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Elecciones locales, gasto en personal, déficit y mayorías

Cuando estamos a seis meses de las próximas elecciones municipales, un amigo mío metido en política local me contaba ejemplo reales de negociaciones post–elecciones cuando ningún partido había conseguido mayoría absoluta. Para mi sorpresa, ya ven qué ingenuo, las demandas y contraofertas para formar coalición no giraban en torno al programa electoral de cada partido sino básicamente en torno a la obtención de puestos de trabajo con dedicación exclusiva en el consistorio local. Es cierto que la obtención de puestos de trabajo podría ser una manera de conseguir influencia para dirigir las políticas del ayuntamiento hacia un sentido u otro, pero eso no explicaba el abultado incremento en la contratación de personal que resultaba del proceso de negociación de la coalición. No es el objetivo de este blog el relatar los detalles de estos casos particulares sino al contrario tratar de proporcionar datos empíricos y evidencia sobre si esta anécdota sobre el coste en gasto de personal de formar coaliciones es un hecho aislado de un localidad pequeña o verdaderamente representa una fenómeno generalizado en todo el estado español.

Para ello, con la inestimable ayuda de Angélica Mejía, hemos recogido datos del Ministerio de Economía y Hacienda sobre los presupuestos de los ayuntamientos españoles (http://serviciosweb.meh.es/apps/EntidadesLocales) de los años 2002 al 2008 y lo hemos cruzado con datos del Ministerio del Interior ( http://www.elecciones.mir.es/MIR/jsp/resultados/index.htm) sobre el resultados de las elecciones municipales en 1999, 2003 y 2007. Para reducir el coste de recolección de datos nos hemos limitado a estudiar aquellos ayuntamientos con más de mil habitantes durante todo el período estudiado con lo que al final tenemos una muestra compuesta por 2446 ayuntamientos españoles en el citado período 2002-2008. Con estos datos, primero comprobamos que la necesidad de formar coaliciones de gobierno en el gobierno local es bastante habitual en nuestro país, en un 35% de los gobiernos locales ningún partido tenía mayoría absoluta. A continuación, analizamos la diferencia en gastos de personal por habitante en función de si existe una mayoría absoluta en el consistorio.

La Figura 1 muestra como sí parece haber diferencias en el gasto en personal en los municipios españoles dependiendo de si hay o no mayoría absoluta. En ausencia de mayoría absoluta, el gasto en personal sube alrededor de un 10% representando un incremento de cerca de 27 euros per capita. La figura 1 también muestra como el aumento en gasto del personal ocurre independientemente de quién es el partido más votado.

Podría ocurrir que esta disparidad en las políticas de personal que detectamos en la muestra fuera debida a otras diferencias entre los municipios. Por ejemplo podría ser que los municipios en los que la competencia electoral sea más intensa y en los que por tanto formar mayoría absoluta sea más difícil, sean precisamente aquellos que prefieren tener mayor personal (o personal mejor retribuido) en sus gobiernos locales. Para tratar de descartar esta posibilidad, comparamos específicamente aquellos municipios en los que hay mayoría absoluta por los pelos, es decir, “mayoría absoluta mínima” por un único concejal de margen; con aquellos municipios con “casi mayoría absoluta” en los que no se consigue mayoría absoluta por un único concejal. Por ejemplo si en un consistorio hay 21 concejales habría “mayoría absoluta mínima” si el partido más votado consigue 11 concejales y “casi mayoría absoluta” sin consiguiese 10. La idea es que en ambos casos pocos votos habrán separado a un partido de obtener/perder la mayoría y este “accidente exógeno” nos permite estimar mejor el efecto en gastos de personal de la obtención de mayorías. Lógicamente al centrarnos en estos dos tipos de municipios nuestra muestra se reduce de manera considerable, ya que de todos los municipios con mayoría absoluta sólo el 51% tienen mayoría absoluta mínima y de todos los municipios que no tienen mayoría sólo el 62% tienen “casi mayoría”.

