Deuda, ¿qué deuda? El apalancamiento de España en el contexto internacional – y III

En los anteriores posts he querido dar un resumen de la posición de apalancamiento española y la he comparado con una muestra seleccionada de países para dar idea de dónde estamos en este aspecto. Por resumir:
1. España tiene un nivel de deuda total como porcentaje del PIB que está en la parte alta de los grupos de los países desarrollados pero tiene más un problema de deuda privada que pública. En particular, familias e instituciones no financieras parecen especialmente apalancadas.
2. Como porcentaje del total, la parte de la deuda en manos de no residentes no parece excesiva. España tiene una Posición de Inversión Internacional fuertemente negativa, y en esto nos diferenciamos mucho de los países elegidos en la muestra, pero la interpretación de este hecho no es clara: Esta es una medida que representa un “stock” y lo relevante es el flujo de caja asociados con los activos en manos de residentes y no residentes además de que la PII está sujeta a fluctuaciones de precios, tipos de cambio, no está corregida por riesgo y demás.
3. España tiene un problema en su posición exterior y con esto a lo que me refería es que nuestra falta de competitividad ha resultado en unos fuertes déficits por cuenta corriente que no es una causa de nada, sino un síntoma del problema de productividad que tiene nuestra economía y que se menciona una y otra vez en este blog. Véase la Figura 1.
4. Por decirlo de una forma quizás confusa, y con esto conecto un poco con el reciente y excelente post de Javier Andrés: España tiene más un problema de productividad y crecimiento que de deuda que si no resolvemos se convertirá en uno de deuda.

Figura 1: Balanza de pagos; cuenta corriente como porcentaje del PIB. Fuente: FMI
Figura 1: Balanza de pagos; cuenta corriente como porcentaje del PIB. Fuente: FMI

Por último nada hemos hablado de las tasas de ahorro que son la clave para medir la sostenibilidad del apalancamiento. Este es un tema complicadísimo y que hace difícil la estimación de las verdaderas dificultades a las que se enfrenta no ya España sino el mundo a la hora de sostener el enorme incremento del apalancamiento público que se produce como consecuencia de esta crisis. Recuérdese que por decirlo de una forma un tanto burda el proceso de desapalancamiento del sector privado está siendo compensado por el incremento del endeudamiento del sector público; lo que cuenta para la determinación de los tipos de interés por ejemplo es la suma de ambas formas de endeudamiento y que para ello a su vez lo que importa es la tasa de ahorro de las distintas economías.

En lo que se refiere a nuestro apalancamiento hay dos cosas que han de preocupar: Las familias y las instituciones no financieras.

El apalancamiento de las familias presenta un grave problema para la reactivación de la demanda de consumo en un futuro cercano. Como puede verse en el gráfico 2, y como ya hemos comparado con otros países, los hogares españoles han incrementado su apalancamiento durante la última década y media de una forma muy pronunciada y a su vez han disminuido su posición neta (activos menos pasivos) como porcentaje del PIB. La demanda interna, consumo e inversión, ha sido el motor de nuestro crecimiento (nuestra demanda externa siempre ha sido una fuerza negativa durante estos últimos años y el necesario reverso del apalancamiento de los hogares). El nivel de apalancamiento de los hogares españoles es alto comparado con los países de nuestro entorno pero hay peculiaridades que podrían explicar dicho nivel superior de apalancamiento (por ejemplo el hecho de que los españoles acceden a la vivienda mediante la propiedad y no el alquiler, como es el caso alemán.) En cualquier caso sí parece que el fin del boom inmobiliario, el incremento del desempleo, con el “agujero” tremendo que esto abre en los ingresos de las familias, y las desastrosas perspectivas de crecimiento abre un proceso de desapalancamiento de este sector que va a poner un freno importante a la actividad económica.

