Del empleo al desempleo y del desempleo al empleo: Observatorio FEDEA 4º trimestre 2010

(Sara de la Rica y Brindusa Anghel)

El Observatorio Laboral de la Crisis, elaborado desde FEDEA, realiza trimestralmente un análisis sistemático de la información longitudinal que aporta la EPA con las Estadísticas de Flujos de la Población Activa. Presentamos en este blog los principales resultados obtenidos al analizar la evolución laboral de nuestra economía durante el cuarto trimestre de 2010. La información completa, descrita en el boletín electrónico número 10, está disponible aquí.
El Observatorio ofrece una idea precisa de dos tipos de transiciones laborales: La primera describe la transición empleo-desempleo de los individuos que estaban ocupados en el trimestre anterior y pierden su empleo en el cuarto trimestre. La segunda transición analiza a los individuos que estando desempleados en el trimestre anterior, encuentran un empleo en el trimestre actual. El observatorio trata de ofrecer una caracterización completa de aquellos individuos que realizan cada una de estas dos transiciones. Además, tras el análisis descriptivo inicial, se realiza un ejercicio econométrico que nos permite entender qué factores son especialmente relevantes para perder un empleo, así como para acceder a un empleo desde el desempleo.

(i) Del Empleo al Desempleo:
a) ¿Qué proporción de empleados han perdido su empleo en este trimestre?

El primer gráfico que se presenta revela que de cada 100 ocupados en el trimestre anterior 4,4 han perdido su empleo en este trimestre. Si se compara con el trimestre anterior, se observa un incremento notable en la proporción de trabajadores que estando ocupados en el trimestre anterior han perdido su empleo en este trimestre. De hecho, se alcanzan las mismas proporciones de pérdida de empleo que se observaron en el mismo trimestre del año anterior, y se intensifica la pérdida de empleo observada en los trimestres anteriores de este mismo año. Este es un dato muy negativo, que indica que seguimos inmersos en una crisis económica que no ha tocado fondo.

Además:
Los hombres pierden el empleo con mayor facilidad que las mujeres: Este dato supone un cambio con respecto a lo observado en los trimestres anteriores, donde la pérdida de empleo de las mujeres superaba a la de los hombres.

Los jóvenes menores de 25 años están particularmente expuestos a la pérdida de su empleo: En este trimestre la pérdida de empleo de los menores de 25 años es más del doble que la del tramo de edad siguiente (25-34) y la diferencia con respecto a edades superiores es aún mayor. Además, este diferencial continúa creciendo trimestre tras trimestre.

Los estudios universitarios protegen a los individuos del desempleo: Si bien este dato es contundente, es curioso observar cómo las diferencias en la pérdida de empleo de los trabajadores según su nivel educativo van disminuyendo. En este trimestre, el dato que más llama la atención es el incremento en la proporción de pérdida de empleo del colectivo con educación secundaria (2ª etapa). Parece que a medida que la crisis avanza, los colectivos más educados comienzan a sufrir la pérdida de empleo con mayor intensidad.

Los inmigrantes pierden sus empleos con mucha mayor facilidad que los trabajadores de origen nacional: De cada 100 trabajadores inmigrantes con empleo en el trimestre anterior, 11 han perdido su empleo en este trimestre, por 4 de cada 100 trabajadores nacionales. Estas tasas de pérdida de empleo son similares a las del cuarto trimestre del año 2009. Los inmigrantes siguen siendo un colectivo muy castigado en esta crisis económica, al estar sensiblemente más expuestos al riesgo de pérdida de empleo que los trabajadores de origen nacional.

Los individuos con contrato temporal son los que están soportando en gran medida las pérdidas de empleo: : El tipo de contrato sigue marcando la diferencia fundamental en cuanto a pérdida de empleo. Se observa que la destrucción de empleo se centra de modo casi exclusivo en trabajadores con contratos temporales. De cada 100 trabajadores ocupados en el trimestre anterior con un contrato temporal, 18 de ellos han perdido su empleo en el primer trimestre de 2010 por 1,4 de cada 100 con contrato indefinido. Estas diferencias se mantienen trimestre a trimestre, y se deben al marcado carácter dual de nuestro mercado laboral, con dos segmentos de trabajadores que se enfrentan a condiciones de costes de despido muy dispares. En consecuencia, el despido recae en la gran totalidad sobre los trabajadores con contratos temporales cuyo despido es más barato.

