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Diferencias de Género en Ciencia en España

Inicio mi colaboración en “Nada es Gratis” desvelando algunos resultados interesantes que se desprenden de un trabajo que hemos realizado desde FEDEA para el Ministerio de Innovación y Ciencia y cuya publicación verá la luz en los próximos meses. El trabajo ha sido realizado por Mario Alloza, Brindusa Anghel y Sara de la Rica y coordinado por Sara de la Rica, Juan José Dolado e Inés Sáenz de Madariaga.

El objetivo principal del trabajo consiste en mostrar diferencias de género entre hombres y mujeres que han optado por la carrera académica en nuestro país. El trabajo trata de desvelar diferencias de género tanto en la etapa formativa (tasas de éxito en programas de doctorado, becas pre y post-doctorales, estancias post-doctorales) como en la carrera académica propiamente dicha, donde se analizan separadamente las diferencias según la escala profesional y el campo de conocimiento. En esta entrada quisiera destacar dos conclusiones importantes que se desprenden de este trabajo:

1.La mujer se enfrenta a un importante conflicto entre familia y éxito en la vida académica, conflicto que no existe para los varones.

Este conflicto es muy visible si se observa la composición familiar de hombres y mujeres en la máxima escala académica – la categoría de catedráticos. Utilizando la Encuesta de Recursos Humanos en Ciencia y Tecnología del INE (2006), los siguientes gráficos son muy reveladores :

Composición de Catedráticos de Universidad según situación familiar - Varones

Composición de Catedráticos de Universidad según situación familiar - Mujeres

- Si se analiza la distribución total de hombres y mujeres según su situación familiar (el Total - sin diferenciar por áreas de conocimiento), se observa que sólo un 31% de las catedráticas tiene hijos, frente a un 54% entre los varones. Además, la proporción de solteras sin hijos es también bastante más alta entre mujeres relativamente a los varones: un 17% frente a un 12%.

- En algunas áreas, como Ingeniería y Tecnología, Ciencias Médicas y Ciencias de la Agricultura, la obtención de medias ponderadas (para que resulten ser representativas de la población académica en España) de mujeres según su situación familiar revela la inexistencia de mujeres catedráticas con hijos. En Ingeniería y Tecnología, las únicas catedráticas son solteras, mientras que en Ciencias Médicas y en Agricultura todas las catedráticas son casadas pero sin hijos. La situación familiar de los varones catedráticos en estas áreas, por el contrario, es similar a las otras áreas de conocimiento.

- En el resto de las áreas - Humanidades y Ciencias Sociales, si bien la diferencia en la composición familiar de hombres y mujeres en la escala de catedráticos no es tan extrema, se observa también una mucha mayor incidencia de mujeres catedráticas sin hijos.

Cabe afirmar por tanto que en España parece existir un conflicto muy claro entre el acceso a la más alta escala académica y la tenencia de hijos. Las dificultades que la tenencia de hijos impone en su carrera académica provocan que muchas mujeres tengan que decidir entre la maternidad y la progresión académica. El hecho de que la tenencia de hijos no afecte negativamente a los varones nos debe hacer reflexionar sobre la necesidad de diseñar políticas efectivas para que la maternidad no suponga a obstáculo para las mujeres en el acceso a cátedras.

2. Las probabilidades de promoción a cátedra de un varón son sensiblemente superiores a las que se enfrenta una mujer con similares características personales y profesionales.

Al comparar hombres y mujeres con la misma edad, antigüedad como doctores, mismo campo de conocimiento y productividad académica reciente en términos de artículos y libros publicados , así como tesis o tesinas dirigidas, se observa que la probabilidad de que un profesor titular sea promocionado a catedrático es 2,5 veces superior a la de una mujer.
Además, si nos restringimos a hombres y mujeres similares (en los mismos términos anteriores) pero además ambos con cargas familiares en términos de dependientes menores de 18 años, se observa que, ceteris paribus, el hombre tiene una probabilidad de ser promocionado a catedrático casi 4 veces la de la mujer.

A la vista de estos resultados, parece evidente que la mujer, especialmente cuando tiene cargas familiares, se enfrenta a un “techo de cristal” en su promoción a la máxima categoría en la escala académica .

Si la productividad académica estuviera medida con suficiente precisión, estos resultados indicarían claramente la existencia de una discriminación de género en la promoción a catedrático en España, discriminación que parece producirse además en magnitud similar en todos los campos de conocimiento. La existencia de diferencias en productividad no observadas podría explicar, al menos parcialmente, las diferencias estimadas por género en la promoción a cátedras. Esto nos obliga a ser cautos al catalogar estas diferencias como discriminatorias. En cualquier caso, dado que se han introducido numerosos controles (de modo que comparamos hombres y mujeres muy semejantes en términos personales y profesionales), el resultado obtenido debe servir de acicate para continuar investigando sobre la posible existencia de prácticas discriminatorias en la promoción a cátedra en nuestro país.

Entre las medidas que ayudarían a que las mujeres no se enfrentaran, ceteris paribus, a una menor probabilidad de promoción a la máxima escala académica, se encuentra la de mejorar sustancialmente los criterios de composición de los comités que evalúan los accesos a las diferentes categorías - actualmente basados en la posesión de 2 sexenios para ser miembro de los comités que juzgan las acreditaciones a profesores titulares y 3 para cátedras. En la medida que la obtención de sexenios responde más a la edad que a los auténticos méritos profesionales medidos con los criterios internacionales al uso, debe fomentarse la selección entre auténticos especialistas contrastados en cada disciplina. Este mecanismo dotaría de mayor grado de competencia al sistema de promoción, mejorando las posibilidades de las mujeres en los mismos. Es de esperar que la implementación de mecanismos que doten de mayor grado de competencia al sistema – mejorando las oportunidades de las mujeres con cargas familiares y alejadas de posibles prácticas discriminatorias- ayude notablemente a incrementar la diversidad de género en las escalas más altas de los científicos españoles en los años venideros.