Figura 2: Pasivos de los hogares y Activos financieros netos, como porcentaje del PIB. Datos trimestrales (pasivos) y anuales (PIB). 1980-IV a 2009-III. Fuente Banco de España y FMI
Figura 2: Pasivos de los hogares y Activos financieros netos, como porcentaje del PIB. Datos trimestrales (pasivos) y anuales (PIB). 1980-IV a 2009-III. Fuente Banco de España y FMI

¿Y cómo se desapalancan las familias? Hay dos formas: mediante un incremento del ahorro y el pago de la deuda y mediante la quiebra. Ambas cosas están ya ocurriendo, aunque esta última en mucha menor medida. El pago de la deuda es por supuesto un proceso lento y por tanto sus efectos pueden extenderse años, mientras que la quiebra, aun dolorosa, es rápida y potencialmente más eficiente. Hay motivos para pensar sin embargo que el proceso de desapalancamiento del sector de las familias va a ser lento, doloroso y extendido y ello debido a que los incentivos al uso de la quiebra como método de desapalancamiento simplemente no existen; tampoco existen las instituciones para ello. Es aquí donde hay, en mi opinión, una diferencia enorme entre por ejemplo el hogar español y el estadounidense. Efectivamente son dos las ventajas del sistema estadounidense en lo concerniente al endeudamiento de los hogares. Una primera es que en lo que se refiere a las hipotecas la morosidad y falta de pago sólo resulta en el embargo del inmueble, por penosa que resulte, sin más recurso sobre el resto de los bienes del deudor (en muchos estados, no en otros, pero los bancos raramente van contra el resto de los activos de la persona en quiebra.) Así el deudor puede reducir su apalancamiento y resolver el problema de sobreendeudamiento (relativo a su riqueza) con rapidez lo que permite a la economía un ajuste más violento y menos extendido en el tiempo. Las pérdidas aparecen por tanto en el balance de los bancos si las hipotecas están todavía en él o se distribuyen entre los distintos inversores si titulizadas. Por otro lado el sistema de quiebras personal es relativamente generoso con el deudor. En cambio en nuestro país el sistema de quiebras es tal que pocas son las personas físicas que a él se acogen: La Ley 22/2003 de 9 de Julio, Concursal, contempla la quiebra de las personas físicas pero no parece que este sirviendo a aliviar el sobreendeudamiento de las familias de una forma efectiva. Como puede verse en el gráfico 3, en una ambiente de fuerte presión sobre el balance de los hogares, solo 237 personas hicieron uso de la protección de la ley en el cuarto trimestre del 2009 para hacer frente a sus acreedores y una cifra ridícula de 938 quiebras personales para todo el año 2009. Claramente dada la gravedad de la crisis la ley no parece tener efectividad alguna en la resolución del problema de sobreendeudamiento (por cierto, que si no recuerdo mal, en algún momento hubo un anteproyecto de ley sobre endeudamiento familiar del que nunca más se supo; ¿sabe algún lector de este blog algo de esto?)

Figura 3: Deudores concursados: Personas físicas sin actividad empresarial. Unidades: Personas. Datos trimestrales. 2004-III a 2009-IV. Fuente: INE
Figura 3: Deudores concursados: Personas físicas sin actividad empresarial. Unidades: Personas. Datos trimestrales. 2004-III a 2009-IV. Fuente: INE

Como se ha mencionado más arriba, hay un problema tremendo de apalancamiento entre las instituciones no financieras en nuestro país y que tiene con toda probabilidad un doble origen: Por un lado el fuerte endeudamiento de promotores y constructoras y por otro lado la expansión internacional de nuestras grandes multinacionales, financiada en parte con deuda. Muchas de estas multinacionales tienen ganancias ampliamente diversificadas internacionalmente y es por ello que la división por el PIB no es la adecuada cuando se mide el apalancamiento de las mismas pues sus ganancias no tienen porqué estar cointegradas con la evolución económica del país. Las constructoras y promotoras son otra cosa pues aun cuando las grandes tengan alguna diversificación tal fue el tamaño de la burbuja inmobiliaria y el tamaño de la economía española que las deudas ahí, como ha insistido Luis una y otra vez, son un porcentaje importantísimo del PIB y un problema de enorme magnitud.

