Banco de Valencia como ejemplo de la gestión de nuestra crisis financiera

El pasado 26 de diciembre el FROB emitió un comunicado titulado “Información sobre la venta de Banco de Valencia.” El documento se centra en aclarar los parámetros de las distintas opciones a las que se enfrentaba el FROB en lo que se refiere a Banco de Valencia, que eran, una vez que se descarta su viabilidad como entidad independiente, la venta o la liquidación. Una de las preguntas que nos hicimos aquí era precisamente sobre los costes de liquidación de la entidad. El documento informa sobre este extremo.

Primero hay que alabar este nuevo ejercicio de transparencia. A uno le gustaría, aunque sea sólo por interés académico, que se revelasen más detalles pero este documento, parco y no tan claro como podría ser en mi opinión, es desde luego un paso adelante y creo que señala una nueva actitud de nuestra autoridades ante la restructuración bancaria en lo que a transparencia se refiere. Bienvenida sea esta nueva actitud.

Segundo, y por reiterar: yo no puedo juzgar si era mejor liquidar o vender Banco de Valencia; no lo puedo saber porque no tengo acceso a datos, informes y análisis que me permitan tener una opinión al respecto. Lo único que expresé fue mi deseo de que se hiciesen públicos dichos análisis. Este documento informa al público de los pasos que se siguieron y los números de las distintas alternativas contempladas, como debe ser y es saludable que se haga. Las continuas comunicaciones del FROB en la página web del Banco de España, una de las mejores de cualquier banco central, son muy de agradecer. Que de estas cosa se hagan más; sinceramente creo que tendrá unos efectos muy positivos sobre todo el proceso de restructuración.

El comunicado del FROB aclara que una vez solicitados los informes que requiere la nueva Ley 9/2012 (que en algún momento tenemos que comentar) se estimó que el coste de liquidación ascendía a unos 6.340 millones de euros. Hay que recordar que el precio de venta de a Caixabank eran de alrededor de 5.000 millones de euros (que incluía los 4.500 millones de euros de recapitalización del FROB para después tomar perdidas contra esa inyección de capital y vender la entidad por un euro y el esquema de protección de activos (EPA) concedido a Caixabank sobre un conjunto de la cartera de Banco de Valencia cuyo coste final se estima entre 300 y 600 millones de euros.) Hay por supuesto un coste adicional y de difícil estimación asociado con liquidar una entidad y es que cuando se hace se introduce una cierta inestabilidad en el sistema bancario que puede llevar a problemas mayores más adelante. Efectivamente el documento del FROB contiene una fascinante frase: “De hecho, en caso de haber acudido a un proceso concursal, en el que se hubieran pagado los depósitos pero no la deuda senior, se habrían generado riesgos para la estabilidad del sistema bancario sin ningún efecto positivo para el erario público, ya que prácticamente la totalidad de la deuda senior de BdV está en manos de organismos públicos.” Además aclara la nota que “[l]a decisión de venta tuvo finalmente en cuenta la fuerte presencia, directa e indirecta, del Estado y del eurosistema como acreedores de BdV,” a través de lines de crédito del FROB y del ICO así como de los avales concedidos por el estado. (Las cursivas son mías.)

Dejemos por tanto de lado la cuestión de si era o no conveniente liquidar el BdV y demos por buenos los informes que aconsejaban la venta por ser más barata para el contribuyente: Todas las indicaciones son que la decisión de no liquidar BdV y en cambio venderlo a Caixabank era la correcta (más allá de que el precio de venta a Caixabank siga siendo un poco misterioso.)

Esto no quiere decir que el caso de Banco de Valencia haya siendo bien gestionado. Más bien al contrario. Hoy quiero utilizar este caso para ilustrar como las decisiones que se tomaron en el pasado, una y otra vez, han limitado progresivamente las opciones para el contribuyente. Para ello me ayudo del gráfico que acompaña esta entrada. El gráfico es un versión simplificada de la “historia” de BdV durante esta crisis y no pretende ser un reflejo exacto de las distintas etapas de su crisis (por ejemplo la línea de crédito del FROB se facilitó de forma simultanea a la inyección de 1.000 millones de capital, etc; el propósito es simplemente ilustrar el punto.) Es quizás ésta una entrada un tanto técnica pero que creo que merece la pena aclarar los argumentos que hemos hecho aquí durante estos años.

Gráfico: Un esquema para pensar en la gestión de la crisis de Banco de Valencia

Supongamos que tenemos una entidad con serios problemas de solvencia; esto lo capturamos mediante las dos primeras ramas del árbol: Con probabilidad p la entidad es solvente con probabilidad 1-p, no. Supongamos que hay evidencia que no lo es pero se decide el rescate de la entidad mediante la inyección de capital. La decisión de hacerlo debe estar basada en una comparación entre el coste de la liquidación para el contribuyente L1 y el coste de continuar que incluye el coste de la recapitalización de 1000 millones y el valor presente descontado de seguir por las distintas ramas del árbol (por simplificar olvidémonos de descontar y sumemos las cantidades en los distinto periodos). Aquí juega un papel fundamental la estimación que el supervisor haga de la probabilidad de solvencia una vez que se inyecten esos 1.000 millones. Si existe el convencimiento de que p2=1, entonces si L1>1.000 millones lo óptimo es recapitalizar esta entidad.

