CjkcYAC

    From Futures Markets to the Farm-Gate: Assessing real price transmission along coffee chains. ISS working paper by Susan Newman and Hannah Bargawi. December 2013.

    http://blog.eur.nl/iss/ecd/2014/01/31/from-futures-markets-to-the-farm-gate-assessing-real-price-transmission-along-coffee-chains-iss-working-paper-by-susan-newman-and-hannah-bargawi/

  • No estoy de acuerdo con la conclusión del primer experimento. Los mercados no se vacían por ese motivo.
    Los que creemos que el coste deriva de la utilidad no aceptamos que se "asignen" costes distintos a la utilidad. Así, el mercado tendería a vaciarse en cierta utilidad y, partiendo de ese punto, los costes irían descendiendo según la productividad de los oferentes: mejores productores=más margen.
    La diferencia es que entendiéndolo de su modo puedes intentar afectar a los costes para variar el punto de equilibrio, entendiéndolo desde mi punto de vista eso no es posible sin perturbarlo todo.
    Esto es, en libertad, la demanda causa la oferta.

  • Hay preguntas acerca de la "mística" del Mercado que están pendientes de responder.
    Por ejemplo, cómo funcionan los mercados --a plazo-- cuando su viscosidad es cero; es decir, total transparencia, 100% de información simétrica y libertad de entrada.
    ¿Cómo funcionan según vamos añadiendo fricción, restricciones, "grumos" o mayor viscosidad?

    Más de un "relato" se iba a llevar un chasco en ambas hipótesis.
    En la primera porque volveríamos al mundo del precio y del beneficio natural de Luis de Molina y posteriormente Adam Smith y Ricardo.
    Todos ellos muy citados y olvidados por la praxis vigente según la cual, de cada 100 empresas que empiezan, una sobrevive 10 años con beneficios. De esto, --que todos los MBA's de la Ivvy resaltan desde el primer día de clase--, poco se ocupa la Macro y sin embargo alguna importancia tiene como incentivo.

    El papel es bastante generoso aceptando curvas. La vida menos.

    Ahora mismo el Brent es un buen ejemplo de que un mercado aparentemente perfecto sigue en realidad las reglas que dicta el Poder.

    De este factor, omnipresente en todos los mercados, hablamos poco. Como poco hablamos del cuasi perfecto alineamiento de funciones de Optimización de Rendimientos entre Estado y Oligopolios o, casualmente, de cómo hemos pasado de más de cien a menos de 10 Bancos mientras seguimos hablando de "Mercados". Impertérritos.

    Al Poder político le conviene esa retórica pero lo que realmente busca son "mercados"...."0rdenados".

    A todo esto, que conste que necesito desesperadamente creer en "Los mercados", como antaño creía, pero algo me lo impide.

    Saludos

  • Un momento atrayente de los mercados es aquel en que se despliegan los argumentos morales, acompañados de debates ideológicos, políticos y económicos. Como el mercado no es una foto fija, permite el despliegue de un buen número de narrativas.

    Es en esos años estelares de crisis cuando muchos mercados encuentran su némesis con mayor o menor fortuna, condicionando, en ocasiones durante largo tiempo, su desarrollo posterior y el de todo lo que les rodea.

    Un ejemplo clásico lo encontramos en sucesos coetáneos a la fundación de "The Economist" en 1843 y su campaña contra las "Corn laws".

    http://www.economist.com/node/10766030

    La excesiva dependencia, bien sea del crédito o de la patata, nunca ha sido buen augurio de nada, y ya se sabe que cualquier solución debe considerar el "riesgo moral", aunque vaya por barrios .

    Ireland's Great Famine. Cormac Ó Gráda.

    http://www.ehs.org.uk/dotAsset/d358c7f1-2322-479e-90b1-6bfcc06f336e.pdf

    The Irish Famine. Jim Donnelly

    http://www.bbc.co.uk/history/british/victorians/famine_01.shtml

    La fatiga de los cuentos del hambre y la continuación del debate unidas a las necesidades del momento tampoco permiten aprendizajes rápidos.

    http://en.wikipedia.org/wiki/Great_Famine_of_1876%E2%80%9378

    Aparte del la competición política entre tories y whigs , argumentos providencialistas, humanitarios, económicos, etc, encontramos también al burócrata sobre el que se han centrado las iras de los irlandeses: Charles Trevelyan.

    http://www.historyireland.com/the-famine/charles-trevelyan-and-the-great-irish-famine/

    http://www.independent.ie/opinion/analysis/was-this-the-most-wicked-man-in-irish-history-26367449.html

    The Irish crisis. Trevelyan, Charles E. 1848.

    https://archive.org/details/irishcrisis00trev

    A Trevelyan le preocupaba la pobreza,y lo manifestó en sus escritos.

    https://archive.org/details/threelettersfrom00trev

    Evidentemente no era el único en la época.

    http://en.wikipedia.org/wiki/The_Condition_of_the_Working_Class_in_England

    Tema con una extensa bibliografía específica.

    http://www.irishfaminetribunal.com/Bibliography.html

    Aunque todos los factores se imbrican, las necesidades de síntesis omiten el alud de condicionantes.
    Un buen análisis de un árbol no indica un conocimiento profundo del bosque.