Y todo esto nos trae una vez más al tema de la deuda pública, que es efectivamente baja cuando se la compara con los otros países de la muestra y, es más, las estimaciones de todos los organismos es que no va a superar la deuda de los “mejores” países de nuestro entorno en un futuro próximo. No está de más el alertar sin embargo que muchos problemas de deuda pública empiezan precisamente cuando se transfieren pasivos de los balances privados a los públicos (algo, huelga, decirlo que ha ocurrido de forma repetida en esta crisis, tanto en el Reino Unido, como Irlanda como los EE.UU. con las sucesivas recapitalizaciones y toma de pérdidas de Fannie y Freddie.) De la evolución de la deuda privada depende también la pública y no hay que descartar que los intentos de rescatar las cajas o a las familias (mediante transferencias), bien por motivos políticos bien o por argumentos de política económica, bien o mal entendida, puede resultar en un rapidísimo deterioro de la deuda pública, dado el tamaño de los pasivos

Con esto concluyo esta serie sobre la situación del endeudamiento en nuestro país, que no pretende ni ser exhaustiva ni en lo analítico ni en lo narrativo pero que espero haya aclarado algunas cosas sobre nuestra situación.

Hay 14 comentarios
  • Estupendo post, Tano, como siempre, aunque me genera demasiadas dudas:

    "Las pérdidas aparecen por tanto en el balance de los bancos si las hipotecas están todavía en él o se distribuyen entre los distintos inversores si titulizadas", dice Ud en su post....pero ¿ese no había sido precisamente el problema de las subprime que ya sabemos dónde nos llevó?

    La segunda duda, que ya he leído en algún que otro post suyo, es la insistencia que hace Ud en que el verdadero problema de España está en el endeudamiento del sector privado. Sin ponerlo en absoluto en duda, ¿no le parece preocupante que sea la banca española la que esté comprando la deuda pública, beneficiándose de la barra libre del BCE? ¿Quién nos va a financiar después, una vez hayamos perdido la triple A como parece que nos va a ocurrir? ¿No será entonces ya una mezcla explosiva irremediable?

    Insisto, no le quito la razón en cuanto a que el verdadero problema de España es la deuda del sector privado, pero estamos espantados con las cifras de vencimientos que se han de afrontar por parte del Estado. En lo que respecta al sector privado, muchos nos preguntamos dónde están esos 5 M de parados o el millón largo de familias sin prestaciones de desempleo y cómo este país no está en permanente conflicto social.

  • "España tiene más un problema de productividad y crecimiento que de deuda que si no resolvemos se convertirá en uno de deuda". Este es el nudo gordiano del asunto. Sin embargo, mucho me temo que ya tenemos un problema de deuda y me explico.

    El crecimiento de la última década ha sido virtual, únicamente posible gracias al bombeo masivo de capital a la economía española. A partir de ahora, toca devolver la riqueza prestada. Sin embargo, ¿es posible incrementar nuestra competitividad (ya ni me refiero la productividad) en un periodo de tiempo relativamente corto de forma suficiente para poder hacer frente a la ingente cantidad de deuda contraída? ¿De cuántos órdenes de magnitud estamos hablando? ¿Qué ritmo de crecimiento mínimo de nuestra economía garantizaría poder hacer frente a nuestras obligaciones con los acreedores? ¿Alguien lo ha calculado? Quizá sea preferible no hacer estimaciones: probablemente claudicaríamos ante el triste panorama que se dibuja en el horizonte.

    Irlanda ha iniciado el proceso de desapalancamiento demostrado audacia y determinación. Nosotros, ni lo uno ni lo otro... y además, ellos hablan inglés.

  • Excelentes las tres entrada, Tano, que comparto completamente. Me gustaría incidir en la explicación del incremento de ahorro de las familias, que de forma casi generalizada se ha interpretado como una respuesta ante la "incertidumbre" de la situación económica, algo que no comparto, pues el mayor ahorro (% de renta no consumida, recordemos) es debido, por una parte, al recorte en el flujo de crédito (= menos consumo) y, por otra, a que se está destinando -obligatoriamente- buena parte de la renta a devolver deuda.

    http://www.elmundo.es/papel/2009/10/18/mercados/19793913_impresora.html

    Un saludo y enhorabuena.

  • En mi opinión convendría matizar algo los problemas que apunta, en relación con los diferentes endeudamientos, incluyendo el factor tiempo como casi fundamental.

