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Escuelas para un solo sexo: más datos para un debate (I)

Hace unos meses publiqué una entrada sobre escuelas para un solo sexo (entretanto aprendí que también se las llama “diferenciadas”). He de reconocer que me sorprende la cantidad de ruido que genera este asunto en los medios, probablemente desproporcionado por la baja demanda social que tiene este tipo de escuela, y como veremos, de la falta de evidencia concluyente de daños o beneficios. Pero como han llegado algunos datos nuevos a mis manos quería compartirlos, por si sirven para aclarar algo.

La vez anterior me concentré en el efecto de la escuela para un solo sexo en resultados académicos, concluyendo que el único estudio con suficiente control experimental mostraba efectos positivos solamente en un grupo muy reducido de alumnos y neutro en los demás. Hoy repaso una evidencia, de otro país, que muestra un efecto académico positivo más generalizado. Por otro lado, algunos comentaristas se quejaron con razón de mi aparente indiferencia sobre otros efectos en la conducta de los individuos. Así que repasaré, en una próxima entrada para no hacerme demasiado cansino, otra literatura en esa dirección, que muestra algunos efectos negativos (para los impacientes, una referencia básica es este artículo y lo que haré es estudiar en algún detalle las referencias 23 a 28, que son las más relevantes).

El estudio sobre resultados académicos de Park, Behrman y Choi utiliza datos coreanos, aprovechando que la escuela diferenciada allí está bastante generalizada y que la asignación de alumnos a escuelas secundarias dentro de cada distrito escolar, y para todos las escuelas: públicas, privadas, diferenciadas o mixtas se hace mediante una lotería. Vamos, el sueño de cualquier investigador aplicado que quisiera contestar esta pregunta (y probablemente la pesadilla de muchos de los que experimentan el sistema). La única manera de evitar el resultado de la lotería es cambiar de residencia, aunque esto no garantiza que se pueda evitar un determinado tipo de escuela (mixta o diferenciada) porque en el nuevo distrito también se tiene que entrar en una lotería. En todo caso los autores comprueban que el porcentaje de individuos que se desplazan es demasiado pequeño como para causar sesgos en las estimaciones.

En los últimos tiempos algunos distritos de fuera de Seúl han permitido un poco más de elección y permiten expresar preferencias, y seleccionan el 30 o 40 por ciento de las plazas de entre los estudiantes que dijeron preferir esa escuela. Aunque no es un porcentaje muy elevado y las características observables no se diferencian mucho entre los que pidieron escuela diferencia y mixta, los autores prefieren separar las estimaciones de la lotería pura (Seúl) y el resto para no contaminar los resultados. Más importante es el hecho de que las escuelas diferenciadas son mayoritariamente privadas (un 69%) y las mixtas mayoritariamente públicas (un 77%). Esto tiene implicaciones porque los profesores de las públicas entran por examen en el cuerpo y rotan con cierta regularidad (cada 4/5 años) y los profesores entran en las privadas por otros métodos y sobre todo rotan mucho menos. El estudio intenta controlar al menos por los observables de los profesores.

Los datos académicos proceden de los exámenes de ingreso en la universidad, sobre siete materias, llamado CSAT (Test de Habilidad Escolástica para la Universidad), sobre 39446 mujeres de 132 escuelas, y 44823 varones de 140 escuelas en Seúl (también hay datos de fuera de Seúl, pero me voy a concentrar en los de Seúl porque son metodológicamente más fiables). Los datos de CSAT no tienen más variables del estudiante que su sexo. La otra base de datos utilizada es el KEEP (Panel Coreano de Educación y Empleo), una encuesta a 1260 jóvenes representativos de escuelas sujetas a lotería (de los cuales 208 varones de 14 escuelas y 323 mujeres de 25 escuelas de Seúl), que en su encuesta base de 2004 recogió información sobre actitudes hacia el estudio de distintas materias, planes de elección universitaria y de profesión, así como información de contexto socioeconómica y demográfica (incluyendo su tipo de escuela). En cada año posterior se les volvió a encuestar para conocer sus transiciones escolares, por lo que se sabe si querían realizar estudios técnicos, científicos o matemáticos y lo que finalmente estudiaron.

El primer análisis, con los datos del KEEP, sirve para comprobar que la aleatorización de estudiantes entre escuelas diferenciadas y mixtas ha funcionado, basándose en observables. Se comprueba que no hay diferencias significativas entre estos tipos de escuelas en términos del nivel educativo del padre o de la madre, de la renta y del número de libros en casa (un indicador típico de nivel cultural).

Con esto resuelto podemos pasar a ver el efecto en los resultados académicos que se pueden ver en la tabla que sigue.

En la primera fila y primera columna de cifras, vemos que no hay efectos significativos para las mujeres de la escuela diferenciada en la probabilidad de tomar el examen de las matemáticas “difíciles” (cálculo, probabilidad o matemática discreta). En esa misma fila pero en las columnas segunda y tercera se muestra que la escuela diferenciada obtiene una mejora en los resultados de los dos tipos de exámenes de matemáticas (el general y el “difícil”), aunque cuantitativamente el resultado es modesto (0.07 desviaciones estándar o 2,8 puntos porcentuales para matemáticas generales y 0,1 desviaciones estándar o 4 puntos porcentuales en las matemáticas “difíciles”). El segundo panel de la tabla en su primera fila muestra el resultado análogo para los chicos. Aquí el efecto significativo (de 0,1 desviaciones estándar) es solamente en el examen general. Los resultados son cuantitativamente más fuertes fuera de Seúl, pero pongo solamente los resultados de Seúl porque me parecen los más fiables ya que la aleatorización es completa.

La siguiente figura nos muestra el efecto en el interés y la percepción de habilidad (“self efficacy” que contesta a la pregunta “cómo soy de bueno en”) en matemáticas y ciencia, así como la expectativa y la elección efectiva de una titulación de matemáticas, ciencia o tecnología (STEM).

En resumen, no hay ningún efecto significativo para las mujeres de ir a una escuela diferenciada. En cambio, las escuelas diferenciadas tienen efectos significativos y relativamente importantes para los chicos en las expectativas y en la elección de una titulación matemático-técnica.

Aunque el estudio es cuidadoso y la aleatorización da un plus de rigor a las conclusiones respecto al efecto de las escuelas diferenciadas, quedan algunas dudas importantes. Por ejemplo, el hecho de que haya más escuelas privadas con métodos de selección diferentes entre las diferenciadas puede ser importante. Es verdad que los autores controlan por algunas variables observables sobre los profesores, pero sabemos que lo observable predice muy poco acerca del valor añadido de éstos. Así que es posible que estas escuelas tengan mejores métodos de selección y/o que los profesores que vayan allí estén más motivados (curiosamente, en la entrada anterior conjeturaba que el efecto positivo sobre algunos alumnos que se encontraba allí podía venir de una mayor implicación de los padres). De manera que con esta evidencia no veo motivos claros para una gran euforia, pero al menos no se ven indicios de daño en esta dimensión.