    • Hola, José:

      Estaba leyendo una crítica amable de Fukuyama 25 años más tarde de su "The end of History" y me encuentro con esto......

      "Besides, even that is a fiction: capitalism pretends to love free markets; in reality, it rigs markets for elites"

      So much for viscosity.

      http://www.theguardian.com/books/2014/mar/21/bring-back-ideology-fukuyama-end-history-25-years-on

      La verdad es que el artículo de Pedro Rey y los comentarios han dado mucho juego.

      Saludos y enhorabuena por los tuyos.

      • Estimado Manu:

        Es agradable saber que mis comentarios pueden aportar alguna luz sobre cuestiones complejas. Yo también le felicito por la exposición de algunas ideas suyas que me han hecho reflexionar sobre aspectos importantes.

        En cuanto al capitalismo, tengo una postura poco mística, como con los mercados, pero así como creo que tengo claro qué es un mercado, nunca he sabido exactamente qué es el capitalismo, aunque existen bastantes taxonomías.

        Intentando maximizar la esencia del concepto, podría ser un sistema en el que lo público sólo existe para salvaguardar los intereses y la iniciativa privada sin restricciones ni barreras de ningún tipo. Definido así me parece un sistema altamente inestable, sin viabilidad y condenado al conflicto permanente. Como por otra parte no se ha dado nunca en la historia tiendo a considerarlo una fantasía. Si no hubiera gente en Madagascar se podría juntar allí a todos los partidarios a ver qué pasaba para tener evidencia.

        No es necesario recordar que para aplicar nuevas ideas y desarrollar un nuevo proyecto suele ser mejor despejar el terreno, si no hay que lidiar con muchas tradiciones y eso lo "complica" todo.

        http://nativesofnorthamerica.org/

        En cuanto al capitalismo práctico y sin matizar demasiado, siempre ha sido indiferente a las formas de gobierno, y puede prosperar en Gran Bretaña, en China gobernada por el partido comunista, en el Chile de Pinochet o de Bachelet o en la Alemania nazi.

        http://www.jewishvirtuallibrary.org/jsource/Holocaust/gindustry.html

        Aunque al capitalismo le sea indiferente la forma de gobierno, a mí no.

  • Sobre las judías. Al final hay sólo un ganador. Esto, evidentemente, fomenta el enfoque individual. Pero también podría introducir distorsiones. Si todos los participantes pudieran ver en una pantalla el "ranking" de judías de cada uno en cada momento la cosa se complicaría bastante (intuyo): cada "maximizador de utilidad" tendría que evaluar sus judías y las de los demás a la hora de elegir qué intercambios le convienen. Algunos en la parte baja de la tabla comprenderían que ya no tienen opciones y se retirarían: sus judías quedarían fuera del mercado. El experimento mostraría que con suficiente información, el mercado genera ineficiencias. Una variante en la que todos pueden obtener utilidad: cada alumno podría "pasar por caja" al cierre y canjear sus judías por una cantidad de dinero proporcional al producto blancasxpintas. Pero entonces tal vez se darían cuenta de que la manera de obtener más dinero es juntar todas las judías en manos de uno y luego repartirse el dinero de alguna forma previamente acordada. El experimento mostraría que los mercados promueven la acción colectiva, incluso la planificación central. En fin, que a mí me parece que para casi cada enunciado "el mercado exhibe tal propiedad" se puede diseñar un experimento que lo muestre. Y creo que esto puede ser porque la propiedad que de verdad tienen los mercados es la complejidad. En estas condiciones, me parece que afirmaciones como que "el mercado consigue eficiencia" habría que tomarlas con más cautela que la que veo habitualmente entre los economistas.

  • Condiciones de trabajo en el mercado:

    En el mercado global las condiciones de trabajo (malas o buenas) y lo que les rodea (protección social, medioambiental,etc, o su ausencia) no cuentan y corren por cuenta y riesgo de los intervinientes.