    Le da una enorme importancia a la magnitud del endeudamiento privado de las familias, pero se debería considerar que en su mayor volumen es hipotecario y, en España, la sensibilidad sobre la "posesión de la tierra" hace que la resistencia ante el impago sea mucho mayor que en otros países. Aun existe el colchón familiar, la reducción posible del consumo hasta niveles inimaginables y otra posibilidad que entronca con el problema fundamental del endeudamiento bancario: la posibilidad de mayores aplazamientos en los pagos . No pretendo decir que la morosidad no crezca enormemente, pero mientras la banca no se someta a unos criterios más estrictos de provisiones, siempre estará dispuesta a eternizar los plazos de amortización de acuerdo con las familias.

    El problema fundamental está en la inmovilización que se esta produciendo en el balance agregado del sistema financiero . El endeudamiento que esto provoca sí es el problema fundamental. Como dice MARÍA, una vez cerrado el grifo del dinero al 1%, y puesta en evidencia la lentitud de ese incremento de productividad, solución tan incierta como lejana, al sistema financiero no le va a quedar más remedio que romper el mercado inmobiliario sacando su enorme stock a la venta.

    Puede que el BE se anticipe al descalabro del prestigio global aumentando la exigencia de provisionamiento hasta el 40% de los riesgos en mora o pendientes de vencimiento, pero esto será solo una medida para acelerar el verdadero estallido de la burbuja inmobiliaria que aun no se ha producido. Bancos y Cajas van a necesitar financiación de forma inmediata (ya se ven intentos de captar depósitos al 4% en bancos que no lo deberían necesitar), y si baja el rating no les va a quedar más remedio que recuperar liquidez forzando las ventas.

    Y en esta situación, creo que el riesgo más importante ni siquiera es el riesgo promotor; el riesgo es la perdida de confianza en el RIESGO ESPAÑA. Si aumenta la aversión a este, el sistema financiero entrará en una situación de la que solo podrá aliviarse rompiendo, en cualquier caso, los precios en el mercado inmobiliario.

    Las familias aguantarían y aceptarían mayores plazos. El problema inmediato es la refinanciación del endeudamiento del sistema financiero si no empieza a recuperarse el nivel de confianza en la gestión de la crisis a nivel nacional.

    Apuntando a MARIA, no creo que los cinco millones de parados sean un problema más apremiante que el anterior. Nuestra facilidad para sumergir el empleo y la movilidad de los nuevos inmigrantes, de vuelta a su país o hacia el norte de Europa, puede permitir que el problema social sea aun posterior a la muy inminente crisis del sistema financiero o caída en picado de los inmuebles.

    Tenemos un problema estructural, pero el empezar a corregirlo exige una actuación política de autentica urgencia que permita renovar la confianza perdida por los mercados.

  • "el deudor puede reducir su apalancamiento y resolver el problema de sobreendeudamiento (relativo a su riqueza) con rapidez lo que permite a la economía un ajuste más violento y menos extendido en el tiempo."
    "otro lado el sistema de quiebras personal es relativamente generoso con el deudor."

    ¿Podrias explicar por que un sistema es mejor que otro? ¿Que el ajuste sea mas rapido y mas violento es mejor? Quiero decir, si el ajuste es mas violento en principio deberia ser un problema. Al fin y al cabo, las leyes concursales se inventaron para suavizar el trauma. ¿y si el sistema es generoso con el deudor es algo bueno? Quiero decir, eso significa que las perdidas que van a aparecer en los balances de los bancos van a ser mayores. Obviamente habra alguien que pierda en el proceso y si los bancos tienen ese problema, habra (mas) quiebras bancarias; "Nada es gratis" ¿o si?

  • El único arreglo posible, me da la nariz, viendo algunos comentarios, es que hará falta un default en toda regla de España, para todos estos listos manejando variables se sientan en “en el puto paro” de una “familia apalancada española”, todos dispuestos a emigrar al norte o a Dubai buscando nuevas fórmulas de economía financiera para garrapatear a algún otro.
    En ese momento llegará el ajuste real, para los financieros y las familias, y no hablaremos ya de crecimiento exponencial ni de década perdida. Nos encontraremos con la realidad “face to face”. Será difícil crear burbujas para los financieros, y la familias apechugarán con lo que venga. Ni más ni menos.