La construcción sigue siendo el sector de actividad donde se sigue destruyendo mayoritariamente empleo. De hecho, al comparar las cifras de pérdida de empleo de este trimestre con las del mismo trimestre del año anterior, se observan porcentajes prácticamente idénticos. De cada 100 trabajadores empleados en el sector de la construcción en el trimestre pasado, 8 han perdido su empleo en el cuarto trimestre. Por otra parte, el sector de la agricultura, donde la pérdida de empleo se había acentuado en el trimestre anterior, vuelve a los valores de los trimestres anteriores, con pérdidas de cerca del 5% de los ocupados en dicho sector. Se observa un repunte en la pérdida de empleo en servicios con respecto al trimestre anterior, pero parece tener un origen estacional, dado que las cifras de destrucción de empleo son muy similares a las del cuarto trimestre del año pasado.

2. Características que afectan a la pérdida de un empleo
Tras el análisis descriptivo, este Observatorio “cuantifica” la importancia relativa de cada una de las características analizadas previamente – género, edad, educación, nacionalidad, tipo de contrato y ocupación en la probabilidad de pérdida de empleo.
Para esto, se estima la probabilidad de perder el empleo de cada individuo ocupado en el trimestre anterior. Los resultados detallados se ofrecen en la tabla 2 del boletín. Presentamos aquí un resumen de los mismos:
• El género en sí mismo no contribuye a explicar las diferencias observadas en la pérdida de empleo entre hombres y mujeres de similares características.
• Ser menor de 35 años aumenta el riesgo de pérdida de empleo alrededor de un 30% con respecto a trabajadores similares pero mayores de 35 años. Este resultado contrasta con los encontrados en trimestres anteriores, donde la edad en sí misma no provocaba diferencias en el riesgo de pérdida de empleo. En este trimestre, el ser menor de 35 años parece añadir un factor de riesgo en la pérdida de empleo con respecto a trabajadores similares pero de edad superior.
• Tener estudios universitarios disminuye el riesgo de pérdida de empleo a la mitad.
• Ser extranjero aumenta la probabilidad de perder el empleo en un 26% con respecto a un trabajador de similares características pero de origen nacional.
• Tener un empleo temporal – relativamente a un indefinido, multiplica por cuatro el riesgo de perderlo. En otras palabras, si se comparan dos individuos de similares características en términos de edad, género, nivel educativo y nacionalidad pero que difieren en el tipo de contrato, encontramos que la probabilidad de pérdida de empleo del que tiene el contrato temporal es más de casi 4 veces superior a la que se enfrenta el trabajador con contrato indefinido.
• Trabajar en la agricultura o en la construcción aumenta la probabilidad de perder el empleo con respecto a trabajar en servicios o en industria.

(ii) Del Desempleo al Empleo
¿Cuántos acceden a un empleo desde el desempleo?
Como puede observarse en el siguiente gráfico, en el cuarto trimestre de 2010 han accedido al empleo 23,5 de cada 100 trabajadores que se encontraban desempleados en el trimestre anterior. Esta cifra está por debajo de la cifra del trimestre anterior (25 de cada 100) y de la del mismo trimestre del año pasado (26,5 de cada 100).
De hecho, la intensidad de acceso al empleo registra el valor más bajo observado durante los dos años que llevamos analizando el mercado laboral mediante este Observatorio – coincide con la peor cifra de acceso observada, que tuvo lugar en el primer trimestre de 2009.

¿Quiénes encuentran empleo con mayor facilidad?
Las mujeres acceden al empleo en proporciones ligeramente superiores a las de los hombres – 25 mujeres de cada 100 comparado con 22 hombres de cada 100, hecho que también se produjo en el mismo trimestre del año anterior. Dados los datos malos de este trimestre, el acceso al empleo se reduce tanto entre las mujeres como entre los hombres.

