Hoy quería escribir mi segundo post sobre Medicare, pero los mercados internacionales no me dejan. El diferencial de la deuda española (ciertamente influenciado por lo que está pasando en Irlanda) se encuentra cerca de los niveles del verano. Pero no creo que la única causa detrás de este aumento en el diferencial sean los problemas de Irlanda y su posible contagio.
Desde FEDEA y nadaesgratis hemos insistido hasta la saciedad que los problemas de las finanzas públicas españolas no son coyunturales sino estructurales (léase por ejemplo este viejo post de Luís). Si los problemas estructurales de las finanzas públicas (léase pensiones, sanidad y educación) se hubieran solucionado o estuvieran en vías de solución (es decir, tuviéramos una ley o un proyecto de ley sobre la mesa) los mercados internacionales no nos hubieran castigado como lo están haciendo.
Eric Maskin (premio nobel de economía en el 2007) nos visito en FEDEA esta semana con motivo de nuestro 25 aniversario. Argumentaba que dado que la teoría económica nos dice que los déficits públicos deben ser contra cíclicos el castigo al que los mercados nos están sometiendo demostraba que estos no basan sus decisiones en teoría económica. En este punto, y sin que sirva de precedente, yo no estoy de acuerdo con Eric. Los mercados no nos castigan porque tengamos un déficit público de alrededor del 10 por ciento del PIB. Los mercados nos castigan porque creen que, de no hacer nada, el déficit no se reducirá en el futuro y España no podrá hacer frente a sus compromisos.
¿Por qué creen esto los mercados? La crisis ha cuestionado dos falacias sobre las cuentas públicas españolas. Primero, que los superávits de mitad de los 2000s fueron debidos a buena gestión económica y segundo, que España podía esperar para hacer su reforma de pensiones. Como también ha sido discutido aquí en varias ocasiones (y Tano nos recordó en su presentación de ayer en FEDEA), los superávits de los últimos años de Aznar y los primeros de Zapatero fueron, en gran parte, debidos la burbuja inmobiliaria y sus efectos sobre la recaudación de IVA (léase este post). Además, la crisis ha puesto de manifiesto que será bastante difícil que la economía vuelva a crear empleo a las tasas en la que los hizo en los últimos 10 años.
De esta forma los mercados no han hecho más que actualizar sus creencias sobre si España será, o no, capaz de hacer frente a sus compromisos en ausencia de reformas. Con esto no quiero decir que el que tengamos un 10 por ciento de déficit hoy no tiene influencia en los diferenciales, que seguro que lo tiene, pero creo que el factor más importante es que el gobierno español, después de prometer reformas importantes en el mercado laboral y en las pensiones ha producido una, más que discutible, reforma laboral y una promesa (cambiada varias veces) de una reforma de pensiones.
Por todo esto, el gobierno debe acelerar la velocidad a la que estas reformas se llevan a cabo. Si Irlanda realmente se mete en problemas y necesita pedir ayuda a la unión europea y no hemos acabado nuestros deberes (o claramente indicamos que los estamos haciendo) puede que tengamos que pagarlo muy caro.