  • Puesto que el mercado de la vivienda y el mercado laboral (elija el orden) son la piedra angular de la economía, y ambos están en suspensión de un momento Wile. E. Coyote al borde del acantilado en el mejor de los casos, es necesario preguntarse si este gobierno está realmente haciendo lo mejor que puede para sus votantes y el pueblo en general, o para los intereses de la administración, más en línea con los que pagan por sus campañas que con los que les votaron.

  • JL: "Es necesario preguntarse si este gobierno está realmente haciendo lo mejor que puede para sus votantes y el pueblo en general"....A Ud le cabe alguna duda? cada día que pasa sin tomar las medidas adecuadas, retrocedemos meses en el tiempo, y recuperarlos costará el doble.

  • MARIA, Juan, Manuel , Javier, citoyen, JL, muchas gracias por los comentarios. Respondo aquí a algunos de ellos, todos excelentes.

    Primero el problema original no es el balance de los bancos: El problema original es el deterioro de los balances de las familias y empresas inmobiliarias, debido a un sobreendeudamiento de proporciones históricas, primero en el sector “subprime” y después en el prime, que, combinado con la ruptura de la burbuja inmobiliaria deja a los hogares fuertemente apalancados, reduciendo su capacidad de compra y por tanto de demanda, y a constructoras y promotores en situación extrema. Los préstamos a estos sectores se convierten en dudosos y el incremento de la tasa de morosidad lleva al deterioro de los balances bancarios. Este es un problema habitual en la banca que generalmente se resuelve primero con el proceso de provisión, lento y penoso, y si hace falta la recapitalización del banco. El problema en esta crisis es uno de magnitud: Tal había sido la generación de riesgos que hay serias dudas (en el otoño de 2008) de la solvencia, no ya de un banco en particular, sino del sistema bancario en general; es por ello que las autoridades intervienen para evitar el colapso financiero. Efectivamente, la preocupación inicial de las autoridades económicas fue la protección del sistema financiero para evitar que el shock inicial se amplificase con el colapso del sector financiero, y la consiguiente contracción crediticia, el famoso acelerador financiero que es la contribución intelectual de Bernanke.

    El resultado de la losa del endeudamiento en el sector de las familias puede ser muy severo pues incluso la venta del inmueble puede no ser suficiente para el pago de las deudas. La situación pues es una donde los hogares puede estar fuertemente endeudados durante un periodo muy extendido en el tiempo, con el consiguiente freno a la demanda y por tanto de la actividad económica. A esto hay que añadir que las perspectivas económicas son simplemente desastrosas. La tasa de desempleo actual es de un 20%, lo que abre un agujero enorme en las rentas de las familias, y el propio gobierno admite, como lo ha hecho en informes recientes, que el desempleo no va a bajar del 15% en los próximos cuatro años. Con un crecimiento anémico y familias fuertemente endeudadas y los límites fiscales que se siguen de nuestra pertenecía en el euro y el hecho de que nuestra falta de competitividad hace de la demanda externa, al menos en nuestra historia reciente, un factor que contribuye negativamente al crecimiento del PIB, no veo cuales son las fuentes de crecimiento de nuestra economía.
    Pero hay más. No está claro donde, desde el punto de vista de la eficiencia, uno quiera tener las perdidas, en los bancos o en las familias. Salvar a los bancos no es el objetivo; el objetivo es la reactivación económica y la creación de empleo. La quiebra y la suspensión de pagos es el mecanismo legal para la negociación sobre la distribución de las pérdidas. Un sistema financiero sano es un medio para una economía sana, no un fin en sí mismo. Un método que se utiliza de forma repetida en el mundo empresarial y que es, con todos sus defectos, una institución imprescindible en las economías capitalistas, ¿por qué no ha de ser también útil cuando son las familias las apalancadas y con pérdidas considerables en sus balances? Recuérdese que el acreedor cobra por este riesgo (¿os es que alguno de vosotros puede endeudarse al tipo al que lo hace el Tesoro de los EE.UU.?) Esto es, cobra un tipo más alto precisamente por la contingencia de una posible quiebra. Es más supongamos que hay una transferencia de pérdidas del sector de las familias a los bancos y cajas; en principio éstas pueden recapitalizarse pero ¿cómo lo puede hacer una familia si no es mediante el proceso lento del incremento del ahorro y el pago de la deuda? Las familias también están en quiebra: En el lado izquierdo del balance hay un activo, el inmueble, que ha perdido un valor considerable y en el derecho hay una deuda cuyo “valor” está muy por encima del valor del inmueble (hay un activo más, por supuesto, que es el capital humano pero que es de de imposible capitalización cuando ya se está fuertemente endeudado.)