    La única excepción por la que se puede penalizar a otra nación respecto a las condiciones de trabajo está recogida en el epígrafe e del artículo XX del GATT.

    Límite: artículos fabricados en las prisiones, tenemos un amplio margen de maniobra.

    http://www.wto.org/spanish/docs_s/legal_s/gatt47.pdf

    Singapur:

    “4. Renovamos nuestro compromiso de respetar las normas fundamentales del trabajo internacionalmente reconocidas. La OIT es el órgano competente para establecer esas normas y ocuparse de ellas, y afirmamos nuestro apoyo a su labor de promoción. Consideramos que el crecimiento y el desarrollo económicos impulsados por el incremento del comercio y la mayor liberalización comercial contribuirán a la promoción de esas normas. Rechazamos la utilización de las normas del trabajo con fines proteccionistas y convenimos en que no debe cuestionarse en absoluto la ventaja comparativa de los países, en particular de los países en desarrollo de bajos salarios . A este respecto, tomamos nota de que las Secretarías de la OMC y la OIT proseguirán su actual colaboración.”

    http://www.wto.org/spanish/thewto_s/minist_s/min96_s/wtodec_s.htm

    Ronda Doha:

    8. “Reafirmamos la declaración que formulamos en la Conferencia Ministerial de Singapur con respecto a las normas fundamentales del trabajo internacionalmente reconocidas. Tomamos nota de la labor en curso en la Organización Internacional del Trabajo acerca de la dimensión social de la globalización.”
    http://www.wto.org/spanish/thewto_s/minist_s/min01_s/mindecl_s.htm

    El "trabajo" de la OIT.

    http://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---ed_norm/---relconf/documents/meetingdocument/wcms_351468.pdf

    • Aunque haya puesto comillas en la palabra trabajo, eso no indica que la labor de la OIT no me parezca meritoria.

      Más bien se deben a la lentitud de sus logros y a su baja capacidad de hacer cumplir compromisos, que en cualquier caso requerirán de un largo tiempo para su aplicación.

  • Me encanta la actividad de las alubias.

    Yo suelo hacer un juego con cartas de baraja "el juego del caballero" en el que los alumnos, partiendo de una dotación inicial e intercambiando con el resto de la clase, tienen que conseguir al menos una copa (comida) y el mayor número de espadas (bien de consumo) comprando y vendiendo con los "oros". Gana el alumno que tenga al menos una copa -si no queda eliminado-, mayor número de espadas y en caso de empate, más oros.

    Los alumnos solo tienen que registrar por escrito los precios de intercambio, que siempre son en términos de oro. Y el momento en el que realizaron el intercambio.

    Lo que se verifica al final de la clase/partida es lo siguiente:

    La copa es el bien necesario -necesitas una, y solo una- principio su precio tiende a ser parecido al de las espadas pero pronto se dispara o se hunde en función de su abundancia relativa (presenta demanda inelástica y alta volatilidad de precios), mientras las espadas encuentran pronto su precio de equilibrio y luego éste se mantiene estable.

  • Interesante artículo. Pero es inútil: cuando se habla de intercambios voluntarios la primera reacción de los críticos del mercado es hablar de los monopolios y oligopolios como prueba sacrosanta de que los intercambios NO son voluntarios. (Esto suena a marxismo, pero el odio al mercado se basa precisamente en esto) Y si se habla de eficiencia se responderá que los mercados reales NO son perfectos (otra vez el monopolio y oligopolio, pero ahora en versión Galbraith: la secuencia revisada y todo eso). Y nunca se cambiará nada ni se demostrará nada.

    Hay que hablar de mercados imperfectos, primero que nada. Y hay que atacar la vaca sagrada de la secuencia revisada de Galbraith y la satánica visión del mercado monopolista de Marx para que el debate tenga cierto sentido. De lo contrario no convencerá a nadie.

    También hay que demostrar que a los consumidores y trabajadores pobres el mercado puede beneficiarles, y cómo puede ser eficaz (digamos un poco al estilo Easterly) para luchar contra la pobreza. El tercer mito es que el mercado siempre y sin excepción es malo para los pobres y sólo sirve a los ricos, creando injusticia social eterna. Mientras no se ataque este punto, no se demostrará mucho tampoco.

    Vaya ese comentario como consejo amistoso y crítica constructiva para que en el futuro los demás artículos destinados a probar los beneficios del mercado estén mejor dirigidos, es decir refuten los tres principios fundamentales de los críticos del mercado.