Asumamos que durante el periodo 2 vuelven a surgir dudas sobre la solvencia de la entidad en cuestión y que estas dudas se traducen en enormes problemas de liquidez. Una vez más, aquí se puede optar por la liquidación de la entidad, lo que costaría L2. El coste total para el contribuyente es L2+1.000 (recordemos que no estamos descontando) pero los 1.000 millones ya son cosa del pasado, ya es un coste incurrido que no afecta la optimalidad de la decisión en el periodo 2. El supervisor y las autoridades estiman una vez más que p3 es lo suficientemente alto para justificar la concesión de avales para facilitar la emisión de la deuda a retener para su posterior descuento con el BCE, de líneas de crédito de entidades oficiales, etc. Nótese que todo esto se traduce, como aquí hemos repetido en muchas ocasiones, en la sustitución de un pasivo en manos del sector privado por un pasivo ahora frente al contribuyente, ahora expuesto a la pérdida si llegase a producirse.

Efectivamente, las decisiones tomadas en el periodo 2 tienen un impacto notable sobre la decisión en el periodo 3. Todas estas líneas de crédito, avales y demás, como reconoce el propio documento del FROB sobre el BdV, elevan el coste de liquidación de la entidad en ese periodo, L3, que son esos 6.340 millones de los que habla el documento. Esto es lo que el círculo verde en el periodo 2 y la flecha intentan transmitir: que esas decisiones hicieron más difícil la liquidación de la liquidación el pasado mes de diciembre.

Esto es lo que ha pasado en nuestra crisis financiera: Por no haber adoptado determinadas decisiones en su momento se ha incrementado el coste para el contribuyente de proceder a la liquidación hoy de BdV, Bankia-BFA, CAM, …

Creo que lo que ha ocurrido en esta crisis financiera nuestra es una combinación de optimismo injustificable, que en el grafico se captura mediante una estimación de la probabilidad p por encima de su valor real (es por ello que era “barato” dar todas esas promesas contingentes, esos avales, porque las pérdidas, creían, no se iban a realizar) y temor justificado a que la liquidación abriese la puerta a quitas en la deuda senior que a su vez resultarían en un mayor coste de financiación para otras entidades y además implicasen complicados temas legales en lo que se refiere al orden de prelación de otros pasivos en el balance de las entidades en dificultades. Sería interesante hacer el análisis exhaustivo para el caso de Bankia-BFA.

Hay 5 comentarios
  • Pues será una supuesta apuesta por la transparencia pero el documento no nos indica, más allá de una vaga referencia a los costes derivados de su liquidación, en qué se basan para evaluar esos costes.Tampoco se menciona quien más pujó por el banco o que ofreció y nos demuestran que los test de estrés son una milonga porque la mayor parte de las razones que el documento argumenta para justificar su liquidación (pérdida crónica de depósitos, exceso de capacidad instalada, situación comprometida de liquidez,baja calidad de la cartera crediticia y la existencia de un patrimonio neto negativo) son, o bien anteriores al test de wyman, o bien debían haber sido evaluadas con bastante precisión por dicho test. Siento recordar lo obvio, pero si el test dice que en un escenario muy adverso el banco podría necesitar 3462 millones de euros de capital adicional y apenas unos meses después decidimos liquidarlo porque su supervivencia es inviable, o bien hemos sobrepasado ampliamente ese escenario adverso-lo que no parece ser el caso-, o bien hemos infraestimado ampliamente sus necesidades-lo que parece ser el caso-. Extrapólese para el resto de los resultados de los test de estrés.

  • Magnífico análisis. Quizás se omite el trasfondo de juego de mapa bancario y como los key players acceden a un nivel de reglas trucadas por ser cooperadores necesarios.

  • "Sería interesante hacer el análisis exhaustivo para el caso de Bankia-BFA."

    Y tanto...

  • Tano,

    La información aportada en tus dos posts y en los links de tus dos posts no permite un análisis serio de lo que ha pasado con el BdV y en particular de si había razones suficientes para no haberlo liquidado ayer, antes de ayer o mucho tiempo atrás. Tampoco hay base alguna para suponer que el pago a Caixabank para que se quede con BdV y evitar su liquidación (hablar de venta es tomarle el pelo a los contribuyentes españoles) será suficiente para que sea absorbida por Caixabank sin nuevos pagos --si no se requieren nuevos pagos, la pregunta es si Caixabank devolverá algo del regalo, y si se requieren nuevos pagos, la pregunta es hasta cuando las autoridades del Banco de España, en particular MAFO, seguirán sin asumir responsabilidades personales por su grave negligencia en la supervisión de las cajas y en el manejo de la insolvencia de estas cajas.

    Leyendo lo anterior la única duda importante es cuánto pidieron las otras dos entidades que participaron en el concurso que “ganó“ Caixabank (una pregunta menor es cuánto se ha pagado a todos los intermediarios que han participado en esta payasada y cuando sepamos el monto seguramente nos preguntaremos por qué fueron elegidos).

    Ojalá puedas revisar los contratos de la transferencia a Caixabank para anticipar algunas de las barbaridades que podrían ocurrir. No creo que esta película haya terminado.

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