    Javier Teulón saca a relucir temas psicológicos como la “posesión de la tierra” pero sinceramente nunca he entendido porqué los españoles tienen una inclinación psicológica especial a la “propiedad”; creo que todos son instituciones e incentivos o ¿es que a los alemanes les gusta menos ser propietarios de sus viviendas? Esto es, ¿sólo factores psicológicos y culturales explican la enorme tasa de propiedad en España cuando se la compara con la de los alemanes? Me resulta difícil creerlo. También alude a la reducción inimaginable del consumo … pero, ¿es que es esto eficiente? ¿Es una brutal reducción de la demanda, con el impacto tremendo sobre el crecimiento y la creación de empleo además del sufrimiento de las familias, la única salida? Es esto a lo que me refiero cuando digo que no tengo en absoluto claro que esto sea lo eficiente. Creo, y lo digo con humildad, que esta cuestión está por dirimirse, y estoy más que dispuesto a que se me convenza de lo contrario de lo que aquí sostengo, pero me sorprende que la quiebra y suspension de pagos sean “admisibles” por eficientes para todas las personas jurídicas pero no para las físicas. En cuanto al aplazamiento de los pagos … una vez más Javier soy un poco escéptico; una “reordenación” de los pagos en el tiempo, si se descuentan ajustadamente, no cambian la situación de insolvencia pero resuelven problemas de liquidez. Si creemos que los precios de los inmuebles van a “volver” perfecto pero es que yo creo que lo que está ocurriendo es una bajada generalizada y permanente (al menos en los horizontes relevantes) de los valores inmobiliarios. Una vez más el problema es de insolvencia y no de liquidez; es por ello por lo que la renegociación del principal de la deuda puede ser eficiente.
    Estoy de acuerdo con María y Javier de que el problema es la inmovilización de la situación económica española, el hecho de que la cantidad de deuda existente impida la financiación de nuevos proyectos (lo que se denomina en ingles el “debt overhang”) y, una vez más, es aquí donde yo creo que una mayor flexibilidad a la hora de renegociar la deuda puede ser muy beneficiosa. Lo que todos queremos, Luis ha insistido en esto mucho en este blog, es la claridad de los balances, la toma de pérdidas y la renegociación de mucha de esta deuda (en EE.UU. esto ya está en marcha, con un programa federal que incentiva la renegociación del principal entre bancos y familias.)

    En cuanto al Riesgo España, tema que sacan María y Javier, mi opinión es que este es un problema sólo si España entra en una “década perdida,” con bajo crecimiento, altos niveles de desempleo y lenta toma de perdidas en la banca. Como bien apunta Javier, uno de los problemas fundamentales es que si los bancos refinancian préstamos que no se deberían refinanciar se prolonga el problema, se mantienen con vida empresas que deberían quebrar con las distorsiones correspondientes en los mercados de productos y la pérdida de eficiencia correspondiente. Esta es la historia de Japón estos últimos años. Nuestra deuda pública no tiene niveles preocupantes pero puede que haya un problema de financiación en una situación de pánico generalizado en lo que se refiere al riesgo soberano, esto no los descarto porque lo de Grecia tiene muy mala pinta.
    Citoyen, de una forma rápida, el sistema español es mejor pues siendo duro con el deudor le fuerza a ser prudente en su endeudamiento lo que facilita a su vez el crédito. El problema en estos sistemas es ex post: Si ocurre un problema de sobreendeudamiento es difícil renegociar e impide la reactivación del crédito como consecuencia de que el beneficio de un nuevo préstamo revierte al acreedor inicial y no al nuevo acreedor. El sistema estadounidense permite sin embargo una fácil renegociación ex post (simplemente se dejan la llaves del inmueble en el banco) que permite al deudor liberarse de la deuda y continuar con su actividad económica. Puede ser eficiente el que los acreedores absorban parte de las pérdidas, algo que desastrosamente en mi opinión, no ha ocurrido en esta crisis.

