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La Deuda Pública

Zapatero ha dado apertura al nuevo curso político en la localidad leonesa de Rodiezmo (como es tradición en el PSOE). Allí el presidente ha prometido más gasto público. Pero no solo eso, para sustentarlo también ha prometido más endeudamiento, ya que, según él, en estos momentos nuestro nivel de deuda se encuentra en un nivel bastante bajo. Puede que el nivel de deuda actual sea bajo (lo es), pero eso no es lo que importa. Lo que realmente importa es como, dadas las políticas de gasto y recaudación actuales, ese nivel de deuda va a evolucionar en el futuro. El nivel de deuda sobre PIB mañana depende del nivel de deuda sobre PIB hoy (corregido por la tasa de crecimiento nominal de la economía) y del déficit como porcentaje del PIB (también corregido por la tasa de crecimiento nominal). A más deuda o déficit hoy más deuda mañana, pero a más crecimiento nominal hoy menos déficit mañana. Esta simple formula la enseñan en todas las facultades de economía de España, y puede que del mundo, pero parece que Zapatero no se la sabe. Veamos que nos dice esta fórmula sobre el camino que nuestro nivel de deuda va a seguir en el futuro próximo. El nivel de deuda pública sobre PIB con el que acabamos el 2008 fue alrededor del 40 %. Como bien acierta el presidente, relativamente bajo. Pero ¿cuáles son las proyecciones de crecimiento para el PIB e inflación en los próximos años? El FMI nos dice que en España el PIB crecerá un -4 % en el 2009, -0.8 % en el 2010, 0.85 % en el 2011 y 1.3 % en el 2012 mientras que los precios lo harán un 0 %, 0.9 %, 0.7 %, y 0.9 % respectivamente. ¿Qué sucederá con el déficit? Como yo mismo argumentaba la semana pasada, si Zapatero sigue encabezonado en sus políticas de gasto sin freno, parece que este año y el siguiente rondará el 10 % del PIB, mientras que en los dos siguientes se irá acercando a su nivel de equilibrio (dadas políticas de gasto e ingreso) de, más o menos, entre el 6 y el 5 % del PIB. Usando estas proyecciones, acabaremos el año 2012 con alrededor del 70 % de deuda sobre PIB y 5 % de déficit sobre PIB; números claramente alejados de los objetivos de Maastricht. ¿Qué nos dice todo esto? Pues que claramente a día de hoy el nivel de deuda es bajo, pero el camino que esta parece estar tomando es, como mínimo, preocupante, por lo que Zapatero debería estar más preocupado de como re-encauzar dicho camino que de hacer la deuda aún mayor. Pero esto no es lo peor, un 70 % es malo, pero no para tirarse por un puente. Lo peor es, como el FMI explica muy bien en su último informe sobre nuestra economía, que España es el tercer país en el ranking de los países que esperan que sus finanzas públicas se deterioren debido al envejecimiento de la población. La situación es tan mala que el FMI hace nos hace la siguiente recomendación “publishing an intertemporal public sector balance sheet as part of the annual budget document to frame policies in a long run context.” Dicho balance debería publicarse. Es hora de que los españoles sepan cuáles son sus verdaderas deudas (o al menos aquellas que deberán pagar con impuestos), y que según el mismo FMI son de alrededor del 40 % del PIB en estos momentos, pero que van a deteriorarse pronto a niveles cercanos al 150 %. Es verdad (no quiero ser innecesariamente crítico con el presidente) que gran parte del aumento de gastos que han disparado el déficit estaban, y están, fuera de su control (lo mismo con la caída de ingresos), pero lo que es decepcionante, sino frustrante, es que Zapatero quiera negar la realidad. La situación de la deuda como normalmente la calculamos va llegar a niveles del 70 % del PIB al cierre de la legislatura, y el balance del sector público, tal y como el FMI propone contabilizarlo, parece totalmente desbocado. El presidente de un gobierno con esos problemas debería preocuparse de cómo solucionar los problemas que para las cuentas públicas significará el envejecimiento de la población (de nuevo, para no ser innecesariamente crítico con el presidente, debemos reconocer que ningún presidente lo ha hecho). En cambio, el presidente se está preocupando de poner parches al barco. Esta semana nos ha prometido aumentar la recaudación un 1.5 % del PIB y reducir el gasto alrededor de un 0.85 % del PIB. Como explicaba la semana pasada, me parece bastante difícil aumentar la recaudación un 1.5 % del PIB sin substancialmente subir el IVA, los impuestos sobre las rentas del trabajo, o los impuestos sobre la gasolina o alcohol (impuestos que Zapatero ha prometido no tocar en algún momento). No tengo detalles de cómo quiere bajar el gasto, pero parece que los sindicatos no están por la labor de congelar los salarios y el presidente ya ha prometido subir las pensiones mínimas. De nuevo, algo no cuadra aquí. Y mientras, las políticas de gasto e ingreso a corto plazo y el envejecimiento de la población a largo, hacen el achique de agua cada día más difícil y los parches cada día más inútiles.