A excepción de los mayores de 45 años, el acceso a un empleo por edad va convergiendo: Al igual que en el mismo trimestre de 2009, se observa una convergencia por edades en cuanto a las tasas de acceso al empleo, a excepción de los mayores de 45 años, cuyas tasas de acceso al empleo son claramente inferiores. Al comparar este trimestre con el anterior, se observa una disminución notable en el acceso al empleo de los menores de 25 años. Sin embargo, este hecho tiene posiblemente razones estacionales, ya que el patrón observado en el cuarto trimestre de este año es muy similar al del mismo trimestre del año pasado, aunque las tasas de acceso son ligeramente inferiores para todas las edades.

Los estudios universitarios facilitan el acceso al empleo de los desempleados: Por otra parte, se observan tasas de acceso al empleo menores para todos los niveles educativos al comparar el acceso de este trimestre con el mismo trimestre de 2009. Por otra parte, las diferencias en el acceso al empleo entre los individuos menos educados (primaria o menos) y secundaria disminuyen sensiblemente.

Los desempleados nacionales e inmigrantes acceden a un empleo en proporciones similares: Prácticamente no se aprecian diferencias en el acceso al empleo desde el desempleo según la nacionalidad.

Llevar poco tiempo desempleado es fundamental para salir del desempleo: Como ya ha sido puesto de manifiesto en anteriores boletines, el acceso a un empleo desde el desempleo se produce fundamentalmente por trabajadores que llevan desempleados menos de 3 meses. En concreto, casi 67 de cada 100 desempleados que llevaban desempleados menos de un mes han encontrado un empleo en el cuarto trimestre de 2010 (hace un año, la cifra de acceso entre el mismo colectivo alcanzaba el 70%).

¿Qué características son importantes para encontrar un empleo?
Para responder a esta pregunta se estima la probabilidad de que un individuo desempleado encuentre empleo en el trimestre siguiente. Tomando tanto a individuos que han accedido al empleo como aquellos que han continuado desempleados, es inmediato obtener la importancia relativa de variables como género, edad, educación, nacionalidad y duración del desempleo en el acceso al empleo. Destacan los siguientes resultados:

• Las mujeres se enfrentan a dificultades ligeramente superiores de acceso a un empleo que los varones con características similares.
• No se encuentran diferencias significativas en el acceso a empleo entre los desempleados nacionales y los desempleados extranjeros.
• Tener una edad comprendida entre 35 y 44 años duplica la probabilidad de acceder a un empleo con respecto al tramo de edad más joven – 16-24 años.
• El tipo de empleo al que acceden los desempleados es fundamentalmente temporal - un 80% frente a un 13% de empleo indefinido. Es cierto que la proporción de acceso a un empleo indefinido ha aumentado en este trimestre, pero estas diferencias tienen un componente estacional, dado que las proporciones observadas en este trimestre son idénticas a las observadas hace exactamente un año.
• La duración del desempleo se manifiesta como el factor más importante para la salida hacia el empleo. Llevar desempleado menos de un mes multiplica por seis la probabilidad de acceso a un empleo con respecto a llevar desempleado más de un año.
• Finalmente, no cobrar subsidio multiplica por dos la probabilidad de acceder a un empleo desde el desempleo. Esto indica que el cobro de subsidio provoca un efecto desincentivador en la búsqueda de empleo, al elevar las condiciones que se exigen para aceptar un trabajo. La consecuencia fundamental es que el cobro del subsidio retrasa la salida al empleo de los individuos desempleados.

Hay 1 comentarios
  • Nosotros, desde la empresa, creemos que todavía no hemos tocado fondo; y algunos que este fondo es bastante profundo.
    Es posible que no encontremos explicación a la diferencia entre géneros, porque no la tenga y sea más casual que causal. Tampoco debemos olvidar que al principio de la crisis, medio millón de mujeres, que nunca o casi nunca habían estado en el mundo laboral, entraron en las listas del paro. Quizá eso tenga algo que ver.

    El problema es que, por mucho que estudiemos su curso, todavía no sabemos cómo parar el fenómeno y, pese saber por qué se ha producido, hay poca voluntad para encontrar el remedio.

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