  • Hablar de desigualdad es una trampa, porque siempre se piensa que la desigualdad implica que los pobres lo son por culpa de los ricos. Y no necesariamente tiene que ser así. Lógicamente el empresario ganará mas que el empleado pero el empleado no mejoraría su nivel de vida si este no fuera más rico. Lo importante es la movilidad social y que la pobreza baje. Si en una sociedad todos tienen 10 euros, dos empresarios se montan dos empresas y ganan 100 euros mientras que los cuatro empleados que tienen cada uno de ellos ganan 20 euros, todo cristo ha salido ganando pero la desigualdad a subido de manera bestial Yo prefiero vivir en una sociedad donde cada vez haya menos pobres aunque la desigualdad sea brutal que en una sociedad donde todos sean pobres y muy iguales. Por otra parte, los críticos del mercado nunca han podido explicar cómo el mercado sacó de la pobreza a tantos millones de personas en China e India. En cuanto a Africa, es el continente más anticapitalista del mundo. Donde el odio al mercado y el enamoramiento por el estado intervencionista hizo mas estragos. Para hablar tanto de la desigualdad hay que demostrar que los pobres estarían mejor sin esos super ricos que tanto se odia, y no lo contrario: que si no hubiera esos super ricos los pobres serían más pobres. (Pero es un tema ideológico que nunca sera abordado científicamente). Y nunca se intentara demostrar...se dará por demostrado a las bravas, sin más.

  • Una crítica reiterativa es que tal funcionaría el mercado en condiciones de desigualdad extremas. Lo curioso es que en esas condiciones precisamente fué que empezó a funcionar: en los tiempos de Adam Smith la aristocracia poseía privilegios y riqueza tremendas frente a un proletariado indefenso. Sin embargo Rockefeller, Morgan, Vanderbilt y demás fueron ex proletarios que empuñaron el pico y la pala y pasaron hambre en su juventud. Es indiscutible que en el siglo XIX los Montomercy y otras familias poseían una riqueza propia de una sociedad mucho más desigual. Según los críticos actuales, esos privilegiados deberían ser ahora los amos del mundo con una riqueza y poder sin par...pero no es así. En 1950 las familias aristocráticas privilegiadas poseían mucha menos riqueza, y no vale decir que eso fue por las guerras mundiales ya que las familias patricias de los países ganadores no se beneficiaron. (Los Kennedy y los Busch en 1900 eran pobretones que no tenían dónde caerse muertos) y fueron desplazadas por otras de "nuevos ricos". Es decir, los más débiles despalzaron a los más fuertes. Los críticos del mercado deberían explicar como fue posible que ocurriera tal cosa.

    Pero no lo harán.

    Se limitarán a decir que eso no prueba nada.

    Deberían ser los autores del blog los que escribieran un buen artículo explicando cómo y porque fue posible tal cosa: eso sería una defensa más eficiente y convincente.

    • Según entiendo entonces puedo ser explotado vilmente conforme a las leyes del mercado siempre y cuando dicho mercado permita que el el futuro mis hijos puedan ser explotadores de los hijos de los que hoy abusan de mi? Bueno, en una forma de verlo muy de mercado. A mi, como ser humano y, por lo tanto, como ser social, me gustaría contribuir a una sociedad con valores que vaya más allá de la creación de un marco donde se puedan comprar y vender cosas, entre ellas el trabajo. No sé si en ella se podrá vivir con más o menos bienes, pero al menos estoy seguro de que la vida tendrá otro valor.

  • A veces, directamente, uno puede ser más pobre por culpa de los ricos. Si un directivo para mejorar los beneficios de una empresa despide a buena parte de los trabajadores y se sube su propio sueldo quedandose con buena parte de lo ahorrado unos directamente son más pobres porque lo que antes cobraban ahora lo cobra el equipo directivo. Se podrá decir que de algún modo se lo ganan pues la empresa obtiene más beneficios, pero la evidencia demuestra que esto no siempre es así. En las últimas décadas los salarios de las cúpulas no han parado de subir, en todas las empresas. Sería lógico que aumentasen en aquellas que, por su mejor gestión, obtienen mejores rendimientos que las de su sector. Pero la realidad es que no es así. Aumentan en todas y luego... viene la crisis financiera debido a esta gente que cobraba mucho por hacerlo todo muy bien. En realidad se suben los salarios sencillamente por que su situación de poder lo permite.
    Respecto a su predilección por sociedade ricas y desiguales no deja de ser una opinión personal. Diversos estudios en el ámbito de las ciencias sociales, en incluso estudios con animales, demuestran que en realidad la desigualdad genera muchos problemas que van desde la insatisfacción personal, la inseguridad ciudadana, la desconfianza en los demás y la precariedad de la salud de aquellos que están en los niveles sociales inferiores o la falta de funcionamiento del ascensor social.

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