Al efectuar esta comparación, todavía observamos un efecto diferencial de las mayorías absolutas en los gastos de personal. Más concretamente los municipios con “casi mayoría” gastan en personal una media de €286 por habitante mientras que los municipios con “mayoría absoluta mínima” gastan €269 por habitantes, una diferencia de alrededor del 6%.

La Figura 2 muestra la evolución del gasto en personal por habitante en ambos tipos de municipios. Lo que se observa es cómo la diferencia entre ambos tipos es siempre positiva año a año pero también cómo en los últimos años de la muestra, 2007 y 2008 la diferencia se reduce de manera significativa, pasando de ser €28 por habitante en 2006 a €5 por habitante en 2008. Desconozco porque la reducción en la diferencia los dos últimos años de la muestra.

Una vez que hemos documentado que la anécdota local relatada por mi amigo parece que tiene cierta representatividad a nivel estatal, pasamos a ver qué efecto tiene la ausencia de mayoría en el déficit local y los impuestos. Es decir, investigamos si este aumento de gasto viene acompañado por una reducción en otras partidas de gastos o por el contrario en un aumento del déficit local y eventual subida de impuestos.

La Tabla 1 muestra cómo en los municipios sin mayoría absoluta hay más gasto público, más déficit local e impuestos generalmente más altos que en los municipios con mayoría absoluta. Llama especialmente la atención que el déficit local por habitante sea un 40% más alto en los municipios sin mayoría absoluta.

La Tabla 2 repite el análisis pero efectuando la comparación más restringida entre municipios con “mayoría absoluta mínima y municipios con “casi mayoría absoluta”. Los resultados coinciden con los resultados de la Tabla 1, la ausencia de mayoría también parece estar asociada a más gasto público local, impuestos más elevados y más déficit.

Para no abusar de la paciencia del lector no he incluido todas las comprobaciones estadísticas o econométricas que se pueden hacer para estimar el efecto de tener mayoría en las diferentes variables, pero todas sin excepción van en el mismo sentido, las mayorías simples van acompañadas con más gasto en personal, más gasto público, más déficit y más impuestos que las mayorías absolutas. Además, esto coincide con los hallazgos de la literatura especializada sobre el tema que proporciona amplia evidencia de cómo aquellos países con elecciones proporcionales tienen mayor gasto público y más déficits en comparación con aquellos países con un sistema electoral en el que el partido más votado gana. Torsten Persson y Guido Tabellini tienen varios artículos sobre este tema y concretamente en un artículo publicado en el Quarterly Journal of Political Science (2007) también muestran como a nivel internacional los gobiernos en coalición están asociados a un mayor gasto público.

¿Entonces qué?

Aquí es donde me gustaría finalizar el post y abrir el debate básicamente porque es mucho más fácil documentar el tema como he intentado hacer que el proponer soluciones. Quizás una primera reacción ante las cifras de más arriba sería el determinar que gobernara siempre la lista más votada. Esta medida, aparte de tener cierta legitimidad democrática, limitaría el poder de negociación de terceros partidos y ello podría disminuir la necesidad de compensarles con puestos de trabajo en los ayuntamientos. Sin embargo, podría tener un efecto negativo al disminuir la competencia para ganar las elecciones; ya que a priori sería más difícil que se realizarán cambios de gobierno. Otra alternativa sería simplemente limitar la discrecionalidad de los ayuntamientos a la hora de contratar personal, de hecho en el Expansion del pasado Jueves 4 de Noviembre mencionan que en España el 40% de los empleados públicos ha sido nombrado a dedo y que esta proporción se elevaba al 67% en los ayuntamientos. La menor discrecionalidad sacaría fuera de la ecuación política los puestos de trabajo en el consistorio local y quizás así ayudaría a reducir el déficit y gasto público en aquellos municipios en que es necesario formar una coalición de gobierno.