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Presidentes y economía en Estados Unidos

DC1El próximo mes de noviembre Estados Unidos elegirá a su nuevo presidente. Como habrán podido comprobar estos últimos meses, éstas van a ser unas elecciones muy especiales quizás debido a la creciente polarización de la sociedad estadounidense de la que ya habló Jesús (ver aquí) o quizás, simplemente debido a que uno de los candidatos, Donald Trump, ha sacudido todo el espectro político del país sin dejar a nadie indiferente. Quizás también debido a esto últimos se prevé que la participación va a ser más alta que nunca, lo que, en principio, es una buena noticia.

Existen varios modelos estadísticos que intentan predecir quien va a ganar las elecciones, como por ejemplo este de Moody’s (ver aquí).  Samuel Bentolila también comentó hace poco por qué las encuestas electorales se equivocan a menudo (ver aquí). Sin embargo, y dado que los economistas no somos especialmente buenos a la hora de predecir, en esta entrada quiero discutir un reciente trabajo de Alan Blinder y Mark Watson de la Universidad de Princeton (ver aquí) que estudia de forma sistemática otro asunto: el efecto que un presidente demócrata o republicano tiene en la marcha de la economía estadounidense.

Los datos que utilizan en su estudio empiezan con el segundo gobierno de Harry Truman (1949) y terminan en el primer gobierno de Barack Obama (2012). El principal resultado de su análisis es que la economía funciona mejor en los años en los que un demócrata ocupa la Casa Blanca. No obstante, esto no se debe – al menos directamente- a que los demócratas lleven a cabo políticas más favorecedoras del crecimiento, sino a que estos se han visto beneficiados por shocks de petróleo positivos, mayor progreso tecnológico, un mejor entorno internacional, y unas mejores expectativas de los consumidores sobre el futuro.

El siguiente gráfico, que muestra la evolución del PIB per cápita en Estados Unidos durante el gobierno de cada presidente es la mejor forma de resumir su trabajo. La mayor tasa de crecimiento ocurrió con Harry Truman (demócrata) y la más baja fue con un republicano (George  W. Bush). La media de estas tasas de crecimiento aparece a la derecha y es 1.8 puntos porcentuales superior para los presidentes demócratas. Los autores muestran que la composición del Congreso realmente no importa para sus resultados. Por otro lado, no parece que el efecto se deba a que los demócratas gobiernan cuando la economía está ya en una fase de crecimiento expansivo. Una de las variables que explica este diferencial de crecimiento es el gasto del gobierno durante la guerra de Corea (1950-1953). Otras variables que parecen explicar alguna diferencia en sus análisis son los shocks de petróleo de 1973 y 1979, los shocks de productividad y, en algún caso, el gasto en defensa, el crecimiento económico en el resto del mundo, y el optimismo de los consumidores. Ni la política fiscal ni la monetaria parecen jugar ningún papel importante para entender por qué la economía ha crecido más rápido con presidentes demócratas.

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Estos resultados son sorprendentes dado que los economistas en general están de acuerdo en que el efecto de un presidente en la economía estadounidense es limitado y, a menudo, el impactoo de sus políticas, de haberlo, aparece años después de que éste haya salido del gobierno (ver aquí). Sin embargo, otros estudios demuestran que quien es el presidente en países en desarrollo tiene una enorme importancia (ver aquí).

Mi interpretación de los resultados de este estudio es que, por algún motivo que no está muy claro, la economía estadounidense funciona mejor con un presidente demócrata. En concreto, el hecho de que las políticas implementadas por cada presidente no parecen importar demasiado para el crecimiento, me hace pensar que la suerte juega un papel importante en este hallazgo. Aunque nos creamos los resultados de este estudio, en mi opinión, es difícil extrapolar cuál va a ser el efecto en la economía estadounidense (o mundial) si gana las elecciones Hillary o Trump. Como he dicho anteriormente, si ya es difícil predecir quién va a ser el ganador, es aún más complicado predecir qué efecto tendrá quien gane en la economía. Pero además este año es especialmente complejo debido a que uno de los candidatos, Donald Trump se ha caracterizado por una visión totalmente errática – con constantes cambios de opinión - en temas cruciales para la economía como la inmigración, el comercio internacional, el sistema de pensiones, entre muchos otros. Estas contradicciones han sido señaladas por muchos economistas, entre ellos Larry Summers, profesor y expresidente de la Universidad de Harvard (ver aquí) y de nuevo en la entrada de Jesús (ver aquí). En cualquier caso, dada la enorme incertidumbre asociada a un posible Presidente Trump, en caso de que él fuera el elegido, será curioso ver hasta qué punto las predicciones del modelo de Blinder y Watson se cumplen o este potencial nuevo presidente sería un completo “outlier”.

Sería interesante buscar estudios internacionales (para España, por ejemplo) que estudien como la economía se comporta con gobiernos de izquierda o derecha y ver que diferencias hay con el caso estadounidense. En España, tanto en esta campaña electoral como en la anterior, han habido continuas discusiones sobre si la situación económica del país es en estos momentos algo mejor debido a las políticas del Partido Popular o a la buena coyuntura internacional a de la que se ha beneficiado el gobierno de Rajoy recientemente (política expansiva del Banco Central Europeo, inflación baja o negativa, bajos precios del petróleo, depreciación del euro, etcétera). No conozco ningún estudio que analice el efecto de las políticas económicas de PP o PSOE en el crecimiento económico de España, pero desde luego sería de gran interés mirar los datos históricos con más cuidado y poder sacar conclusiones claras al respecto.