  • Estupendo análisis Tano. Coincido sin embargo con María y Javier Teulón en que aunque el pecado original esté en el comportamiento de familias y empresas no financieras (aunque podríamos seguir río arriba a la politica monetaria) los análisis a futuro o las recomendaciones deberían centrarse en la reducción de la deuda y los deficits públicos y el saneamiento del sistema financiero. Este último, igual que el americano, si bien por procedimientos más lentos, absorberá inevitablemente el efecto del desapalancamiento de las familias y empresas via incremento de la morosidad. Si bien de momento el problema se ha contenido a algunas cajas pequeñas, el paro, el bajo crecimiento y la baja productividad pondrán la sostenibilidad del sistema en su conjunto a prueba.

    A mi juicio lo que ganamos al transmitirse el problema de la deuda desde familias y empresas no financieras a bancos y al Estado son tres cosas: 1) liberas al sector privado, en la medida en que el sistema judicial es lento y fácil de sortear (trágicamente) y las entidades financieras quieren acelerar la reducción de NPLs via renegociaciones o quitas, 2) tiempo, factor crucial como bien señalas, y 3) la posibilidad de controlar el problema del endeudamiento otra vez. El Estado y los bancos tienen en sus manos las herramientas para modular el ajuste en el tiempo, y el mercado se encargará de asegurarse de que lo hagan.

    Y volvemos al problema del crecimiento que financie o amortigue esos ajustes....

  • Aunque con retraso, he disfrutado de esta última entrega tanto o más que con las dos anteriores. No se puede añadir nada más, así que el motivo de esta entrada es simplemente advertir que (aparentemente desde mi ordenador) ha desaparecido el enlace a la entrada de la segunda de las tres excelentes entregas sobre el apalancamiento de España en el contexto internacional. Si es así, creo que sería bueno que se recuperase el enlace (y que aquellos que tienen alguna capacidad de decisión sobre la economía española leyesen las tres entradas de un tirón). Gracias

  • Gracias, TANO, por tu respuesta.
    Solo insistir en dos cuestiones que pudieran alejarse algo de lo estrictamente teórico, aunque sean de enorme importancia para entender las diferencias entre lo español y lo más habitual en los comportamientos de algunos de los actores en la crisis.

    Lo psicológico, en relación con la propiedad de la vivienda, se manifiesta en los datos que conoces sobre como actúa al respecto el español. La falta de movilidad laboral y la falta de poso del enriquecimiento social, hace que la inversión prioritaria sea siempre la vivienda. Y una vez conseguida esta, cualquier solución será más aceptable que la ejecución de su deuda.
    Por otro lado es difícil que la banca deje de ordenar la política económica en estas circunstancias: solo si la financiación privilegiada con la que cuenta ahora deja de producirse y se añade un deterioro en la calificación de la Deuda Publica española que se ha comprometido a suscribir para evitar el saneamiento forzoso, se verá obligada a liquidar su stock de riesgo inmobiliario. Y esto puede que no tenga la opción de hacerlo suavemente con provisiones largas. Me temo que puede mandar la dificultad de refinanciación y la perdida del rating global.

    Las dos ideas convergen en una conclusión: bancos y cajas necesitaran un saneamiento importante; si no se produce una recesión y si un estancamiento, el factor vencimiento medio podrá frenar las insolvencias; el riesgo para el sector financiero está, a corto plazo, más en la refinanciación de sus pasivos y en lo acuciante de resolver este problema, muy vinculado a la aversión hacia el riesgo España que pueda estar provocando la falta de actuaciones consistentes de Gobierno y banqueros.

    España es bastante diferente; no creo que se produzca ningún saneamiento inteligente y voluntario si no hay una presión exterior determinante.

    Un saludo.

  • En la entrada anterior decía que ha desaparecido el enlace porque buscaba por autores (la entrada parece que no está asociada al autor) pero sí que está si se busca por fechas.

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